Estos días he leído la Ley sobre Ideología de Género que se va a presentar en el Parlamento español a la vuelta de las vacaciones y que casi seguro se va a aprobar, porque cuenta con el apoyo de Podemos, que es quien la presenta, PSOE y Ciudadanos, mientras el PP deja libertad de voto, lo que permite suponer que goza de una muy amplia mayoría.
En ese Proyecto de Ley leo en su Exposición de Motivos: “El 4 de Febrero de 2014, el Parlamento Europeo aprobó por amplia mayoría el informe Lunacek, una hoja de ruta para acabar con la discriminación por orientación sexual o identidad de género o sexual. Su aprobación supone un hito importante en la lucha por los derechos LGTBI en Europa y marca las líneas rectoras que deben respetar las legislaciones nacionales”.
Cuando leí estas líneas, me quedé atónito. Nunca hubiese podido imaginar que el Parlamento Europeo primero, y luego el nuestro, pudiesen tener confianza en algo que hace referencia a la sexualidad, a alguien con el currículo de Ulrike Lunacek.
¿Quién es Ulrike Lunacek? Europarlamentaria austríaca, vicepresidenta del Parlamento, adscrita al grupo Verde, lesbiana de la izquierda radical austriaca, con los derechos gay y el aborto como banderas. La diputada verde intentó, en 2013, legitimar la pedofilia, proponiendo una enmienda que invocaba la necesidad de una «educación sexual interactiva y libre de tabúes» para los niños mayores de 4 años. El objetivo de este informe, ya desde su título, es imponer una “hoja de ruta contra la homofobia y la discriminación en el ámbito de la orientación sexual y la identidad de género”.El propio título asume las claves de la ideología de género, uno de los caballos de batalla de la izquierda progre, pero poco o nada combatida por la derecha parlamentaria, para imponer sus dogmas ideológicos pro cultura de la muerte y antifamilia a toda la sociedad. Para ellose apela falsamente a la lucha contra la discriminación con el objetivo cada vez menos disimulado de recortar libertades. Y así en Educación el lobby LGTBI es favorecido con unas discriminaciones positivas que, lógicamente van en perjuicio de los no favorecidos. Y así podemos leer en la futura Ley:
“Artículo 40. Plan integral sobre educación y diversidad.
3. Como mínimo el Plan integral deberá recoger los siguientes puntos:
a) De manera general, en todas las asignaturas y cursos, la implantación de ejercicios y ejemplos que contemplen la diversidad sexual y de género, así como la diversidad familiar.
b) La inclusión de la diversidad familiar en educación infantil.
c) La atención a la diversidad sexual, de género y familiar en asignaturas como Conocimiento del Medio en educación primaria.
d) El estudio del movimiento LGTBI en la asignatura de Historia en educación secundaria.
Artículo 41. De la formación de los docentes.
2. La atención a la diversidad sexual, de género y familiar estará incluida como materia evaluable en los exámenes de acceso a cuerpos docentes.
Artículo 42. Acciones de sensibilización de padres y madres de alumnos y alumnas en la diversidad sexual, de género y familiar.
Se promoverá por los centros escolares la impartición de seminarios y campañas de sensibilización respecto a la diversidad sexual de género, tanto para los estudiantes como para los progenitores y tutores de los mismos”.
Por lo que parece, lo realmente importante en Educación es que todos salgan sabiendo mucho sobre diversidad sexual y cuestiones relacionadas con LGTBI, aunque sospecho que la inmensa mayoría de los padres seguirán prefiriendo que sus hijos sean heterosexuales y no homosexuales, aunque por miedo a las sanciones de una ley totalitaria que no respeta la libertad de expresión, la de opinión, la de cátedra, la de pensamiento, de conciencia y de religión, ni el ideario de los colegios, bastantes preferirán callarse y que descargue la tormenta en otra parte.
Pero los más perjudicados por de esta Ley, son los propios homosexuales, que no estén de acuerdo con el lobby homosexual, a quienes se priva del derecho a decidir sobre su propia vida, y sobre los médicos que crean que su función es ayudar a quien se lo solicita. Veamos:
“Artículo 94. Infracciones.
4. Son infracciones muy graves.
c) Promover o llevar a cabo terapias de reversión de la orientación sexual o de la identidad de género. Para la comisión de esta infracción será irrelevante el consentimiento prestado por la persona sometida a la misma.
Artículo 96. Sanciones.
3. Las infracciones muy graves serán sancionadas con multas de 20.001 a 45.000 euros, y además podrá imponerse alguna o algunas de las sanciones accesorias siguientes”.
Y termino con una pregunta: ¿Qué opina sobre esta Ley y sobre los diputados que le den su voto favorable? Mi respuesta es clara: no me gustaría presentarme delante de Dios habiendo votado a favor de esta Ley totalitaria y satánica que intenta destruir la familia.
Pedro Trevijano, sacerdote