Agradecer a Jesús haciendo todo por Dios

Perdón, Padre, que apele en mi comentario a un pedido de oración a nuestros hermanos de Infocatólica, por un yerno mío, mayor de sesenta años, enfermo de Covid-19, internado, entubado en grave estado. Sé el poder de la ORACIÓN, más aún cuando rezamos dos o más reunidos en nombre de Jesús. Desde ya, muy agradecido.

Así mismo, me permito sugerir a Infocatólica, considere la posibilidad de habilitar un BLOG destinado a los PEDIDOS DE ORACIONES que deseen formular nuestros amigos, y confiarlos a nuestra comunidad de blogueros y autores de artículos, así como a los numerosos lectores y comentaristas. Aprovecharíamos de este modo que los trabajos de los responsables, y los lectores, sirvan además de las lecturas. reflexiones y comentarios, de vínculo espiritual de ORACIÓN, la que aseguraría y santificaría nuestros diarios esfuerzos comunes, produciendo mayores frutos para la edificación del Reino.

Como nos lo recuerda, usted, Padre, Jesús hizo todo POR AMOR AL PADRE, así, nuestros trabajos y esperanzas darán "MUCHO FRUTO".

Padre: en sus quinto, sexto y séptimo "motivos de agradecimiento, en el Año del agradecimiento", usted los refiere en particular a la Persona del Padre. Estimo de gran importancia esta, su iniciativa, del Año de agradecimiento, porque la vorágine del mundo, y la del mundo moderno de modo rotundo, ha cerrado toda referencia a la VERDAD DE LA CREACIÓN, esto es, a la OBRA DEL AMOR, SABIDURÍA Y PODER DE DIOS. En este sentido, creo sería de gran conveniencia teológica y litúrgica, considerara Iglesia la posibilidad de que la SAGRADA LITURGIA dispusiera de un TIEMPO DEDICADO A LA PERSONA DEL PADRE, para el cual las celebraciones de los 33 o 34 Domingos durante el año ofrecen la posibilidad de dedicar buena parte de ellos a AGRADECER, HONRAR Y GLORIFICAR LA PERSONA DEL PADRE CREADOR. Los Tiempos del Año celebran la Salvación obrada por Cristo, Pentecostés, las solemnidades de la Virgen y las fiestas de los Santos, pero permanece ausente la referida al PADRE. El mundo moderno se agota por inanición de TRASCENDENCIA, su visión materialista-nihilista se estrella contra la realidad que nos rodea, en vez de DESLUMBRARSE ante la magnificencia sacra e inconmensurable de LO REAL. La labor de catequesis que cumple también la Liturgia, y la celebración del Misterio, permitiría adentrarnos en la PRIMERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, y recibir de Ella la LUZ que ilumina el mundo. La inmensidad de la CUESTIÓN requiere para ser considerada la SABIDURÍA DE LA IGLESIA.