Artículos de Leonardo Bruna Rodríguez en InfoCatólica
Profesor de Filosofía
Jesucristo, Rey del Universo, liberalismo político y esperanza cristiana
Negada la autoridad y ley divina como principio eficiente y ejemplar de toda autoridad y legislación humana, implícita en la negación de la autoridad de Cristo y de su Iglesia, se hace imposible el reconocimiento de la ley natural como expresión en la razón humana de la Ley divina eterna.
La educación cristiana
La educación cristiana asume todo lo verdadero y noble de la vida natural del hombre y promueve la adquisición de las virtudes y demás cualidades naturales que forman parte de la educación de la persona. Pero lo específico de la educación cristiana se refiere a la vida eterna. Su fin propio consiste en que el educando libremente se abra a la acogida de la vida divina que Cristo le regala y crezca en ella hasta alcanzar la santidad y el Cielo. Para ello, para lo específicamente cristiano, el educador cuenta con los dones sobrenaturales que Cristo dejó en su Iglesia: la Revelación divina y la infalibilidad del Magisterio de la Iglesia, por las cuales conoce perfectamente la verdad. La gracia santificante, las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo, que son comunicados y acrecentados por los sacramentos, y por los cuales es capaz de realizar el bien que Dios quiere. No sólo el bien sobrenatural, sino también la perfección del bien natural que la misma gracia posibilita. La sobrenaturalidad del fin exige necesariamente unos medios sobrenaturales.