Artículos de Benedicto XVI en InfoCatólica
Joseph Aloisius Ratzinger. Teólogo y 265.° papa de la Iglesia católica
La imagen cristiana del hombre
Ahora se niega que el hombre, como ser libre, esté de algún modo vinculado a una naturaleza que determine el espacio de su libertad. El hombre ya no tiene naturaleza, sino que «se hace» a sí mismo. Ya no existe una naturaleza humana: es él quien decide lo que es, hombre o mujer.
Timoteo y Tito, los más íntimos colaboradores de san Pablo
Conviene destacar, además, la disponibilidad de estos colaboradores. Las fuentes con que contamos sobre Timoteo y Tito subrayan su disponibilidad para asumir las diferentes tareas, que con frecuencia consistían en representar a san Pablo incluso en circunstancias difíciles.
San Hilario de Poitiers
Enfrentándose a los arrianos, que consideraban al Hijo de Dios como una criatura, aunque excelente, pero sólo criatura, san Hilario consagró toda su vida a la defensa de la fe en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios y Dios como el Padre, que lo engendró desde la eternidad
Santa Ángela de Foligno, mística medieval
Juan, el discípulo amado
Juan siempre forma parte del grupo restringido que Jesús lleva consigo en determinadas ocasiones.
San Juan, «el evangelista»
Catequesis de Benedicto XVI sobre los apóstoles
San Juan Damasceno, doctor de la Iglesia
San Juan Damasceno fue uno de los primeros en distinguir, en el culto público y privado de los cristianos, entre la adoración (latreia) y la veneración (proskynesis): la primera sólo puede dirigirse a Dios, sumamente espiritual; la segunda, en cambio, puede utilizar una imagen para dirigirse a aquel que es representado en esa imagen.
San Andrés apóstol
Andrés, por tanto, fue el primero de los Apóstoles en ser llamado a seguir a Jesús. Por este motivo la liturgia de la Iglesia bizantina le honra con el apelativo de «Protóklitos», que significa precisamente «el primer llamado»
Santo Domingo de Guzmán: maestro de oración
Son, por tanto, nueve los modos de orar según santo Domingo…
San Lorenzo de Brindis, doctor de la Iglesia
Está enterrado en Villafranca (España). Tenía una memoria prodigiosa desde su infancia y hablaba 6 idiomas: francés, alemán, griego, siríaco, hebreo e italiano, su lengua materna. Defendió la fe católica por toda Italia y Austria (de donde fue expulsado por los protestantes. También se enfrentó a los turcos y predicó en gran parte de Europa.
San Roberto Belarmino, «martillo de herejes»
Benedicto XVI glosa la vida del santo cardenal jesuita
San Buenaventura, teólogo
San Buenaventura, «Doctor seráfico»
San Buenaventura, biógrafo de San Francisco
Santo Domingo de Guzmán
Este gran santo nos recuerda que en el corazón de la Iglesia debe arder siempre un fuego misionero, que impulsa incesantemente a llevar el primer anuncio del Evangelio y, donde sea necesario, a una nueva evangelización: de hecho, Cristo es el bien más precioso que los hombres y las mujeres de todo tiempo y de todo lugar tienen derecho a conocer y amar.
Confrontación entre dos modelos teológicos: Bernardo y Abelardo
San Bernardo de Claraval, «Doctor melifluo»
Catequesis de Benedicto XVI sobre San Bernardo de Claraval. Dirigió principalmente sus escritos polémicos contra Abelardo, un gran pensador que inició una nueva forma de hacer teología, introduciendo sobre todo el método dialéctico-filosófico en la construcción del pensamiento teológico. Otro frente contra el que san Bernardo luchó fue la herejía de los cátaros, que despreciaban la materia y el cuerpo humano, despreciando, en consecuencia, al Creador.
San Anselmo de Canterbury, el «doctor magnífico»
Catequesis del Papa Benedicto XVI sobre San Anselmo: «'doctor magnífico', porque cultivó un intenso deseo de profundizar en los misterios divinos, pero plenamente consciente de que el camino de búsqueda de Dios nunca se termina, al menos en esta tierra»
San Pedro Damián, «servidor de los servidores de la cruz de Cristo»
Catequesis de Benedicto XVI sobre los Padres de la Iglesia. De San Pedro Damián dijo « Consagró todas sus energías espirituales y físicas a Cristo y a la Iglesia, permaneciendo siempre, como le gustaba definirse, 'Petrus ultimus monachorum servus', 'Pedro, último siervo de los monjes'».
San Beda el Venerable, «doctor anglorum»
Catequesis de Benedicto XVI sobre los Padres de la Iglesia. De San Beda dijo «san Beda enseña que los sacramentos de la iniciación cristiana convierten a cada fiel 'no sólo en cristiano sino en Cristo', pues cada vez que un alma fiel acoge y custodia con amor la Palabra de Dios, imitando a María, concibe y engendra nuevamente a Cristo».
La «Escala del paraíso» de san Juan Clímaco
Catequesis de Benedicto XVI sobre los grandes escritores de la Iglesia de Oriente y Occidente en la Edad Media. Sobre san Juan Clímaco y su obra: la Escala, obra escrita por un monje eremita que vivió hace mil cuatrocientos años, ¿puede decirnos algo a los hombres de hoy?
San Isidoro de Sevilla
Catequesis de Benedicto XVI sobre los Padres de la Iglesia. «Sentía un gran deseo de contribuir a la formación de un pueblo que encontraba por fin su unidad, tanto en el ámbito político como religioso, con la conversión providencial de Hermenegildo, el heredero al trono visigodo, del arrianismo a la fe católica»
San Gregorio Magno, «siervo de los siervos de Dios»
San Gregorio Magno, Padre de la Iglesia
San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
San Jerónimo, Padre de la Iglesia
San Ambrosio de Milán
Catequesis de Benedicto XVI sobre los Padres de la Iglesia, De San Ambrosio destacó, que «es evidente que el testimonio personal del predicador y la ejemplaridad de la comunidad cristiana condicionan la eficacia de la predicación»
San Cirilo de Alejandría, «custodio de la exactitud»
Catequesis de Benedicto XVI sobre los Padres y Doctores de la Iglesia. De San Cirilo dice que fue un incansable y firme testigo de Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, subrayando sobre todo la unidad.
San Juan Crisóstomo, el «limosnero»
San Juan Crisóstomo
La predicación de san Juan Crisóstomo se desarrollaba habitualmente durante la liturgia, «lugar» en el que la comunidad
San Atanasio
Catequesis de Benedicto XVI sobre los grandes escritores y maestros de la Iglesia de Oriente y Occidente en la Edad Media: Sí, hermanos y hermanas, tenemos muchos motivos para dar gracias a san Atanasio. Su vida, como la de san Antonio y la de otros innumerables santos, nos muestra que «quien va hacia Dios, no se aleja de los hombres, sino que se hace realmente cercano a ellos»
San Ireneo de Lyon, «Doctor unitatis»
El Evangelio predicado por san Ireneo es el que recibió de san Policarpo, obispo de Esmirna, y el Evangelio de san Policarpo se remonta al apóstol san Juan, de quien san Policarpo fue discípulo.
San Justino, el más importante de los Padres apologistas
En conjunto, la figura y la obra de san Justino marcan la decidida opción de la Iglesia antigua por la filosofía, por la razón, más bien que por la religión de los paganos. De hecho, los primeros cristianos no quisieron aceptar nada de la religión pagana.
San Bernabé, apóstol
Bernabé, en el momento de las primeras conversiones de los paganos, comprendió que había llegado la hora de Saulo, el cual se había retirado a Tarso, su ciudad. Fue a buscarlo allí. En ese momento importante, en cierta forma, devolvió a Pablo a la Iglesia; en este sentido, le entregó una vez más al Apóstol de las gentes.
Judas Iscariote y Matías
Catequesis de Benedicto XVI sobre los apóstoles: «De aquí sacamos una última lección: aunque en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrarrestar el mal que ellos realizan con nuestro testimonio fiel a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador»
Simón el Cananeo y Judas Tadeo
Simón recibe un epíteto diferente en las cuatro listas: mientras Mateo y Marcos lo llaman «Cananeo», Lucas en cambio lo define «Zelota». Por lo que se refiere a Judas Tadeo, así es llamado por la tradición, uniendo dos nombres diversos: mientras Mateo y Marcos lo llaman simplemente «Tadeo», Lucas lo llama «Judas de Santiago»
San Bartolomé, apóstol
Santo Tomás apóstol
Catequesis de Benedicto XVI sobre los apóstoles
Felipe el Apóstol
San Mateo, apóstol y evangelista
La Cátedra de San Pedro, don de Cristo a su Iglesia
¿Cuál fue, por tanto, la «cátedra» de san Pedro? Elegido por Cristo como «roca» sobre la cual edificar la Iglesia (cf. Mt 16, 18), comenzó su ministerio en Jerusalén, después de la Ascensión del Señor y de Pentecostés. La primera «sede» de la Iglesia fue el Cenáculo, y es probable que en esa sala, donde también María, la Madre de Jesús, oró juntamente con los discípulos, a Simón Pedro le tuvieran reservado un puesto especial.