Desde hoy, 17 de diciembre, hasta la vigilia anterior a la de Navidad, en el momento que se recita el Magnificat, en la oración de Vísperas del rito romano, se cantan siete antífonas, una por día, cada una de las cuales comienza con una invocación a Jesús, quien en este caso nunca es llamado por su nombre.
Este septenario es muy antiguo, se remite a la época del papa Gregorio Magno, alrededor del año 600.
Al comienzo de cada antífona, en ese orden diario, Jesús es invocado como Sabiduría, Señor, Raíz, Llave, Sol, Rey, Emmanuel. En latín: Sapientia, Adonai, Radix, Clavis, Oriens, Rex, Emmanuel.
Leídas a partir de la última, las iniciales latinas de esas palabras forman un acróstico: «ERO CRAS», es decir, «Estaré [aquí] mañana». Es el anuncio del Señor que viene. La última antífona, que completa el acróstico, se canta el 23 de diciembre y al día siguiente, con las primeras vísperas, comienza la fiesta de Navidad.
Las antífonas están en latín y se inspiran en textos del Antiguo Testamento que anuncian al Mesías. Pero con una particularidad: las tres últimas incluyen algunas expresiones que se explican únicamente a la luz del Nuevo Testamento.
La antífona «O Oriens» del 21 de diciembre incluye una clara referencia al «Benedictus», el cántico de Zacarías inserto en el capítulo 1 del Evangelio de san Lucas: «Nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombras de muerte».
La antífona «O Rex» del 22 de diciembre incluye un pasaje del himno a Jesús del capítulo 2 de la epístola de san Pablo a los Efesios: «El que de dos [es decir, judíos y paganos] ha hecho una sola cosa».
La antífona «O Emmanuel» del 23 de diciembre se concluye al final con la invocación «Dominus Deus noster»: una invocación exclusivamente cristiana, porque sólo los seguidores de Jesús reconocen a Emmanuel como Señor.
Aquí entonces, a continuación, los textos íntegros de las siete antífonas, en latín y en español, con entre paréntesis las principales referencias al Antiguo y al Nuevo Testamento:
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I – 17 de diciembre
O SAPIENTIA, quae ex ore Altissimi prodiisti,
attingens a fine usque ad finem fortiter suaviterque disponens omnia:
veni ad docendum nos viam prudentiae.
Oh Sabiduría que sales de la boca del Altísimo (Eclesiástico 24, 3),
te extiendes hasta los confines del mundo y dispones todo con suavidad y firmeza (Sabiduría 8, 1):
ven a enseñarnos el camino de la prudencia (Proverbios 9, 6).
II – 18 de diciembre
O ADONAI, dux domus Israel,
qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti, et in Sina legem dedisti:
veni ad redimendum nos in brachio extenso.
Oh Señor (Éxodo 6, 2 Vulgata), guía de la casa de Israel, que apareciste ante Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 3, 2) y en el Monte Sinaí le diste la Ley (Éxodo 20): ven a liberarnos con brazo poderoso (Éxodo 15, 12-13).
III – 19 de diciembre
O RADIX Iesse, qui stas in signum populorum,
super quem continebunt reges os suum, quem gentes deprecabuntur:
veni ad liberandum nos, iam noli tardare.
Oh Raíz de Jesé, que te elevas como bandera de los pueblos (Isaías 11, 10), callan ante ti los reyes de la tierra (Isaías 52, 15) y las naciones te invocan: ven a liberarnos, no tardes (Habacuc 2, 3).
IV – 20 de diciembre
O CLAVIS David et sceptrum domus Israel,
qui aperis, et nemo claudit; claudis, et nemo aperit:
veni et educ vinctum de domo carceris, sedentem in tenebris et umbra mortis.
Oh Llave de David (Isaías 22, 22), cetro de la casa de Israel (Génesis 49, 10), que abres y nadie puede cerrar; que cierras y nadie puede abrir: ven, libera de la cárcel al hombre prisionero, que yace en tinieblas y en sombras de muerte (Salmo 107, 10.14).
V – 21 de diciembre
O ORIENS, splendor lucis aeternae et sol iustitiae:
veni et illumina sedentem in tenebris et umbra mortis.
Oh Sol que naces de lo alto (Zacarías 3, 8; Jeremías 23, 5), esplendor de la luz eterna (Sabiduría 7, 26) ysol de justicia (Malaquías 3, 20): ven e ilumina a quien yace en tinieblas y en sombras de muerte (Isaías 9, 1; Evangelio según san Lucas 1, 79).
VI – 22 de diciembre
O REX gentium et desideratus earum,
lapis angularis qui facis utraque unum:
veni et salva hominem quem de limo formasti.
Oh Rey de los gentiles (Jeremías 10, 7), esperado por todas las naciones (Ageo 2, 7), piedra angular(Isaías 28, 16) que reúnes en uno a judíos y paganos (Epístola a los Efesios 2, 14): ven y salva al hombre que has creado usando el polvo de la tierra (Génesis 2, 7).
VII – 23 de diciembre
O EMMANUEL, rex et legifer noster,
expectatio gentium et salvator earum:
veni ad salvandum nos, Dominus Deus noster.
Oh Emmanuel (Isaías 7, 14), nuestro rey y legislador (Isaías 33, 22), esperanza y salvación de los pueblos (Génesis 49, 10; Evangelio según san Juan 4, 42): ven a salvarnos, oh Señor Dios nuestro (Isaías 37, 20).