La palabra biblia viene del griego. Es el plural de la palabra biblion, que significa libro. Así pues, la palabra biblia significa libros.
La Biblia que manejamos, aunque sólo sea un libro, en realidad es como una pequeña biblioteca. Contiene 73 libros, escritos originariamente en hebreo y griego, con algunos fragmentos en arameo. Las biblias que nosotros usamos son traducciones, por lo que hay algunas diferencias entre ellas, porque cada una puede matizar de forma distinta la traducción del original, como sucede con las traducciones ordinarias. Dos pueden utilizar palabras distintas y sin embargo ambas están bien traducidas..
La Biblia actual está dividida en dos partes: 1ª) el Antiguo Testamento, con 46 libros, recoge la historia del pueblo de Israel desde sus orígenes hasta la época de Jesús. El Antiguo Testamento constituye prácticamente la Biblia de los judíos; 2ª) el Nuevo Testamento, con 27 libros, es el que hace referencia a Jesucristo. Contiene los cuatro evangelios de S. Mateo, S. Marcos, S. Lucas y S. Juan, que narran la vida y enseñanzas de Jesús; los Hechos de los Apóstoles y las Cartas o Epístolas, que describen cómo eran los primeros cristianos, y el Apocalipsis.
En el proceso de formación de la Biblia podemos distinguir varias etapas: a) se producen unos acontecimientos o hechos históricos, b) sobre estos acontecimientos se reflexiona. Las personas religiosas lo hacen a partir de sus creencias y lo relacionan con Dios, dando así un significado religioso a lo que ocurrió; c) esta reflexión se transmite oralmente con el fin de comunicar una enseñanza religiosa; d) llega un momento en que esas tradiciones orales se ponen por escrito. Así surgen los diferentes libros, aunque haya pasado mucho tiempo, a veces siglos. Estos libros se leen en las celebraciones religiosas; e) todos esos libros se van reuniendo hasta formar la Biblia actual. La Biblia recoge casi 2.000 años de historia. Comienza con la figura de Abrahán (1.900 a.C.), recorre toda la historia del pueblo de Israel y termina con los acontecimientos de los primeros cristianos.
La Biblia comenzó a escribirse unos mil años antes de Cristo, tras la toma de Jerusalén por David. A partir de ese momento buena parte del pueblo termina con la vida errante, de nomadeo, y, por otra parte, les resulta conveniente tener documentos. Así empiezan a tener libros y se inicia también la escritura de la Biblia, que concluirá a finales del siglo I de la era cristiana.
Este largo período histórico se puede dividir en diez grandes etapas: 1. Patriarcas. 2. Éxodo. 3. Conquista de Canaán. 4. Monarquía. 5. División del reino. 6. Destierro. 7. Regreso del destierro. 8. Dominación griega. 9. Dominación romana. Vida de Jesús. 10. Primeros cristianos. Los libros que componen la Biblia fueron escritos en muy diversas épocas y con diversos géneros literarios. Llamamos géneros literarios a las diferentes maneras de expresarse de sus autores. He aquí algunos de los más utilizados en la Biblia: a) histórico; b) jurídico; c) profético; d) poético o sapiencial; e) epistolar; f) apocalíptico.
Lo más importante de la Biblia es el mensaje religioso que contiene; por eso no se debe considerar a la Biblia como un libro de historia o un libro científico. La intención de los autores era muy diferente: querían transmitir un mensaje religioso. De ahí que a la Biblia también se le llame Sagrada Escritura o también Palabra de Dios porque es Dios quien habla a las personas por medio de sus autores, aunque como Dios se sirve de personas humanas que son verdaderos autores de la Biblia con sus limitaciones propias también podemos decir que la Biblia es palabra humana y mensaje de Dios. En ella encontramos muchos mensajes para nuestra propia vida, como, por ejemplo, para qué vivimos, cómo hay que actuar, qué hay después de la muerte etc. La Biblia nos va a enseñar que la vida humana tiene sentido y que existe un Dios que es Creador y Salvador, Revelación de Dios que alcanza su plenitud en el Nuevo Testamento con la venida de Jesucristo, su predicación del Reino de Dios y sobre todo con su Pasión; Muerte y Resurrección, señal y prenda de la nuestra.
P. Pedro Trevijano, sacerdote