Byung-Chul Han: sabiduría oriental, hondura alemana
Byung-Chul Han en su discurso de recepción del Príncipe de Asturias | © Screenshot de YT

Byung-Chul Han: sabiduría oriental, hondura alemana

La obra de este premiado es una ventana que nos permite asomarnos a una realidad en la que nuestra mirada se nutre de la bondad, la verdad y la belleza que nos hace mejores en medio de la vulnerabilidad que nos empequeñece y aísla en la soledad.

Ha sido una grata sorpresa la designación de Byung-Chul Han como Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. En ese escenario internacional que suponen los Premios ovetenses, contar con uno de los filósofos contemporáneos más leídos y con mayor influencia, es ya una buena noticia que me agrada reconocer al Jurado.

Este pensador nacido en Corea del Sur y formado en Alemania hace tiempo que aborda los cambios que él observa en la sociedad de nuestros días, muy determinada tanto por la tecnología super sofisticada que ha roto fronteras antes infranqueables, como por la comunicación atrofiada en su uso y su abuso llegando a la paradoja de compaginar las mayores cotas de intercomunicación con las de una inmensa soledad que nos aísla. Títulos como «La sociedad del cansancio» o «La sociedad de la transparencia», dan buena cuenta de esa habilidad fina y certera para diagnosticar los retos que desafían a la sociedad actual, como justamente ha observado el Jurado que le ha otorgado este importante premio.

Son tantas las noticias y es tan desmedida la información que a diario nos desbordan y asedian, que nos falta el cauce razonable de poderlas asimilar o gestionar con mesura e incluso con el tiempo del que se tenía en otras épocas, cuando con muchos menos medios sí que se gozaba de una sabiduría capaz de discernir, de juzgar, de aprender y enriquecerse sin que los valores que vale la pena cuidar y transmitir a las nuevas generaciones se viese empañado y empeñado por la levedad más anodina y la frivolidad más nociva que abotarga la mente y enfría el corazón. Pero este pensador, que goza de la sabiduría oriental con su delicada sensibilidad, al tiempo de haber crecido en una racionalidad centroeuropea con hondura, método y rigor, también ha puesto sobre la mesa de su escritorio una cuestión que él juzga fundamental en el análisis del momento contemporáneo: la cuestión religiosa, la presencia de Dios en la vida, la necesidad de una honda espiritualidad.

El profesor Byung-Chul encara la célebre noción de Friedrich Nietzsche sobre la «muerte de Dios» señalando cómo ahí reside una de las grandes crisis de la modernidad: la pérdida de sentido. Este pensador afirma que la desaparición de Dios en la cosmovisión de nuestros días tiene como consecuencia la ausencia de una figura trascendente, y al mismo tiempo la disolución de aquello que simbólicamente fundamenta la vida, la experiencia humana y la convivencia. Vivimos en un mundo que se torna irrespirable, violento, corrupto y mendaz, donde se da culto únicamente a esos tres dioses menores cuando se ha expulsado en nuestro pequeño paraíso al verdadero Dios. Son los tres dioses de los que hablaba T.S. Eliot: el poder, el dinero y el sexo (de enorme actualidad hoy día).

José Mª Barrio, buen conocedor de nuestro autor, ha señalado que estamos ante un pensador que nos ofrece «uno de los mejores retratos de nuestro tiempo, a la vez que una medicina para sus lados más vulnerables. Recoge lo mejor de la sabiduría oriental para purificar nuestras heridas post-cristianas». Efectivamente, sin Dios nos deshumanizamos, como Byung-Chul Han ha subrayado en sus recientes obras «Hablar sobre Dios» y también «Sobre Dios», donde aparecen como urgente necesidad esos valores que nos ayudan a crecer humanamente, como ciudadanos y como creyentes: la atención frente a un mundo que nos dispersa y fragmenta, la belleza ante la zafiedad que nos empobrece con su mezquindad, el ayuno de lo inútil que nos aligera ante a la voracidad de un consumismo que nos esclaviza con sus adicciones, la dimensión espiritual que nos encara amablemente hacia el rostro de Dios que nos protege y acompaña. La obra de este premiado es una ventana que nos permite asomarnos a una realidad en la que nuestra mirada se nutre de la bondad, la verdad y la belleza que nos hace mejores en medio de la vulnerabilidad que nos empequeñece y aísla en la soledad.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

 

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.