Agradecer al Espíritu Santo por sus dones

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“Agradecer al Espíritu Santo por sus dones”

Así dicen las Sagradas Escrituras que: “Hay diversidad de dones, pero uno mismo es el Espíritu” (1Co.12:4), quienes también proceden del Señor: “Hay diversidad de ministerios, pero uno mismo es el Señor” (v.5) Y de igual manera emanan de Dios: “Hay diversidad de operaciones, pero uno mismo es Dios, que obra todas las cosas en todos” (v.6) ¿Cuál es la finalidad de los dones del Espíritu?: “Y a cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad” (v.7) Aquí aprendemos que los dones no son de índole natural sino espiritual otorgados por la divinidad para uso de edificación.
Uno de los dones del Espíritu Santo es ayudarnos a orar como conviene dentro de la voluntad de Dios: “Y asimismo, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos viene; más el mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos inenarrables, y el que escudriña los corazones conoce cuál es la deseo del Espíritu, porque intercede por los santos según Dios” (Ro.8:26 y 27) ¿Quién nos enseña la verdad? “Pero el Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que yo os he dicho” (Jn.14:26)
Otro de los dones del Espíritu Santo es sellarnos como pertenencia a Dios para la certera salvífica: “En Él también vosotros, que escucháis la palabra de verdad, el Evangelio de nuestra salvación, en el que habéis creído, fuist