Desde la gestación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) del Partido Popular, hemos tenido que oír consignas sindicales y políticas que la tildan de «ultraconservadora», «religiosa», «plegada a las exigencias de los obispos», etc. Otro mito no menor sobre la ley Wert es que elimina la Educación para la Ciudadanía que impuso el gobierno Zapatero y contra la que hubo miles de objeciones. Veámoslo.
Cuando el Consejo de Estado llamó la atención al Ministerio de Educación por la desaparición de las asignaturas relacionadas con la educación ético-cívica (las distintas versiones de la Educación para la Ciudadanía), el Ministerio se apresuró a responder que «en el contexto del cambio metodológico que esta ley orgánica propugna se aborda esta necesidad de forma transversal al incorporar la educación cívica y constitucional a todas las asignaturas durante la educación básica» (25-04-2013).
Por tanto, no sólo persiste la Educación para la Ciudadanía, sino que se extiende a toda la educación básica de modo transversal. Más aún, como respuesta al Dictamen del Consejo de Estado (18-04-2013), el Gobierno modificó la ley para hacer posible que los alumnos de Religión optaran simultáneamente por la asignatura alternativa («Valores»). En efecto, el Consejo de Estado, apelando a la Recomendación del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados miembros sobre la Educación para la Ciudadanía Democrática (16-10-2002), afirmaba que no era suficiente (ante la eliminación de EpC) la nueva asignatura de «Valores» porque se estudiaría como alternativa a Religión. Es decir, no la estudiarían todos los alumnos...
Es evidente, entonces, que se quiere imponer a todos unos valores y éstos se conciben al modo de la Educación para la Ciudadanía, es decir, según la ideología de género, el relativismo ético, etc. De esta forma, la libertad educativa queda abolida por partida doble. Porque a parte de consolidarse la Educación para la Ciudadanía en toda la educación, se hace posible optar por Religión y su alternativa -»Valores»- simultáneamente, cuando la existencia de esas dos opciones obedece precisamente al derecho a la libertad ideológica y de conciencia.
Este sesgo adoctrinador se patentiza aún más si nos percatamos de que, al denominar «Valores» a la alternativa, se afirma indirectamente que la Religión no puede ser fuente de valores o de moral. Con lo cual se afirma implícitamente que el Estado es la fuente de la moralidad y que no puede haber una ética de fundamento trascendente.
El reciente borrador del Real Decreto que definirá el currículo básico de la ESO y el Bachillerato (LOMCE) nos confirma este adoctrinamiento en materia moral por parte del Estado. En ese borrador se puede ver cómo, suiguiendo al Gobierno de Zapatero, los alumnos de primero a tercero de la ESO tendrán que estudiar contenidos sobre salud sexual y anticoncepción en el bloque de Biología y Geología.
No obstante, el PP ha introducido una novedad en este punto. La propuesta de Decreto de José Ignacio Wert contempla también el estudio de la reproducción asistida, cosa que no se incluía en la ley del PSOE. Como criterio de evaluación de ese estudio se habla de «recopilar información sobre las técnicas de reproducción asistida y de fecundación in vitro, para argumentar el beneficio que supuso este avance científico para la sociedad».
Juzgue el lector mismo cuál es el verdadero sesgo ideológico de la reforma educativa del Gobierno.
Miguel Antonio Goñi Zabalza