Los niños profetas colombianos
Niños colombianos | Web del Obispo Jaime Fuentes

Los niños profetas colombianos

Se cumplió el Salmo 91: «ha dado órdenes a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos. Te llevarán en sus palmas para que no tropiece tu pie en piedra alguna. Caminarás sobre serpientes y víboras»

Es verdad, se trata de un milagro. Un milagro «es un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a la intervención sobrenatural de origen divino» (RAE). Sí, el mundo entero es testigo de un milagro. Porque, ¿cómo explicar que cuatro niños - la mayor de 13 años, el más chico, menos de un año- hayan sobrevivido en la selva colombiana, a un accidente que le costó la vida a los que iban en la avioneta (la mamá de los chicos y otras dos personas) y no a ellos?

Basta conocer las declaraciones del papá, de la abuela y del abuelo de los niños, que rezaron e hicieron rezar a millones de personas, para agradecer a Dios que se hayan salvado. Se cumplió el Salmo 91: «ha dado órdenes a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos. Te llevarán en sus palmas para que no tropiece tu pie en piedra alguna. Caminarás sobre serpientes y víboras»… (11-13)

Los milagros son el lenguaje por el que Dios manifiesta su existencia y su amor por los hombres. Jesucristo, hijo de Dios encarnado, hizo milagros por compasión con quienes sufrían el dolor y, sobre todo, buscando la conversión de los hombres. Por eso, «se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: ¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han obrado en ustedes, hace tiempo que habrían hecho penitencia» (…) En el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes» (Mateo, 11, 20).

Los niños colombianos protagonizaron un milagro que ha causado admiración en toda la Tierra. ¿Qué quiere decirnos Dios con su indudable intervención? En mi opinión, los niños han sido sus mensajeros; han sido profetas de Dios.

La rúbrica divina

Hay que destacar algo que rubrica la firma divina en el milagro de los niños. La prensa del mundo entero, destacando la insólita enormidad de lo ocurrido, ha subrayado una y otra vez que los niños fueron encontrados después de cuarenta días, ni uno más ni uno menos, ¡cuarenta días! Es esta una cifra misteriosa, que en la Biblia aparece más de cien veces y, en muchos casos, en un contexto que reclama conversión, cambio de vida.

Cuarenta días duró el diluvio, para recomenzar con Noé una nueva tierra (Génesis 6, 12-7, 17). Cuarenta años duró el tiempo de purificación del pueblo de Israel, para llegar a la tierra prometida. Durante cuarenta días ayunó el profeta Elías hasta encontrarse con Dios en el monte Horeb (1 Reyes 19, 8). Y cuarenta fueron también los días que Jesús ayunó en el desierto, antes de empezar su predicación (Mateo 4, 2)…

No pocas veces, sirviéndose especialmente de su Madre Santísima, Dios ha hablado a los hombres pidiéndoles conversión, volver a Él. Ahora, como en Lourdes y en Fátima y en otras ocasiones, ha elegido también a unos niños (son ellos sus preferidos, porque reflejan la pureza, la sencillez, la confianza en Dios, la generosidad… todo eso que los mayores no solemos tener) para que, protegidos por su mano paterna durante cuarenta días y sin necesidad de palabras, den a la humanidad este mensaje: arrepiéntanse y vuelvan a Dios.

El caso del profeta Jonás es ejemplar. Enviado por Dios, Jonás estuvo un día entero anunciando a la ciudad de Nínive, podrida por el pecado: - «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida». El caso es que «las gentes de Nínive creyeron en Dios» y desde el rey hasta el último hombre empezaron a hacer penitencia… Y «Dios miró sus obras, cómo se convertían de su mala conducta, y se arrepintió Dios del mal que había dicho que les iba a hacer, y no lo hizo» (Jonás 3, 1-10).

Nuestro mundo, hoy por hoy, es una selva de corrupción en todos los niveles. Del olvido de Dios se ha llegado a su desprecio y al odio a Dios. Se han traspasado todos los límites; se aplauden las mayores aberraciones, se ridiculiza al que no quiere aplaudir ni vivir de otra manera… Está a la vista de todos la implacable «dictadura del relativismo».

La historia enseña

«La historia es maestra de la vida», ya lo dijo Cicerón. El 13 de julio de 1917, mientras Europa se desangraba en la primera guerra mundial, la Virgen hablaba con tres niños en Fátima y les decía: «La guerra terminará, pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Y les dio esta señal: «Cuando veáis una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre».

Así fue. En el diario La Vanguardia, 26 de enero de 1938, pág. 9, con el título RARO FENÓMENO METEOROLÓGICO, aparece esta información: «París, 25. En esta capital y en los departamentos de los Alpes, ha sido observada esta noche, desde las 7 hasta las 9, una magnífica aurora boreal. En algunos puntos la luz que daba el fenómeno era semejante a la del día… Londres, 25. Esta noche, el magnífico espectáculo de una aurora boreal ha sorprendido a los habitantes de numerosas regiones de Inglaterra, especialmente las del sur y Londres. Gran número de personas se han congregado para contemplar el espectáculo. Desde varios puntos del país, el reflejo de la aurora boreal semejaba a un gigantesco incendio. El fenómeno ha sido visto igualmente en otras partes de Europa».

Siguen iguales informaciones de Berna y Berlín. La Redacción del diario añade: «Este fenómeno fue observado también en Barcelona, desde primeras horas de la noche de ayer martes. Es de observar que en nuestras latitudes es rarísima la observación de estas auroras, de origen polar».

Es sabido lo que vino después: en septiembre de 1938 Hitler ocupó Checoslovaquia; Polonia un año más tarde y…

Por medio del milagro de los niños colombianos, ¿qué quiere decirnos Dios? «El que pueda entender, que entienda» (Apocalipsis 3, 22).

+ Mons. Jaime Fuentes
Obispo emérito de Minas

 

1 comentario

Nova
Tengo para mí que ya no estamos en la etapa de la dictadura del relativismo, sino en la fase siguiente: La imposición de una nueva "moral", profundamente anticristiana. Si no, que se lo pregunten al ingeniero norteamericano a quien su empresa ha despedido por indicar, en su perfil, que su sexo le fue asignado por Dios...
23/06/23 4:55 PM

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