El pasado 5 de diciembre Carlos Herrera realizó una emotiva entrevista a Ana Obregón. A lo largo de la charla, la artista justificó el «nieto» que tuvo por fecundación in vitro, con el semen de su hijo fallecido y la ayuda de un vientre de alquiler para gestarlo. Su caso resulta inmejorable para justificar este tipo de prácticas, pues es una situación límite que genera muchísima empatía en la opinión pública.
No es fácil ponerse en contra de Ana Obregón si uno escucha el sufrimiento que le generó la enfermedad de su hijo y cómo este le pidió, como última voluntad, tener un hijo utilizando su esperma. Tras la muerte Alejandro Lequio Jr, Ana tenía ganas de suicidarse y solo le mantuvo con vida el compromiso de cumplir la voluntad de su hijo. Más adelante, el deseo de ejercer como madre de esa criatura, para que no creciera sin familia, le está dando la fuerza que necesita para vivir. La entrevista de Herrera es muy conmovedora, con música dramática de fondo, y con el propósito de promocionar el libro en el que cuenta toda esta historia detenidamente.
La idea que pretende transmitir es clara: acudir a un vientre de alquiler ha resultado un bien enorme, pues da vida a un nuevo ser humano, cumple el último deseo de su hijo y da un nuevo sentido a la vida de otra que estaba desesperada. Así presentado, el asunto es inapelable. Solo queda exigir que se legalice esta forma de engendrar hijos en España, pues se puede estar privando de un bien enorme a muchas otras personas.
Desde el año 2015 sigo con interés la cuestión de la maternidad subrogada. He participado en manifestaciones y grupos de trabajo que denuncian esta práctica e intentan que no se normalice en nuestra sociedad. He leído multitud de entrevistas y reportajes en favor de ella, algunos financiados por las empresas extranjeras que ofrecen este tipo de «servicios» a clientes españoles. Sin embargo, la entrevista de Herrera es la noticia más eficaz que se ha publicado hasta ahora en España en favor de la maternidad subrogada.
El caso de Ana Obregón es un ejemplo paradigmático de los dos primeros pasos que hacen falta para cambiar la opinión pública acerca de una cuestión moral controvertida. El filósofo Michael Sandel, Premio Princesa de Asturias 2018, los ha explicado con gran claridad en sus obras. Este caso cumple los dos primeros requisitos, pues presenta una situación muy dura y empática, a raíz de la cual es muy fácil reivindicar la libertad personal para hacer lo que uno desea, sin entrar a valorar las otras cuestiones morales que están en juego al legitimar esta práctica.
Algunos todavía piensan que la cadena COPE defiende las posiciones morales de la Iglesia, pero este es otro ejemplo muy relevante de lo lejos que está de hacerlo verdaderamente. Si de verdad tuviera audacia evangelizadora contaría historias límite en el otro sentido, como la de Olivia Maurel, una feminista nacida por gestación subrogada y activista en contra de esta práctica.