La curia no se ha tomado bien la falta de sinodalidad, por eso se han levantado obispos, sacerdotes y conferencias episcopales en contra de una declaración (yo pensé que habían hackeado la página del vaticano, o que era una broma, pero no era 28, sino 18) emitida con un sofisma que rompe toda lógica, convirtiendo la fe racional y revelada en una creencia pagana y sin sentido. Quiere decirse, y se dice, que no se bendice la unión, pero si la pareja… ¿ah que la pareja no está unida? entonces ¿para qué vienen en pareja? Hombre, pues por la unión… ah… que es un sofisma…
Pero hombre, hacía tiempo que no leía semejante sofisma, que dirán estos sofistas a los que quieran hacerles ver la luz y sacarlos de la Caverna ¿beberse la cicuta? Que no lo veo, que no. Y mira que entiendo perfectamente el modelo jesuita de sí tú lo ves blanco y la jerarquía dice que es negro, pues te sometes y reconoces que es negro. Bueno pues así lo veo, y así es, como dice el catecismo:
«El hombre prudente, cuando escucha la conciencia moral, oye a Dios que habla… La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho… nos instruye y nos gobierna. La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo» (CEC 1777/78)
¿Entonces si yo lo veo blanco y el prefecto para la congregación de la fe me dice que es negro, es negro porque así lo dijo San Ignacio de Loyola? No dijo eso nunca San Ignacio, sino que se refería a los herejes, que han de someterse a la sana Doctrina:
«[365] 13º regla. Debemos siempre tener, para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina; creyendo que entre Cristo Nuestro Señor, esposo, y la Iglesia su esposa, es el mismo espíritu, que nos gobierna y rige para la salud de nuestras ánimas. Porque por el mismo Espíritu y Señor nuestro, que dio los diez mandamientos, es regida y gobernada nuestra santa madre Iglesia.
Nota aclaratoria:
365 ª/ Probable alusión a la frase de Erasmo en las Supputationes errorum in censuris Beddae: «Neque enim ideo nigrum esse album, si ita pronuntiaret Romanus Pontifex; quod scio illum numquam facturum»: Opera, vol. IX (1706), p.
517. Nótese que Ignacio no dice que debamos creer que es blanco lo que es negro, sino «lo blanco que yo veo», que la Vulgata traduce: «quod oculis nostris apparet album». No se trata, pues, de negar la evidencia natural o moral, sino de no absolutizar la realidad tal como es aprehendida por el hombre falible. Ignacio demuestra su adhesión al magisterio de la Iglesia, regida y gobernada por el Espíritu Santo.» San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales (Introducción, texto, notas y vocabulario por Cándido de Dalmases, S.I. ed. Salterrae 1990)
¡No!, porque «No se trata, pues, de negar la evidencia natural o moral», como es obvio, pues era para los herejes, en este caso Erasmo de Rotterdam, para quien iba la lanza de San Ignacio, de que se sometiera a la jerarquía, porque era un hombre errado: «no absolutizar la realidad tal como es aprehendida por el hombre falible».
Erasmo condenó el protestantismo, sí, pero su condena no fue rotunda y categórica, puesto que alimentó el espíritu de la Bestia.
Esto me recuerda al relativismo del que habló el Santo Padre Benedicto XVI, y que tan maravillosamente nos contaba otro magnífico sacerdote, Pablo Domínguez: Una dictadura del relativismo. Y este relativismo, hoy en sacerdotes y obispos, sería, como en un farmacéutico, nefasto:
— Persona Desorientada: buenas quería saber que tenéis para las enfermedades venéreas…
— Farmacéutico: ¿consejos?
— P.D: ¿Algo más?
— F: Bendiciones… digo… ¿parches?
— P.D: querrá decir tiritas
— F: Eso
— P.D: Hummm… como ha madurado la farmacia… ¿ya no hace falta desinfectante…?
— F: No, es que eso escuece mucho
— P.D: Ah ¿pero hace falta o no?
— F: depende… adelante sírvase usted mismo
— P.D: pero oiga, dígame usted lo que está bien, lo que debo tomar según mis síntomas…
— F: no, no, con libertad, escoja usted mismo lo que le debo de dar
— P.D: bueno, pues deme eso
— F: tome
— P.D: ¡oiga, aquí pone Cicuta!
— F: si, pero se lo puede beber, con libertad.
— P.D: no, no, yo quiero conocer la verdad, el bien, lo que me hace bien… ¡dígame la Verdad! ¡por CARIDAD PASTORAL! Digo… farmacéutica…
— F: la verdad, la verdad, esto es un camino… un acompañamiento, venga mañana…
Y es que claro, las cosas y el magisterio no pueden estar siempre madurando (una continua evolución del todo cambia), porque lo que ayer estaba maduro hoy podría estar podrido. Si, no llames maduro a lo podrido, porque el magisterio en temas sexuales, no madura más. Exacto, cuando entra un gusano en la «fruta» madura, este, la pudre.
Seamos coherentes, en la incoherencia Dios no está. Que Dios nos ayude y que los obispos se pongan sinodalmente de acuerdo, con la ayuda de Dios y según su juramento:
«Que Dios me ayude y estos santos evangelios que toco con mi mano…»