El comunicado emitido hace dos días por la Santa Sede, a propósito de los Legionarios de Cristo, tiene un alcance más que notable. Debe ser leído desde el primero hasta el último renglón. Pero para ser comprendido a fondo exige algunas notas explicativas.
LA GÉNESIS DEL COMUNICADO
Los cinco obispos que han llevado a cabo la visita apostólica a la Legión –todos de primer nivel en sus respectivos países– han entregado sus informes a las autoridades vaticanas a mediados del pasado mes de marzo, luego de siete meses de averiguaciones en las respectivas áreas geográficas.
Sobre la base de sus informes y citándolos ampliamente, la Secretaría de Estado vaticana ha preparado un documento de trabajo.
Convocados al Vaticano a fines de abril, los cinco visitadores trabajaron intensamente sobre los lineamientos del documento, durante toda la jornada del viernes 30 de abril y la mañana del sábado 1 de mayo. Lo han hecho bajo la presidencia del cardenal Tarcisio Bertone y junto al cardenal William J. Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Religiosos, y al arzobispo Fernando Filoni, Sustituto de la Secretaría de Estado.
La redacción del comunicado final también ha formado parte de los trabajos.
EL ROL DEL PAPA
Benedicto XVI asistió durante una hora y media, en silencio, presenciando los trabajos del grupo, la mañana del viernes 30 de abril. Antes de dejarlos, alentó a los presentes para que le presenten propuestas concretas, en base a las cuales él habrá de tomar sus decisiones.
Pero éste ha sido sólo el enésimo acto de un rol de protagonismo absoluto desarrollado por Joseph Ratzinger en el caso de los Legionarios de Cristo. A fines del 2004, él ordenó una investigación sobre su fundador, Marcial Maciel Degollado, contra la convicción general de inocencia imperante en toda la curia de la época y en el mismo papa Juan Pablo II. Fue él, como Papa, quien emitió en mayo de 2006 la sentencia de condena de Maciel. Fue él, en el verano de 2009, quien ordenó la visita apostólica a la Legión.
EL JUICIO SOBRE MACIEL
El comunicado explicita, por primera vez en un documento vaticano oficial, las culpas del fundador de los Legionarios, culpas que ni siquiera había formulado la condena del año 2006.
Esas culpas son identificadas como "comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales" y a veces como "verdaderos delitos", acciones que configuran "una vida carente de escrúpulos y de auténtico sentimiento religioso".
LA COMPLICIDAD DE LOS DIRIGENTES MÁXIMOS
Severísimo y también sin precedentes es también el juicio que el comunicado emite sobre el "sistema de relaciones" elaborado en torno a Maciel, sobre el "silencio de los que estaban a su alrededor" y sobre el "mecanismo de defensa" de su vida indigna.
Al afirmar literalmente que "gran parte de los Legionarios estaban a oscuras respecto a esa vida", el comunicado afirma implícitamente que, por el contrario, algunos sabían lo que ocurría.
En consecuencia, no habrá ninguna indulgencia para el "sistema de poder" que ha conformado un bloque en torno a Maciel antes y luego de su muerte, es decir, para las actuales cabezas centrales y territoriales de la Legión.
En particular, es totalmente ilusorio que el hacha pueda perdonar a los dos jefes supremos, el director general Álvaro Corcuera y el vicario general Luis Garza Medina.
Éste último, hasta hoy el verdadero número uno de la Legión en su aspecto financiero, ha hecho de todo en estas últimas semanas para configurarse como un nuevo Talleyrand, capaz de permanecer en la silla también en El Termidor, luego de haber secundado el Terror.
Pero también Maciel parecía "invulnerable" – como recuerda el comunicado – y al final se ha hundido.
LA "APUESTA" SOBRE EL FUTURO
Con mucho realismo, el documento de trabajo sobre el cual se discutió no daba por seguro el buen éxito de la obra de reconstrucción que la Legión deberá llevar a cabo. Respecto al futuro, utilizó la palabra "apuesta".
Un elemento de confianza –dice el comunicado– está dado por el "gran número de religiosos ejemplares" encontrados por los visitadores, animados por un "celo auténtico para la difusión del Reino de Dios".
Pero de los 800 sacerdotes de la Legión hoy sólo son cerca de 100 los que ya actúan conscientemente para recorrer un "camino de profunda revisión". La mayor parte todavía están perturbados y traumatizados por lo que se ha conocido del fundador, sometidos a la autoridad de los jefes en quienes ven su único anclaje.
LA PRÓXIMA AGENDA
Más allá del nombramiento de un comisario, las autoridades vaticanas anuncian en el comunicado otras dos providencias.
La primera ya estaba prevista y será una visita apostólica suplementaria respecto a Regnum Christi, la asociación laical que acompaña a los Legionarios, también fundada por Maciel.
La segunda providencia, por el contrario, nació de la discusión entablada días pasados. Se constituirá una comisión independiente para estudiar las Constituciones de la Legión, en particular para "revisar el ejercicio de la autoridad".
¿QUIÉN SERÁ EL COMISARIO?
En cuanto al comisario, mejor dicho, al "delegado" papal que asumirá plenos poderes en la fase de reconstrucción de la Legión, se prevé que Benedicto XVI lo nombrará antes del verano.
En la reunión se discutió esto. Se describieron las condiciones que se requieren para esta tarea. Y se ha explicitado un nombre, uno solo hasta ahora, el del cardenal mexicano Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara.
El cardenal Sandoval conoce bien a la Legión, la cual tiene en México su patria histórica. En Roma es titular de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, propiedad de los Legionarios. Pero jamás se ha mezclado con ellos ni con sus complots, ni con Maciel ni con los actuales dirigentes. Tiene 77 años y está a punto de abandonar el gobierno de su diócesis por haber superado el límite de edad, por eso podrá dedicarse en forma plena a la causa. En el Vaticano es miembro de la Congregación para los Religiosos, de la Congregación para la Educación Católica y de la prefectura Para los Asuntos Económicos de la Santa Sede. Además, forma parte de la Comisión cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras Religiosas. Se lo considera una persona muy resuelta y de segura confiabilidad.
UN VIRAJE COMUNICACIONAL
Una última consideración. Con este comunicado, la Santa Sede ha derribado el esquema que imperaba en estos tiempos en los medios de comunicación sobre la pedofilia: en vez de hacerse dictar la agenda por los diarios, en vez de responder caso por caso al martilleo de las acusaciones, la Santa Sede quiso esta vez tomar la iniciativa.
En el caso de los Legionarios, son los medios de comunicación los que deben seguir las decisiones de las autoridades vaticanas, en primer lugar del Papa. Son decisiones difícilmente rebatibles. Son decisiones típicamente de Iglesia y que ningún tribunal terrenal puede arrogarse. Son decisiones adecuadas no sólo para castigar, sino sobre todo para sanar, confortar, purificar y reconstruir, en ese orden de la Gracia de la que la Iglesia es depositaria y custodia.
Sandro Magister
Publicado en chiesa.espressonline