Agradecer a Jesús fiándonos de Él

Sí, meditando en la obra de la Redención, comprendemos su dimensión. Por una parte nos ha sacado de la ciénaga del pecado; por otra, nos ha como catapultado a lo infinito y eterno. La oscuridad actual de las inteligencias en general, y de las cristianas en particular, es el resultado de la obra tenebrosa del demonio, que intenta oscurecer la obra de Cristo que ha sobreelevado todo lo creado a la condición de Reino de Dios entre nosotros. La actual Aurora de María está llamando a despertarnos del sueño del "hombre viejo", a abandonar el capullo de crisálidas, y lanzarnos a la conquista de los feudos del Reino usurpados por el enemigo. Bajo el resplandor de la Resurrección del Señor, debe ser profundizada la filosofía aristotélico-tomista, la ciencia, la técnica, el arte, la política. La cultura de Occidente ha sufrido y sufre el terremoto originado por el racionalismo. Al rechazar que la inteligencia alcanza el ser en la verdad objetiva, ha despreciado la Creación. Desde entonces se ha vuelto una civilización esclava de sus temores, del espejismo de una falso”progreso”, de sus autodestrucciones, que languidece entre horizontes míseros. “Ha llegado el Día. ¿Y, no lo ven?” (Jesús, Mens. en San Nicolás). Tan medrosos están los ánimos que no se atreven a proclamar el triunfo del Corazón Inmaculado en el mundo, ni el hecho de que la moderna Babilonia se precipita. ¡Cómo no fiarnos de Jesús, si hasta nos envía a su Madre!

Si hubiera FE proclamaríamos sin cesar y en alta voz que el VERBO creó a la Virgen, su Madre, pensando en nuestra Redención. Que hoy celebramos la NATIVIDAD DE MARÍA, y con ELLA el inicio del tramo final del camino de la Encarnación. María nos permite confiar plenamente en su Hijo, porque es la Medianera; porque gracias a Cristo el CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA está triunfando; el enemigo ha sido DERROTADO, se bate en retirada. Si hubiera FE proclamaríamos nuestra convicción y esperanza de que el REINO DE DIOS está entre nosotros, que SE EXTIENDE A TODA LA CREACIÓN, que es el NUEVO PARAÍSO TERRENAL. Si hubiera FE no permaneceríamos dudosos e inactivos, nos lanzaríamos a la EDIFICACIÓN DEL NUEVO MUNDO QUE VIENE. Si hubiera FE moveríamos las MONTAÑAS; haríamos de nuestros trabajos una gran LITURGIA que glorifique a la SANTÍSIMA TRINIDAD; el mundo sería TRANSFIGURADO. Si hubiera FE nos pondríamos DE PIE, saldríamos al ENCUENTRO DE LA AURORA, para buscar la SABIDURÍA, el AMOR y el PODER que nos permitan trabajar en el REINO. Agradeceríamos a JESÚS por tantas razones para CONFIAR EN ÉL.

P. Martín. El siguiente comentario es relativo a su video en Religión en Libertad sobre ¿Por qué estoy en la Iglesia? (12.09.2020)
¿Por qué estoy en la Iglesia? Con toda humildad sabemos que es porque Dios sostiene a muchos bautizados con su gracia, más poderosa que cualquier error difundido en décadas... Esos bautizados sostenidos se han encontrado con "guías" que les han salvado de naufragar en el aura de D. "N" y sus personales interpretaciones...

Y me pregunto: ¿Por qué las "estrategias improductivas en la vida de la gracia" no se corrigen hasta que den frutos? Habla Ud de estructura... Cualquier estructura precisa de un ideólogo, de cooperadores ... y de alguien que audite... O, acaso, se trata de un caos en el que todo vale con tal de hacer desaparecer todo lo genuino y valioso del Tesoro divino de la Santa Madre Iglesia para, luego, llenar de nada a unos individuos cuyas almas han sido sometidas a un "Holodomor" espiritual?...

Un buen huertano, poda una rama vieja para que otra nueva produzca... jamás corta por debajo del injerto de un árbol... Nunca echa por tierra lo que cuesta años, muchos, hacer producir...

Este es un tiempo en el que las estrategias erráticas evidencian la nada y los bautizados asistidos por la gracia, caen, se levantan y se desgastan hasta el Encuentro definitivo... Son tiempos de LUZ, P. Martín

¡Jesús, confío en ti! ¡El Sagrado Corazón! Precisamente es cuando hay Persecución y sufrimiento que debes Confiar más en Dios, el dulce Jesús, acogerte al dulce, inefable e Infinito consuelo de su maravilloso Amor ¡el Gozo del Espíritu Santo! ¡el Paraíso ya en la Tierra! ¡la perfecta y gloriosa Omnipotencia de la Felicidad de la Cruz, nunca ha sido Más Grande Dios, el dulce Jesús! ¡Viva Dios! ¡Viva Dios! ¡Viva Dios!