Acaba de publicarse en Alemania un libro de Peter Seewald titulado «Benedickt XVI. Ein Leben», es decir «Benedicto XVI. Una Vida», que es una biografía autorizada del Papa emérito.
Antes de empezar a comentar lo que ha dicho el Papa emérito en este libro sobre seguramente el mayor problema de la Iglesia actual, me parece conveniente recordar algo escrito por el cardenal vietnamita Van Tuan en su libro «El camino de la esperanza»: «Antes de criticar a la Iglesia, prueba a leer los documentos y las encíclicas de los Papas. Te sorprenderá el descubrir que han tratado a fondo cada problema. Verás cómo son radicales en sus proyectos de renovación, y cómo es revolucionario el espíritu cristiano, impregnado de las Escrituras, de la gracia de Dios y de la Tradición» (nº 269).
El problema de la Ideología de Género no es exclusivamente español, aunque aquí lo tengamos en multitud de leyes, como la del aborto, la corrupción sexual de los menores, incluso en las escuelas, el cambio de sexo, la prohibición a los homosexuales de intentar llegar a la heterosexualidad, el matrimonio homosexual, el libertinaje y ahora nos viene la eutanasia, sino que afecta a buena parte dela Cristiandad y por ello es lógico que Benedicto XVI lo aborde en su libro, como ya lo hizo en su Pontificado, así como san Juan Pablo II y lo está haciendo Francisco.
Aunque cualquier católico medianamente informado sabe que detrás de la Ideología de Género está el Demonio, es difícil expresarse con más contundencia como la que en este libro emplea Benedicto XVI: «La verdadera amenaza para la Iglesia reside en la dictadura mundial de ideologías aparentemente humanistas, cuya negación implica ser excluido del consenso social básico. Hace cien años, cualquiera habría considerado absurdo hablar de matrimonio homosexual. Hoy queda socialmente excomulgado quien se oponga a ello. Lo mismo vale para el aborto y para la fabricación de personas en el laboratorio. La sociedad moderna está formulando un credo anticristiano y castigará con la exclusión social a quien se resista a él. Es totalmente natural el temor a este poder espiritual del Anticristo, y se hace necesario realmente el auxilio de la oración».
Este temor del que habla el Papa es totalmente lógico si tenemos en cuenta las fuerzas que hay detrás de esta Ideología, cuyo objetivo final es acabar con la civilización cristiana en general y con la Iglesia Católica en particular, sirviéndose para ello del espejuelo de una libertad absoluta, sin limitaciones naturales o morales. La disolución de los criterios morales está siendo impuesta y la oposición a ella está siendo castigada con sanciones sociales, como muy fuertes multas.
Quienes están detrás de esto son esos poderes que gobiernan el mundo contra el designio de Dios creador y redentor sobre la persona, el matrimonio y la familia. Pensemos en las fundaciones Ford, Rockefeller, Soros, en la misma ONU, donde muchas de sus organizaciones han pasado de la Declaración de Derechos Humanos de 1948 a defender el feminismo radical, los lobbies feministas radicales y homosexuales, cuyas leyes de Ideología de Género se están multiplicando en tantos países y que en España cuentan con leyes propias en casi todas las Comunidades Autónomas. Muchas de ellas fueron incluso aprobadas por unanimidad, porque aunque contengan disparates ideológicos y científicos evidentes, es muy difícil luchar contra los poderosos de este mundo, y más si están, como nos señala el Papa emérito, al servicio del Demonio, al servicio del Anticristo. Hoy ya tenemos un Partido Político con representación nacional que está contra la Ideología de Género. Espero que pronto le siga algún otro, porque somos muchos los ciudadanos que cuando nos damos cuenta de lo que es la Ideología de Género, la rechazamos horrorizados.
Como sacerdotes, como fieles cristianos: ¿qué debemos hacer? La respuesta es bien sencilla: seguir y predicar a Jesucristo. Me parece importante hacer lo que el cardenal Van Tuan nos pide: conocer el Magisterio de la Iglesia para de ese modo poder orientarme yo mismo y poder orientar a los demás en los nada fáciles problemas de la Sociedad en que vivimos, entre los cuales y no precisamente de los más pequeños están los relacionados con la Ideología de Género. Como nos dijo san Juan Pablo II: no debemos tener miedo y cuando prediquemos no nos debe preocupar si nos critican o no, sino solamente: ¿hemos sido fieles a Jesucristo y a su Iglesia, sí o no?
Pedro Trevijano