Hay que hacer las cosas bien desde el principio. Maria. Acudir con ella a los restaurantes, descubrirle los gustos, las texturas, los modales. Hay que bendecir la mesa. Por el amor de Dios, pero también para que aprenda a dar las gracias.
No podemos hacer como si no fuéramos padres, no podemos inhibirnos ni dejarlo para mañana. Hay que explicar las cosas desde el primer día aunque no siempre nos entiendan. Si insistimos ya nos entenderán, y más pronto de lo que nos pensábamos.
Hay una imprescindible vertebración moral de los hijos y es nuestra absoluta responsabilidad. Hay una disciplina básica, un obedecer fundamental. Para poder algún día saltarse las normas sin ser un patán, hay que haberlas sabido cumplir. Para luego saber mandar tienes que haber obedecido mucho. El mundo se basa en el orden y en la jerarquía y el mayor enemigo de la libertad es el caos.
Le puse a mi hija Maria. No cuesta nada hacer las cosas bien. No cuesta nada. Que sepa cuando sea mayor que, acertando o equivocándose, sus padres pensaron siempre en lo que hicieron.
Un nombre que venga en el Santoral. Un padre y una madre: los dos roles diferentes, diferenciadores y claros. Una estructura sólida y heredada. La fe de nuestros padres. Maria. No hace falta inventar nada. Maria. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Salvador Sostres
Publicado originalmente en Guantánamo, Diario El Mundo