Las Carmenas, las Colau, los Ribó, los Kichi... no son idiotas. Con sus navidades laicas y sus magas están repitiendo lo mismo que hicieron los socialistas en los años 80, que fue una revolución cultural contra su gran enemigo: el catolicismo.
Ante las magas que parecen prostitutas de burdel del Oeste, las cabalgatas laicas, los belenes feministas, la erradicación de los símbolos cristianos (ya comenzada en Madrid por Ruiz Gallardón), la reacción de la llamémosle por convención derecha o burguesía es la de la barra de bar, con las mismas frases que escuchamos desde hace décadas:«Necesitan un psiquiatra», «Están chochos», «Que se ocupen de lo que verdad nos importa», «No les hagamos caso, que es lo que quieren», «¡Qué pena me dan!»... Y siguen con su café, creyéndose satisfechos al margen de algo que les parece una memez.
Pues se equivocan, como llevan equivocándose desde cuando yo creía en los Reyes magos.
Estoy convencido de que ha comenzado el último asalto contra el catolicismo, que no es sólo violenta. Los revolucionarios franceses y bolcheviques cambiaron el calendario y prohibieron, como antes los protestantes, la Navidad. ¿Para qué? Para sustituir las viejas tradiciones por las del hombre nuevo. Influyen más en la formación del alma de las personas los símbolos, los ritos y el ocio que las consignas y los discursos políticos. Por eso, cambian las calles, imponen una memoria histórica aberrante, exigen que no se conmemore La Toma de Granada, discriminan a los varones en favor de las mujeres, decretan la muerte civil para los colegios que no educan como ellos desean (¿cómo habría reaccionado el Ayuntamiento rojo-morado si de una cabalgata se hubiera excluido a un grupo de gays?)... El Poder ya ha conseguido que haya más españoles preocupados por el maltrato animal que por el aborto y ya nos prepara para la introducción de la eutanasia.
¿Qué son los bautizos laicos más que una injerencia del poder civil en los ritos de la Iglesia? El cristianismo es la única religión que tiene ese rito, puesto que lo creó. ¿Por qué entonces varios Ayuntamientos gobernados por el Imperio Progre lo han copiado? Para oponerse al sacramento religioso, no por otra finalidad.
En los Ayuntamiento que gobierna (gracias al PSOE, que ya está recibiendo su premio: ha perdido más de la mitad de los votos que tuvo en 2008), la extrema izquierda está aplicando el mismo programa de subversión y destrucción de las tradiciones (europeas y cristianas) que realizaron los nazionalistas con sus Olentzeros y luego los socialistas. En Valencia se ha recuperado una cabalgata roja de los tiempos de la guerra civil, en la que en vez del Niño Jesús aparece el golpista Francisco Largo Caballero.
ReligiónenLibertad ha reproducido el blog de uno de los artistas contratados por Maral Kekejian (que ya cobraba del Ayuntamiento por cuenta de los inefables Ruiz Gallardón yAna Botella):
La cabalgata de este año estará llena de artistas experimentales y del mundillo alternativo, todos los putos (sic) outsiders nos encargaremos de que usted pase una fiesta de los reyes magos inolvidable y fantástica.
Esto demuestra además el compromiso radical (y aquí hablo en mi nombre) con nuestro trabajo y nuestra idea de una sociedad mejor: aborrecemos a los reyes magos y lo que representan, nunca pondríamos nuestras herramientas al servicio de un evento casposo como este, pero nuestra sociedad está cambiando
Hola Madrid preciosa, te echaba de menos.
O sea, que, para este titiritero, Madrid es preciosa si se hace lo que él quiere y además se le paga por ello.
Hermann Tertsch, que es uno de los pocos columnistas que se atreve a decir bien alto que estamos en una guerra cultural... y que nosotros la estamos perdiendo, lo escribió así en una columna de ABC (26-12-2015):
Las faltas de respeto van a llover. También cosas peores. Llueven desde hace tiempo y se aceptan y toleran como una fatalidad más de las manías inevitables de una izquierda que necesita reafirmarse en lo mucho que desprecia y odia al discrepante y las ideas, creencias y tradiciones ajenas. Convirtiendo la Cabalgata en un sucedáneo de Gay Parade, Carnaval o Halloween se quiere matar identidad.
Yo voy más lejos y encuentro un trasfondo teológico en esta campaña nada espontánea.
¿Qué persiguen los laicos Carmena y Ribó al ridiculizar la Navidad? Pues, primero, negar que Dios se hiciese hombre y naciese entre nosotros y, segundo, que los magos, representantes de la humanidad entera, lo reconociesen como Salvador. A un verdadero ateo, las cabalgatas y las Navidades le deberían dejar indiferente, pero al Imperio Progre no... porque estamos ante una furia luciferina. Se trata de ODIO y de SOBERBIA: «Y seréis como dioses!».
Mientras tanto, los obispos dando saltitos y suspiritos.
Pedro Fernández Barbadillo
Publicado originalmente en Bokabulario