Un ministro luterano descubre el Rosario

Un ministro luterano descubre el Rosario

Esta experiencia con el Rosario fue una grieta en la armadura de sospecha que había construido contra el catolicismo. Me ayudó a estar dispuesto a probar lo que hacían los católicos en lugar de temerlo.

Este año marca el 11.º aniversario de mi conversión al catolicismo, la decisión más importante de mi vida. Una de las influencias más profundas en mi conversión fue el impacto de varios católicos que vivían su fe de manera auténtica. Su testimonio me ayudó a estar abierto a uno de los aspectos más desafiantes de mi viaje: el Rosario.

Crecí en un hogar luterano (Sínodo de Missouri), donde me enseñaron a ser cauteloso con la Iglesia católica. En nuestros servicios en la capilla, a menudo se enfatizaba que la Iglesia había convertido la gracia de Dios en algo que se podía comprar o ganar. Creía que los católicos eran, en el mejor de los casos, personas equivocadas y, en el peor, herejes declarados.

Durante mi adolescencia, comencé a experimentar a Dios de manera personal, como una fuerza viva y activa en mi vida. Mi fe se volvió algo propio y central a mi identidad. Sin embargo, estaba siendo discipulado por hombres que tenían opiniones fuertemente anticatólicas. Me advertían sobre el catolicismo, describiéndolo como algo diabólico y profundamente problemático. Leíamos libros sobre los peligros del catolicismo y distribuíamos folletos bíblicos, algunos de Jack Chick, que solía condenar duramente a los católicos.

A pesar de esto, las vidas y la fe de los católicos que conocía me hicieron dudar de algunas cosas que escuchaba. Muchas de las personas más reflexivas y orientadas hacia la fe que conocía eran católicas. Me decía a mí mismo que eran cristianos a pesar de su catolicismo, pero me sentía curioso.

Durante ese tiempo, también me encontré con evangelistas católicos en la calle. Viviendo en Ann Arbor, Michigan, asistí a la Feria de Arte anual, que incluía puestos donde las organizaciones podían compartir sus misiones y creencias. Un día, me topé con una mesa blanca cubierta de rosarios. Ya los había visto antes, y siempre me incomodaban. No sabía mucho sobre ellos, pero había oído a personas rezarlos y creía que eran la definición misma de oraciones vanas y repetitivas, además de idolatría, ya que pensaba que se rezaba a María, no a Dios. Sin embargo, me sentía intrigado.

Un hombre mayor en la mesa me ofreció un rosario gratis, que acepté y guardé en el bolsillo. Más tarde ese día, tiré la mayoría de los objetos que me habían dado en la feria, pero no pude deshacerme del rosario. No sabía qué hacer con él. Sabía que era una herramienta de oración, pero no me sentía cómodo rezando el Ave María. Pensé que tal vez podría intentar orar simplemente sosteniendo las cuentas en mis manos. Empecé a hacer caminatas de oración y solo sujetaba las cuentas mientras oraba. Me gustaba porque me daba una sensación física de la acción de rezar.

Después de meses de esto, finalmente decidí intentar rezar un Rosario completo con los Ave Marías y todo. Encontré un folleto que explicaba cómo rezarlo y lo seguí. Comencé a darme cuenta de que el Rosario no era una oración a María, sino una oración con María sobre Jesús. Al reflexionar sobre cada uno de los misterios, las oraciones me recordaban el gran amor de María por Jesús y su papel en su vida. Empecé a ver a María como un ejemplo de alguien que amaba profundamente a Jesús. Comencé a pedirle a Jesús que me hiciera más como María, y eventualmente creí que María también podía orar por mí para que me pareciera más a Jesús.

Esta experiencia con el Rosario fue una grieta en la armadura de sospecha que había construido contra el catolicismo. Me ayudó a estar dispuesto a probar lo que hacían los católicos en lugar de temerlo. Al final, fue mi experiencia de la profundidad y la belleza de la espiritualidad católica lo que hizo que mi conversión a la Iglesia católica fuera un salto que estaba listo para dar, una belleza que se me abrió gracias al testimonio de amigos y desconocidos que vivían su fe de manera abierta e invitante.

Dr. William Kangas

Publicado originalmente en The Coming Home Network International

10 comentarios

África Marteache
No me extraña que el descubrimiento del Santo Rosario le hiciera efecto. San Juan Pablo II añadió los Misterios Luminosos y, si se rezan los 20 misterios, introduces meditaciones sobre las partes más importantes del Evangelio: Misterios gozosos: desde la Anunciación a Jesús perdido en el Templo; Misterios Luminosos: desde el Bautismo en el Jordán hasta la Institución de la Eucaristia; Misterios Dolorosos: desde la Agonía en Getsemaní a la Crucifixión; Misterios Gloriosos: desde la Resurrección hasta la Coronación de la Santísima Virgen María como Reina de cielos y tierra.
El Rosario se puede enriquecer con lecturas como el Magnificat (2º Misterio Gozoso); el Cántico de Simeón (3º Misterio Gozoso), la Oración al Espíritu Santo (3º Misterio Glorioso), etc...
Es decir, el Rosario permite meditar y orar a través de los Evangelios. Es la oración más completa de la que dispones y solo es mecánica si el alma no tiene la disposición debida, como siempre que se ora.
9/10/24 9:22 AM
Maldan
Laus Deo. Confiemos en que, apellidándose Kangas, no tardemos en verle por Covadonga.
9/10/24 9:47 AM
maru
El rezo del Santo rosario, requiere meditacion sobre cada uno de los misterios, no rezar aves Marías sin más. Los misterios dolorosos, nos muestran la Pasión del Señor, los gloriosos su Resurrección, etc. Este converso, lo hizo muy bien.
9/10/24 10:04 AM
Seletotsira
No puede haber buen ejemplo sin cercanía (amor verdadero) al prójimo.
Incluso puede provocar que le vean por Covadonga.
9/10/24 10:08 AM
Marta de Jesús
María nunca defrauda. María lleva a Jesús por víarápida.

Personalmente no siempre lo he rezado/lo rezo como se debe. Pero he pasado de verlo #un rollo# a ser una de mis oraciones favoritas, comprendiéndola mejor.

La Iglesia católica está protestantizada en lo que no debería. Sin embargo pueden ayudarnos a volver a cuestiones aparcadas, demasiado aparcadas. Salvación_condenación, llamados-elegidos, etc. Tema espinoso, alimento sólido necesitado de masticación. Tanto quisimos, parece ser, desmarcarnos de ellos, que se dejó de ahondar en una de las más importantes cuestiones.

Bienvenido al caballero. Bienvenido a casa.
9/10/24 10:30 AM
Berenguer Ramón
Para rezar y valorar el rosario, a mi juicio se precisan dos cosas fundamentales: tener espíritu de infancia e inteligencia normal. ¿porqué hay gente que lo rechaza? Principalmente por la primera cuestión.
9/10/24 11:08 AM
África Marteache
La gente rechaza el Santo Rosario por lo mismo que rechaza leer "Los Hermanos Karamazov" a plazos.
Cuando una llega a mayor se da cuenta que la capacidad de concentración se mide por las lecturas y los rezos. El hecho de que sea repetitivo no es más que una excusa, todo lo que merece la pena es repetitivo y la gracia está, precisamente, que a pesar de ello sigue siendo atractivo y lo es más cuanto más insistes.
Es justo lo contrario que las películas y los videos que, por su propia esencia, son fugaces.
9/10/24 2:11 PM
Nova
Me alegro mucho por la conversión de este hombre, gracias sean dadas a Dios por ello. Eso sí, los católicos sí rezamos a la Virgen. Y a los Santos. Pero eso no es malo, sino muy bueno. Yo estoy segura de que a Nuestro Señor Jesucristo le agrada muchísimo que se rece a un Santísima Madre.
9/10/24 9:41 PM
Néstor
Hay otro pastor joven en Internet que pasó del calvinismo al luteranismo y reza también una versión suya del Rosario. Hay que pedirle a la Virgen que lo ayude.

Saludos cordiales.
10/10/24 2:46 AM
Luz
Este descubrimiento y reflexión sobre el Sto.. Rosario me ha emocionado!. También me ha ayudado a valorar ,una vez más, esta Devoción tan completa....como es el rezo del Rosario,para los que creemos y nos apoyamos en la Stma Trinidad y en nuestra Madre, la Virgen Santísima.!.....
Necesitamos de su ayuda y de su compañía para seguir este camino cristiano que tanto nos conforta!.
nos consuela y nos acompaña a lo largo de esta vida!..
!Un saludo afectuoso para todos.
13/10/24 12:15 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.