Miedo a no exponer con claridad la doctrina moral de la Iglesia es no pocas predicaciones y catequesis a todos los niveles. ¿Porqué?: porque hay temor a ser catalogado de «anticuado», «tradicionalista», «conservador», «acartonado»....adjetivos todos colocados desde un pensamiento posmoderno que carece de la más mínima idea de lo que es sana Tradición y fidelidad al Evangelio. Un pensamiento que es impuesto desde los medios informativos, partidos políticos, instituciones públicas....etc que increíblemente se han convertido en «garantes» que revisan y evalúan la predicación de los ministros de la Iglesia Católica, y, lo que es peor.....han conseguido que no pocos de estos ministros les reconozcan como legítimos evaluadores.
Miedo a no mostrar el Magisterio de la Iglesia, desde la conformidad con el mismo. Es decir, no se trata de negar el magisterio sino de ¡NO MOSTRARLO!.....como si el mismo fuera de verdad conocido por el pueblo de Dios. El catecismo está ahí, sin duda. Pero....¿se recuerda a los fieles su existencia y sobre todo su vigencia?.....¿o más bien se cae en el error de no mostrarlo con la excusa de que cualquier fiel puede acceder a él?; y con el catecismo enlazamos todo el magisterio católico, al menos el más reciente. Miedo a romper la ignorancia de los fieles......y miedo de raíz muy diabólica: «dejémoslos en la ignorancia para que no sientan culpabilidad moral» (es un pensamiento inconsciente pero REAL). Terrible: el gran triunfo de Satanás es conseguir que el ser humano no se sienta culpable de nada, pues así no ha de arrepentirse delante de Dios.
Miedo a incluir la exhortación en las homilías. Miedo a remover las conciencias de los que acuden a Misa y que en el fondo desean formar sus conciencias en la verdad desenmascarando las mentiras. No pocas homilías (ésto me lo han expresado a mi muchos fieles) son «refritos» de la Palabra proclamada, sin la más mínima exhortación concreta para la vida moral. Se desea que cada fiel actúe en «conciencia» pero se le priva al fiel de formarse la conciencia, y, de ese modo, se empuja a los fieles hacia un protestantismo práctico de libre interpretación de la Palabra de Dios.
Estos tres MIEDOS aquí expuestos llevan a una petición URGENTE de un nuevo «Syllabus» a nivel de Iglesia Universal. Se requiere con premura un documento «marco» donde sean enumerados todos los errores vigentes en la praxis pastoral (sobre todo en occidente) que proceden del modernismo teológico y que afectan no solo a la moral sino también a la liturgia, exégesis bíblica, escatología (la gran ausente de la predicación), y el resto de las ramas de la teología. Recemos para que esta urgencia se haga real.
Miedo que se confunde con la virtud de la prudencia. Miedo que solo se asienta desde la cobardía y el pecado de omisión que nace de esa cobardía. Miedo que a veces bebe de una causa aún peor: el afán inconsciente de hacer CARRERA en la Iglesia: llegar a ser Cargo Superior, Obispo, Cardenal....y desde ese deseo la valentía aparece como un obstáculo para llegar al objetivo.....¡qué pena!
Miedo, miedo, miedo......el gran enemigo de la nueva evangelización. Recuerdo siendo yo muy niño aquellas primeras palabras del Pontificado del Beato (pronto santo) Juan Pablo II: «NO TENGÁIS MIEDO»......¡qué maravilloso lema para todos los católicos!
P. Santiago González, sacerdote