Literatura de género
Luciana Peker

Literatura de género

Estos temas no figuran en la predicación ordinaria de la Iglesia, de modo que los fieles quedan desguarnecidos y el público en general sin la oportunidad de conocer la verdad.

El 12 de septiembre pasado, la edición de El Día, el matutino platense, incluía una nota en la que se registraba el éxito de ventas, en librerías de la ciudad, de obras sobre perspectiva de género y diversidad sexual. Recorriendo varias de aquellas comprobé que efectivamente tal es la situación. Vacilé un tanto para elegir, ante una mesa bien surtida, porque mi bolsillo no resistía más que un ejemplar. Me decidí por un libro de Luciana Peker; por delicadeza o escrúpulo no me animo a citar el título, que es, por cierto, bien expresivo.

El texto tiene 367 páginas; leí cuidadosamente, tomando notas, hasta la 120, el resto a los saltos. Ya era suficiente, pues aun en ese primer tramo se repiten de continuo los mismos argumentos. En las últimas páginas se exhibe una lista de referencias bibliográficas calificada como Notas Académicas; el nombre designa una aspiración prima facie excesiva; en realidad se trata de pura ideología, lo cual refuerza mi convicción de que en la de género se desposan el constructivismo gnoseológico, psicológico y sociológico con la dialéctica marxista. De paso y entre paréntesis: la izquierda se ocupa actualmente con fruición de temáticas típicamente burguesas; su defensa obstinada del aborto es otra de ellas.

En la obra de la Sra. Peker hay mucho material autobiográfico; un ejemplo nomás: ella no ha conocido una familia, y la desprecia como resultado de un pacto heterosexual. «Nunca tuve hogar», dice, «no sé qué es que una mamá te cuide». Menciona a sus hijos, pero no matrimonio, esposo o pareja. Este dato nos inclina a una compasiva comprensión. En las descripciones abundan las metáforas, muy subjetivas, que presentan las conductas comentadas como hechos naturales. Es -dice la autora- «una corazonada de letras», en «búsqueda de una libertad dinámica que transpire cambios». No faltan parrafadas líricas, y en algunos segmentos emplea el lenguaje inclusivo, que ha sido rechazado por la Real Academia de la Lengua y no pasa, en un texto que se presume literario, de ser una extravagancia. El aspecto más llamativo, en esta obra de feminismo militante, es su desenfado para exhibir inclinaciones desviadas y abogar en su favor; es reiterado, por ejemplo, su elogio del lesbianismo.

Luciana Peker menciona su condición judía, pero no se encuentra en el libro el menor asomo de consideración ética, sino un crudo materialismo. Uno se pregunta si conocerá la Torá, los Nebiyîm, y los Ketubîm, que expresan la revelación de Dios al pueblo elegido de la Primera Alianza, y que como toda la Biblia son Palabra de Dios también para nosotros, los cristianos. Su situación parece análoga a la de tantos bautizados que ignoran su condición y desconocen los Evangelios y los demás escritos del Nuevo Testamento.

En las 120 páginas que, como dije, leí atentamente, encontré 93 veces el sustantivo «deseo», 22 el verbo «desear»; emplea también el participio presente, «deseante», que es un latinismo y no existe en castellano. Conté 17 apariciones de «goce», y 5 del verbo «gozar», más 12 del que en la acepción 19 del Diccionario se define «cubrir el macho a la hembra», y en la acepción 24, calificado de vulgarismo americano, «realizar el acto sexual». Ya en el subtítulo del libro se anunciaba Por un feminismo del goce. Pude haberme equivocado levemente en el cómputo; habría que enumerar, asimismo, las muchas veces en que aparecen «placer» y «sexo». El amor es «amor compañero» para «destrozar las antiguas estructuras que nos oprimen»; el matrimonio «una institución devastada» (¡lamentablemente es verdad!), y el aborto, que ya «es legal por causales», debería borrarse del Código Penal.

Tanto por las realidades ciertas que refleja, cuanto por el lenguaje soez con el que expone su feminismo extremo, este libro deja ver hasta qué nivel ha caído la cultura argentina. En las mesas especializadas que, como bien anotició El Día, se han abierto espacio en las librerías, pueden hallarse numerosas obras sobre género, y no faltan ofertas para niños: los cuentos tradicionales que les estaban dedicados e hicieron las delicias de generaciones, son recontados para adecuarlos a la ideología, de modo que Caperucita, y los demás héroes de nuestra infancia ya no son lo que eran. A aquellos se suman invenciones nuevas, como La historia de Julia, la niña que tenía sombra de niño. No juzgo a las personas ni sus intenciones, pero sí los hechos: todo esto es criminal, diabólico.

Al parecer, los principales clientes de esos productos son chicas jóvenes, que van siendo reeducadas según los nuevos paradigmas. Aun en los colegios católicos se hace sentir la presión cultural que introduce entre los alumnos la ideología de género, contraria a la fe cristiana. Benedicto XVI la calificó de «última rebelión de la criatura contra el Creador», y Francisco afirmó: «lleva a la autodestrucción». El reciente Encuentro Nacional de Mujeres, realizado en La Plata, mostró claramente la oposición a la fe; no me refiero a la despechugadura de un grupo más vehemente ante la Catedral, ni a los excrementos dejados ante algunas iglesias, sino al adoctrinamiento que se verificó en los talleres, comprobados por mujeres católicas que participaron de los mismos. Es ilusorio pensar en un diálogo con una posición que descarta los datos científicos más indiscutibles y que profesa un odio que torna impracticable la cultura del encuentro. 

La Iglesia tiene respecto de los jóvenes una responsabilidad educativa que no puede descuidar sin dañarse ella misma, sin hipotecar su futuro. Sus recursos son, ante todo, sobrenaturales: la fe, la adoración y el culto ferviente de Dios, la predicación de la Verdad sin retaceos, la súplica confiada en el Señor, la invocación a la Virgen Inmaculada. La doctrina católica sobre los temas que la ideología de género deforma ha sido expuesta admirablemente por San Juan Pablo II, en su largo pontificado; un medio importantísimo es difundir la concepción del hombre basada en «el patrimonio filosófico perennemente válido» (la expresión es del Concilio Vaticano II), en la biología y las ciencias humanas en general. Los devaneos aperturistas solo pueden confundir, y no únicamente a los fieles. Se hace oportuno, además, el trabajo en común con nuestros hermanos evangélicos y con los musulmanes, que ven con claridad el problema, mejor que muchos católicos, obispos incluidos.

La ideología de género ha reemplazado por este concepto, que designa una construcción cultural, la noción de sexo; esta realidad no se reduce al orden biológico sino que impregna toda la personalidad. Los creadores de aquella teoría han sido el Dr. John Money, autor de experimentos criminales con niños; Shulamith Firestone, Judith Butler, Kimberle Crenshaw, Gayle Rubin, Ann Oakley, y Margaret Sanger, la fundadora de «Planned Parenthood», usina mundial del control de la natalidad en los países pobres, en beneficio del imperialismo. Los nombres citados invitan a recordar que la «revolución sexual», que lleva ya más de 60 años, se lanzó desde Estados Unidos; a esa promoción ha seguido, también arrojada desde allá, la cuestión del género. Aunque la bandera fue desplegada antes por Simone de Beauvoir, que en 1949 escribió: «no se nace mujer, se llega a serlo».

La difusión de esa ola no ha logrado sepultar investigaciones científicas que muestran a aquella ideología desprovista de un sólido fundamento intelectual. Asimismo, no faltan publicaciones académicas y de divulgación que alertan sobre el peligro de su imposición totalitaria; son la persona humana, su auténtica libertad, la realidad natural de la familia y la estructura de la sociedad los valores impugnados. ¿Qué hacer?: Reivindicar incansablemente la verdad de nuestra condición humana en su integridad, y advertir que es preciso emprender, sin desánimo, una contrarrevolución cultural, como lo propone Pablo Muñiz Iturrieta en su reciente ensayo, Atrapado en el cuerpo equivocado. La ideología de género frente a la ciencia y la filosofía.

Junto a la marea de literatura a la que me he referido, hay que ubicar la propaganda gay que Google difunde en cientos de vídeos accesibles a todos. He tratado sobre ello en mi artículo Su dios es el vientre, publicado en InfoCatólica, el 22 de mayo. En esas filmaciones los protagonistas son homosexuales dedicados a la actuación pornográfica elegidos en un «casting» riguroso. Además de las conductas consabidas, reiteradas en situaciones características, se exhiben casos de sadomasoquismo, «fisting» -una práctica especialmente depravada de sodomía; «fist» en inglés significa «puño»- y fetichismo, fijado en los pies y sobre todo en el miembro viril. La felación (sexo oral) es fetichista, obsesivamente idolátrica. La adoración del cuerpo está en la base de todas las conductas, en muchos casos de puro narcisismo, y se manifiesta en todos los detalles. No hay amor, reposo en una persona amada, sino solo búsqueda del placer, que se obtiene y da promiscuamente; si Platón pudiera observar tales escenas reclamaría que no se confundiera eso con el eros, del cual él habló con elocuencia en el Fedro, y en otros de sus Diálogos. El paganismo poscristiano es mucho peor que el antiguo.

Los comportamientos exhibidos en esas filmaciones no serán, de seguro, asumidos por el común de la gente, que no alcanza semejante grado de rebuscamiento inhumano, ni siquiera por todos los que las miren, pero al igual que el libro de Luciana Peker y otras publicaciones de literatura de género, influyen directa o subliminalmente al difundir una actitud de egoísmo, de individualismo anárquico, de amoralidad, según la cual cada uno puede y debe hacer «lo que siente», lo que le gusta, sin referencia alguna a valores objetivos y universales. Visto o leído todo eso con ojos cristianos aparece como una propaganda desafiante del pecado. Se muestra así, también, que se evapora el sentido de la vida humana si falta el sentido de Dios, Creador, Legislador y Juez, que otorga razón a cuanto existe, especialmente al hombre -varón y mujer- cuya razón es un destello de la Razón divina. Entonces cualquier dislate, demasía o atrocidad se hace posible.

Estos temas no figuran en la predicación ordinaria de la Iglesia, de modo que los fieles quedan desguarnecidos y el público en general sin la oportunidad de conocer la verdad. Si uno se atreve a abordarlos, y no con declaraciones estratosféricas sino valiéndose de referencias bien concretas e ilustrativas, se hace blanco de la incomprensión y de ataques exasperados. La verdad duele, pero es obra de caridad reivindicarla y manifestarla sin rodeos.

+ Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata.
Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes de San Isidro. Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Roma) 

32 comentarios

Vladimir
Que, en el mundo, existan el error y el pecado, no es algo nuevo, ni es para escandalizarse: existen desde Adán y Eva. Lo que realmente sí es triste y/o escandaloso es que la Iglesia (que ha sido enviada, por Cristo, para combatir esas situaciones y liberar a los hombres de ellas), por culpa de muchos de sus Pastores (que están inmovilizados por el miedo y/o la complicidad), no está haciendo algo realmente consistente, por cumplir con su Misión.
""San José, PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL, haz que estos Pastores no tengan temor de mostrar a Cristo, como lo muestras tú, en tus brazos""
15/11/19 2:10 PM
drgandalf
Monseñor luninoso como siempre. Necesitamos que todos los pastores y especialmente el Papa hablen así de claro.
15/11/19 2:23 PM
Santiago Pizano
Me huele a otra polémica. #BienDichoMonseñor.
15/11/19 2:33 PM
Diego II
A las "feministas-marxistas de género" no les importa si lo que dicen y escriben concuerda con la realidad objetiva de las cosas, del mismo modo que a los marxistas nunca les importó demasiado contradecirse. Lo importante es la "praxis revolucionaria", cambiar la realidad existente para imponer la utopía marxista (la imposición de la mencionada ideología es parte esencial del neomarxismo). Los católicos debemos oponernos con la argumentación racional (la verdad está obviamente de nuestro lado) y dejar de manifiesto los cimientos marxistas y autoritarios (y absurdos) de la ideología de género. Por otro lado, se nos pide dar testimonio público de la verdad, que a veces como en el caso del médico Rodriguez Lastra, tiene un alto costo personal. Debemos presentar un frente común sólido y sin fisuras en todos los planos: político, educativo, eclesial.Si no oponemos resistencia, la marea tóxica nos cubrirá.
15/11/19 2:34 PM
Vladimir
"El paganismo poscristiano es mucho peor que el antiguo".
El paganismo antiguo lo fue por insuficiencia, el paganismo poscristiano lo es por degradación.
15/11/19 3:01 PM
Generalife
Totalmente de acuerdo con Monseñor Aguer
15/11/19 3:35 PM
Fuenteovejuna
Negros nubarrones se ciernen sobre la Argentina, Monseñor Aguer es el único que denuncia el ataque diabólico de los ideólogos del género mientras los obispos miran para otro lado.

Es más, a pesar de que Alberto Fernández -presidente electo- se manifestó claramente en favor de la ideología de género y el aborto, eso no fue obstáculo para que los obispos colaboren activamente con él con la excusa de mitigar el hambre y la pobreza. En tal sentido, ayer Monseñor Lugones -presidente de la Pastoral Social- encabezó una reunión con Fernández y militantes piqueteros; pero del aborto y la ideología de género que destruyen la familia y la moral cristiana, ni una palabra, de eso no se habla.
15/11/19 4:20 PM
Juan Carlos de Argentina
Un poco de humor ... me imagino la cara del librero cuando Monseñor Aguer le dijo "Me llevo este ..."
15/11/19 6:15 PM
Juan Andrés
Pensemos que pasaría si todos los colegios católicos de un país, Argentina por ejemplo, expresaran un "NO" terminante a esta ideología aunque amenace el gobierno con cerrarlos dejando miles de niños sin escuela, si todos los sacerdotes proclamaran desde el ambón sobre esta monstruosidad, si todos los obispos en los medios se opusieran en forma terminante. El shock sería de una magnitud impresionante y todo el mundo se enteraría de qué va la cosa, porque muchísima gente ni se entera. Y si tal cosa se repitiera en muchos países? Parece una utopía porque en realidad con la impresionante mayoría de tibios que encontramos en colegios, ambones y obispados esto hoy es una utopía. 
15/11/19 8:55 PM
Saulo
Los malvados tienen todos los medios, confiemos en Jesús.
16/11/19 8:24 AM
Cristian
Aguer no tenes idea lo que viven los pibes en las parroquias, cuando fue la última vez que visitaste un grupo de jóvenes? Este discurso pretencioso y disociado de la realidad destruye a la Iglesia. No hay mandato divino sobre la sexualidad. Basta de estos discursos que excluyen. Los cristianos tenemos que poder amar a quien queramos y poder disfrutar de nuestra sexualidad, y eso no va en contra del evangelio. La exclusión y la persecución a los homosexuales sí va en contra del evangelio.
16/11/19 1:12 PM
Felicitas
El señor este no dice nada de los crímenes que la iglesia a cometido, ni de los curas pedofilos, de los abusos infantiles. No se dan cuenta que están quedando viejos sus argumentos? No se dan cuenta que la sociedad despertó? Lo único que consiguen es alejarnos más y más, y más de la FE cristiana.
Aborto Legal, Seguro y Gratuto YA.
Separación de la Iglesia y el Estado.
16/11/19 1:20 PM
Martinna
Dice Saulo
Los malvados tienen todos los medios, confiemos en Jesús

El caso es que Jesús confió en nosotros para que difundiéramos y defendiéramos su evangelio y nos dio todos los medios.



16/11/19 2:07 PM
José Luis
discrepo de que se dé entrada a los musulmanes en este tema. Ellos tienen la poligamia y la inferioridad de la mujer, entre tantas cosas malas. Hagamos bien nuestro trabajo por nosotros mismos. 
16/11/19 5:05 PM
Forestier
A Cristian y a Felicitas: Es habitual que cuando no se tienen argumentos, se recurra al "síndrome del ventilador", como hace Felicitas, poner barro o mierda en el ventilador en cualquier lugar con gente y... lo que uno imagina.

Eso es lo que hacéis los dos, que en vez de afrontar lo que dice Mon. Aguer, mezcláis churras con merinas, o calamares con camisas. Y queda patente, si volvéis a leer lo que habéis escrito.

Podría alargarme. De entrada es de chulo cutre y niñato ineducado, decirle a Mon. Aguer que "no tenes idea lo que viven los pibes en las parroquias", y de analfabeto promocionado afirmar que su "discurso es pretencioso y disociado de la realidad y destruye a la Iglesia". Y la resonancia de analfabeto vuelve a surgir cuando dices que "No hay mandato divino sobre la sexualidad".

Por supuesto, uno puede amar a quien quiera ¡solo faltaría! aunque el Señor nos manda "amar al prójimo". Pero el problema grave es que asociáis y relacionar "amor" con el sexo sin solución de continuidad. El término "amor" el más hermoso y digno de nuestro vocabulario, se reduce  a una relación instintiva. Sería interesante saber el grado de amor que profesáis a vuestros padres, amigos, hermanos, parientes, y personas de todo tipo.
16/11/19 7:45 PM
Rafaelus
Cristian:

Hay textos bíblicos que sí condenan explícitamente los actos homosexuales. Cierto que los Evangelios propiamente dichos no ratifican esa condena, pero tampoco hay un relato del que se pueda concluir que Jesús la derogó como cuando salvó de la pena de lapidación a una mujer acusada de adulterio. El caso de David y Jonatán es un caso de amistad muy cercana según la doctrina, pues tampoco se relata en la Biblia más que eso. Además, también David cometió adulterio con Betsabé y conspiró para que su marido Joab muriese asesinado. Los pecados de David, como las mentiras y el proxenetismo de Abraham, son eso, pecados, ejemplos de la imperfección humana, pero nunca modelos morales de comportamiento.

Claro que las condenas contra la homosexualidad en el Pentateuco y en las cartas de San Pablo podrían ser metaforizadas para espiritualizarlas y cambiar su significado, como se ha hecho con tantas condenas bíblicas contra los ricos. Pero hay que ver que los ricos tienen todo el poder para defenderse mientras los homosexuales son simples marginados, unos por la sociedad y otros por sí mismos.
16/11/19 7:54 PM
vex
Bueno parece que aqui hay alguien medio perdido y la verdad no creo que ni siquiera se preocupe por las supuestas faltas que dice la Iglesia cometio ni por las victimas de pederastia( uy si¡ como te han de doler) pero los pobres niños abortados NO le merecen compasion alguna son solo excusas que plantea para tratar de justificar lo injustificable.
16/11/19 10:21 PM
mariela
Es impresionante ver como la falta de cultura y educación hace a ciertas personas apoyar cosas aberrante como son la ideología del género y el aborto, el hombre contra el hombre, esas pobre e indefensas creaturitas que mueren porque no pueden defenderse. Es verdad que Dios dió al hombre y a la mujer la sexualidad para demostrarse el amor uno a otro, pero eso no queda solo ahí, va más allá reducir al genero humano al goce sexual es reducirlos a ser unos simples animales del placer. Pobre mi Argentina, cuanta impotencia porque no podemos hacer nada. Los depravados en el poder y lo demás llegara por añadidura.
16/11/19 10:24 PM
Mauricio Romero
Felicitas: la puerta está abierta. No es la Iglesia la que necesita de vos precisamente. El Hijo de Dios vino a poner una espada en este mundo y a ser piedra de tropiezo para muchos. O lo aceptamos íntegramente y en su Santo Nombre nos salvamos o bien lo rechazamos y perdemos a Dios para siempre jamás. No hay medias tintas. Sos libre de elegir
17/11/19 12:11 AM
max
que tonteria es esa de aborto legal y todavia lo quiere por Dios .Que le sucede a esta gente
17/11/19 5:23 AM
hornero (Argentina)
Esta nota de Mons. Aguer ilustra, como otras de él, la situación lamentable que viven tantos jóvenes y no jóvenes a causa de la extrema confusión difundida por todas partes, en todos los ámbitos del mundo actual. Para quienes han nacido después de los años sesenta, podrían pensar que en aquellos tiempos lejanos el mundo era otra cosa, distinto al actual, algo así como una entelequia ininteligible. Quizás no se planteen la cuestión, porque se ha talado en la mente de las nuevas generaciones la perspectiva del tiempo, la que nos permite considerar un antes, un presente y un futuro. Términos vacuos, sin significado alguno para quienes sólo viven lo fugaz del presente sin referencias al antes ni al después, sumidos en el vértigo de la realidad siempre cambiante, que vale precisamente por su condición de tal, esto es, de innovarse a sí misma de sorpresa en sorpresa, sin sustancia, sólo fáctica, sólo momentos sin concatenación. La carencia de perspectiva temporal, es decir, histórica, vuelve al hombre un autómata conducido por un monorriel que lo lleva sin preguntarse a dónde va. De tanto en tanto vuelvo a mis ya viejos escritos en busca de recobrar alientos que, en aquellos años de inicios de mi juventud, en los que los interrogantes por el pasado, presente y futuro, tenían aún vehementes asideros, ocupaban la mente de conversaciones con amigos y de meditaciones solitarias. Me pareció a propósito de este deambular sin sentido, que conduce a esa literatura extravagante que nos come
17/11/19 6:31 PM
Juana
Qué poco profundo todo el abordaje en esta nota. Qué poca capacidad de análisis al juzgar actos sexuales y tildarlos de egoístas. Y cómo se nota que jamás van a saber lo que son los vínculos sexoafectivos y cómo llegamos a la felicidad a través de ellos.
17/11/19 7:04 PM
José Luis
Es cierto que la iglesia tiene una responsabilidad educativa que no atiende, a veces contribuye a la confusión. También es cierto que Radio María, forma e informa a quien quiere escuchar. Los tiempos han cambiado y los católicos tenemos que comprender que tenemos una responsabilidad individual en formarnos y no esperar a que nos lo den, tradicionalmente, porque estamos en el interior de un huracán que cambiará algunas cosas. Si un gran número de católicos estuviera bien formado, el mal, estaría mucho más arrinconado en todos sus frentes. El problema, también somos cada uno de nosotros. Así parece que lo ha querido Dios.
17/11/19 9:38 PM
hornero (Argentina)
continúo - Me pareció a propósito de este deambular sin sentido, que conduce a esa literatura extravagante que nos comenta Mons Aguer, copiar unos renglones de mi Escrito del 7 de noviembre de 1959:,

“ Siento un silencio en el mundo, una aparente sin solución; me siento como en las silenciosas últimas horas de un día agitado a las que se llega sin esperanzas, sin haber ganado posiciones en la lucha: se dialoga en esas horas, se preparan nuevos esfuerzos, pero éstos aparecen desarticulados, insuficientes, no hay presagios de triunfo: Y veo que esas horas avanzan, y el día terminará por silenciarse. Pero, he aquí, que en las últimas horas de este día, siento como anunciarse la nueva Voz que romperá el silencio en el nuevo Día que le sigue.
Es como el final de un día que se apaga y es seguido por otro luminoso.
Es el silencio que sobreviene, respetuoso del Verbo que está pronto.
La lengua de los hombres se debilita y calla para que hable otra Lengua.
El enemigo se descubre, ignorante de su próxima derrota.
Es el fin de una Época, y el comienzo de Otra.
Silencio y soledad, porque aún no es la Hora.”

Sesenta años de espera no son nada cuando uno ve que los acontecimientos se precipitan. Esta certeza me ha sostenido hasta hoy.



17/11/19 10:25 PM
Vivi
Existen dos sexos, masculino y femenino, cada cual con su corporalidad y su mentalidad bien definida.
Todo lo demás es degeneradez. Nos cueste o no aceptarlo.
18/11/19 1:25 AM
Vladimir
Tan repudiable es el delito de la pedofilia (de muchos curas), como el del aborto (de muchas feministas). No intentemos justificar el segundo, a partir de que se da el primero. Algunos huelen mal, pero para que no se note, se colocan al lado de otro que huele igual.
18/11/19 2:39 PM
Albert Peez
Que la institución eclesiástica deje de meterse en todas las “melés” y deje de encabezar todas las manifestaciones posibles, si no quiere seguir perdiendo credibilidad y por tanto autoridad, no sólo hacia los de fuera de la Iglesia, sino hacia los de dentro de ella, lo que es mucho más grave.

Los budistas no entran en estas polémicas, y están llenando de monasterios y de casas de retiros ”espirituales” todo el occidente, mientras nosotros nos “apuntamos a bombardeos” que nos están consumiendo, olvidando lo primordial, que es Jesucristo.

Algunos dicen que a la institución eclesiástica no le interesa que la gente se acerque a Jesucristo, porque automáticamente perdería el protagonismo y el autorreferencialismo en los que se ha instalado desde hace más de 1500. Será verdad?
18/11/19 6:19 PM
Lucinamaría
Lo irónico de muchos que opinan es que sí lo hace la Iglesia está mal, aunque ella reconozca sus errores y trate de enmendarlos. Si lo hacen los ideólogos está bien aunque sean las aberraciones más destructoras de la humanidad y nunca lo van a reconocer, bajo esta premisa nunca actuarán mal. ¿De qué lado se esgrime con soberbia y prepotencia
20/11/19 7:11 PM
Rosita
Los abusos cometidos por consagrados en la Iglesia han sido, en su gran mayoría, actos homosexuales. La homosexualidad es claramente una desviación grave que no puede ser jamás consentida como natural. Es una verdadera aberración. Dios no nos quite la Luz para ver en esos actos, graves ofensas a la ley natural y divina impresas por el Creador en la estructura humana.
20/11/19 8:34 PM
Cary
Su religión, mi buen señor, también es ideología... Más quisiera usted que poner un conjunto de textos seleccionados, manipulados, traducidos y retraducidos a conveniencia e interpretados llevando aguas para su molino sean basamento de conducta universal para el ser humano.
20/11/19 9:06 PM
Héctor R
Hay Juana, mira en mis poquitos años (23) e visto matrimonios destruidos, familias rotas, hijos destrozados me incluyo, amistades rotas, peleas, traiciones y un largo ect, por aquello que se dice: ten sexo y serás feliz, de verdad, habrán los ojos
20/11/19 9:52 PM
maru
Menuda joyita la señora! Realmente y desgraciadamente, cómo se descritianizó Argentina y, así, también se rebajó en cuanto a su moralidad, pero es lo que vemos en prácticamente todo el mundo.
20/11/19 10:02 PM

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