«El País» desinforma sobre los milagros
Esto no es una pipa, Magritte

«El País» desinforma sobre los milagros

Estamos ante un recopilatorio de medias verdades para construir un relato falso y desfigurado. Si estuviéramos ante un periódico más serio, veríamos un esfuerzo mínimo para tratar de comprender mejor el fenómeno religioso en general y católico en particular.

El viernes 11 de agosto El País publicó un artículo (puede leerse también aquí) que trataba de desacreditar el posible milagro de la chica española recientemente curada en la JMJ. El diario de Prisa no cree en los milagros, algo muy respetable en la medida en que su línea editorial es ajena a la fe.

Ahora bien, lo que es más preocupante es la desinformación y las medias verdades en las que se basa el texto para construir un relato fundamentalmente falso. A pesar de que la propia Iglesia ha mostrado prudencia desde el comienzo hasta esperar el juicio de los médicos sobre el asunto, en el diario ya aseguran que se trata de una curación repentina perfectamente explicable.

A continuación el artículo recoge los protocolos que sigue la Santa Sede para la aprobación de un milagro, dando así la sensación de que se trata de un proceso riguroso con el que se está plenamente de acuerdo. Sin embargo, a partir de ese momento el texto continúa diciendo: «Hay que decir que esos médicos especialistas, que se eligen para estas comisiones, son gente de la casa. Por ejemplo, en el caso de los milagros de José María de (sic) Escrivá fueron de la Clínica de Navarra, del Opus. No son independientes ni críticos con estos procesos».

Una afirmación tan rotunda, evidentemente, deja a la altura del betún el rigor de la Iglesia para analizar estos asuntos. Ahora bien, resulta que al «experto» consultado por El País se le «olvida» decir que en los procesos canónicos de revisión de milagros participan dos equipos de supervisión médica diferentes, uno en el lugar donde se instruye la causa y otro en Roma. En total, debe haber entre 5 y 7 especialistas en la materia. Alguno puede ser católico, pero no está ahí por esa razón, sino por ser competente en su especialidad. Desacreditar a uno de esos médicos dejando caer que es de la Obra, o que es creyente, es muy fácil; lo que es más difícil es aportar evidencias sobre su incompetencia técnica en la materia, o la falta de rigor a la hora de juzgar el caso concreto.

Tras dar a entender la arbitrariedad de la Iglesia con el tema de los milagros, el autor del artículo acaba sacando como conclusión que el Papa Francisco tiene una postura frente a los milagros muy distinta a la de Juan Pablo II: «un caso como el de Jimena refleja la confrontación de las dos visiones del catolicismo: la liderada por el papa Francisco, que intenta vivir una fe racional y crítica, frente a otra que aún arrastra el modelo de Juan Pablo II y que se aferra a este tipo de episodios». Por supuesto, el autor del texto no aporta razón alguna para sostener esta tesis.

Si esta tesis fuera cierta, el autor del artículo debería explicar por qué el Papa Francisco reconoce todos los años un buen número de milagros para diversos procesos de beatificación y canonización. Se entiende que no lo haga, pues entonces el relato que trata de enfrentar a Francisco con sus predecesores (tan manido en muchos medios de comunicación) caería por su propio peso.

El periodista también podría haberse tomado la molestia de preguntar a los expertos que consulta para escribir el artículo por cualquiera de esos milagros que se aprueban cada año, haberles pedido pruebas para desacreditar alguno de ellos hubiera dado más fuerza a su argumento. Muy al contrario, el razonamiento que hace el texto presenta una trampa burda: en primer lugar, critica el posible milagro de la JMJ (aunque la Iglesia esté lejos de haberlo aprobado); después, lo mezcla con un supuesto fraude procesal en torno a un milagro atribuido a san Josemaría; por último, se inventa que Juan Pablo II y Francisco tienen distintos criterios para juzgar los milagros. El resultado se supone que debe ser un argumento bien construido pero, como mucho, resulta un texto persuasivo para el que lo lea sin mucha atención.

Estamos ante un recopilatorio de medias verdades para construir un relato falso y desfigurado. Si estuviéramos ante un periódico más serio, veríamos un esfuerzo mínimo para tratar de comprender mejor el fenómeno religioso en general y católico en particular. Tratar de denigrar la religión continuamente constituye una mentalidad muy cerrada y, además, es un flaco servicio público para los ciudadanos que se informan a través de ese medio. La cobertura de la JMJ, centrada en anécdotas muy circunstanciales, es otro ejemplo de esta alergia a la verdad y a la religión que caracteriza a algunas publicaciones.

 

22 comentarios

Juan Antonio
Nada nuevo bajo el sol, es la visión de la izquierda (y en buena medida también del liberalismo) sobre la fe católica. Lo corrobora, entre otros ejemplos, la bochornosa cobertura que dió TVE a la JMJ, en este caso con el agravante de ser un medio público. Habrá que seguir rezando por ellos. Paz y bien.
16/08/23 6:47 PM
maru
Lo que diga o escriba El País, sobre la Iglesia Católica, ya sabemos lo que podemos esperar. Pero no escriben de la misma manera sobre el Islam, por qué será? Cobardes e hipócritas, eso es lo que son .
16/08/23 7:07 PM
Antonio Herreros
Lo País es una variante más de las que adopta la confluencia de intereses del Maligno, el Marxismo y la Masonería.
16/08/23 7:44 PM
SS
Son sicarios del mal .
16/08/23 7:48 PM
Federico Ma.
"El diario de Prisa no cree en los milagros, algo muy respetable en la medida en que su línea editorial es ajena a la fe".

No es nada respetable lo que es contario a la fe. En todo caso será, a lo sumo, coherente con sus presupuestos, pero eso no lo hace en manera alguna respetable, toda vez que se trata de un error, y el error no es digno de respeto.

Tampoco hace falta la fe sobrenatural para reconocer la posibilidad y aun el hecho de un milagro. Si así fuera, los mismos milagros no podrían ser "motivos de credibilidad" anteriores al acto de fe sobrenatural.
16/08/23 8:25 PM
Javi
Muy buen artículo centrado en la actualidad. Yo, que estuve en la JMJ, viví el milagro que es millón y medio de jovenes unidos, sin ningún container quemado, ni violaciones sexuales, ni disparos, no vandalismo. Pero claro, todo son milagros falsos, "que te vote txapote",... Lo siento por los pobres a los que este tipo de artículos les cierre la mente.
16/08/23 9:59 PM
Jorge Cantu
Malicia y voluntad de engañar, alimentando prejuicios hacia quienes ellos consideran sus enemigos ideológicos (doy por hecho que los 'mandilones' están detrás de estas sucias maniobras contra el catolicismo).

Lo curioso es que se disfrazan y presumen de profesionalismo, objetividad y racionalidad cuando claramente ocultan las taras de una agenda ideológica falsa e inhumana que busca, y logra con frecuencia, manipular a las personas utilizando la máxima de Goebbles: "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", es un hecho de psicología de masas que ellos utilizan como herramienta cotidiana con objetivos a corto y a largo plazo.

Lo 'bueno', hasta cierto punto, de estos medios es que son tan constantemente mentirosos que se vuelven predecibles. Para entender la verdad subyacente en los mensajes de estos medios de manipulación, hay que descomponerlos e interpretar exactamente lo contrario de lo que afirman, como solían hacer algunos ciudadanos astutos bajo regímenes comunistas durante la 2a. Guerra Mundial: sí el régimen comunicaba que iban ganando en tal batalla o frente de guerra, era lo opuesto.
17/08/23 12:26 AM
Miriam
Un artículo muy acertado. La pena es que quienes leen el País nunca van a leer este artículo y poder así abrir sus horizontes....
17/08/23 12:50 AM
Pedro de Madrid
Nunca compré El Pais ni lo compraré
17/08/23 4:22 PM
Anonimo
¿Hay alguien que sigue leyendo Lo País?

17/08/23 5:26 PM
Pedro
Aparte de que el artículo en cuestión nos pueda resultar ofensivo y sesgado, lo que demuestra El País una y otra vez es que se empeña en mostrarse como el diario más manipulado y de peor calidad periodística de este curiosos país.
Si en un pequeño asunto, tan fácil de desmontar, se esfuerzan en sacar ese texto pobretón y sin argumentos, se puede uno imaginar lo que habrá en cada artículo sobre cuestiones más enjundiosas e importantes para los lectores.
17/08/23 6:01 PM
mauricio
.. y es que acaso esperaban una reacción diferente de los medios progresistas que a lo bueno lo llaman malo y a lo malo lo llaman bueno ?
17/08/23 7:40 PM
María de las Nieves
Un cristiano no se le ocurriría ir a buscar a un medio un periódico popular para hablar de un milagro.
Seamos serios con nuestra fe católica y reconozcamos que frente a un hecho como ha ocurrido en Lisboa con la chica y puesto que se trata de un hecho orgánico ;corresponde a un equipo médico valorar cómo se encontraba esta paciente antes de ocurrir la recuperación de la visión.
Lo que vemos a simple vista es un hecho real no veía y ahora ve; por tanto si este fenómeno de recuperación de visión lo podamos o no atribuir a un milagro necesitamos la comprobación científica de que por medios naturales esta corrección en la visión no se hubiera hecho de forma espontánea.

Corresponde a un equipo médico valorar el diagnóstico y entregarlo según su criterio a la organización eclesial para que dicte el milagro o no.
Damos gracias al Señor y a la Virgen María y a la oración conjunta de los fieles por este hecho significativo. El señor vive resucitado y escucha la oración de sus fieles.
17/08/23 8:00 PM
Albert L
En realidad, El País desinforma sobre todo. Leer ese panfleto es una pérdida de tiempo. Todo lo que dice está manipulado en función de sus intereses ideológicos. El País miente siempre y en todo
18/08/23 12:05 AM
Carlos Porras
Soy de Costa Rica y, en mi país, tuvimos una experiencia valiosa muy bien manejada en el campo del periodismo. La costarricense Floribeth Mora fue la mujer a la que se le desapareció un aneurisma tras rogar por su curación por la intercesión de Juan Pablo II. La curación de Floribeth Mora, tras los estudios de rigor, fue declarada milagrosa por la Santa Sede y por ese milagro se procedió a la canonización del Papa polaco.
Naturalmente, los periodistas costarricenses debían informar la noticia. El problema era ¿cómo hacerlo?. Un presentador de noticias de televisión podía afirmarle a los espectadores que hubo un accidente de tráfico en la carretera tal, pero no podía afirmar que hubo un milagro. Creyente o no, el periodista, por ética profesional, no afirma ni confirma, sino que solamente informa. Su credibilidad está en juego en cada información que brinda al público. Afortunadamente lo manejaron muy profesionalmente, entrevistaron a Floribeth Mora como la declaración de un testimonio personal. entrevistaron a los médicos involucrados para que explicaran el caso clínico y la inexplicable desaparición de un padecimiento confirmado y documentado y, finalmente, entrevistaron a las autoridades eclesiásticas sobre las normas de un proceso de canonización. Los periodistas creyentes no hicieron afirmaciones. Los periodistas no creyentes no hicieron negaciones. Todos los periodistas, creyentes y no creyentes, se limitaron a informar lo que había ocurrido sin comprometer su posición
18/08/23 4:39 AM
Carlos Porras
Soy de Costa Rica y, en mi país, tuvimos una experiencia valiosa muy bien manejada en el campo del periodismo. La costarricense Floribeth Mora fue la mujer a la que se le desapareció un aneurisma tras rogar por su curación por la intercesión de Juan Pablo II. La curación de Floribeth Mora, tras los estudios de rigor, fue declarada milagrosa por la Santa Sede y por ese milagro se procedió a la canonización del Papa polaco.
Naturalmente, los periodistas costarricenses debían informar la noticia. El problema era ¿cómo hacerlo?. Un presentador de noticias de televisión podía afirmarle a los espectadores que hubo un accidente de tráfico en la carretera tal, pero no podía afirmar que hubo un milagro. Creyente o no, el periodista, por ética profesional, no afirma ni confirma, sino que solamente informa. Su credibilidad está en juego en cada información que brinda al público. Afortunadamente lo manejaron muy profesionalmente, entrevistaron a Floribeth Mora como la declaración de un testimonio personal. entrevistaron a los médicos involucrados para que explicaran el caso clínico y la inexplicable desaparición de un padecimiento confirmado y documentado y, finalmente, entrevistaron a las autoridades eclesiásticas sobre las normas de un proceso de canonización. Los periodistas creyentes no hicieron afirmaciones. Los periodistas no creyentes no hicieron negaciones. Todos los periodistas, creyentes y no creyentes, se limitaron a informar lo que había ocurrido sin comprometer su posición
18/08/23 1:32 PM
Chimo de Valencia
En su ignorancia, El Pais desconoce que el comité científico del Santuario de Lourdes ha certificado, desde que se instituyó, unas 7.000 curaciones como inexplicables. Pues bien, tan sólo 73, un 1% del total, han sido declarados como milagros por la Iglesia Católica. Ese panfleto progubernamental que leen Sanchez y Feijóo deberia de controlar sus arrebatos de cristofobia.






18/08/23 7:55 PM
Alvar
Por eso es imposible una "democracia" con estos hijos de Satanás participando del ejercicio del poder. Nos hemos dejado engañar.
19/08/23 10:43 AM
Masivo
La manera de informar sobre estos asuntos con objetividad es la que expone Carlos Porras en su comentario. Se ha afirmado que ha ocurrido un hecho, no se ha encontrado a la fecha una explicación científica concluyente para el mismo, y ha sido considerado milagroso por algunas personas o por la Iglesia.
19/08/23 8:03 PM
Pedro de Torrejón
" Todas éstas cosas han sido escritas para que creáis ; u para que creyendo tengáis vida en vosotros". !!!
20/08/23 8:33 AM
FJPV
El buscador de noticias de Google me lleva a El Pais de España. Pero desde hace mucho decidi ignorar ese medio y otros parecidos que Google recomienda.
20/08/23 9:29 PM
Carmen L
El tema parece ir por otro lugar, asestar un golpe (más) al Opus Dei, para finiquitarlos tanto es el odio que le tienen en las alturas vaticanas, al parecer los SJ, no perdonan haber sido reemplazados durante el pontificado de San Juan Pablo II, por la obra y están cobrando venganza, que es un plato que se sirve frío.
30/08/23 1:30 AM

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