Los objetivos de esta ideología son:
1º) Liberar al ser humano de su biología. El ser humano puede escoger libremente su sexo. Aquí voy a dejar hablar al cardenal Ratzinger (hoy Papa emérito Benedicto XVI) en su libro “La Sal de la Tierra”: “Actualmente se considera a la mujer como un ser oprimido; así que la liberación de la mujer sirve de centro nuclear para cualquier actividad de liberación tanto política como antropológica con el objetivo de liberar al ser humano de su biología. Se distingue entonces el fenómeno biológico de la sexualidad de sus formas históricas, a las que se denomina “gender”, pero la pretendida revolución contra las formas históricas de la sexualidad culmina en una revolución contra los presupuestos biológicos. Ya no se admite que la “naturaleza” tenga algo que decir, es mejor que el hombre pueda modelarse a su gusto, tiene que liberarse de cualquier presupuesto de su ser: el ser humano tiene que hacerse a sí mismo según lo que él quiera, sólo de ese modo será “libre” y liberado. Todo esto, en el fondo, disimula una insurrección del hombre contra los límites que lleva consigo como ser biológico. Se opone, en último extremo, a ser criatura. El ser humano tiene que ser su propio creador, versión moderna de aquél “seréis como dioses”: tiene que ser como Dios”. En consecuencia lo importante en el ser humano no es su biología, sino el rol social y cultural que asume, lo que nos permite escoger el sexo y cambiarlo, si así lo estimamos oportuno
2º) El ser humano tiene que hacerse a sí mismo según lo que él quiera, sólo de ese modo será libre y estará liberado. En pocas palabras, se puede hacer con el cuerpo lo que uno quiera, pues el fin de la sexualidad es el placer, evitando, eso sí, el embarazo y la natalidad. Las leyes son la moral del Estado y esto está en las leyes. Con estos antecedentes, es fácil comprender que se esté enseñando a niños y niñas a que aprendan a masturbarse y hasta que se acuesten juntos. Hoy ya en España un adulto puede tener relaciones con un menor de dieciséis años, si éste consiente, pero supongo que habrá que modificar la legalidad, para ponerla de acuerdo con la legal perspectiva de género, porque si dos chicos menores pueden acostarse entre ellos y ellas, según quieran, ¿por qué no pueden hacerlo con adultos? Y en el supuesto que la chica se quede embarazada, para eso está el derecho al aborto.
3º) El matrimonio y la familia son dos modos de violencia permanente contra la mujer y por tanto instituciones a combatir. La mujer es un ser oprimido y su liberación es central para cualquier actividad de liberación. La sexualidad, para este feminismo radical, es una relación de poder y el matrimonio es la institución de la que se ha servido el hombre para oprimir a la mujer. En cuanto a la maternidad subordina a la mujer, constituyéndola en un segundo sexo dependiente del varón para complacer su egoísmo. La relación entre los sexos no se basa en el amor, sino en la lucha permanente. La revolución sexual tiene como objetivo la liberación sexual, la inhibición de todas las represiones de la sociedad contra el instinto sexual.
El fundamento ético de esta concepción es el relativismo y el marxismo aplicado a la sexualidad. Al no existir un orden real y objetivo, que todos debemos respetar, como expresó muy bien Zapatero al decirnos que la Ley Natural es tan solo un vestigio ideológico y una reliquia del pasado, somos nosotros mismos los que decidimos lo que está bien y está mal. Nuestros criterios son el egoísmo, la satisfacción de mis necesidades, lo que más me conviene, el placer hedonista. Ahora bien, si este análisis es correcto, y tengo motivos y argumentos para pensar que sí lo es, podemos preguntarnos si nuestros legisladores sencillamente no han perdido la conexión con la realidad y con el sentido común. Lo malo es el daño que profesores con esta ideología pueden hacer a nuestros alumnos, aunque pienso que muchos van a reaccionar pensando simplemente, pero con toda razón que sus profesores se han vuelto locos, con lo que ciertamente no se mejora la educación en nuestro país.
Resumiendo brevemente: la ideología de género es exactamente la Moral Sexual Católica vuelta del revés, salvo en la común condena de la violación.
Pedro Trevijano, sacerdote