Ayer por la mañana ha terminado el encuentro Internacional de Sacerdotes en Roma y el ambiente es extremadamente alegre y fraterno. Yo, al igual que miles de sacerdotes de todas partes del mundo hemos acogido la invitación hecha por el Santo Padre de venir a la Ciudad Eterna a participar de la clausura del Año Sacerdotal.
En estos días Roma ha sido invadida por miles de sacerdotes; ya desde la llegada al aeropuerto era posible percibir los grupos de presbíteros de todas las razas e idiomas que aparecían por las salas de llegada esperados por otros sacerdotes o amigos ya que gran parte de ellos, incluyendome a mi, pisaban por primera vez Roma y Europa.
Así se iba configurando  el encuentro, con sacerdotes jóvenes y ancianos, de todas las  razas, muchos con sus hábitos religiosos; en las calles se escuchaba a  los sacerdotes conversar alegremente en castellano, ingles,  portugués, etc, intercambiando palabras con sus hermanos de otras partes  del mundo, tratando de entendernos con mayor o menor suerte; la  mayoría con sus cámaras o sus celulares sacando fotos, conociendo los  tesoros religiosos y culturales de esta magnifica ciudad y sobretodo  visitando la Ciudad del Vaticano, su basílica y plaza tantas veces vista  por televisión y por primera vez por nuestros propios ojos y deseando  ver a quien nos convocaba, el Papa Benedicto, saludarlo y  manifestarle nuestro cariño y aprecio filial. Me gustaría notar que el sólo  hecho de caminar por las calles tal cantidad de “padres” ya era  un testimonio del sacerdocio ante los cientos de turistas que por  estos días visitan Roma.
La jornada comenzó el miércoles 9 con una  conferencia sobre la “Conversión y Mision” dada por el Cardenal de Colonia  Joachin Meisner con un gran enfasis en el Sacramento de la Reconciliacion. El  día 10 de junio en la mañana correspondió a la segunda conferencia dada  por el Cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Québec con el titulo “Cenáculo: invocación del Espiritu Santo con María, en fraterna comunión”.  Dado que el número de sacerdotes superó con creces las expectativas, a  los participantes se nos dividió en dos grupos: los de habla  española, francesa y portuguesa en la basílica san Juan de Letrán y a los  de habla italiana, inglesa y alemana en san Pablo Extramuros.
Pero las actividades más esperadas eran las que contaban con la presencia del Papa ya que muchisimos, incluido yo mismo, nunca habiamos visto a un Papa (cuando Juan Pablo II fue a Chile el Año 1987, yo contaba con siete años). La vigilia de la tarde fue en la plaza san Pedro donde estaban dispuestas cientos de sillas para nosotros y el sol de la tarde dio paso a la noche con una temperatura mas agradable y fresca que el caluroso día. Comenzó con testimonios muy variados y enriquecedores: a través de video escuchamos las palabras del párroco de Ars, las de un joven sacerdote de Buenos Aires que trabaja con los pobres, las del nuevo obispo auxiliar de Jerusalén y el curioso caso del “párroco de Hollywood”, y en directo, en la plaza, escuchamos el testimonio de un diácono en tránsito, el de una hermosa familia compuesta por el matrimonio y seis hijos (un sacerdote, un seminarista, una virgen consagrada, dos esposos y una soltera), el de un sacerdote de 50 años de ministerio y el de una religiosa de clausura quienes rezan por nosotros.
Después de esto vino lo más esperado. Verdaderamente el ambiente era de gran expectación. Tratando de ponernos en los mejores lugares deseábamos ver de cerca a Pedro, diría que casi como niños que quieren ver a su padre, lejano en kilometos pero cercano en el corazón. Cuando apareció el Papa la alegría fué unánime; en el papamóvil recorrió la plaza ante los gritos de "¡viva el Papa!” de sus sacerdotes y del ya tradicional “Benedetto”. El júbilo dio paso al diálogo y el Papa respondió a las preguntas de cinco sacerdotes, uno por continente, de variados temas que en conjunto fueron un valioso alimento para nuestra reflexión y nuestra vida (cómo afrontar las dificultades en la “pastoral directa", cómo acoger una teologia verdaderamente católica, palabras sobre el don celibato frente a las críticas del mundo, sobre la liturgia, sobre los jóvenes y la formación en las familias, etc.).
Finalmente hubo un momento de adoración al Santísimo, donde el  Santo Padre, como sacerdote de Jesucristo, al orar junto con nosotros y  al presidir nos recordó que el Señor a quien seguimos y a quien  debemos
amar y servir con humildad estaba frente a nosotros en la humildad  de su presencia sacramental. Hoy, en la Misa de clausura nos volvió  a recordar la intima unión del sacerdote con el Corazón de Cristo de cuya  herida abierta sigue manando su amor salvador.
Mucho más se podría decir  sobre esta particular jornada que contó con casi 15.000 sacerdotes y espero  que siga dando muchos frutos de santidad en nosotros pero creo que una de las  experiencias más fuertes ha sido la de ser confirmados en la fe por el  Vicario de Cristo. En un año marcado por los escándalos de nuestros propios  hermanos, el contacto con otros presbíteros que desean ser fieles a sus  promesas sacerdotales y que renovamos en la Santa Misa en san Pedro ha  sido enriquecedor. Yo he sentido una gran renovación interior en estos  días en que cumplí mi tercer aniversario como presbítero, al contemplar  a miles de hermanos, orgullosos de ser sacerdotes, orgullosos de  sus pueblos y comunidades, hijos del Papa y hermanos entre ellos.  Además creo que el afecto expresado a Su Santidad representa el de  todos nuestros fieles, y es una muestra de cariño y de solidaridad  ante tantos ataques que él mismo ha recibido. De la misma manera a  nosotros nos ha fortalecido el testimonio del Papa que ha cargado con  una pesada cruz sin quejarse por cumplir la voluntad de Dios, y que  en todas sus palabras y su doctrina expresa el deseo de llevarnos  a Cristo, de que lo amemos y de que llevemos este amor a todos los fieles  con nuestro propias palabras, ejemplos y testimonios.
P. Rafael  Luis Rojas Larenas, Vicario parroquia Nuestra Señora del Carmen, Rapel-Monte  Patria, La Serena, Chile.
 
             
    
 
	  
 
	  
 
	  
 
	  
         
             
             
             
         
 
           
 
         
 
        





 
		   
	   
	  