Me he llevado una gran sorpresa esta mañana; no por el titular, sino por el medio de comunicación en el que este titular aparecía: una sección sobre religión de la Razón. Luego he visto los firmantes: Álvaro de Juana y José Beltrán. Mi asombro fue mayor. El titular es el siguiente:
Ni curas ni monjas: los laicos, al frente
Reconozco que estoy acostumbrado a titulares de estos; todas las mañanas ojeo y hojeo RD, y allí abundan. Pero no podía imaginar que estas firmas y este medio pusieran este titular. Así que me decidí a leerlo.
La entradilla no puede ser más clara:
Su misión es igual de importante que la del clero, pero en ocasiones no se aprecia su entrega y se duda de la validez de su labor. Son personas corrientes que dedican su día a día a vivir el compromiso que han adquirido en distintas instituciones, movimientos y asociaciones.
Genial: en un parrafito se afirma que la misión de los laicos es igual de importante que la del clero, y se afirma una sospecha sobre un aprecio de su entrega y se afirma que se duda de su misión. Supongo que el sujeto que sospecha de ellos es el de la oración anterior: Los curas y las monjas, modo algo despectivo de dirigirse en la Iglesia católica hacia el sacerdocio sacramental y la vida consagrada a los que aprecio grandemente.
El artículo sigue citando unas palabras del Papa Francisco sobre el clericalismo. Me he tomado la molestia de buscarlas en Internet, y ¡oh maravilla!, resulta que son palabras que supuestamente dijo al director del diario italiano la Reppublica en una famosa entrevista que no fue grabada, y que fue transcrita de memoria por el mismo. Las personas bien informadas saben que el autor de esta entrevista reconoció haber atribuido al Papa palabras que no dijo, y además que el texto fue retirado de la web del vaticano.
Dedico este artículo a comentarlo porque me parece un tema muy importante, y que ya he visto en otros lugares. El responsable en España de un conocido curso también afirmó hace unos meses en su blog lo mismo: que los sacerdotes éramos un obstáculo para la evangelización y que este tiempo era el tiempo de los laicos. En su razonamiento citaba al p. Cantalamessa distinguiendo varias etapas en la historia: la época en que evangelizaban los monjes, luego los mendicantes, y finalmente los laicos, después del Concilio.
Pero, ¿es este un razonamiento correcto? Creo que, por ignorancia teológica, por precipitación a la hora de escribir, o por imposibilidad de precisar en un breve artículo, no lo es. El Papa Francisco en la Evangelii Gaudium no habla de evangelización de los laicos, sino de el Pueblo de Dios, sujeto de la evangelización. Es la Iglesia la que es el sacramento universal de salvación, y de este ser sacramental de la Iglesia brota el sacerdocio que hace presente el misterio de la Redención. Por ello me ha chirriado que unos católicos puedan poner de título a un artículo: ni curas (sacerdotes) ni monjas (vida consagrada) sino Laicos. Por esto pienso que es incorrecto decir que ésta es la hora de la evangelización de los laicos y además puede llevar a equívocos, como el que este artículo nos presenta.
Creo que en este tipo de razonamientos hay un recurso inconsciente al juego psicológico de la víctima. En nuestra relación mutua yo me hago la víctima, y por ello, de modo inconsciente, te culpabilizo a ti, mi opresor, con la finalidad de sacar un beneficio. Es fácil caer en estas trampas cuando no se hacen análisis desde la fe o desde la teología, sino que se proyectan en la Iglesia tópicos o estereotipos, tan abundantes en nuestra civilización que ha abandonado la lectura y el estudio y los ha cambiado por la información desenfrenada en que vivimos. Es necesario leer, esforzarse en estudiar (todos sabemos que cuesta) para no decir superficialidades.
Les recomiendo a los autores que estudien eclesiología (una parte de la teología), que comprendan la diferencia entre pastoral y apostolado, que lean a fondo los documentos del Concilio y no se queden con frases superficiales y tópicos sacados de entrevistas del Papa. Necesitamos laicos cultivados. Necesitamos laicos teólogos. Y necesitamos periodistas informados. Por mi formación teológica no me gusta citar palabras del Papa que no sean magisterio, pues no todo lo que dice el Papa es magisterio. Y si se cita al Papa en palabras que no son magisteriales se corre el peligro de usar la autoridad del Papa para dar una autoridad a una argumentación que de por si no tienen por qué tenerla. Con esta premisa, con todo el cariño del mundo, porque os conozco y sé que sois personas de fe, os quiero citar las palabras que trae vuestro periódico y que ha dicho el Papa (y que no son magisterio):
El Papa argentino aseguró que el peor de todos es la desinformación, «el decir las cosas a medias», lo que no permite a quien ve la televisión o oye la radio hacerse un juicio de valor porque no tiene elementos, nadie se los ha dado».
P. Javier Igea, sacerdote