¿Una sentencia sospechosa?

¿Una sentencia sospechosa?

El voto discordante de uno de los tres jueces es muy significativo, especialmente porque viene a defender un principio básico de la práctica de justicia: la presunción de inocencia.

Hay situaciones muy complejas en todos los campos del actuar humano, y en todas las sociedades que vamos construyendo los hombres a lo largo del tiempo de nuestra historia sobre la tierra. Y no solo complejas, sino también «crueles», como está ocurriendo ahora con la vida del Card. Pell.

El card. Pell sigue afirmando su completa inocencia ante los tribunales de Australia; y ha recurrido ya la última sentencia condenatoria. Sobre su inocencia estuvieron completamente de acuerdo los miembros del primer jurado que trato del caso. También negó todo uno de los dos jóvenes –tenían entonces 13 años, los «hechos» se remontan a 1996- ; que negó rotundamente que tal cosa sucediera cuando su madre se lo preguntó expresamente en el año 2001.

El voto discordante de uno de los tres jueces es muy significativo, especialmente porque viene a defender un principio básico de la práctica de justicia: la presunción de inocencia de una persona acusada, mientras las pruebas que sostengan su culpabilidad no sean realmente dignas de todo crédito. Y el caso de Pell es patente a los ojos de cualquier persona que tenga un cierto sentido crítico.

«La opinión disidente del juez Mark Weinberg debería proporcionar la base para que el Tribunal Supremo de Australia finalmente corrija este terrible error judicial».

Este es el juicio de Gerard V. Bradley, ex fiscal del condado de Nueva York.

Weinberg, el juez que dio un voto contrario a la decisión de los otros dos jueces del caso, subraya que la: «acusación se basó por completo en el testimonio del demandante para establecer la culpa, y nada más. No hubo pruebas de ningún tipo por parte de otro testigo. De hecho, no había prueba determinante de ningún tipo en absoluto. Estas condenas se han basado en la evaluación del jurado del demandante como testigo, y nada más».

¿Es justicia despreciar las palabras de un hombre querido y apreciado, y que ha puesto su vida al servicio de todos, y tanto bien ha hecho a tantas personas en Australia? ¿Es justicia despreciar el testimonio de todos los que le acompañaban en aquella situación y en el mismo lugar, y que han negado rotundamente los «hechos»?

Dejando aparte toda cuestión sobre este juicio; pienso ahora en el Cardenal, a quien tuve ocasión de conocer y tratar en Roma, y me uno a quienes ponen la mano sobre el fuego afirmando su inocenciaPell, hoy, está viviendo como un auténtico «mártir de la Fe»; y a él quiero aplicar estas recientes palabras de Benedicto XVI sobre la situación actual de la Iglesia.

«La Iglesia de Dios sigue existiendo hoy, y sigue siendo el instrumento a través del cual Dios nos salva. Es muy importante oponer a las mentiras y medias verdades del demonio toda la verdad: sí, hay pecados y mal en la Iglesia. Pero existe también hoy la Iglesia santa que es indestructible. Sigue habiendo muchos que creen con humildad, sufren y aman, en quienes el Dios real, el Dios que ama se nos manifiesta. Dios sigue teniendo hoy sus testigos (en griego «mártires») en el mundo. Tenemos que estar atentos para verlos y oírlos»

«La palabra mártir procede del derecho procesal. En el proceso contra el demonio, Jesucristo es el primer y verdadero testigo, el primer mártir a quien desde entonces han seguido innumerables otros. La Iglesia de hoy más que nunca es una Iglesia de mártires y con ello testigo del Dios vivo».

Esas «mentiras y medias verdades del demonio» a las que se refiere Benedicto XVI, tienen por desgracia acogida en el corazón y en la mente de personas, también entre creyentes sacerdotes, religiosos y laicos.

Ernesto Juliá, sacerdote

8 comentarios

maru
Estoy de acuerdo con vd. Ek cardensl Pell, no puede ser culpable; está sufriendo un verdadero calvario.
3/09/19 9:33 AM
Fray Escoba BCN
Todo el proceso judicial que ha vivido este hombre ha sido inaudito. Hay que rezar mucho por él.
3/09/19 10:55 AM
Joaquin
Gracias D. Ernesto por su comentario.
Sea como sea, todo es posible para todos los humanos, pero en lo visto hasta ahora, no hay base aparente y sí cierto olorcillo a Logia.
¿ Tema sexual ?.Demasiado peculiar y retorcido...
Más bien, tema de finanzas. ¡" follow the money "! , como dicen los anglosajones y al respective, cada vez que se intentan clarificar las finanzas vaticanas a fondo, pasan cosas...
No es necesario remontarse al ya lejano caso Calvi.
Gotti Tedeschi sorprendentemente maltratado y no hace tanto tiempo, podría decir muchas cosas no necesariamente sobre aquella Mafia del caso Calvi...
3/09/19 1:08 PM
Gregory
El proceso contra el Cardenal Pell ha sido una brutal farsa una verguenza en todos los aspectos y lo admirable de todo ha sido la serenidad de su Eminencia que no solo se presento a los tribunales sino que muestra una dignidad única.
5/09/19 1:32 AM
Mariano
¿Estáis de acuerdo en pedir a Dios por el cardenal Pell? Para que se vea libre de falsas acusaciones.
5/09/19 12:27 PM
Francisco mejia
Por la información que se ha proporcionado a lo largo de este proceso hay signos de venganza. Este santo señor es un apóstol de la ortodoxia catolica y en estos casos en estos tiempos son imperdonables.
6/09/19 5:09 AM
Luis Piqué Muñoz
La Persecución y la difamación son consecuencia de pertenecer a la Iglesia ¡seguir al dulce Jesús! ¡la gloriosa Cruz de Amor de Cristo! ¡cada uno cargue con su Cruz si me quiere seguir! Los Santos, los Inocentes, siempre sufren la Injusticia ¡pero al final la Verdad resplandece con la Luz del Espíritu Santo! Finalmente, la esporádica pederastía no es el Problema de la Iglesia ¡sino ¡Ay! de las Familias! ¡sino ¡Ay! el rampante y creciente ateísmo sacerdotal! ¡Viva el Inocente! ¡Viva la Verdad! ¡Viva el Papa! ¡Viva la Iglesia! ¡Viva Dios!
7/09/19 6:52 PM
DARIAS
Si todo se hubiese hecho de otra manera .Si la Iglesia se hubiese preocupado desde el principio de las verdaderas víctimas y no de si misma. Si la Iglesia hubiese estado pendiente de "la vedad" y no de amparar la institución que representa. Si se hubiese obrado con rectitud y no un frío cálculo de posibilidades... si todo eso hubiese ocurrido hoy no hablaríamos de mártires, de inocentes abusados, de dolor. Pero esta minoría ha corrompido a la mayoría abnegada y ejemplar que nadie reivindica ... Demasiados silencios, demasiado poder, demasiado dolor. Lamentarse ahora no es martirio, es chocar con la evidencia. Muchos se libraron del peso de su culpa. A quien le toca pechar con la responsabilidad de otros, lamenta su suerte, pero el día iba a llegar... siempre llega. Rezar no basta. Los pecadores irredentos también rezan a veces de más y a destiempo. ¿Aprenderemos la lección aunque sea en cabeza ajena?. Recemos, sí, por todos los inocentes y por la justicia de Dios, El que conoce la verdad de nuestros corazones, el peso de nuestras culpas. La justicia humana es solo un sucedáneo necesario, porque la justicia de la iglesia también lo ha sido. ¡Que Dios se apiade de este inmundo pozo de corrupción, de este anegado valle de lágrimas!
9/09/19 9:22 AM

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