En la ciudad de Roma hay un edificio llamado Pedagogium. Se encuentra en la colina del Palatino, donde alguna vez estuvo el Palacio de los Emperadores. Sobre una pared hay un grafiti que representa a un crucifijo, con una persona hincada que reza delante de él. Debajo de la pintura hay una leyenda en griego que dice: “Alexamenos adora a su Dios”. Es la primera blasfemia “escrita” del occidente pagano. El crucificado tiene una cabeza de asno.
Muchos siglos después, esas blasfemias han continuado y se han enriquecido con persecuciones, prejuicios y agresiones, incluso físicas y violentas, que quizá hoy tanto como antes, están llenas de odio irracional.
La Inquisición anticristiana
Uno de los bulos más socorridos contra la Iglesia católica es el de la Inquisición. Erróneamente, se suele decir que en la Edad Media la Iglesia prohibía la libertad de expresión y “cazaba” a todos aquellos que no comulgaban con sus ideas.
Sin embargo, es precisamente en una actitud “inquisitorial” de ese estilo en la que caen no pocos gobiernos, intelectuales y organizaciones precisamente contra la Iglesia a la que acusan y zarandean en pleno siglo XXI. Se trata de una persecución ideológica contra quienes no aceptan el pensamiento único.
Desde antes que Joseph Ratzinger fuera elegido Papa, la sombra de la nueva Inquisición anticristiana lo perseguía. ¿La razón? Su fidelidad al Magisterio y el ir contra la dictadura del relativismo y lo “políticamente correcto”.
Uno de los dos más recientes ataques contra él ha sido el del pretendido antisemitismo y sus declaraciones referentes al preservativo.
“Hay gente que dice que el Papa Benedicto es un antisemita e insensible, esto es ridículo. Él tiene un largo camino de décadas de antinazismo y simpatía por los judíos”, declaró Yehuda Levin, portavoz de la Unión de Rabinos Ortodoxos de Estados Unidos y Canadá (Cf. ZENIT 08-02.2009).
En un alarde de cuestionamiento “más profundo” sobre el caso Williamson, el así llamado “obispo negacionista”, Ruth Gledhill, de The Times, pone en duda la infabilidad del Papa pues entiende este concepto por un “el Papa lo sabe todo” y por tanto no se puede equivocar. Gledhill también critica la actitud vaticana al no haber investigado en un buscador comercial la palabra “Williamson” para enterarse mejor.
En este sentido, la misma cronista hubiera evitado el exabrupto si se hubiera valido de los mismos medios de comunicación que critica al Vaticano de no usar (en el website del Vaticano está disponible el Catecismo de la Iglesia que explica que entienden los católicos por infalibilidad).
Durante el vuelo que Benedicto XVI hizo a África el 17 de marzo de 2009, el Papa ofreció una entrevista a los periodistas que lo acompañaban. El corresponsal del canal 2 de Francia, Philippe Visseyrias, le dijo que la posición de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra el SIDA está considerado no realista o eficaz por algunos. Y luego le preguntó si afrontaría este tema durante su viaje.
Después de ponderar el trabajo efectivo de tantos católicos en la lucha contra el VIH, Benedicto XVI dijo: “Diré que no se puede superar este problema de SIDA sólo con eslóganes publicitarios […] no se puede solucionar este flagelo sólo distribuyendo profilácticos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema”.
Siendo que antes hubo más preguntas, sobre temas diversos, resultó extraño el que muchos pusieron su atención exclusivamente en esta parte de la respuesta. Las reacciones inquisitoriales no se hicieron esperar. En una entrevista al diario francés Le Monde, el teólogo suizo Hans Küng afirmó que “la historia juzgará al Papa como responsable de la propagación del SIDA en África”. Küng aprovechó la oportunidad para arremeter contra el celibato, el Magisterio y el papado.
En declaraciones a Radio Vaticana, el cardenal Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio, aseguró estar “interiormente herido” por las declaraciones de Han Küng. “Son afirmaciones genéricas y no probadas. Personalmente soy testigo del empeño del Santo Padre por hacer de la Iglesia una familia, la familia de los Hijos de Dios”, afirmó.
Por su parte, el portavoz del ministerio francés de Exteriores expresó “gran inquietud” por las palabras del Papa: “Mensajes de este tipo ponen en peligro las políticas de salud pública”, dijo. En París, algunas decenas de jóvenes se atrevieron a aventar condones a las puertas de la catedral de Notre Dame, mientras la gente salía de misa. La policía tuvo que intervenir dado que un grupo de jóvenes católicos enfrentó a los agresores que lanzaban consignas contra Benedicto XVI.
En declaraciones a Radio J. del domingo 29 de marzo de 2009, el ministro de educación francés, Xavier Darcos, expresó: “Decir que en África no se debe utilizar el preservativo es criminal”. Aunque manifestó que las palabras del Papa habían sido deformadas, y él se considera católico, también apuntó: “La Iglesia debe acordarse del peso de las palabras y del peligro de decir semejantes cosas”.
Muchas organizaciones que gozaban de un práctico anonimato se valieron de la oportunidad para sumarse a la retahíla de acusaciones que regalaban más titulares a la prensa. La poco conocida “Asociación Alemana de Ayuda contra el SIDA” acusó a Benedicto XVI de pecar contra la humanidad. Actionaid calificó de “ciegas y desafortunadas” las declaraciones del Papa. “El Papa debería reconocer el hecho que demuestran que los preservativos protegen a los vulnerables”, pidieron.
A título personal, Richard Dawkins se atrevió a proferir palabras que iban más allá de la misma declaración del Papa al llamarlo estúpido, ignorante y corto. En declaraciones a Europa Press, el profesor Dawkins, quien recientemente estuvo apoyando las campañas de los autobuses ateos en Inglaterra y España, aprovechó para criticar la postura de la Iglesia respecto al respeto a la vida desde la concepción. Y pontificó: “Lo importante es cuando los humanos son capaces de sufrir”.
La revista The Lancet también aprovechó la oportunidad y exigió al Papa que se retractase y rectificara públicamente. En una editorial, la revista acusó a Benedicto XVI de “distorsionar la evidencia científica con el fin de promover la doctrina católica sobre ese asunto”.
En España, el partido Izquierda Unida –que apenas cuenta con un par de representantes en el Congreso– acusó a la Iglesia de favorecer la enfermedad. Pero no fue todo. A finales del mes de abril, el mismo partido político promovió a trámite una iniciativa, no de ley, que reprobase a nivel diplomático las palabras del Papa.
Semanas antes, el 2 de abril de 2009, el Parlamento belga aprobó una resolución que condenaba las declaraciones del Papa sobre el preservativo y, por vía diplomática, protestaba ante la Santa Sede a través de su embajador. “Las palabras del Papa son una ofensa hacia los compromisos de la comunidad científica para prevenir y lucha contra la propagación del SIDA”, afirmaban los diputados belgas. Hubo 98 votos a favor de esta determinación, 7 abstenciones y 18 votos en contra provenientes del partido Vlaams Belang. El hecho suponía un hito histórico en un reino tradicionalmente católico de relaciones bilaterales cordiales a lo largo de la historia secular de ambos países.
Sobre esta resolución, el director de la sala de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, S.I., señaló a Radio Vaticana que “la resolución suscita estupor, dado que en todo país democrático parece obvia la libertad del Papa y de la Iglesia católica de expresar su postura y líneas de acción sobre argumentos relacionados con la visión del ser humano y de su responsabilidad moral”.
El comunicado oficial de la Santa Sede del 17 de abril de 2009 sobre la resolución de la Cámara de representantes del reino belga, fue conciso y claro: “La Secretaría de Estado tomó acto con pesar de este paso, inusual en las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Reino de Bélgica. Deplora que una Asamblea Parlamentaria haya creído oportuno criticar al Santo Padre, sobre la base de un extracto de entrevista truncado y aislado de su contexto, que ha sido utilizado por algunos grupos con un claro intento intimidatorio, casi para disuadir al Papa de expresarse sobre algunos temas, cuya relevancia moral es obvia, y de enseñar la doctrina de la Iglesia”.
No obstante la casi unánime condena contra Benedicto XVI, algunas voces han salido en su defensa. Una de las voces científicas más autorizadas y respetadas internacionalmente sobre el tema del SIDA, el doctor Edward Green, director del AIDS Prevention Research Project, de la Harvard School of Public Health and Center for Population and Development Studies manifestó estar de acuerdo con la opinión del Papa, aunque él no es creyente: “Yo soy un liberal en temas sociales y para mí es difícil admitirlo, pero el Papa tiene razón verdaderamente”, dijo a Il sussudiario.net quien lo entrevisto en exclusiva (Cf. 23.03.2009).
Y más adelante afirmó: “Hace algunos años se comenzó a notar que en África los países con mayor disponibilidad de preservativos y tasas superiores de utilización tenían también el más alto grado de infección de VIH”.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseveró que las palabras del Papa son coherentes con su papel. En Francia, dos diputados tuvieron la valentía de denunciar la deformación y exageración de las palabras del Sumo Pontífice.
En sus blogs, Christian Vanneste (diputado por el norte) y Jacqes Remiller (alcalde de Vienne y diputado) denuncian la tergiversación de las palabras de Benedicto XVI por parte de la clase política de su país. Vanneste aseguró que “la política de lucha contra el SIDA no debe limitarse a la publicidad a los preservativos”, mientras que Remiller escribió que “seguramente la jauría popular de materialistas y hedonistas está muy alejada de poder comprender este mensaje. La muchedumbre más concreta de fieles que se reúne alrededor del Santo Padre está aportando una mejor respuesta”.
No es sólo el Obispo de Roma el que sufre en primera persona la nueva inquisición laicista.
A finales del mes de enero de 2009 se llevó a cabo en Brasil el Foro Social Mundial. En él, el presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció a los “nuevos enemigos” del gobierno en su país: “…ya no solo la prensa de derecha, sino grupos de la Iglesia católica, los jerarcas de la Iglesia católica que son enemigos de las transformaciones pacíficas”. Y más adelante agregó: “…otra fe es posible, otra religión, otra iglesia también es posible, hermanos y hermanas”.
Durante meses, la Iglesia católica en Bolivia se opuso a algunos puntos de la nueva Constitución por ir en contra de valores no negociables como la familia y la vida.
Del 11 al 13 de marzo de 2009 tuvo lugar en Asunción, Paraguay, la reunión del “MERCOSUR” religioso, una cumbre convocada por Fernando Lugo, presidente de Paraguay y ex obispo católico, en el Foro Social Mundial donde Evo Morales había dejado claras las consignas.
“Lugo intenta levantar la bandera de una teología de la liberación renovada con un mensaje eco-indigenista, más demoledor para la Iglesia católica que su antiguo objetivo de promover una lucha armada”, asegura Noticias Globales (Cfr. boletín telemático no. 963, 12.03.2009). Tras esta reunión, el siguiente paso es llevar las propuestas religiosas a la cumbre de jefes de Estado que se tendrá el próximo mes de junio también en Asunción.
¿Y qué contenía el temario? El temario estuvo caracterizado por antiguas aspiraciones masónicas como la ley de culto y la relación con el Estado que, según Noticias Globales, se trata de un “igualitarismo religioso anticatólico e intromisión del Estado en las cuestiones internas de los cultos […]: la religión convertida en arma de control político, instrumento para imponer el pensamiento único y defensa del medio ambiente desde los contenidos panteístas que predica Leonardo Boff”, quien, junto a Frei Betto, es uno de los dos ideólogos promotores de estas cumbres.
Caroline Petrie es una enfermera inglesa de 45 años. Cristiana baptista, ofreció a una paciente anciana, rezar por ella. Caroline fue llamada a consultas disciplinarias por “no mostrar un compromiso de igualdad y diversidad” y fue suspendida durante varios días, a inicios del mes de febrero de 2009. Su caso tuvo resonancia en Inglaterra y a los pocos días fue readmitida en su trabajo habitual.
En España, la Conferencia Episcopal puso en marcha la campaña “¡Protege mi vida!” el pasado 16 de marzo de 2009. La iniciativa pretende sensibilizar frente a la nueva ley para ampliar el aborto, del ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Mientras unos defendían el derecho de expresión de los obispos españoles, el Partido Socialista tachó de hipócrita y retrógrada la campaña al grado de ser calificada por el vice-secretario del partido, José Blanco, como “rancia y anticuada”.
Como la campaña de los obispos a favor de la vida lleva una imagen de un lince y la de un niño, la ministra de Fomento llegó a declarar que la Iglesia devalúa la defensa del lince.
En un artículo del escritor Alfonso Ussía (Cf. La Razón, 24.03.2009), el autor aclaraba el asunto de esta forma a la ministra: “Lo que la Iglesia pretende, y a ver si le entre en la cabeza a la señora ministra de una vez, es que los niños que aún no han nacido sean respetados, defendidos y protegidos como los linces y malvasías. Insisto que se trata de un objetivo justo, discreto, medido y prudente. No por defender a los niños que asesinan antes de nacer, morirán los linces. Que vivan todos y que se disfruten unos a otros”.
Blasfemias a la orden
Pero parece ser que no basta con prohibir y censurar, las ofensas también están a la orden del día.
Una blasfemia es una palabra gravemente injuriosa contra alguien. Es un agravio, ultraje y daño contra razón y justicia.
En una época donde se sigue enarbolando la fraternidad universal y la tolerancia incondicional, resulta extraño que las opiniones llenas de escarnio y atropello, muchas veces blasfemas, sí puedan seguir teniendo cabida mientras vayan contra la Iglesia católica.
A raíz de la visita que a inicios de febrero de 2009 hiciera el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, a España, el escritor portugués José Saramago se desvivió en exabruptos contra el Estado Vaticano, el Papa, los obispos y la Iglesia católica en general.
En su blog, el escritor y premio Nobel afirmó que esos señores –los obispos– se suponen “investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar […] Se dicen representantes de un Dios en la tierra (nunca lo han visto y no tienen mayor prueba de su existencia) y se pasean por el mundo sudando hipocresía por todos los poros”. Y más adelante continuó la arremetida: “Ante el lento pero implacable hundimiento de este Titanic que es la Iglesia católica, el Papa y sus acólitos, nostálgicos de un tiempo en que operaban de modo criminal, el trono y el altar, recurren e todos los medios […] para inmiscuirse en la gobernación de los países…”.
Las críticas de Saramago fueron contestadas, nada menos, por un reconocido protestante español, el también escritor César Vidal. En un artículo publicado por el diario La Razón (Cf. El exabrupto de Saramago, 10.02.2009), Vidal decía: “…Saramago hace referencias a la Inquisición y a las ventajas fiscales del clero. No creo que existan ya católicos que defiendan la Inquisición, pero Saramago aún no entona el “mea culpa” por su apoyo al comunismo que se llevó por delante cien millones de vidas en el siglo pasado. Por lo que se refiere al privilegio fiscal, durante años me pregunté por qué Saramago no vivía en su país de origen y tributaba ahí para bien de sus compatriotas”.
A mediados de febrero de 2009, el canal 10 de la televisión israelí emitió un programa blasfemo donde ridiculizaba a las dos figuras más queridas por todos los católicos: Jesucristo y la virgen María. Al respecto, el portavoz de la Santa Sede deploró ese acto ofensivo de intolerancia vulgar y ofensiva para el sentimiento religioso de los creyentes.
Por las mismas fechas, el padre Tony de la Torre, sacerdote católico de la iglesia de St. Philip the Apostle, en San Francisco, denunció la venta de veladoras con la imagen de Barak Obama, caracterizado como san Martín de Porres. “Me llama la atención –afirmó el padre Tony en el boletín de su parroquia– que en un vecindario familiar, algún vendedor tenga algún tipo de odio como para llevar tal mercancía sólo para ganar unos dólares”. “Esto es sólo por diversión”, afirmó uno de los dueños del negocio donde se vende la veladora, en declaraciones recogidas por Catholic News Agency (Cf. 18.02.2009).
Según el jefe de la oficina de prensa del Consejo Nacional de Investigación Italiano (CNR), Marco Ferrazoli, en Italia también ha crecido la intolerancia hacia el Papa y la jerarquía de la Iglesia.
Prueba de ello es la imposibilidad para que Benedicto XVI ofreciera su lectio magistralis en la universidad de La Sapienza y las amenazas de muerte contra el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Angelo Bagnasco por sus opiniones sobre la homosexualidad.
Pero no es todo. A mediados de marzo de 2009 se ensambló una “muestra de arte” titulada Sacred Love, en la ciudad de Nápoles. En esa muestra, Sebastián Deva presentaba a un Cristo sobre la cruz envuelto en un preservativo. Esa y todas las demás obras fueron retiradas por órdenes del síndico de la ciudad quien declaró: “Cuando falta la inspiración artística, se trata de hacer hablar de sí aunque con operaciones de pésimo gusto y que no respetan el sentimiento religioso de los ciudadanos”.
El 31 de marzo de 2009 el canal de televisión español Antena 3 proyectó una película de calado cariz anticatólico. Se tituló Los Borgia. Amén de las críticas cinematográficas que no le merecieron ningún elogio, el padre José Antonio Fortea comentó en su blog las tristes impresiones que le produjo el bodrio: “Una vez más observamos que Antena 3 no ofrece ni el más mínimo espacio de sus programas a reportajes para hablar de algún aspecto positivo del cristianismo, pero sí que está dispuesta a gastar grandes cantidades de dinero para atacar a la Iglesia”.
A raíz de las palabras del Papa en el vuelo a África, el periódico francés Le Monde publicó unas caricaturas que presentan a Jesucristo repartiendo profilácticos desde una barca a una multitud excitada. La blasfemia estaba acompañada de un texto que decía: “Después de la multiplicación de los panes, la multiplicación de los preservativos”. En la imagen aparece también una caricatura del Papa representado decrépitamente. Una editorial también criticó ampliamente la postura de Benedicto XVI.
A inicios del mes de abril de 2009, el líder de un grupo pseudo religioso que rinde culto a una calavera vestida de novia, en México (el así conocido culto a la “santa muerte”), lanzó un llamamiento a sus seguidores, para una “guerra santa” contra la Iglesia católica a la que juzga culpable de la destrucción de varios de sus centros de culto por parte del ejército mexicano.
El ejército mexicano considera que estos lugares funcionan como centro de reunión para criminales y, además, eran ilegales. El lunes 4 de abril de 2009, los seguidores de la “santa muerte” se manifestaron frente a la catedral metropolitana de ciudad de México cargando imágenes o figuras de la calavera. “Nadie tiene derecho a llamar a una guerra, a una sedición, a un motín –declaró el vocero de la arquidiócesis de México, padre Hugo Valdemar–; hasta donde tengo entendido eso es un delito”.
A mediados de mayo de 2009 saldrá en cine la precuela de la producción anticristiana, El Código Da Vinci. Se trata de la película Ángeles y demonios, basada en una novela de ficción de Dan Brown, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks. La Catholic League de Estados Unidos ya alzó la voz para alertar a todos los cristianos de este nuevo filme que ataca con falsedades y ofensas a la Iglesia católica.
Algunos comentaristas han criticado ya no nada más la trama llena de virulencia y difamación anticristiana sino también la poca ética que tuvieron los realizadores al entrar al Vaticano sin permisos y realizar grabaciones a escondidas para la película misma.
Para mediados de septiembre de 2009 está previsto el lanzamiento de otra parte de El Código Da Vinci, según un anuncio de la editorial Knopf Doubleday Publishing Group. Se titulará El símbolo perdido (The lost symbol) y la línea de tergiversaciones, mamporreros y difamaciones contra la Iglesia católica sigue siendo el hilo conductor.
Persecuciones físicas que no faltan
Ciertamente no todo queda en un atosigamiento verbal. Las persecuciones físicas violentas también acompañan a las ideológicas.
En Mar de Plata, Argentina, el Servicio Informativo Diocesano dio a conocer el hurto sacrílego que unos desconocidos perpetraron en la casa de las Misioneras de la Caridad: “Mientras las hermanas Misioneras de la Caridad –dice la nota– se encontraban en la santa Misa en la capilla de san Isidro, entraron extraños al convento, robaron algunos objetos, y en la capilla interna abrieron violentamente el Sagrario y se llevaron el copón con Hostias consagradas y un ostensorio”.
El 8 de marzo de 2009 fue apuñalado un sacerdote católico, el padre Alirio Ramírez, durante la celebración de la misa, en Risaralda, Colombia. El sacerdote tenía amenazas de muerte por parte de grupo de narcotraficantes. Actualmente se encuentra fuera de peligro tras las cuatro puñaladas. Una semana después, dos sacerdotes redentoristas fueron asesinados en el municipio La Primavera, en Vichada, también en Colombia. Los sacerdotes dirigían un internado indígena.
En Burundi y Sudáfrica los sacerdotes católicos Daniel Matsela, Révocat Gahimbare y Lionel Sham, fueron asesinados en los meses de febrero y marzo de este año, según información de la agencia FIDES. El padre Matsela era el más joven de los tres (34 años) y había sido ordenado en diciembre de 2002.
En Costa de Marfil, a mediado de marzo de 2009, un colegio salesiano donde estudian cristianos y musulmanes fue atacado por 200 jóvenes que empuñaban palos y machetes, según informó la Agencia Info Salesiana (ANS).
Pero la persecución tiene varios carices. En Brasil, el obispo de origen español, monseñor José Luis Azcona, está amenazado de muerte por denunciar y combatir las mafias sexuales. De origen navarro, el obispo de la misión en Marajó, seguirá trabajando por todas esas mujeres y niñas que sufren explotación sexual.
Según el Reporte Anual de All India Christian Council (AICC), 2008 fue un año horrible para los cristianos que viven en India. Sometidos a violencia y ataques, el reporte califica la persecución de “limpieza étnica”, sobre todo en estados como Orissa. El año que fue objeto de estudio arrojó información como la que señala que cada mes hubo un promedio de 9 actos de violencia contra cristianos en el país; se destruyeron más de 300 iglesias y 4640 casas, mataron a numerosas personas, violaron mujeres, saquearon casas hogar de religiosas y colegios católicos.
El 23 de octubre de 2008, Ayuda a la Iglesia Necesitada dio a conocer el “Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2008”. En el reporte se aprecia que India, Pakistán, Irak, Eritrea, China, Arabia Saudí o Nigeria son algunos de los más de 60 países del mundo en los que se producen graves violaciones contra la libertad religiosa. Según el mismo informe, en Afganistán, Argelia, Bahrein, Bangladesh, Bielorrusia, Bolivia, Egipto, Eritrea, Tierra Santa (Israel y los territorios palestinos) y México se verifican limitaciones legales a la libertad religiosa.
Alzan la voz contra la intolerancia laicista
Ciertamente hay algunos que todavía se atreven a ir contra corriente y alzan la voz contra toda esta cristianofobia y cristofobia imperantes.
El ex primer ministro británico, Tony Blair, manifestó su preocupación ante el laicismo agresivo que se impone en la sociedad inglesa. Lo refirió en una entrevista al semanario anglicano Church of England Newspaper y que retomó L´Osservatore Romana a inicios de marzo de 2009.
“Pienso que las personas deberían estar orgullosas de su fe cristiana y deberían poder expresarla como desean”, fue una de sus respuestas. Blair repasó el caso de Caroline Petrie, que ya mencionamos más arriba, y el de Jennie Cain, quien podría quedarse sin trabajo sólo por haber pedido apoyo espiritual a sus amigos cuando su hija fue reprendida por defender la existencia del infierno.
El arzobispo de Sydney, cardenal George Pell, llamó la atención sobre la persecución y discriminación de la Iglesia católica en occidente.
En una conferencia sobre la intolerancia en la Oxford University Newman Society del pasado mes de marzo, el cardenal Pell dijo que la intolerancia procede “de la nueva y peligrosa tendencia de usar leyes antidiscriminación y de reivindicación de los derechos humanos para atacar el rol de la religión en la vida pública”. “Existen intimidaciones y marginación hacia los cristianos, que pasan en silencio”, afirmó, poniendo como ejemplo los actos de vandalismo contra las comunidades cristianas de California que se opusieron a la ley sobre “matrimonios” del mismo sexo.
“En una democracia sana las personas deberían ser libres de discutir y criticar las decisiones de los demás. La reciprocidad es esencial, pero los laicistas parecen preferir carreteras en un único sentido”, sentenció el arzobispo australiano.
¿Es el cristianismo la religión más perseguida en el mundo? En opinión de monseñor Kurt Koch, obispo de Basilea, Suiza, sí. 80% de las personas que son perseguidas por su religión en todo el mundo, son cristianas, afirma el obispo suizo en un artículo publicado en Il Giornale del Popolo: “Sólo en 2008, de los cerca de 2.200 millones de cristianos, 230 millones ha sufrido discriminaciones, marginaciones, hostilidad permanente e incluso persecución a causa de su fe”, dijo Koch.
Citando el último informe-reporte de Ayuda a la Iglesia Necesitada, el obispo de Basilea recordó que en 25 países los cristianos son maltratados, puestos en prisión o asesinados por su fe. “Es particularmente triste –escribió monseñor Koch– que en nuestros países occidentales esta tragedia ni siquiera la conozcan los propios cristianos. Una razón de este desinterés puede ser el hecho de que mientras los hermanos perseguidos proclaman públicamente su fe, nosotros la hayamos reducido a un asunto privado”.
El presidente de la región de Lombardia, en Italia, Roberto Formigoni, presentó al cristianismo como defensor de la libertad contra los totalitarismos en “Encuentro Madrid 2009” (25.03.2009). En entrevista concedida a Pablo Ginés, del diario La Razón y ForumLibertas.com, Formigoni afirmó que también en Europa “hay una concepción por la cual se supone que la religión ha de ser un hecho privado. A los cristianos, aunque sean seglares, profesionales, no se les deja decir nada sobre política. Y mucho menos si se trata de un Papa o de un obispo”.
La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseveró en su intervención del miércoles 25 de marzo de 2009 en “Encuentro Madrid” que “asistimos a algunos intentos de negar, e incluso atacar, el hecho religioso, siendo el objeto de esos ataques sólo el cristianismo, base de la civilización occidental”.
Refiriéndose a todas estas situaciones anteriormente mencionadas, Giogio Salina, presidente de la Asociación Fundación Europa escribió un artículo (Cf. L´intolleranza nelle instituzioni europee e l´autentico bene comune, ZENIT 27.03.2009) donde recordaba que “sobre todo en Europa es un deporte muy practicado, con comportamientos en verdad escuálidos porque, como reveló con desprecio Stalin en la Conferencia de Yalta, el Papa no tiene ejércitos a su disposición”.
Romano Guardini escribía en su célebre libro El Señor: “Es trágico ver que el mundo, desgarrado por el odio, se une por unos breves instantes contra Jesús”. No es muy difícil reconocer el sesgo de odio a Cristo y a los cristianos que se refleja en mucho de lo aquí enunciado. Lo rescatable de todo esto es que los creyentes se están dando cuenta de esta persecución y no están dispuestos a recluir en la vida privada la belleza de la fe.
Jorge Enrique Mújica, L.C.