¡Qué empanada mental tiene Pepe Bono en la cabeza! Ahora, el católico anticlerical del Régimen recurre a los tópicos más idiotas de le leyenda negra para justificar su injustificable fortuna.
Es sabido que a Bono lo que gustaría es ser Papa o, mejor aún, Hans Küng. Así escogería los pasajes de los Evangelios y la doctrina más adecuadas a sus gustos, como ya hicieron los reformadores: Lutero, Calvino, Zwinglio... Pero al menos éstos no pretendían engañar a los tontos diciendo que eran católicos.
De Bono ya hemos tenido suficientes pruebas para saber que es el político más corruptor del Régimen porque representa en forma perfecta la hipocresía: se las da de patriota y retira la inscripción de A España servir hasta morir en la Academia de Suboficiales; presume de católico y ataca a la Iglesia. Ahora nos ha demostrado, encima, que es tonto.
Él, que estudió en el primer centro universitario de economía que hubo en España desde el siglo XIX, la Universidad de Deusto, ha caído en el tópico más idiota de la leyenda negra: el que culpa al catolicismo del atraso económico y de la pobreza.
En un acto con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, censuró la parábola dicha por Jesucristo sobre el camello que pasa por el ojo de una aguja y los ricos. De paso, elogió a Piñera, al que se opusieron los correligionarios chilenos de Bono.
El presidente del Congreso, José Bono, lamentó, en una referencia a Max Weber y su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo, que España no tuviese "la suerte (sic) de los calvinistas y protestantes", confesiones religiosas para las cuales cuando alguien tenía éxito se "les decía que estaban predestinados" mientras que en este país, "el que se predestinaba iba a la hoguera". Añadió que eso sigue ocurriendo "en algunos ámbitos" en los que se sigue acusando a las personas que triunfan en los negocios.
Primera réplica, y más sencilla: aquí, los que arrancaron uñas y pegaron tiros en la nuca a los que tenían éxito fueron los socialistas en los años 30, como le ocurrió al empresario y diputado Marcelino Oreja, asesinado en octubre de 1934 por terroristas del PSOE.
Segunda réplica: ¿ha oído este memo hablar de la Escuela de Salamanca y de que España fue la cuna del pensamiento económico? Los escolásticos españoles, ya desde el siglo XVI, defendieron la propiedad privada, estudiaron la formación de precios y la inflación y combatieron a los malos gobernantes que depreciaban la moneda y subían los impuestos (igualito que ahora). Así los presenta Juan Velarde:
Impresiona cuando gracias a estos impulsos se ha vuelto la vista a esta escuela, la certeza y modernidad de sus conclusiones. Las tres grandes cumbres son Vitoria, Domingo de Soto y Martín de Azpilcueta. Pero no podemos olvidar a Luis de Molina, a Cristobal de Villalón, a Pedro de Valencia, a Luis de Alcalá, a Luis Sala Díaz de la Calle, a Diego de Covarrubias, a Domingo de Ibáñez, por supuesto a Francisco Suárez, así como a Tomás de Mercado, sin dejar a un lado a la Escuela de Chuquisaca, heredera directa de Salamanca, donde se encuentra la raíz, como nos ha probado Oreste Popescu, por primera vez, de la teoría cuantitativa del dinero.
Bono, ¿por qué no fundas tu iglesia de una vez y, de paso, lees un par de libros? Aunque, claro, los mayores responsables de que Bono siga pasando por católicos son los obispos que corren a hacerse fotos con él.
Pedro Fernández Barbadillo