Hablemos con toda claridad.
Aquí estamos una treintena de personas venga a trabajar en InfoCatólica, escribiendo día tras día, cansados o descansados, haga frío o calor, sanos o enfermuchos, con ganas o sin ellas, vayan bien o mal las cosas en la familia, en el trabajo, en la parroquia, la diócesis, la Iglesia, el mundo. Aquí estamos informándonos bien para informarles fielmente de todo lo que pensamos que puede interesarles y ayudarles en su vida de cristianos. Aquí estamos estudiando cuestiones para poder darles buena doctrina y librar al mismo tiempo los buenos combates de la fe contra desviaciones, abusos y herejías. Aquí estamos trabajando a veces hasta las tantas para InfoCatólica, porque antes y más debemos atender nuestras santas obligaciones religiosas, familiares y laborales. Y todo para que ustedes puedan asomarse cada día a nuestro Diario digital.
¿Y ustedes, nuestros lectores habituales, qué?... Ahí están sentados –¡y algunos tumbados!– leyéndonos cada día con gran interés, aprobación y aprovechamiento. Si así no fuera, no serían nuestros lectores habituales. Aprietan cada día una tecla, mueven una miaja su ratoncito, hacen clic, y entran en la Casa infocatólica, bien iluminada, acogedora, llena siempre de nuevas informaciones y artículos y blogs interesantes. Bien, hasta aquí va todo bien. Pero permítannos ahora una preguntita:
¿Se les ha ocurrido alguna vez enviarnos un donativo para que InfoCatólica pueda mantenerse e incluso mejorar –si tal cosa fuera posible–? ¿Les funciona el resorte contributivo del agradecimiento o lo tienen atrofiado? ¿Les parece decente (decens) leernos durante semanas y meses sin retribuir los trabajos y gastos que hacemos en su servicio, sin enviarnos un donativo, aunque sea pequeñajo, de vez en cuando?... En el caso de que, pensándolo bien ahora, estimen que tal conducta no es decente ¿se dan cuenta de que lo que no es decente es una conducta indecente (in-decens)?... ¿Albergan en sus conciencias sentimientos de arrepentimiento y firmes propósitos de enmendarse, enviándonos donativos, tomados de los mismos dones que el Señor providente les ha concedido? ¿Hasta cuándo mantendrán ustedes unidos el uso de InfoCatólica y el abuso de ignorar crónicamente una respuesta donante, aunque sea pequeña?
Señores lectores habituales: ya está bien. Un poco de formalidad y sentido del deber y de la responsabilidad. No, no teman que vayamos a denunciarles, porque queremos obedecer la norma del apóstol San Pablo: no haya querellas judiciales entre hermanos (1 Cor 6,-8). Pero ya está bien. Recuerden, caramba, la frase de Cristo: «dad y se os dará» (Lc 6,38). Nosotros cumplimos la primera parte: les damos cada día gratuitamente InfoCatólica. Cumplan ahora ustedes, por favor, la segunda parte de la palabra de Cristo: y se os dará. No se lo piensen dos veces; hagan click aquí, y obren en consecuencia enviándonos su donativo.
Terminamos dándoles una buena noticia, un Evangelio. Hay entre ustedes un cierto número de lectores habituales, no tan numeroso como quisiéramos, pero admirablemente fiel, que nos viene ayudando económicamente –y con sus oraciones, por supuesto– durante estos cinco años de InfoCatólica. Dios los bendiga, Dios los bendice, pues les concede la gracia de ayudarnos, Dios los bendecirá. El Señor es quien mueve sus corazones a donar. Se nota que son hijos de Dios porque donan. Es lo que siempre está haciendo el Padre celestial: donar, donar, per-donar (cuando su don fue rechazado por el pecado), donar, per-donar, per-donar, donar... Don, per-don, don, don, don, per-don... De eso vivimos todos. La bondad comunicativa del Señor no tienen fin. No se cansa de donar y de per-donar.