Sacramentos laicos
En estos días pasados los medios de comunicación comentan la extravagancia del bautismo laico de un niño, celebrado en el Ayuntamiento de Madrid. Podemos tomar esta noticia como una broma y dejarla pasar sin fijarnos en ella. No creo que sea lo más prudente. El hecho tiene significación y nos anuncia otras muchas cosas. Conviene analizarlo con una cierta calma.
Por lo pronto, llama la atención el empeño de los laicistas en seguir pendientes de las celebraciones religiosas. Parece que lo más normal sería que la gente no católica prescindiera de las celebraciones católicas y trataran de celebrar sus propias realidades, a su manera, olvidándose de las celebraciones de una Iglesia que no es la suya. No es así. Celebran bautizos laicos, primeras comuniones laicas, confirmaciones laicas y, por supuesto, bodas y funerales laicos. Tienen necesidad de imitar las celebraciones católicas, como queriendo ridiculizarlas o sustituirlas. Es difícil saber lo que les ocurre y lo que pretenden con esta manera de proceder.
No estoy muy seguro, pero a mí me parece que lo que pretenden es apropiarse del poder de convocatoria y de influencia social que tienen las celebraciones sacramentales, con la intención de quitarle la parroquia y los parroquianos a la Iglesia católica, para dejarla vacía, sin el apoyo de sus fieles, sin presencia ni influencia en la sociedad y en las costumbres del pueblo.
No se dan cuenta de que las celebraciones de la Iglesia tienen la fuerza de la religiosidad que la gente lleva en su corazón, la fuerza profunda de las raíces cristianas de nuestro pueblo que, aunque no siempre sea coherente con lo que cree, sabe muy bien que la vida y el mundo son don de Dios y están protegidos por su providencia misericordiosa. La fuerza del sentimiento religioso de la gente nunca podrá ser ni eliminada ni sustituida por las ideas ni por las pretensiones de ningún partido ni de ninguna institución civil o política.
Esta manera de proceder muestra que nuestros laicistas no son laicistas sino anticristianos y en algunos casos antirreligiosos. No se conforman con un Estado laico, neutral, que protege la vida religiosa de los ciudadanos sin meterse a beligerar a favor o en contra de ninguna religión, de ninguna Iglesia, mientras respeten las exigencias básicas del orden público y del respeto a los derechos civiles de los demás.
Nuestros laicistas son religiosamente beligerantes, aprovechan su poder político para ir contra el cristianismo, para silenciar los méritos de los cristianos y magnificar sus errores o deficiencias. Quieren desprestigiarlo para reducir su influencia en la sociedad. Y todo para ocupar ellos el lugar de la religión, para poder imponer sus propias ideas, para eliminar todo aquello que pueda iluminar la mente de los ciudadanos y fortalecer su libre resistencia a su proyecto de transformación cultural y dominación política de la sociedad. Porque las dos cosas van juntas. Estas liturgias civiles son un elemento más al servicio de la dictadura ideológica que nos quieren imponer.
¿Qué tenemos que hacer los católicos ante esta nueva agresión? Por lo pronto no alarmarnos. No van a conseguir sus propósitos. No tienen fuerza espiritual ni cultural para lograrlo. Les falta el aliento espiritual que sólo tiene la religión, les falta la fuerza de la fe en Dios y de la esperanza en su fidelidad, no pueden contar con la asistencia de Cristo resucitado, ni con la nostalgia del Dios eterno y misericordioso que mueve los corazones de los hombres. Los que confían en los ídolos se encontrarán con nada entre las manos.
Esta política del mimetismo y de la apropiación nos tiene que mover a los católicos, a los fieles y a los sacerdotes, a celebrar los sacramentos de la salvación con una fe más viva, con unas actitudes más sinceras y más religiosas, con unas formas sociales más coherentes. Nada de celebrar sacramentos sin una preparación adecuada ni unas mínimas actitudes religiosas suficientemente claras y sinceras. Nada de preparar los bautizos o las bodas como quien prepara un acontecimiento puramente social, los trajes, los regalos, el banquete, sin prepararse espiritualmente con unos días de retiro y oración, con una buena confesión, con el propósito de vivir cristianamente y de cumplir de verdad lo que significa y reclama el sacramento que pretendemos celebrar.
Si queremos ser una Iglesia libre y verdadera en una sociedad verdadera y libre, tenemos que comenzar por acentuar la autenticidad y la coherencia de nuestra vida personal y de nuestras celebraciones comunitarias. Los sacramentos son celebraciones religiosas, celebraciones de la fe en Dios y en Jesucristo, que hay que vivir de verdad, con espíritu religioso y aceptación interior. Luego ya habrá tiempo para celebrar socialmente con alegría los momentos importantes de nuestra vida. Pero siempre manteniendo la proporción y la coherencia de los diferentes momentos.
Cuanto más religiosas y verdaderas sean nuestras celebraciones, más ridículas y más estériles serán las imitaciones vacías de los laicistas. No lo dudemos, la fuerza de los laicistas está más en nuestra propia debilidad interior que en el valor de sus argumentos y de sus iniciativas. Por eso nuestra respuesta no está tanto en atacar lo que ellos hacen como en mejorar lo que hacemos nosotros.
26 comentarios
Sus defensores dicen que es para recibir como ciudadanos a los niños. Pero yo entiendo que no tienen ningun contenido ni efectos juridicos, pues la inscripcion en el Registro civil ya se ha realizado, y la adquisición de personalidad juridica se da segun el Codigo civil a las 24 horas del nacimiento (creo que es asi)
Entonces si no tienen efectos juridicos ¿que persiguen estos " bautizos"?. Mis amigos lo relacionaban con que el culto que el Estado reclama para si, pareceria que estamos en la Roma de la antiguedad con el culto al emperador.
De todas formas se ve que esta idea no es nueva, ya se les ocurrio a los revolucionarios franceses.
Respecto a las declaraciones de la madre del bebe "bautizado" diciendo que no puede molestar a nadie, entiendo que no es cierto, pues los funcionarios publicos estan para otros menesteres y que convendria ir a ver las colas que se organizan en los Registros civiles para convencerse que es asi.
A mi me parece bien que se habilite otra celebración más tarde para el que la quiera.
De todas formas, el cristianismo también copió y adaptó muchas celebraciones paganas. El mismo ultraje que pueda haber en este acto lo habrá también en esas copias que se inventó la Iglesia.
La madre todavía está recuperándose, por lo que no veo mal que se haga una celebración más tarde.
Y si los padres quieren un acto simbólico, no veo que hay de malo.
Yo no tendría nada en contra del acto en sí, si lo hubieran hecho en su casa o en cualquier otro lugar de propiedad privada. Pero a propósito han escogido a un concejal y un local municipal, es decir, de todos. Y precisamente ahora que el Estado ya no aporta un céntimo a la Iglesia, lo que no es de recibo es que los católicos en particular tengamos que pagar (registros, uso de locales, cargos electos, etc.) los caprichos de esta gente.
Por otra parte, lo de la bienvenida "democrática" tendrían que explicarlo, aunque dudo que puedan. Que yo sepa no han sometido a votación el tener un hijo, luego no sé a qué viene lo de "democrática". Seguramente porque la tienen como palabra sagrada y la mencionan venga o no a cuento.
En fin, que son unos pobres diablos que sienten que les falta algo y lo rellenan con zerolos, gnomos y tonterías semejantes y no se resisten a imponernos a los demás sus traumas haciendo uso indebido de locales y cargos institucionales.
En todo caso, Zerolo y los demás no han celebrado la inscripción sino que han trealizado, en dependencias municipales, un acto no habilitado legalmente, lo que además de ridículo es inmoral e ilegal.
Se incluye qye no haya dado tiempo a invitar a toda la familia porque no se asbía el día exacto del nacimiento? No creo.
Por eso, me parece perfecto que se celebre más tarde, si los padres lo piden.
A cada cual el acto le parecerá lo que quiera, también a muchos puede que les parezca ridículo e inmoral el bautismo católico. O la primera comunión...
Pero lo de ilegal? Es ilegal lo que hizo Cayetana Guillén Cuervo? Yo no lo tengo tan claro, la verdad. Que artículo han violado?
Los han denunciado?
que artículo dice que sea ilegal?
Y si quieres la Ley, ahí te le cito:
Artículo 78 del Reglamento de Bienes de Entidades Locales. 1. Estarán sujetos a concesión administrativa: A).-El uso privativo de bienes de dominio público. B).-El uso anormal de los mismos.
¿Ha solicitado Zerolo y cia la concesión para que le concedan un espacio público para un uno privado? No. Luego su acto es ilegal. Es igual que el bar que coloca mesas en la vía pública sin solicitar la licencia o la concesión correspondiente.
y si tan claro lo tiene, pues denuncie....
Es momento de revitalizar nuestra fe al calor de los sacramentos, al ritmo de la liturgia...de tal modo que en la medida que vivamos con autenticidad, y celebremos la fe que profesamos...en esa medida se debilitarán estos actos "ofensivos", por el uso hasta de nuestras palabras y perderán relevancia en nuestra sociedad. Gracias Don Fernando por salir al paso de la actualidad con su palabra iluminadora.
Yo no tengo por qué denunciar a nadie que no haya cometido un delito. ¿VD. denunciaría un coche mal aparcado aunque no le molestase? Para infracciones administrativas está la policía local, adscrita al Ayuntamiento. Pero sí me perece higiénico y necesario en una sociedad democrática informar al ciudadano del mal uso de los bienes y dependencias públicas por parte de quienes cobran su sueldo de nosotros.
Pues no sé. En un ayuntamiento se celebran muchas cosas, y si la familia lo pide y un concejal lo da a todas los que lo soliciten, no sé exactamente que hay de privativo ahí...
Y si no es delito, entonces no sé para que trae el codigo penal.
Ni más ni menos.
Se creen con la exclusividad de los valores, con la exclusividad de poder celebrar el nacimiento de una persona, el que otra persona se una con una tercera, u honrar a un muerto.
Y eso es algo que los demás también pueden hacer, más allá de la fe de cada cual.
Como la religión ha sido dominante durante tantos años, se creen que es la única forma válida de ser y de estar en sociedad. Pero el debate de la modernidad les ha superado, y algunos no se han enterado.
Cuando comprendan eso, dejarán de preocuparse porque otros expresen sus sentimientos como les dé la gana.
Para Max Kolbe: monseñor Sebastián dió su email en alguna ocasión, no recuerdo si en este blog o en el de LD; y se le puede escribir a la Casa diocesana B. Manuel González, que encuentras en la web de diócesis Málaga-residencias.
Pero debemos participar en nuestras celebraciones más comnscientemente de lo que estamos haciendo.
La fuerza de los laicistas está más en nuestra debilidad interior que en sus argumentos.
Gallego, Vd perdone, pero no es que nosotros los católicos queramos impedir que los demás celebren sus cosas como les dé la gana, lo que decimos es que si no son cristianos no pretendan apropiarse de las celebraciones cristianas, que se olviden de nosotros, que sean laicos de verdad, o mahometanos, o lo que quieran, pero que no sigan imitando las celebraciones de la fe cristiana de la que han querido separarse.En cuanto a enterarse o no enterarse de lo que pasa, es muy discutible. Nosotros sí sabemos lo que pasa y no tenemos ningún miedo a discutir con quien sea, serenamente, las razones y las ventajas de la fe cristiana como fuente de humanidad y de esperanza.Damos gracias a Dios porque El está ahí y nos ama y cuida de nosotros, también de los que no quieren o no pueden reconocerlo.
Por favor, los cristianos no robamos los sactramentos a nadie. Los estableció Jesucristo, con su muerte y su resurrección, y desde entonces celebramos los acontecimientos de la vida en la fe de nuestro Salvador. Los acontecimientos que celebramos son los mismos que celebraban los romanos y los mismos que siguen celebrando los hombres en cualquier parte del mundo (nacimiento, adultez, matrimonio, muerte), como no puede ser de otra manera, pero la manera de celebrarlos, los contenidos de la celebración, el significado y la eficacia de estas celebraciones son completamente diferentes. Detrás de nuestras celebraciones, en el origen y en el horizonte está la presencia real de Jesucristo resucitado, la fuerza salvadora del amor de Dios. Los demás en quien pueden confiar el cumplimiento de sus deseos y el buen resultado de sus vidas?
Sigo pensando lo que ya he dicho otras veces, nuestros laicistas ¿qué bienes nos quieren traer olvidando la presencia de Jesucristo y negando la existencia y la providencia de Dios? ¿Qué ventajas vamos a tener negando la fe en Dios y destruyendo las convicciones y las tradiciones religiosas y morales de los católicos? ¿Qué va a ser de las nuevas generaciones sin Dios, sin Jesucristo, sin esperanza de vida eterna, sin ley moral objetiva, entregados a la fuerza de los instintos y de las ambiciones, guiados por unos dirigentes ignorantes y enfatuados, sin más esperanzas de salvación que el dinero, el sexo y la política? Esta perspectiva es un desastre y nosotros no queremos eso para nadie.
El maligno acrecienta la vanidad de la fiesta y los regalos dejando totalmente de lado a Dios. El bautismo, la dedicación y entrega de nuestra vida a Dios, se convierte en algo 'totalmente materializado' desfigurando y ausentando a Dios, realizando actos viviendolos como si este no existiera.
Considero que no solo es una falta de respeto a Ntro Señor y a quienes profesamos la fe católica, creo que el Maligno se regocija presidiendo estos acontecimientos cuyo fin aparta lo principal y esencial en la vida de todo ser humano que es su hacedor, de quién dependemos y no podemos vivir como si Él no existiera.
Le saludo cordialmente: Ferran
La Verdad se persigue de muchas maneras, una de ellas es falsificándola con una oferta de imitaciones y travestismos variopintos.
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