Rocco Buttiglione, ex ministro italiano, ha concedido una larga entrevista en Bitno, un medio Croata. Habla sobre la continuidad entre el Papa Francisco y sus predecesores, la decadencia de Europa y el futuro de la Iglesia. También aborda la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia y explica varias cosas muy interesantes para contextualizar la valoración de los abusos sexuales a menores. Cito sus palabras textualmente, pues son muy reveladoras:
«Cuando era joven, la opinión común sobre la pedofilia en la sociedad era que era un crimen, o un pecado, como cualquier otro. El sacerdote declarado culpable de ello era enviado a un convento a orar y hacer penitencia durante uno o dos años, y luego recibía la absolución y era enviado nuevamente a alguna iglesia parroquial. El estado hizo exactamente lo mismo. Después de que el convicto cumpliera su tiempo en la cárcel, era enviado de regreso a la vida civil, como cualquier otro».
«Solo más tarde nos dimos cuenta de que la pedofilia es un trastorno profundo de la personalidad y que está relacionado con el comportamiento continuo. Al mismo tiempo, se consideraba que los niños olvidaban fácilmente lo que les sucedió. Solo más tarde nos dimos cuenta de que las víctimas sufren durante mucho tiempo, quizás toda su vida. Y que es un tremendo obstáculo para el adecuado desarrollo de su personalidad».
«Algunos de esas áreas culturales que son hoy los más fuertes acusadores de la Iglesia hace varias décadas querían la liberalización de la pedofilia. Piense en los Verdes. Piense en el Partido Socialista en Alemania y algunos otros países. Tenían una propuesta para la despenalización de la pedofilia. Y pensemos en los grandes intelectuales que todos consideramos como los maestros del pensamiento occidental, añadiría yo: el pensamiento occidental en la era de esa decadencia. Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Michel Foucault, y tantos otros… 62 de ellos firmaron un manifiesto exigiendo la despenalización de la pedofilia. Querían que se considerara una etapa normal de desarrollo en la vida de un niño. Daniel Cohn-Bendit, el líder de los Verdes alemanes y franceses, escribió un libro, Le grand Bazaar, en el que se presentaba abiertamente como un pedófilo. Ese era el estado de ánimo de Europa en los años del pontificado de Juan Pablo II. Y la Iglesia fue acusada de estar en contra de la felicidad de los niños porque estaba en contra del contacto sexual con los niños. ¿Alguien recuerda esto? Sí».