Tengo amistad con Álex Rosal y hace unas semanas tuvo a bien enviarme una copia de su libro, Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida. A todo el mundo le gusta recibir regalos, pero los libros son un arma de doble filo en la medida en que, el que te lo regala, desee comentar el texto cuando lo hayas leído. Por esta razón, empecé con poco entusiasmo la lectura, un ensayo sociológico sobre nuestro tiempo y un manual de combate para la batalla cultural.
Mis prejuicios iniciales me llevaron a pensar que se trataría de un simple recetario buenista, sin especiales aportaciones realmente interesantes. Sin embargo, a pesar de mis reticencias iniciales, me he encontrado con un texto ameno, sugerente, realista y positivo.
Hay dos cosas que destacaría principalmente, en primer lugar que la obra está escrita partiendo de multitud de hechos reales, ya sean sucesos relevantes de las últimas décadas o anécdotas de la vida del autor.
Álex Rosal ha sido director de la oficina de información de la Conferencia Episcopal Española , delegado de medios de comunicación del obispado de Madrid, co-fundador de Alfa y Omega, jefe de la sección de religión de La Razón, fundador de la colección Planeta Testimonio y, actualmente, director de Religión en Libertad. Nos encontramos ante una persona que ha dedicado su vida profesional a la Iglesia y la evangelización desde el ámbito de la comunicación, a un gran nivel directivo, por lo que ha sido un testigo privilegiado de numerosas batallas de la guerra cultural.
El segundo aspecto especialmente positivo del texto tiene que ver con la llamada a la acción que realiza el autor. Su obra no pretende sólo ser un diagnóstico de la situación y de las causas que nos han traído hasta aquí, sino que también realiza una propuesta para revertir la situación con un planteamiento esperanzador.
Personalmente todavía me rechinan bastante las categorías habituales del tipo «guerra cultural», «batalla cultural» y otras expresiones que dan a entender que los cristianos son perseguidos continuamente. No soy conspiracionista. Ahora bien, reconozco que este libro contiene muchos hechos irrefutables y relevantes que desconocía. Por supuesto, no estoy de acuerdo con algunas tesis de la obra, por ejemplo, con la propuesta que hace sobre la libertad de expresión y con otras cuestiones en las que establece relaciones causales donde yo solo veo correlaciones más o menos fuertes. Ahora bien, considero que el texto no es gratuitamente alarmista y resulta muy estimulante para todos aquellos que quieren cambiar la sociedad.