Estos días he hablado con una sobrina mía, abogado y me ha dado tres consejos que me han parecido tan interesantes, que quiero transmitirlos:
Primer Consejo: Tener hecho o hacer Testamento. Dado que todos tenemos que morirnos, creo que es una cosa buena tener las cosas preparadas para que nuestros herederos tengan claro lo que a nuestra muerte deben hacery evitarles en lo posible líos y problemas. Hacer Testamento ante notario cuesta hoy cincuenta euros, es decir no es una cantidad exorbitante.
Segundo Consejo: Tener hecho el Testamento Vital de la Iglesia. Es muy conveniente, si queremos morir como buenos cristianos, tener hecho el Testamento Vital de la Iglesia, que me parece un grandísimo documento lleno de sentido común, y que sirve para que los familiares sepan a qué atenerse y cómo comportarse ante nuestra última enfermedad. Dice así:
Testamento vital de la Conferencia Episcopal Española
A mi familia, a mi médico, a mi sacerdote, a mi notario:
Si me llega el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos médicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta Declaración sea considerada como expresión formal de mi voluntad, asumida de forma consciente, responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento.
Considero que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el valor supremo absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena, pero desde la fe creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.
Por ello, yo, el que suscribe ............ pido que si por mi enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados o extraordinarios; que no se me aplique la eutanasia activa, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte; que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos.
Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo poder prepararme para este acontecimiento final de mi existencia, en paz, con la compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana.
Suscribo esta Declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis que cuidarme respetéis mi voluntad. Soy consciente de que os pido una grave y difícil responsabilidad. Precisamente para compartirla con vosotros y para atenuaros cualquier posible sentimiento de culpa, he redactado y firmo esta declaración.
Firma:
Fecha:
Alguna persona que no conocía este Testamento me dijo: Por puro sentido común actué así en la última enfermedad de una persona muy querida suya. El precio de este Testamento Vital si se hace ante Notario es de unos 55 euros. Si lo haces en la Seguridad Social es gratis.
Tercer Consejo: Hacer un poder preventivo. No sabía ni que existía. Se trata de dejar establecido quien debe ocuparse de mis asuntos en caso de incapacidad. Es evidente que las personas a las que designemos deben ser responsables, íntegras y de nuestra absoluta y total confianza porque pueden dejarte en la calle. Pienso designar a tres personas, pero para que puedan hacer algo se necesitarán dos firmas. El precio ante Notario está entre los noventa y los ciento diez euros.
Confío que estos consejos os sean útiles.
Pedro Trevijano, sacerdote