El Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, hizo ayer una valiente homilía en la que reclamó que «el término ‘paz’ no sea devaluado ni manipulado», como a menudo hacen los proetarras al vender como «paz» la claudicación del Estado de Derecho. Monseñor Munilla fue más claro aún, al recordar que todo diálogo ha de pasar por «una condena explícita al terrorismo» y también por «obligación moral de arrepentimiento y de petición de perdón hacia las víctimas».
El Obispo donostiarra también señaló, a propósito del próximo paripé que preparan los batasunos y sus amiguetes en San Sebastián: «Los foros de diálogo por la paz que excluyen a las víctimas del terrorismo, o que simplemente no son capaces de recabar su apoyo, carecen de la necesaria autoridad moral.» Lo que dice Munilla no es más que el mínimo ético exigible en una democracia. Pero eso, por lo visto, es demasiado para las marcas electorales de ETA.
Sortu acusa a Munilla de franquista por mostrar firmeza ante el terrorismo
Hoy Sortu ha arremetido contra el Obispo afirmando que «Munilla sólo responde a la visión ética y política de la extrema derecha de este país, la misma que ha asesinado, torturado y negado a la nación vasca durante las últimas ocho décadas y la misma que paseaba bajo palio al dictador Franco». Desde luego, y después de las lamentables actuaciones de los antecesores de Munilla, los obispos nacionalistas Setién y Uriarte, me alegra ver a los proetarras arremetiendo contra un Obispo vasco. Eso es señal -por si quedaba alguna duda- de que Munilla lo está haciendo bien. Por lo demás, que las marcas electorales de ETA se atrevan a hablar de «ética» y acusen a la Iglesia de «asesinar» es tan chocante como lo sería ver a Jack el Destripador dando lecciones a Scotland Yard sobre el respeto a la integridad física de las personas.
La realidad de Sortu vuelve a quitar la razón al Tribunal Constitucional
Eso sí: el hecho de que Sortu descalifique las mínimas exigencias de justicia hacia las víctimas, identificándolas con la extrema derecha y el franquismo, es algo que debería hacer meditar a algunos, empezando por los magistrados del Tribunal Constitucional que decidieron llevar la contraria al Tribunal Supremo y legalizar a esa tapadera proetarra, e incluyendo a los que se han cruzado de brazos ante su presencia en las instituciones democráticas, entre ellos los dos partidos mayoritarios: PP y PSOE. ¿Qué más hace falta para que se promueva de una vez la ilegalización de ésa y otras tapaderas?