Lo que no podemos perder (III)

Sugerencias a la luz de la esperanza

A partir de estas reflexiones sobre la esperanza cristiana, podemos hacer algunas observaciones sobre nuestra situación actual. Los españoles hemos sido un pueblo unificado por la fe y la esperanza cristiana. Gracias a la fuerza de la esperanza, hemos sido capaces de vivir dignamente en la pobreza, de afrontar grandes dificultades y hemos llevado a cabo grandes empresas.

Junto con otros elementos de diferentes órdenes, es indudable que la fe y la esperanza cristiana han contribuido decisivamente a crear una unidad de conciencia y de proyectos vitales a todos los pueblos de la península ibérica. Esta esperanza fue capaz de movilizar las energías y coordinar los esfuerzos durante siglos para mantener un proyecto de vida iluminado por la fe cristiana. La esperanza ha sido la fuerza interior de nuestras familias, en el trabajo, en el cuidado y la educación de los hijos, en el amor y la generosidad para enfrentarse juntos con las muchas dificultades que rodeaban la vida cotidiana. La esperanza cristiana sostenía el temple de nuestros navegantes y empujaba el ánimo de nuestros misioneros, la empuja todavía ahora por todos los caminos del mundo.

Hoy las cosas comienzan a ser diferentes. Nuestra sociedad es una sociedad confusa que no sabe exactamente lo que es ni lo que quiere ser. Las nuevas generaciones no saben qué camino tomar. Hay un sector de la sociedad, que a mí me parece minoritario, fortalecido por la ocupación del poder político y mediático, que quiere eliminar de la vida pública, y aun de la vida privada de los españoles, la presencia y la influencia de la esperanza cristiana. Con frecuencia estos protagonistas e impulsores del laicismo dicen que sólo quieren eliminar la presencia de la vida cristiana de la vida pública, respetando escrupulosamente el derecho de los españoles a practicar la religión que deseen en su vida privada. Esto es un propósito imposible y se nos antoja una argumentación hipócrita. No es posible esa pretendida escisión entre vida pública y vida privada. No es posible para los cristianos como no lo es tampoco ni la practican los demás grupos significados. Los ateos, o los socialistas, o los sindicalistas, lo son en la vida privada y en la pública, como no puede ser menos. Precisamente la actuación en la esfera pública es el momento de la maduración y del cumplimiento de las propias convicciones. Lo íntimo se consuma dándole publicidad. Restringir el derecho a ser cristianos a la vida privada, es una manera encubierta de reprimir el derecho a ser simplemente cristiano en el conjunto de la vida.

Si en nuestra sociedad llega un día a implantarse el laicismo como cultura generalizada y asimilada por la mayoría de la población, los españoles serán seguramente más ambiciosos y codiciosos, menos fuertes ante la adversidad, menos capaces de mirar de frente los aspectos oscuros y dolorosos de la vida y de la muerte, menos generosos y menos solidarios, más egoístas, más pendencieros y conflictivos, menos alegres, menos animosos para las grandes empresas, menos amigos del buen vivir. A veces comentamos con cierta dureza la desmesura de algunas fiestas. ¡Bendito el pueblo que sabe festejar la belleza de la vida en fiestas y canciones! Ahora, en cambio, lo que crece son las desuniones, las vidas solitarias, la explotación cruel de los débiles, las depresiones y los suicidios.

Durante siglos la familia estable y numerosa ha sido entre nosotros la institución básica en nuestra vida personal y social, la experiencia más profunda de amor, la estructura social más firme y estable, la mejor defensa contra todos los riesgos físicos y morales. En consecuencia ha sido normalmente una fuente de seguridad y felicidad. Hoy la familia se ha debilitado y se está desdibujando rápidamente. Se considera como un progreso la multiplicación de lo que se llama “diferentes modelos de familia”. Cuando lo justo sería hablar de multiplicación de formas familiares imperfectas y deficientes. Las consecuencias ya las estamos palpando. Hoy las depresiones en adolescentes son el doble que hace 15 años, y el triple que hace tan solo veinte años. En EE UU desde 1990 hasta hoy se han multiplicado por cuatro las recetas de antidepresivos. ¿Quién nos puede decir el aumento vertiginoso y alarmante de los suicidios en jóvenes de menos de 30 años?. ¿Se puede hablar de progreso ante unos cambios que tienen estas consecuencias?

A medida que aumentan las presiones y los logros del laicismo, aumenta también la importancia y la necesidad de que los cristianos recuperemos el vigor perdido, y seamos en la sociedad española focos de esta luz que las fuerzas laicistas se empeñan en apagar. No podemos conservar por la fuerza las antiguas tradiciones y las convicciones cristianas, pero sí podemos defender el derecho a seguir siendo plenamente cristianos en la vida privada y en la pública, sí podemos y debemos vivir ante nuestros conciudadanos como un pueblo feliz que encuentra en la esperanza cristiana el criterio y las motivaciones para vivir de una manera digna, limpia, profundamente humana, en la familia, en el trabajo, en la actividad y solidaridad social, mostrando con nuestra vida que la esperanza cristiana no debilita ni deforma la vida humana sino que la sostiene, la purifica, la estimula y la engrandece para todo lo que es bueno, bello y verdadero.

¿Alguien puede ofrecer un programa de vida más abierto y más estimulante que el que Pablo ofrece a los cristianos de corinto, cuando les dice “no discutáis por cosas pequeñas, todas las cosas son vuestras, la vida, la muerte, el presente, el futuro, el mundo entero, todo es vuestro, con tal de que vosotros viváis como miembros de Cristo e hijos de Dios” (Cf ICor 3, 21-23)? Con lo cual se corresponden aquellas otras palabras que resumen el verdadero talante cristiano ante la variedad del mundo y la complejidad de la vida: en un contexto de esperanza, mientras se preparan para la venida del Señor, Pablo anima a sus cristianos a vivir en paz, a cultivar el amor y la amistad, a ayudarse mutuamente con generosidad, a vivir alegres dando gracias a Dios por tantas cosas buenas, no cerrándose a nada, probándolo todo y quedándose con lo bueno (Cf I Ts 5, 12-22). Es cierto que los españoles tenemos muchos defectos. ¿Pero será el laicismo capaz de hacernos mejores? Una sociedad cristiana es una sociedad justa, libre y alegre. Tenemos que hacer todo lo posible para que los españoles no se equivoquen.

En la historia de los pueblos hay muchos flujos y reflujos. La fe de los españoles ha superado muchas dificultades y muchas pruebas. Ahora nos toca soportar con fortaleza y confianza esta euforia laicista que puede significar en los planes de Dios una fuerte purificación y maduración de nuestra fe, una preparación para otra forma de vivir el cristianismo en un contexto cultural diferente, con más arraigamiento personal, con más claridad religiosa y moral, con una mayor capacidad de transformar la vida de las personas, de las familias y de los pueblos, hacia la verdad y la paz de una vida santa según los designios y la voluntad de Dios, con una mayor responsabilidad y coherencia social, sin imposiciones, como consecuencia de una maduración cultural y religiosa, animada desde dentro de nuestra historia por unas minorías clarividentes y decididas.

No sabemos cómo ni cuándo será. Sabemos que el Señor está con nosotros y que nos espera al final de esta vida y al final de la historia. Somos hijos del día y de la luz. Sabemos vivir contentos y alegres en la sobriedad, guiados por la fe, sostenidos por la esperanza de la salvación, dedicados a las obras de la caridad y de la misericordia. Vivimos en paz, animando y alentando a los que viven decepcionados y abatidos, dando gracias a Dios que nos ha dado en este mundo la garantía y las primicias de la vida eterna y verdadera (Cf ITs, cap.2).

La fe en Dios es la garantía de lo que se espera, por la fe caminó Abrahan hacia la tierra prometida por tierras extrañas esperando la ciudad construída por Dios, por la fe vivieron y murieron los siervos de Dios seguros de sus promesas, por la fe Moisés, como si viera lo invisible, se enfrentó con el poder del Faraón para liberar a su pueblo, anunciando lo que Dios tenía preparado para nosotros. A nosotros nos toca ahora, fijos los ojos en Jesús, soportar el peso y vencer las dificultades del tiempo que nos toca vivir, para mantener la gracia que hemos recibido y ofrecer a Dios un culto que le sea grato con verdadera piedad y religiosidad, viviendo en la justicia y en el amor fraterno, haciendo el bien y ayudándonos mutuamente hasta llegar a la patria verdadera (Cf Hb 11 y 12), esa ciudad donde ya no habrá noche ni hará falta el sol porque la luz de Dios iluminará todo y los justos reinarán por los siglos de los siglos.

Los cristianos españoles de hoy necesitamos descubrir la fuerza creadora de la esperanza teologal. Porque esperamos la vida eterna tenemos razones poderosas para vivir en este mundo con rectitud, con responsabilidad, con generosidad y con alegría. El futuro celestial abre también muchas posibilidades de futuro terreno. El progreso en la tierra es un acercamiento siempre abierto al futuro definitivo de la patria celeste. Cristo es el futuro más real y más verdadero de cada uno de nosotros y de la humanidad entera. Decir que Cristo es futuro, que El ha hecho que la vida de Dios sea alcanzable para nosotros, quiere decir que la realidad entera del mundo está a nuestro alcance, que el mundo de Dios es nuestro y para nosotros, que siempre hay un camino abierto que descubrir y recorrer.

La esperanza de Cristo nos mueve a ampliar los espacios de la verdad y del amor, de la comunión y del servicio, de la gran fraternidad universal en la cual se descubre y se afirma la verdad de nuestra humanidad y del mundo. Creer y esperar en Cristo es una llamada a luchar con pasión por la verdadera justicia, por la plena liberación de la humanidad del los hombres en los espacios de la verdad y del bien, de nuestras relaciones, de nuestra comunión universal. Dejarnos arrebatar esta esperanza sería tanto como dejarnos arrebatar el vigor de nuestra vida, la verdadera amplitud de nuestra existencia como personas y como pueblo. Un pueblo sin esperanza teologal es un pueblo alimentado de pequeñas esperanzas terrestres, un pueblo resignado, decadente, decepcionado de sí mismo. Los cristianos españoles tenemos precisamente ahora la misión y la obligación de mantener abierto el horizonte de nuestra vida y las razones para la lucha de cada día. En la esperanza teologal está la unidad, la continuidad y el vigor de nuestra historia y de nuestra vida de cada día.

+ Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de Pamplona y Tudela

Conferencia en los Cursos de Verano de la Universidad Rey Juan Carlos de Aranjuez
23 de julio de 2008

51 comentarios

  
Fernando Maria
¿Qué se deduce de esta historia? A mi entender, lo siguiente:

Ni por la naturaleza del suelo que habitamos, ni por la raza, ni por el carácter, parecíamos destinados a formar una gran nación. Sin unidad de clima y producciones, sin unidad de costumbres, sin unidad de culto, sin unidad de ritos, sin unidad de familia, sin conciencia de nuestra hermandad, ni sentimiento de nación, sucumbimos ante Roma, tribu a tribu, ciudad a ciudad, hombre a hombre, lidiando cada cual heroicamente por su cuenta, pero mostrándose impasible ante la ruina de la ciudad limítrofe, o más bien regocijándose de ella. Fuera de algunos rasgos nativos de selvática y feroz independencia, el carácter español no comienza a acentuarse sino bajo la dominación romana. Roma sin anular del todo las viejas costumbres, nos lleva a la unidad legislativa; ata los extremos de nuestro suelo con una red de vías militares; siembra en las mallas de esa red colonias y municipios; reorganiza la propiedad y la familia sobre fundamentos tan robustos, que en lo esencial aún persisten; nos da la unidad de lengua; mezcla la sangre latina con la nuestra; confunde nuestros dioses con los suyos, y pone en los labios de nuestros oradores y de nuestros poetas el rotundo hablar de Marco Tulio y los hexámetros virgilianos. España debe su primer elemento de unidad en la lengua, en el arte, en el derecho, al latinismo, al romanismo.

03/08/08 11:13 AM
  
Fernando Maria
Pero faltaba otra unidad más profunda: la unidad de la creencia. Sólo por ella adquiere un pueblo vida propia y conciencia de su fuerza unánime; sólo en ella se legitiman y arraigan sus instituciones; sólo por ella corre la savia de la vida hasta las últimas ramas del tronco social. Sin un mismo Dios, sin un mismo altar, sin unos mismos sacrificios; sin juzgarse todos hijos del mismo Padre y regenerados por un sacramento común; sin ver visible sobre sus cabezas la protección de lo alto; sin sentirla cada día en sus hijos, en su casa, en el circuito de su heredad, en la plaza del municipio nativo; sin creer que este mismo favor del cielo, que vierte el tesoro de la lluvia sobre sus campos, bendice también el lazo jurídico, que él establece con sus hermanos; y consagra, con el óleo de la justicia, la potestad que él delega para el bien de la comunidad; y rodea, con el cíngulo de la fortaleza, al guerrero que lidia contra el enemigo de la fe o el invasor extraño. ¿Qué pueblo habrá grande y fuerte? ¿Qué pueblo osará arrojarse con fe y aliento de juventud al torrente de los siglos?

03/08/08 11:14 AM
  
Fernando Maria
Esta unidad se la dio a España el cristianismo. La Iglesia nos educó a sus pechos, con sus mártires y confesores, con sus Padres, con el régimen admirable de sus concilios. Por ella fuimos nación, y gran nación, en vez de muchedumbre de gentes colecticias, nacidas para presa de la tenaz porfía de cualquier vecino codicioso. No elaboraron nuestra unidad el hierro de la conquista ni la sabiduría de los legisladores; la hicieron los dos apóstoles y los siete varones apostólicos; la regaron con su sangre el diácono Lorenzo, los atletas del circo de Tarragona, las vírgenes Eulalia y Engracia, las innumerables legiones de mártires cesaraugustanos; la escribieron en su draconiano código los Padres de Ilíberis; brilló en Nicea y en Sardis sobre la frente de Osio y en Roma sobre la frente de san Dámaso; la cantó Prudencio en versos de hierro celtibérico; triunfó del maniqueísmo y del gnosticismo oriental, del arrianismo de los bárbaros y del donatismo africano; civilizó a los suevos, hizo de los visigodos la primera nación del Occidente; escribió en las Etimologías la primera enciclopedia; inundó de escuelas los atrios de nuestros templos; comenzó a levantar entre los despojos de la antigua doctrina el alcázar de la ciencia escolástica, por manos de Liciniano, de Tajón y de san Isidoro; borró en el Fuego Juzgo la inicua ley de razas; llamó al pueblo a asentir a las deliberaciones conciliares; dio el jugo de sus pechos, que infunden eterna y santa fortaleza, a los restauradores del Norte y a los mártires del Mediodía, a san Eulogio y Álvaro Cordobés, a Pelayo y a Omar-ben-Hafsun; mandó a Teodulfo, a Claudio y a Prudencio a civilizar la Francia carlovingia; dio maestros a Gerberto; amparó bajo el manto prelaticio del arzobispo D. Raimundo y bajo la púrpura del emperador Alfonso VII la ciencia semítico-española... ¿Quién contará todos los beneficios de vida social que a esa unidad debimos, si no hay en España piedra ni monte que no nos hable de ella con la elocuente voz de algún santuario en ruinas? Si en la Edad Media nunca dejamos de considerarnos unos, fue por el sentimiento cristiano, la sola cosa que nos juntaba, a pesar de aberraciones parciales, a pesar de nuestras luchas más que civiles, a pesar de los renegados y de los muladíes. El sentimiento de patria es moderno; no hay patria en aquellos siglos, no la hay en rigor hasta el Renacimiento; pero hay una fe, un bautismo, una grey, un Pastor, una Iglesia, una liturgia, una cruzada eterna, y una legión de santos que combaten por nosotros, desde Causegadia hasta Almería, desde el Muradal hasta la Higuera.

Dios nos conservó la victoria, y premió el esfuerzo perseverante, dándonos el destino más alto entre todos los destinos de la historia humana: el de completar el planeta, el de borrar los antiguos linderos del mundo. Un ramal de nuestra raza forzó el cabo de las Tormentas, interrumpiendo el sueño secular de Adamastor, y reveló los misterios del sagrado Ganges, trayendo por despojos los aromas de Ceilán y las perlas que adornaban la cuna del sol y el tálamo de la aurora. Y el otro ramal fue a prender en tierra intacta aún de caricias humanas, donde los ríos eran como mares y los montes veneros de plata, y en cuyo hemisferio brillaban estrellas nunca imaginadas por Tolomeo ni por Hiparco.

¡Dichosa edad aquélla, de prestigios y maravillas, edad de juventud y de robusta vida! España era o se creía el pueblo de Dios, y cada español, cual otro Josué, sentía en sí fe y aliento bastante para derrocar los muros al son de las trompetas, o para atajar al sol en su carrera. Nada parecía ni resultaba imposible: la fe de aquellos hombres, que parecían guarnecidos de triple lámina de bronce, era la fe que mueve de su lugar las montañas. Por eso en los arcanos de Dios les estaba guardado el hacer sonar la palabra de Cristo en las más bárbaras gentilidades; el hundir en el golfo de Corinto las soberbias naves del tirano de Grecia, y salvar, por ministerio del joven de Austria, la Europa occidental del segundo y postrer amago del islamismo; el romper las huestes luteranas en las marismas bátavas, con la espada en la boca y el agua a la cinta, y el entregar a la Iglesia romana cien pueblos por cada uno que le arrebataba la herejía.

España, evangelizadora de la mitad del orbe, España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de san Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectones, o de los reyes de taifas.

A este término vamos caminando más o menos apresuradamente, y ciego será quien no lo vea. Dos siglos de incesante y sistemática labor para producir artificialmente la revolución, aquí donde nunca podía ser orgánica, han conseguido, no renovar el modo de ser nacional, sino viciarle, desconcertarle y pervertirle. Todo lo malo, todo lo anárquico, todo lo desbocado de nuestro carácter se conserva ileso, y sale a la superficie, cada día con más pujanza. Todo elemento de fuerza intelectual se pierde en infecunda soledad, o sólo aprovecha para el mal. No nos queda ni ciencia indígena, ni política nacional, ni, a duras penas, arte y literatura propia. Cuanto hacemos es remedo y trasunto débil de lo que en otras partes vemos aclamado. Somos incrédulos por moda y por parecer hombres de mucha fortaleza intelectual. Cuando nos ponemos a racionalistas o a positivistas, lo hacemos pésimamente, sin originalidad alguna, como no sea en lo estrafalario y en lo grotesco. No hay doctrina que arraigue aquí: todas nacen y mueren entre cuatro paredes, sin más efecto que avivar estériles y enervadoras vanidades, y servir de pábulo a dos o tres discusiones pedantescas. Con la continua propaganda irreligiosa, el espíritu católico, vivo aún en la muchedumbre de los campos, ha ido desfalleciendo en las ciudades; y aunque no sean muchos los librepensadores españoles, bien puede afirmarse de ellos que son de la peor casta de impíos que se conocen en el mundo, porque, a no estar dementado como los sofistas de cátedra, el español que ha dejado de ser católico, es incapaz de creer en cosa ninguna, como no sea en la omnipotencia de un cierto sentido común y práctico, las más veces burdo, egoísta y groserísimo. De esta escuela utilitaria suelen salir los aventureros políticos y económicos, los arbitristas y regeneradores de la Hacienda, y los salteadores literarios de la baja prensa, que, en España, como en todas partes, es un cenagal fétido y pestilente. Sólo algún aumento de riqueza, algún adelanto material, nos indica a veces que estamos en Europa, y que seguimos, aunque a remolque, el movimiento general.

No sigamos en estas amargas reflexiones. Contribuir a desalentar a su madre, es ciertamente obra impía, en que yo no pondré las manos. ¿Será cierto, como algunos benévolamente afirman, que la masa de nuestro pueblo está sana, y que sólo la hez es la que sale a la superficie? ¡Ojalá sea verdad! Por mi parte, prefiero creerlo, sin escudriñarlo mucho. Los esfuerzos de nuestras guerras civiles no prueban, ciertamente, falta de virilidad en la raza; lo futuro, ¿quién lo sabe? No suelen venir dos siglos de oro sobre una misma nación; pero mientras sus elementos esenciales permanezcan los mismos, por lo menos en las últimas esferas sociales; mientras sea capaz de creer, amar y esperar; mientras su espíritu no se aridezca de tal modo que rechace el rocío de los cielos; mientras guarde alguna memoria de lo antiguo, y se contemple solidaria con las generaciones que la precedieron, aún puede esperarse su regeneración; aún puede esperarse que, juntas las almas por la caridad, torne a brillar para España la gloria del Señor, y acudan las gentes a su lumbre y los pueblos al resplandor de su Oriente.

El cielo apresure tan felices días. Y entretanto, sin escarnio, sin baldón ni menosprecio de nuestra madre, dígale toda la verdad el que se sienta con alientos para ello. Yo, a falta de grandezas que admirar en lo presente, he tomado sobre mis flacos hombros la deslucida tarea de testamentario de nuestra antigua cultura. En este libro he ido quitando las espinas; no será maravilla que de su contacto se me haya pegado alguna aspereza. He escrito en medio de la contradicción y de la lucha, no de otro modo que los obreros de Jerusalén, en tiempo de Nehemías, levantaban las paredes del templo, con la espada en una mano y el martillo en la otra, defendiéndose de los comarcanos que sin cesar los embestían. Dura ley es, pero inevitable en España, y todo el que escriba conforme al dictado de su conciencia, ha de pasar por ella, aunque en el fondo abomine, como yo, este hórrido tumulto, y vuelva los ojos con amor a aquellos serenos templos de la antigua sabiduría, cantados por Lucrecio:

Edita doctrina sapientum templa serena!

M. MENÉNDEZ PELAYO.

7 de junio de 1882


03/08/08 11:15 AM
  
Fernando Maria
Debemos leer y releer a Don Marcelino gloria de nuestras letras y grabarnos a fuego en nuestras conciencias de españoles estas palabras de oro que he transcrito.
Sobre todo:
"España, evangelizadora de la mitad del orbe, España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de san Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectones, o de los reyes de taifas".
Si perdemos LA UNIDAD DE LA FE y LA ESPERANZA DE NUESTROS MAYORES, volveremos al cantonalismo y a las taifas.
!Españoles y cristianos todos¡.No consintamos la PERDIDA DE ESPAÑA y luchemos con todas nuestras fuerzas para mantenerla VIVA y UNIDA y con la CRUZ en el pecho, como siempre hemos
hecho a lo largo de nuestra gran historia.
Cordiales saludos.
03/08/08 11:22 AM
  
Isa
Dios bendiga a D. Marcelino Menéndez y Pelayo y a Fernando Mª.
Son un balón de oxígeno para nuestra ESPERANZA
03/08/08 4:00 PM
  
Mons. Sebastián
Ante tanto entusiasmo yo tengo que ser sincero y honesto. Comparto, como no, los datos aducidos por d. Marcelino. Y muchas de sus consecuencias. Pero creo que des los tiempos en que él escribía han ocurrido cosas, se ha afirmado el valor de la libertad en la vida civil y en la vida religiosa, y se ha celebrado el Concilio Vaticano II. En consecuencia, qreo que sus razonamientos necesitan introducir algunas correcciones o matizaciones importaqntes:
- La fe es una decisión personal que no puede ser impuesta por motivaciones o procedimientos políticos. Es verdad que la unidad de España y la proyección universal de España proceden en su mayor parte de la fe católica, es verdad que sigue siendo un ideal deseable, pero con tal que esa unidad se mantenga por medios religiosos, con convencimiento, respetando la libertad religiosa de todas las personas.
- Por lo cual las instituciones y estructuras politicas tienen que diferenciarse necesariamente de las religiosas. Todos estamos encuadrados en las instituciones y estructuras politicas que son de todos y para todos. Solo los creyentes forman parte de la Iglesia que tiene su origen propio y diferente, sus fines diferentes y sus medios también diferentes.
- Yo no presentaría las guerras como signoi de virilidad, sino de falta de cultura, de ética y hasta de talento. Nunca se debe llegar a resolver las cosas por la fuerza. Y si alguna vez resulta imprescindible, es digno de lamentación y condena, no digno de exaltación. No confundamos las cosas. Por lo menos desde el punto de vista de la moral cristiana.
04/08/08 12:56 AM
  
Isa
D. Fernando: Seguro que usted está en lo cierto, pero yo añoro otros tiempos en los que las personas vivian más felices y aun con pobreza, llevándola con gran dignidad y sacando adelante la familia.
Le pido al Espíritu Santo el don del discernimiento
04/08/08 8:23 AM
  
terciario98
Efectivamente, Ilustrísima, la Unidad Católica de España es una tradición, de 1400 años solamente, que hay parece ahy que vencer y superar en aras de la novedad. En contra de la advertencia de San Pablo: (I Tim. 6, 20) (...)

..y de la Tradición de la Iglesia que en 1892 se expresaba en el Tercer Congreso Católico Nacional Español de esta guisa:
(...)

Y, más reciente en el magisterio, el Papa Juan Pablo II, dirigiéndose a los Obispos de la Provincia eclesiástica de Toledo y de la Archidiócesis de Madrid y al Ordinario Castrense en diciembre de 1986, afirmó:

(... La fe católica ha desarrollado una idiosincrasia propia, ha dejado una huella imborrable en la cultura y ha impulsado los mejores esfuerzos de vuestra historia. En la nueva fase de la sociedad española es también necesario que los católicos mantengan una unidad de orientación y de actuación para iluminar la cultura con la fe y testimoniar el Evangelio en la vida".

En cuanto al uso de la fuerza doctores tiene la Iglesia, y si bien actualmente puedan ser incómodas sus proposiciones, como san Bernardo de Clairvaux, yo no las llamaría fuera del punto de la moral cristiana; y lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, ed. 1992: (...)

En fin, que todo esto para decir que la sociedad ha cambiado, pero que el CVII no ha cambiado nada, "deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo." (Cfr. DH).

04/08/08 12:29 PM
  
Fernando Maria
... me desconcierta mucho.
Es evidente, que desde entonces han pasado muchas cosas. Unas malas (la masoneria, nos quitó Cuba, Filipinas y Puerto Rico y otros trozos de españa) y otras muy buenas ( No fué posible la Paz y en una guerra bestialmente fraticida,España venció con una dura cruzada (palabras de los Papas) a la herejia marxista.Winston Churchill en el Parlamento ( Camara de los Comunes) dijo que "si España pierde su cruzada,toda Europa hubiera sido comunista". Muchos héroes cristianos han muerto con valentia por defender su fe en los campos de Batalla.
(...)

(N. de M. Guarde por favor el comentarista el debido respeto a Mons. Sebastián)
04/08/08 11:23 PM
  
Fernando Maria
La Iglesia tiene que ir al frente de la sociedad ( incluso política) y luchar. (...) Y se hace falta seremos martires.
04/08/08 11:35 PM
  
Mons. Sebastián
Querido amigo Fernando María, creo que las cosas hay que hablarlas con más tranquilidad. Yo no he dicho en ningún momento qyue los católicos no tengan que intervenir en política. Más bien me he distinguido por lo contrario. Lo que si digo, y lo dicen los Papas continuamente desde hace muchos años, es que hay que hacerlo respetando la libertad y los derechos de las personas, respetando la moral política católica que la Iglesia anuncias continuamente a los cuatro vientos. Y nada más. No vale de nada dar grandes voces queriendo repetir el pasado que no ha de volver. Lo que hace falta es ponernos de acuerdo en la doctrina actual de la Iglesia, y que los fieles católicos se asocien o se inscriban en las asociaciones que les parezcan más favorables para sus fines y que actúen en política pero teniendo en cuenta los principios morales católicos y actuando en consecuencia, en libertad y bajo su personal responsabilidad. Eso es lo que dicen los Papas y lo que tendrían que hacer los cristianos. Le agradezco eso del angelismo, porque ordinariamente me suelen decir lo contrario.
05/08/08 12:24 AM
  
Fernando Maria
El peligro de la democratización

Como hemos mencionado anteriormente, la democracia es una forma de gobierno secular viable, aunque de ninguna manera es la única. En boga en la actualidad, con el apoyo de muchos movimientos modernos y posmodernos, la democracia es alabada como el gran sistema de liberación de una presunto pasado de opresión. En esta forma general de pensamiento, la democratización se tiene que poner en marcha en cualquier forma de asociación humana porque toda potestad y autoridad reside en los hombres.
(...)

En la Iglesia en si, el mayor peligro de la democratización es ignorar o anular la diferencia entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio de los fieles. Como afirma claramente la Congregación para el Clero en el «Directorio para la vida y el ministerios de los sacerdotes»
(...)

En la iglesia existe una llamada universal a la santidad, y al mismo tiempo hay distinciones de origen divino entre sus miembros. Estas distinciones reconocen algunas formas de igualitarismo radial, por ejemplo, el amor de Dios por cada uno de sus hijos. Sin embargo, en el seno de la Iglesia no hay espacio para las teoría sociopolíticas que rebajen las vocaciones particulares y peculiares de los sacerdotes y los laicos y todo lo que les compete a ambos estados.
(...)

(N. de M. Fernando María, no es aceptable ni pertinente la extensión de este comentario)
05/08/08 3:10 PM
  
Fernando Maria
"Una Iglesia sin presencia política queda reducida a la marginación social"

(N. de M. Fernando María recomienda la lectura de esta noticia
http://www.religionenlibertad.com/noticias/una-iglesia-presencia-politica-queda-reducida-marginacion-social)
05/08/08 5:35 PM
  
Pedro
Hola a todos. Comentarios varios:
1.El artículo de Monseñor Sebastián es extraordinario, como todos los suyos.
2.Me parece que no se debe forzar a nadie a abrazar ninguna religión, porque Dios desea que el hombre sea libre para seguir siendo hombre.
3.El mejor régimen político para un país es una verdadera democracia.
4.Yo creo que en la Iglesia católica no debe haber democracia sino la predicación del Evangelio, la búsqueda de la implantación del Reino de Dios, el servicio a los más necesitados. No debe llegar a destituir a Papa, a los obispos o a los sacerdotes por votación popular.
5. No me parece que los mayores enemigos de la Iglesia estén dentro de la Iglesia, ni que sean obispos y sacerdotes. Yo veo que es una opinión muy extendida entre quienes quieren ser más papistas que el Papa. El mayor enemigo de la Iglesia sería una iglesia que olvidase las enseñanzas de Cristo, pero no hay tal cosa.
Saludos.
05/08/08 11:44 PM
  
Lucas

Un interesante artículo que combiene leer despacio.

¿Una descristianización programada?

Mons. Montero en La Tercera de ABC de 1 de agosto.
http://www.abc.es/20080801/opinion-tercera/descristianizacion-programada-20080801.html

06/08/08 1:32 PM
  
Unitas
Me ha gustado mucho la "mención especial" a la familia "estable y numerosa" como fuente y centro de amor, felicidad, seguridad, sostenida y al mismo tiempo sustento de la esperanza de niños, mayores y ancianos

Y su claridad y certeza al calificar a esos “diferentes modelos de familia” como "formas familiares imperfectas y deficientes". A mí me parece que, yendo un poco más al fondo, el rechazo de Dios y la desesperanza tienen mucho que ver con el desprecio de la mujer como esposa y madre. Y viceversa, la vuelta a Dios y a la esperanza van unidas a la conversión de la esposa y madre. Pero también muchos católicos tienen en esto las ideas muy oscuras, y piensan que parcheando los agujeros creados por el descentramiento de la mujer... y del hombre -con policías y abogados, libritos y cursos, asertividad y visibilidad, géneros y leyes- pueden "controlar" la situación.
06/08/08 9:32 PM
  
Mons. Sebastián
Bueno, amigos, no se trata de tener razón, lo importante es que meditemos el tema, y lo vivamos de verdad para poner en práctica estas doctrinas o colaborar como podamos, difundiéndolas, animando, apoyando, rezando al Señor para que nos ilumine y nos ayude a abrir caminos verdaderos. Paz para todos.
06/08/08 11:45 PM
  
Orzowei
Gracias D. Fernando, por la esperanza recibida y por permitirme, aunque lo he hecho poco, participar en su blog.
Perdone que me salga del tema, aunque creo que no mucho en este caso, y envíe un mensaje de despedida. Gracias.

Me despido definitivamente. No veo la utilidad de tener que discutir, incluso de las propias experiencias, con personas que manifiestan tener, y defienden con uñas y dientes, más autoridad que la Iglesia. Son discusiones vanas.
Un ejemplo conclusivo: Me he encontrado contínuamente en este tipo de foros con gente que quiere jugar a un deporte con una pelota y una raqueta y se empeña en que eso es futbol. Más aún, si les replicas, te dicen que eres un intolerante, que las normas se interpretan que les están insultando y chorradas del mismo estilo ¿se entiende?,¿ no?

Termino ya esta experiencia y seguiré con el contacto personal con personas a las que puedo ver y tocar. Gente que sabes cómo reaccciona a tus palabras en el diálogo del momento y no después de haber mirado y remirado los mensajes anteriores, para perfilar la respuesta.
No dudo de la posible "bondad" del medio. Pero comparto los de McLuhan:"El medio es el mensaje". Si el medio es un foro anónimo en el que es facilmente posible mentir sobre la identidad, sobre la propia vida y donde casi nadie es reponsable de lo que dice... ese es el mensaje.
Me sorprende la cantidad de insultos y malas interpretaciones en los que sulen acabar los foros que tienen mayor número de entradas. Casi todos se convierten en batallas campales.
No generalizo porque cada uno es cada cual.
Lo escribo aquí y en un par de foros más en los que he participado, por si sirve para algo esta inútil y torpe reflexión
El Señor os bendiga y os guarde... os muestre su rostro y os conceda la paz.
07/08/08 4:29 AM
  
Lucas
Lo que no acabo de entender es que Mons. Sebastián aduzca que "desde Marcelino Menéndez y Pelayo ha ocurrido el Concilio Vaticano II", como si el Concilio Vaticano II hubiese supuesto una ruptura o una innovación en la doctrina de la Iglesia.

La fe de Marcelino Menéndez y Pelayo ese esencialmente la misma que la que tenemos en el siglo XXI.

No entiendo ese "han pasado muchas cosas".

También han pasado muchas cosas desde que Cristo fue crucificado, ¿y qué?
08/08/08 7:02 PM
  
unocualquiera
El concilio Vaticano II, en mi opinión, ha renovado aspectos fundamentales de la fe católica, por ejemplo el comentado por Mons. Sebastián sobre la fe como decisión personal y no obligación pública (la libertad religiosa en España surge durante el franquismo como impulso de la Iglesia del C.V. II), también (y espero no equivocarme) la reflexión sobre la salvación de las almas que no son católicas (pero que cumplen la ley de Dios), decisiones que harían muy dificil una dictadura católica (aunque algunos nostálgicos la sigan deseando)
08/08/08 7:54 PM
  
Mons. Sebastián
Efectivamente, el Concilio Vaticano II no cambió la fe católica, ni esencialmente ni accidentalemente, sólo faltaba. Pero sí se hizo cargo de nuevos problemas y nuevas sensibilidades presentes en nuestro mundo, ante las cuales los católicos tenemos que volver al depósito permanente de la Revelación que es Cristo para encontrar las respuestas adecuadas a nuevos problemas e interrogantes de la humanidad.

No cambiamos la fe, sino que, por el estímulo de la caridad y la obediencia al mandato del evangelio, tratamos de comprender mejor el tesoro inagotable del evangelio y de la vida de Jesús para responder a las nuevas generaciones, para ofrecerles de forma comprensible la misma revelación y la misma salvación de siempre. La Iglesia es fiel pero no inmovilista. El inmovilismo no es fidelidad.

En algunos comentarios veo mal humor, un cierto sentido de superioridad, pocas ganas de atender a razones. Así poco podemos progresar. Lo siento, pero así es la vida. Muchos saludos para todos los amigos.
09/08/08 11:18 AM
  
Antonio García
Opino que no estamos libres de culpa de todo esto que nos acontece, quiero decir que la Iglesia no está ni mucho menos libre de culpa. Y cuando digo la Iglesia me refiero también a nosotros los laicos.
Hace poco asistí en mi parroquia a unas conferencias de un sacerdote donde se trataban temas políticos y no se daba ninguna orientación clara de ningún tipo. Como si todo fuera lícito para un católico.

(...)NO, NO SEÑOR...El silencio es el que se mete en política... Los seguidores de Cristo no callan ante la injusticia...Y esto en cuanto a temas sociales...Si hablamos de temas doctrinales, pastorales o evangelizadores...No quisiera entrar en el tema de la prohibición en la práctica de la comunión de rodillas en muchas iglesias, y eso a pesar de lo que dice el Papa...No quisiera meterme en temas doctrinales como la amnesia del Infierno, las interpretaciones subjetivas de la destrucción de Sodoma y Gomorra o del Reino de los Cielos como, simplemente, un estado de ánimo, etc. No digo que no lo sea también, pero lo que llama la atención en algunas homilías es la negación de la parte trascendente...No iría nada mal un curso de apologética tanto para sacerdotes como para laicos...Y ya sería fantástico un movimiento evangelizador que hiciera salir a los laicos a los parques a repartir folletos de charlas y conferencias...
Las sectas protestantes no nos roban fieles por casualidad...Ellos predican diversas mentiras, a cual más ocurrente...Pero las predican, las predican...
Un abrazo en el Señor.
Reiterar mi más sincero aprecio por nuestro arzobispo.
Antonio García.
09/08/08 10:42 PM
  
alexia
Mons Sebastian como podria contactar con usted?puede responderme al correo.muchas gracias
10/08/08 11:02 PM
  
terciario98
Creo que es preciso, para ser honestos, establecer las premisas básicas de las que partimos todos.

1.- La fe, virtud infusa que es creer en lo que Dios ha revelado y la Iglesia enseña, es un don de Dios. Nadie puede obligar a la profesión de la fe católica.

2.- Que el Estado sea confesional y sólo reconozca a la verdadera Religión, la católica, y la ayude en lo que pueda ha desarrollar su misión y no permita la coexistencia pública de otros cultos es la enseñanza de la Iglesia. Eso no implica, ni mucho menos, que a las gente se la obligue a ir a misa o a profesar al fe católica o que otras personas sean molestadas, en el ámbito privado, en las prácticas de sus creencias. Que hay que reiterar, son falsas creencias.

3.- La Iglesia, apoyada en las Sagradas Escrituras y en los Santos Padres, ha enseñado siempre que sólo la verdad tiene derechos civiles. El error se puede tolerar, pero jamás se le deben reconocer derechos.

4.- El cambiar la posición sobre los puntos anteriores es cambiar la fe objetiva o no tener fe, pues, es contradecir la propia definión de fe, que es un axioma. Lo otro, la interpretación sensible y "vivencial" no es más que relativismo. Es la fabricación de la doctrina que más le paetezca a cada cual, poniendo su razón particualr por encima de las enseñanzas de la Iglesia, que se resumen en la premisa teológica: Lo que han creído todos, por todos y en todo tiempo, es decir: universalidad, consenso y antigüedad. Una sola fe, Jesucristo ayer, hoy y siempre.

5.- Efectivamente, el CVII no ha cambiado nada, pero la Iglesia docente, de facto y negando todo cambio, lo ha cambiado todo.

6.- Quitando la fe a los laicos, es decir, mutilando, edulcorando o transformando la doctrina multisecular de la Iglesia sobre lo público; la Iglesia docente, los hombres de Iglesia, nos han dejado sin ninguna posibilidad de combatir lo que por otra parte no hacen más que reprobar.

7.- Ciertamente si hoy se puede decir que España no es católica no es porque haya desaparecido la fe del pueblo español, sino porque le ha sido arrebatada a golpe de abuso de autoridad. Abusos para reconocer la libertad de cultos en 1967; abusos para la confección de una Constitución atea en 1978; abusos para dar al poder civil la facultad de la separación y el divorcio de los matrimonios católicos; abusos para cada vez que se alza la voz desde la fe de Cristo Nuestro Señor ahogarla en la connivencia mundana de la democracia liberal.

8.- Eso de dictadura católica o nacional -catolicismo es una memez y una incongruencia, precisamente la Iglesia no ha sido jamás un totalitarismo; eso sí, actualmente queda muy bien para sacudirse responsabilidades.

Eso es lo que hay. Dios nos prueba en el crisol del amor, por eso permite todo esto, para que le amemos más. Hay que dar gracias, como decía S.S. Pío XI, bienvenidos estos tiempos a los que a nadie se le permite ser mediocre.

Y para responder a unocualquiera decirle que la Iglesia ha enseñado siempre que la salvación está al alcance de todos, pero que no se salvan practicando una religión distinta de la católica, sino a pesar de esa religión falsa.

PÍO IX, «Quanto conficiamur», 6:

«Y aquí, queridos Hijos nuestros y Venerables Hermanos, es menester recordar y reprender nuevamente el gravísimo error en que míseramente se hallan algunos católicos, al opinar que hombres que viven en el error y ajenos a la verdadera fe y a la unidad católica pueden llegar a la eterna salvación. Lo que ciertamente se opone en sumo grado a la doctrina católica. Notoria cosa es a Nos y a vosotros que aquellos que sufren ignorancia invencible acerca de nuestra santísima Religión, que cuidadosamente guardan la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en los corazones de todos y están dispuestos a obedecer a Dios y llevan vida honesta y recta, pueden conseguir la vida eterna, por la operación de la virtud de la luz divina y de la gracia; pues Dios, que manifiestamente ve, escudriña y sabe la mente, ánimo, pensamientos y costumbres de todos, no consiente en modo alguno, según su suma bondad y clemencia, que nadie sea castigado con eternos suplicios, si no es reo de culpa voluntaria».

Y por supuesto, sin acritud. Que Dios bendiga a nuestros legítimos pastores.

Ave María Purísima.
11/08/08 9:46 AM
  
unocualquiera
Terciario98: Yo acepto la propuesta de Juan Pablo II, la fe se propone, no se impone, con todas sus consecuencias. Creo que se puede intentar vivir la fe católica en libertad. Cuestión aparte es la poca influencia de los católicos en la política, es nuestra responsabilidad no haber construido cauces de participación eficaces. Si Dios quiere, todo se andará.
11/08/08 11:03 AM
  
jaime
Terciario98, me gustaría hacer algunos comentarios a dos de los puntos:

2. La verdadera religión debe ser reconocida por cada persona individualmente, no porque lo diga el Estado. España, segun la Constitución de 1978, es un Estado aconfesional. El desear un Estado confesional católico va en contra de la esfera donde se debe mover la Iglesia, cuyo mensaje y ámbito no es el del Estado y la administración civil.

7. España no ha dejado de ser católica por abuso de autoridad y las leyes que mencionas, sino por falta de atención y compromiso de los católicos a la fe que profesan. Los católicos hemos sido permisivos y permeables con el llamado pensamiento débil, nos hemos acomodado a las nuevas corrientes sociales y no hemos sabido transmitir la fuerza de una vida según el Evangelio. ¿Qué hubiera pasado con unos católicos firmes? Que del Estado (es decir, algunos de los nuestros que tienen la función de gobernar los bienes de todos) no hubieran surgido las mencionadas leyes, porque las personas y sociedad españolas nunca lo hubieran demandado, al saberlas fuera de lugar.

Estoy de acuerdo con unocualquiera en que es "responsabilidad de los católicos el no haber construido cauces de participación eficaces", de modo que, al desatender la política (no valorando correctamente partidos y opciones) y comulgar con ruedas de molino, hemos colaborado con la corrupción moral actual.

Un saludo.
11/08/08 12:19 PM
  
Mons. Sebastián
Alexia, lo mejor es que me escribas por correo postal. Mi dirección es
Casa Diocesana de Espiritualidad
Camino de los Almendrales, 2
29014 MALAGA
De las demás cosas no sé si vale la pena insistir. En esos puntos, tan claritos, que pone Terciario hay muchas cosas que no son exactas.
La enseñanza de la Iglesia no es que el Estado confesional no deba permitir el ejercicio de otras religiones distintas de la católica. La enseñanza de la Iglesia es que el político y la política católica debe respetar no los derechos del error, pero sí el derecho a la libertad religiosa de la persona que honra a Dios según su conciencia. Ya sé que no lo van a aceptar, pero que quede bien claro que esa es la doctrina de la Iglesia católica, sin contradicciones con la doctrina de Pío X y Pío XI. Lo del n. 5, alabado por Jaime, es demasiado fuerte. Si están contra la Iglesia docente con qué autoridad nos quieren inculcar la verdadera fe católica? Vamos, vamos. O sea, que somos los hombres de Iglesia quienes hemos destruido la fe del pueblo español. Se olvidan de que eran ciudadanos españoles los que mataron a 7.000 sacerdotes heroicos en la defensa de su fe. ¿Quién les había quitado la fe a sus asesinos? Desde luego, con esa manera de desconocer y de vituperar los trabajos de los Obispos y de los Papas poco vamos a adelantar. Es doctrina permanente de la Iglesia que los católicos deben estar presente en todos los campos de la vida publica, actuando en conformidad con su fe y con la moral cristiana, para defender la fe, pero sobre todo para hacer el bien a los demás, y de esta forma mostrar la verdad y la bondad de la fe cristiana y católica. Los obispos españoles lo hemos recomendado mil veces. Algunos confían más en la crítica y en las políticas impositivas que en el valor de la evangelización y del testimonio. Bueno, quedemos en paz. Pero vamos a no condenarnos mutuamente. Dios con todos.
11/08/08 10:09 PM
  
terciario98
Sin ánimo de polemizar (ni mucho menos condenar o juzgar), y con el sólo afán de ser respetuosos con la verdad. Es una manipulación histórica mezclar nuestra Cruzada de Liberación (eso es la Iglesia docente de aquellos años; ¿quién está hoy de acuerdo con esa denominación?) con la descristianización de lo público en la época actual. Cuando hablo que los hombres de Iglesia han descristianizado España me refiero a una época histórica bien concreta: la del Cardenal Tarancón, con las honrosas excepciones de un Cardenal Morcillo, de un Monseñor Guerra Campos y, por último, un Monseñor Marcelo González. Ahí están los hechos.

Por supuesto que no se trata de usurpar la autoridad a nadie (eso es un golpe bajo que juega con las conciencias), la Cátedra de Pedro son dos mil años, no 40; y ante la novedad ("grandilocuente lo que decís, maravilloso lo que decís, nuevo lo que decís; falso lo que decís" -cfr. San Agustín-) hay que poner la Tradición, eso es la norma de la Iglesia recopilada de la doctrina de los Santos Padres ejemplarmente en el Conmonitorio de San Vicente de Lérins.

Por último, la Teología católica (San Agustín y Santo Tomás), el Derecho Público cristiano (Suárez y Vitoria), y las encíclicas pontificias (Gregorio XVI, Beato Pío IX, León XIII, San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII) unánimemente enseñan que el Estado debe profesar y proteger a la Iglesia verdadera de N.S. Jesucristo, sin admitir la concurrencia de cultos extraños a esa Fe. Esa es la verdad, aunque hoy en día el reconocerla sea mayor cruz que el exponerla. Y por supuesto, mi única confianza está en el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María; Dios mi refugio y fortaleza. Por si no ha quedado claro.

La paz de Cristo.
12/08/08 8:56 AM
  
Unitas
Amén. Terciario98 ¿aceptas algo de lo que Mons.Sebastián explica o meramente utilizas su blog para exponer la fe católica y apostólica que el mismo Dios ha depositado en tu espíritu? ¿no crees que el Concilio Vaticano II sea parte de la historia de la Iglesia Católica Apostólica y Romana? De ser así, dilo, por favor, para tratarte como "hermano separado"
12/08/08 12:51 PM
  
Jaime
Monseñor Sebast¡án,

En ningún momento de mi anterior comentario he alabado el punto 5, según dice. Lo que sí constato es la poca influencia de los católicos en la actual vida política, pues bien sea directamente por las personas que actúan en política bien sea indirectamente mediante el voto, el caso es que se están sacando leyes en contra de la doctrina de la Iglesia. Si España se declara católica en un porcentaje alto, ¿no hay aquí una clara contradicción?

Por un lado, todos somos católicos. Por el otro, en un país declarado católico se promueven leyes anticatólicas.

Sacar de estos comentarios la conclusión que es la Iglesia quien ha matado la fe del pueblo español es mentira. Pero lo que sí es verdad es que la coherencia de los católicos deja mucho que desear.

Un saludo-
12/08/08 1:03 PM
  
Mons. Sebastián
Alexia, me equivoqué en una cifra, hay que poner
29013 M A LA G A.
Jaime, en eso sí estoy de acuerdo. La conclusion inevitable es que España, los españoles, no somos tan católicos como decimos. Sí ha sido la historia institucional de España. Pero la fe de los españoles no ha correspondido con las tomas de posición católicas de los reyes y dirigentes de españa. Por lo menos a partir de cierto momento. Porque si no no hay forma de explicar lo ocurrido, lo que está ocurriendo ahora mismo. Todos somos responsables de todo, de acuerdo, cada uno a su manera y en su medida. Pero a la hora de la verdad, cada uno es responsable de su fe y de su vida entera. Ante esta situación, lo peor que uno puede hacer es dedicarse a llenarse de razón y condenar a los demás. Los católicos españoles tenemos que aprender a ser humildes, realistas, sinceros, responsables. Tenemos que repensar nuestra historia y nuestra vida personal y buscar soluciones realistas, colectivas, estables, que terminan siempre en la necesidad de renovarnos espiritualmente, reconocer nuestros errores y asumir nuestras responsabilidades para el futuro, los clérigos en el mejor servicio del Pueblo de Dios, y los laicos en una vida más coherente y más diligente en las diversas áreas de la vida social y política, dejándonos de condenas mutuas y de lamentaciones, poniendo toda la carne en el asador y a la vez poniendo toda nuestra confianza en Dios, en la acción del Espíritu Santo y en la dirección de la Santa Madre Iglesia que sigue siendo ahora tan Iglesia de Jesucristo como en tiempos de Pío IX y Pío X y Pío XI. En medio están León XIII y Benedicto XV, pero esos nuestros amigos críticos no los suelen citar. Dios nos ayude. Que El os bendiga a todos.
12/08/08 9:44 PM
  
Louis Billot
Mi enhorabuena, por enésima vez, a Terciario. El trasfondo de su postura y las ácidas declaraciones en su contra no son más que el reflejo de lo que él representa políticamente: las tesis de Mella o Nocedal.

Lo siento Unitas, pero sus preguntas adolecen de los errores semánticos que son reflejo de otros tantos errores doctrinales. (...) Mire, Unitas, las tesis de Terciario siempre serán las de la Iglesia y nadie, jamás, le condenará por defender lo que defiende. El caso contrario no lo tenga usted tan claro.

Y, para finalizar, me parece que sí ha citado en los Papas a León XIII y Benedicto XV. Por cierto, cuando quieran podrían hablar sobre LIBERTAS de León XIII.

Y por supuesto, mi enhorabuena a Don Fernando Sebastián, sus últimos años están siendo un regalo para toda la Iglesia en España. Rezo por Su Ilustrísima.

(N. de M. Aténgase a la normativa en cuanto a los insultos no permitidos)
12/08/08 10:28 PM
  
alexia
lo tendre en cuenta!!
13/08/08 11:44 PM
  
Serenidad
Muy interesante y muy completo artículo sobre la actualidad de nuestra religión y fe católicas.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a quien amo, por sobre todas las cosas y a Quien agradezco, de todo corazón, por todas las bendiciones otorgadas, deseo hacer algunos comentarios, que, sin pretender levantar falsos testimonios, ni mentir, si es algo que me inquieta y preocupa, aunque están, más, basados en hipótesis que, en una realidad comprobada, puesto que no tengo ninguna prueba fehaciente, sin embargo, y sin pretender, tampoco, alarmar a la sociedad, si siento la necesidad de comunicarlo a las autoridades eclesiásticas, aunque, tampoco se, si es este el lugar adecuado, para hacerlo.

Pues bien, se trata de lo siguiente: en mi incursión por los foros de Internet, desde hace ya, algunos años, he notado el gran "desprecio" que muchas personas que, no profesan la fe católica y/o que, no son creyentes, sienten hacia las personas que, confesamos, abiertamente, nuestra fe en Dios.

Muchas veces he sido expulsada de foros y no entendía esa actitud hacia mi persona, incluso el trato suele ser hostil, a pesar de comportarme debidamente, sin embargo, siempre hay pretextos para echarme de algunos foros.

Con el tiempo, me he dado cuenta que, lo más probable, es porque voy por la vida sin miedo y sin precaución, sin avergonzarme de mi fe y de mis creencias, de hecho, las defiendo, por encima de todo y de todos, sin pretender "evangelizar", simplemente dando mis puntos de vista y mis opiniones.

Bien, todo esto lo cuento, porque al principio, yo pensaba que, de los foros se me expulsaba, por no ser una persona habitual, sino que, al entrar como visitante, en ciertas comunidades de foreros no era bien recibida, bueno, el caso es que he pensado de todo, entre otras cosas, que al ser mujer, si la mayoría de personas en los foros eran hombres, pues que no había "compatibilidad de caracteres", pero, se da el caso que, aparte de ser mujer, soy católica y si ya, de por sí, hay cierto distanciamiento entre hombres y mujeres por las leyes y nuevos Ministerios, de este gobierno, pues, al parecer, el rechazo es por partida doble.

Pero no es esto lo que me preocupa en sí, sino que, he estado observando el comportamiento de algunos hombres (sobre todo comentarios, de los que, yo creo que, no son creyentes), en Internet y su reacción cuando salen noticias sobre violencia de género y esta es mi preocupación, que pienso, que la mayoría de mujeres muertas, son católicas. Tengo una gran inquietud por esta situación, porque he leído, en varios foros, unos comentarios lamentables, casi podría decirse que (Dios me perdone), pareciera que algunos se "alegrasen", aduciendo que, la culpa es del gobierno y sus leyes y refiriéndose, a las señoras que, están en el gobierno de la forma más soez y grosera.

La inquietud que tengo, respecto a las mujeres que han sido víctimas de la "violencia machista y/o de género", es porque, los comentarios que he leído hacia las mujeres católicas, son, de odio, no encuentro otra palabra para definirlos, es un desprecio tal, que, temo, que algunas de estas mujeres muertas, son seducidas y engañadas por Internet y cuando el marido y/o la pareja, descubre la situación, es tal la indignación, la rabia, los celos y la desesperación, que muchos, acaban por matarlas.

Todo esto, pudiese parecer, hasta cierto punto, una tontería o algo sin importancia, sin embargo, por lo que suelo leer por los foros y por la campaña que se está haciendo, en contra de la Iglesia Católica, debería ser tomado en cuenta y advertir a las mujeres católicas que tomen sus precauciones y que no se dejen engañar ni engatuzar por gente de Internet, porque, en mi opinión, corren un grave peligro.

Esto lo he escrito en foros privados y en diarios digitales, con el fin de que, la gente se entere y también las autoridades que suelen vigilar la red, sin embargo, me parece de vital importancia que se comente en las iglesias y que se de a conocer a las familias católicas, con el fin de prevenir más muertes de mujeres y que los maridos e hijos no se desquicien si se enteran que sus mujeres y madres, tienen un "romance" por Internet, es necesario hacerle ver a las mujeres, que tales romances son sólo un engaño para provocarles la muerte.

Pues eso es todo, me preocupa la salud y la vida de las personas y la salud y la vida de la fe católica, espero servir de ayuda, no es mi intención alarmar, sino prevenir.

Muchas gracias por prestarme su atención y mantengamos, en el nombre de Dios, la serenidad y la paz.

Que Dios nos bendiga. Amén.
18/08/08 5:49 AM
  
Serenidad
Sólo un breve comentario más. Por supuesto que, el hombre católico, también está expuesto a la misma situación y si la mujer, lo descubre, el resultado puede ser el mismo, la discusión entre la pareja y la mujer, suele ser quien se lleva la peor parte y, por supuesto, sin merecerlo.

Creo que, tenemos que, re-educar nuestra moral, porque ahora, las tentaciones, las tenemos dentro de casa.
18/08/08 7:00 AM
  
Serenidad
Otra cosa que me preocupa es, si en un Estado laico, las autoridades y los jueces, actuarán de forma imparcial o se dejerán llevar por su laicismo y, en algunos casos, por su rabia hacia el catolicismo y/o personas creyentes. Me pregunto si, realmente, la Constitución Española GARANTIZA la libertad de optar por una creencia religiosa. Hay mucho odio hacia el catolicismo y las autoridades y los jueces, son personas, así que, me pregunto, si un laico, le dará el mismo trato a un creyente que a uno, que no lo sea. No todos aplican la ética y/o moral, porque muchos, carecen de ella.
18/08/08 4:51 PM
  
Serenidad
Me entristece, profundamente que, a causa de algunos miembros de la Iglesia Católica, que, han tenido la desgracia de cometer actos reprobables y atroces, nos juzgue la sociedad a todos los católicos, como personas indeseables. No me importa, en absoluto, lo que la Iglesia Católica hizo hace 500 años, pero sí me preocupa que, en la actualidad, esté sufriendo la mujer católica, a causa de las pasiones irrefrenables del hombre, no importándole, ni siquiera el respeto mínimo hacia los menores, lamento, profundamente, no sentirme parte de la iglesia en ese aspecto, no puedo obedecer a quien no tiene moral, no puedo estar bajo la tutela espiritual de personas en las que no confío, seguiré mi camino de la mano de Dios, como lo he hecho siempre, defenderé lo justo y bueno de la Iglesia Católica, pero hay cosas que no se pueden admitir, bajo ningún concepto. Los niños son los ángeles del mundo, son la alegría de la vida, son los que nos enseñan a ser adultos, no podemos destrozarles la vida, porque nos destrozamos a nosotros mismos.

Se que, tampoco es justo medir con el mismo rasero a todos los Ministros de la Iglesia, pero, a la mente humana, le cuesta trabajo asimilar ciertas cosas, es complicado para una madre, superar ciertos comportamientos que, afectan a las personas más débiles y que son las que más cuidados requieren. El hombre, al ser hombre, no ha desarrollado el instinto maternal y no llega a discernir ni a comprender, lo importante que es un hijo, tengo la impresión de que, el hombre, no sabe valorar, en todo lo que vale, la vida y la salud física, mental, emocional y espiritual, de un pequeño ser humano. Hay cosas que se pueden pasar por alto, pero, no es justo que la mujer y el niño, tengan que sufrir las consecuencias de los actos de hombres irresponsables, en cualquier ámbito de la sociedad.
19/08/08 7:58 AM
  
Serenidad
Ahora no matan a sacerdotes y a religiosas, pero, están matando a la columna que sostiene a la familia y están sembrando desasosiego en la sociedad.

Es tal, la persecución que existe contra la Iglesia Católica, que están atacando el núcleo, la madre, la familia, los propios padres deshonran, violan, vejan y humillan a lo más sagrado y bueno de la tierra, esos hombres no pueden ser católicos, me niego a creerlo, de hecho, pienso que en la Iglesia Católica hay espías infiltrados que la están atacando desde dentro, no quiero engañarme a mí misma, se que todos somos humanos y cometemos errores, pero, es tal, el odio con el que se expresan algunas personas, la ambición desmedida y la sed insaciable por pretender demostrar la inexistencia de Dios, que cualquier acto terrible que sucede, se empeñan en decir que si Dios hubiese estado ahí, nada de eso hubiese sucedido. El problema está en que, muchos de estos actos son preconcebidos y llevados a cabo, con premeditación, alevosía y ventaja, por eso pienso que, cabría la posibilidad de que, algunos de esos individuos, pudieren ser, infiltrados en la Iglesia, tampoco pretendo justificar nada, porque, de cualquier forma, el daño ya está hecho.

La imagen que se tenía del padre bueno y responsable de sus hijos, ha sido rota por los pederastas, la imagen de la mujer, pilar de la familia y de la sociedad, está pretendiendo ser destruida por la muerte y los hijos quedan a la deriva, en un mundo vacío, la madre muerta y el padre en la cárcel, la sociedad los mira como bichos raros, desde el colegio, sus compañeros, su propia familia, así que, hay un descontrol que, creo que, los únicos capaces de enderezarlo, somos los católicos, apiñándonos en una verdadera familia, porque creo que, precisamente, es la desconfianza entre nosotros mismos, lo que pretenden conseguir, los detractores, porque así, conseguirían su objetivo, disgregar a la iglesia, no es tiempo de tirar cada uno por un lado, sino de mantener la unidad, a pesar de todo y de todos. No debemos flaquear, tiene usted razón en lo que dice en su artículo, Monseñor Sebastián, hay que pasar esta tormenta con la fe puesta en Dios.

Al hombre se le ha dicho: “Cuando pases por aguas profundas, YO estaré contigo”, “No caerá sobre ti ninguna prueba que no puedas soportar; pues Dios no permitirá que seas probado sin ninguna puerta de escape”. Estas son las garantías de Dios y SU palabra se cumple, porque ÉL la ha dicho. Y así es.

(Y por favor, discúlpeme usted por ocupar tanto espacio de su blog privado, con mis preocupaciones e inquietudes por la salud de la Iglesia y sobre todo, por la vida y la salud de la mujer y de la familia católica)

Bendiciones de Dios.


19/08/08 10:01 AM
  
Mons. Sebastián
Serenidad, trato de responder a tus preocupaciones, pero queda todo un poco difuso. Vamos a ver. Ante todo, los católicos españoles tenemos que acostumbrarnos a vivir en un mundo variado, roto, con contradicciones y con presiones y malentendidos. Así fue la experiencia de Jesús y de los primeros cristianos, ysigue siendo la de la mayoría de los cristianos en el mundo, y así tgnemos que vivir ahora también nosotros. No es nada excepcional. Vivimos en un mundo donde actúa el poder del mal, y los discípulos no podemos pretender que nos acepten mejor que al Maestro. En ese contexto hay que vivir en paz, colaborando con la vida y con las obras para que el esplendor de la persona y de la doctrina de Jesús llegue a todas las personas de buena voluntad, los que buscan la verdad, los que se alegran cuando escuchan el evangelio de la salvación, y los que no quieran creer, ellos darán cuenta a Dios. Cada uno es responsable de su vida y de su alma. Y segundo, tenemos que ser humildes, la Iglesia la formamos hombres y mujeres frágiles, pecadores, si hay un sacramento del perdón es porque somos pecadores. Lo debemos lamentar, remediar, evitar en lo que podamos, pero no nos debe escandalizar ni sorprender ni desanimar. La santidad de la Iglesia está siempre viva en el Señor, en el Espíritu, en la Palabra, en los sacramentos, en los discípulos buenos que siguen las enseñanzas de Jesús, y eso es más fuerte que todos los pecados que podamos cometer. Lo repito siempre, quien quiere creer tiene que apoyarse en Jesucristo y no en la santidad del parroco o de la señora de la esquina. Los buenos ejemplos de los demás nos ayudan, pero nunca son decisivos. Si encontramos personas buenas que nos ayudan, mejor, pero si no las encontramos, el Señor siempre está a nuestro lado y El es suficiente, siempre es digno de gratitud y de fe. Ese es el corazón de la Iglesia que nos vivifica y nos llena de gozo en cualquier circunstancia. Por otra parte, los gestos y las palabras del Papa, tan valientes y sinceras, ante los hechos tristisimos de la pederastia ha hecho renacer la confianza en la Iglesia en muchas personas. No olvidemos nunca que la Iglesia comienza en Jesucristo y se sostiene en su presencia, y con Jesús, la Virgen María, los Apostoles, los mártires y santos, todos movidos por el Espíritu de Dios, y con ellos todos los demás, los que somos más pobretes y mas necesitados de compasión. No hay nada igual en el mundo. A muchos les irrita tener que reconocerlo. Que le vamos a hacer.
Muchos saludos.
19/08/08 12:04 PM
  
Serenidad
Mons. Sebastián:

Ante todo, gracias, por su respuesta y sus palabras de aliento.

He de comentarle que, aunque he nacido en España, no he sido criada en este país, desde muy pequeña tuve que, emigrar, con mi padre y hermanos (por la muerte accidental de mi madre) y he vuelto, a España, después de vivir 36 años fuera de aquí, motivo por el cual, me es un tanto complicado, "adaptarme" a la forma de pensar de los españoles, puesto que, se puede decir, que, "perdí" el contacto, relativamente, con los cambios que ha habido en la sociedad española, desde la instauración de la democracia y de todos los movimientos, políticos y sociales, acaecidos, durante todos esos años, así que, me es un tanto complicado, comprender el pensamiento y comportamiento, de personas, con las que, no he convivido y, por ende, tengo una forma diferente, de ver las cosas y no puedo meterme en la piel de los españoles que, han vivido, etapas terribles, en su vida, pero puedo imaginarlo, aunque nunca será lo mismo y quizás, sea yo, la menos indicada, para dar una opinión, sobre la que no he tenido la experiencia de vivir y de la cual, tengo sólo un atisbo.

Intentaré no interferir en lo que no entiendo y me limitaré a observar y a aprender de los demás, con el fin de llegar a la comprensión del ambiente que me rodea.

De nuevo, muchas gracias por sus palabras, Monseñor Sebastián.

Bendiciones de Dios para usted y para todos.



20/08/08 12:42 AM
  
Serenidad
Un comentario un poco en (off-topic, si desea puede borrarlo)

Recuerdo que, después de 4 ó 5 años de mi estancia aquí en España, me sentía un poco confusa, ante el comportamiento y el trato recibido, por personas de mi entorno y, ante mi extrañeza, de serme tan complicado adaptarme a la convivencia decidí consultar a un psicólogo, porque ya me estaba preocupando, realmente, al no "encajar" en esta sociedad y, me dió mucha risa, cuando el psicólogo, me soltó una frase expontánea y que le agradeceré toda la vida, porque, me "devolvió" la sonrísa.

Me dijo, "no se preocupe, lo que pasa es que usted tiene la cabeza muy bien amueblada y es lógico que no se adapte a esta sociedad".

Yo pienso que, los españoles al vivir en un ambiente tan tenso, durante tantos años, rodeados de peligros, de incertidumbre, de desconfianza entre unos y otros, sabiendo las traiciones de los propios hermanos y familiares durante la Guerra Civil y el distanciamiento que existe por su tierra, su comunidad, su lengua, sus costumbres, sus estatutos y sus continuas discusiones por la independencia de sus territorios, que a mi me parece que no volví a España, sino que estoy en La Torre de Babel, así que, ando un poco "perdida" (jajaja)

Saludos.
20/08/08 9:25 AM
  
Camino
Serenidad, no había leído estos comentarios tuyos, aunque sigo lo que escribe Mons.Sebastián. Me alegro mucho de que pertenezcas al club de los que andamos "medio perdidos". En el fondo, en la Salve le decimos a la Virgen María que nos ayude "en este valle de lágrimas" y al final "muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre". Esa es la realidad. Lo que es bueno es que para "situarnos" no nos acomodemos a lo que parece ser "normal" en esta sociedad torre de babel, sino en la verdadera sociedad, que es la de los hijos de Dios, la de la Iglesia formada por los vivos y los difuntos, Cristo a la cabeza y nosotros por aquí santificándonos y ayudando a los hermanos a conocer y amar a Dios...
No dejes de leer por aquí y comentar lo que te parezca. Aunque nos llevemos algún que otro varapalo, merece la pena, con una sonrisa se aguanta bien. Un abrazo
22/08/08 8:53 AM
  
Serenidad
Pues, vaya que, he elegido este nick sobre todo para recordar, cada vez que lo leo, que debo mantener la serenidad y de paso, si a las demás personas les sirve, siempre es bueno recordarlo, que hay que intentar mantener, ante todo, la serenidad.
Gracias, Camino, por tus palabras, me gusta también, tu nombre, es muy significativo, encontrar el camino correcto.

Pues hoy me trae hasta aquí, el triste y lamentable accidente aéreo y nuevamente, tengo que, afianzarme a la serenidad, a pesar del dolor que me causa este terrible acontecimiento, como nos pasa a todos, indudablemente, creyentes y no creyentes, católicos y no católicos, pero, a veces, como en este caso, hay que añadir, a lo triste y desagradable, de por sí, de este terrible dolor, sobre todo y, ante todo, para las personas que lo están viviendo en carne propia, la desagradable "obsesión" de algunas personas, por no tolerar que se ofrezca una misa, in memoriam, por parte de la Iglesia Católica.

En fin, aquí nos toca hacer acopio de virtudes y tener paciencia y tolerancia con los "intolerantes", que no saben apreciar, en lo que vale, que una religión, sea la que fuere, tenga la deferencia de elevar una plegaria por todas las almas que han abandonado el cuerpo, sin hacer distinción de ninguna clase, pero hay algunos que, lejos de verlo, como un acto de buena voluntad, lo interpretan como una ofensa. Es complicado entender al ser humano.

¿Qué más dará que un musulmán, eleve una oración por un católico, llegado un momento en el que, la oración es escuchada por Dios, sin importar religión y/o creencias? ¿Qué daño puede hacer una oración, venga de dónde venga?

No se porqué hay tanta discrepancia por un acto religioso, que, al fin y al cabo, se supone que es religioso y que no debería intervenir el Estado, sino la decisión de las familias, de acuerdo a sus creencias y convicciones, respetando cada cual su forma de pensar y oficiando, en todo caso, la ceremonia o rito, correspondiente, a cada religión y/o secta a la que pertenezcan los familiares.

Lo que está claro es que, la Iglesia Católica no va a dejar de ofrecer sus condolencias, por igual, a todas las familias y oficiar una misa, in memoriam, por todos los fallecidos. Nadie puede prohibir a la Iglesia Católica rezar por creyentes y no creyentes, ni tampoco va a dejar de ofrecer sus servicios religiosos, a quienes se lo requieren, porque otras religiones y/o sectas se sientan "ofendidas", vamos que, me parece un poco absurda esa postura, como la de las personas que se quejan, porque la religión católica, sea mayoritaria, aquí en España y, en todo caso, sea la que destaque por encima de las demás.

A mi tampoco me gusta la política, en ninguna de sus "modalidades", pero he de aguantarme, por lo que decidieron varios millones de ciudadanos, por mi. Qué remedio, si ganó por mayoría, pues no me queda más remedio que aguantar, aunque no me guste, en absoluto, ese tipo de "religión", también tengo que soportar sus "oraciones", aunque me disgusten.

Saludos y bendiciones para todos.
24/08/08 2:18 AM
  
Serenidad
Sabe usted, Mons Sebastián, estaba repasando su artículo, nuevamente y estaba pensando que, este movimiento laicista, no va a llegar muy lejos, porque, los socialistas saben muy bien que, si este partido político llegó al gobierno, ha sido, gracias a la gran cantidad de millones de votos de ciudadanos católicos y si se mantienen en su idea de "progres" y continúan "castigando" al catolicismo, perderán el poder. Así de simple.

Me hace mucha gracia que insistan en la separación de Iglesia/Estado y no se dan cuenta de que, están tirando piedras sobre su propio tejado, porque si los católicos hacemos efectiva esa separación en la vida pública, como ellos pretenden, nos negarían nuestro derecho a votar, puesto que, al ser católicos, NO les daríamos nuestro voto, porque eso es un ejercicio público y como nos quieren católicos sólo en la intimidad de nuestros hogares, pues que se vayan despidiendo de nuestro voto.

Por cierto, creo que hay que quitarle las alas a los aviones, porque estos "progres" no quieren ver Crucifijos y yo veo muchas cruces, volando por el cielo, otra cosa que habrá que hacer es pedir la desaparición de las letras "T" y "X" y a ver como se las apañan para que las ciudades no tengan cruces de avenidas y para que la geometría desaparezca del Planeta Tierra. (jajajaja) Yo es que, me parto, con las peticiones de los "progres", quieren su laicismo, o sea vida light, bajo su régimen "progre", me hace mucha gracia ver, cómo por inconscientes, pueden quedarse, muy light, o sea, sin voto (jajajajaja)

En fin, (también soy medio "diablilla"), es que aquí, la hacen una espabilar, porque hay mucho espabilao y, a veces, el alumno, supera al que se cree, maestro.

(ya me estoy metiendo en política y eso que no me gusta, jajaja)

Feliz día del Señor
Bendiciones.
24/08/08 8:46 AM
  
Serenidad
Camino:
"Aunque nos llevemos algún que otro varapalo, merece la pena, con una sonrisa se aguanta bien. Un abrazo"

Yo, lo que me llevo, más que varapalos, son unas cuantas "cornadas", porque me lanzo al "ruedo" sin capote y sin espada.

Es que, sólo a mí, se me ocurre meterme en cosas de las que no me entero, el caso es que, en España, hay como unos 30 millones de partidos políticos (los otros 15, son niños e inmigrantes, más o menos, es un cálculo imaginario). Luego, esos 30 millones se dividen en dos, el partido de hombres y el de mujeres, después se subdividen en católicos y otros y, francamente, estoy hecha un verdadero lío, porque, entre los católicos hay socialistas, populares, republicanos, ecologistas y no se cuantos más.

Luego, si los católicos socialistas no quieren a los católicos populares y viceversa, los católicos ecologistas no quieren a los del otro bando, bueno, el caso es que no me entero de nada, por lo menos los que habéis vivido aquí, más o menos os conocéis y sabéis de lo que habláis, pero yo me lo paso como en un partido de tenis, con la cabeza pa' acá y pa' llá, viendo como "juegan" el partido los 30 millones de políticos españoles, porque, vamos, aquí todos, parece que saben mucho y yo, como no me entero de nada, porque me parece que, todos hablan en chino, pues el único "idioma" que más o menos entiendo es la "lengua católica", pero claro, casi la entiendo a señas, porque, los católicos aquí son muy políticos y yo de política, estoy en Babia y luego, si los políticos católicos discuten con los políticos no católicos, pues ya, me pierdo, por completo y, a veces, como ahora, pues me "lanzo al ruedo" y doy alguna opinión, pero, como he dicho antes, sin capote y sin espada, así que va a ser mejor que, me meta tras las tablas y seguir viendo los "toros" desde la barrera, porque a este paso y por "saltarme las trancas", creo que me voy a pegar un "hocicazo" en to'l morro, que, como el caballo blanco (no el de Santiago, sino el del corrido aquel), voy a acabar con el "hocico" sangrando. (jajaja)

De todas formas, por ahí ando, por la red, haciendo mis "faenillas" de vez en cuando, tratando de "ubicar" a los "desubicados", porque (cachis la mar), la Guerra Civil, me los dejó muy "destartalados" del cerebro, no hay forma de sacarlos de ese "agujero negro" de la historia de España y por si fuera poco, ahora se están metiendo en el "agujero blanco" de la cocaína y están desorbitados, esto sí que es grave, porque, se da en todos los niveles de la sociedad y, francamente, es muy preocupante, porque no sabemos, realmente, en manos de quien está la sociedad española, ni en qué condiciones se encuentren los miembros y "miembras" del gobierno de la Nación Española.

Yo estoy haciendo una campaña, por lo alto y por lo bajo, para que, el control antidoping, sea obligatorio en todos los sectores de la sociedad, porque no podemos permitirnos el "lujo" de estar en manos de médicos, gobernantes, profesores, cuerpos y fuerzas de seguridad, pilotos de aviación, "artistas", conductores de TV y etcétera, etcétera, siendo el primer país del mundo, consumidor de cocaína, añadido el vino y el alcohol, por supuesto.

Lo que está desgobernando este país, es la droga y el alcohol a todos los niveles y, al parecer, ese es el "progreso" que hay en este país, ese es el régimen que le llaman "progre", ese el gobierno de ¡¡viva la Pepa!! que están al frente de este país y si no se pone un remedio contundente a esta situación, España acabará, en manos del narcotráfico y los españoles, cada día, estarán más desesperados por conseguir dinero, para comprar sustancias químicas, que, además, acabarán con su cerebro y su salud.

No es el laicismo lo que se quiere imponer en España, sino, algo mucho más grave y eso es por la deshinibición causada por las drogas y el alcohol, que hace perder a la gente la más mínima moral y ética.

Un abrazo.
25/08/08 8:06 AM
  
Serenidad
Dicen, las malas lenguas, que la Madre Teresa de Calcuta, recibía ayudas económicas provenientes del narcotráfico. No me sorprende, ni me escandaliza, ya vemos como muchas ONG'S están camufladas bajo esas siglas y utilizan esa pantalla para organizar el terrorismo.
No me sorprendería, tampoco que, la Iglesia Católica, recibiese dinero proveniente del narcotráfico, aunque, seguramente, en muchos casos, ni siquiera, pudiere imaginarlo. (y en algunos casos, a pesar de saberlo, lo admita.)

El oro negro (petróleo), se acaba, pero el oro blanco (cocaína), es una mina sin explotar. Ahora, todo ese movimiento, se hace por "abajo del agua", aunque es sabido por todos y, también, callado, por todos. Pero sabemos que está ahí y una vez que el narcotráfico se apodere de los cerebros, se apoderará de las naciones.

Los más débiles, caerán en sus garras y por desgracia, España, ya está en la mira, tratan de alborotar todo lo que pueden, para mantener a la sociedad distraída en otras cosas, mientras, ellos, por lo "bajo", van ganando territorio, así que, a ver si ¡¡¡ESPABILAMOS!!! o nos quedamos sin España.

Dejaos de tanta discusión inútil por la Guerra Civil, y ¡¡CENTRAOS!! en la actualidad. Se está gestando una silenciosa guerra, que acabará, por convertir a los españoles, en zombies obedientes a los amos de la droga. Aquí nos la jugamos TODOS, sin importar raza, credo, sexo, ideología política, etc., la cocaína y las sustancias químicas nocivas para la salud física y mental del ser humano, son ¡¡ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA!! y España es el ¡¡PRIMER CONSUMIDOR!! a nivel mundial.

Esto no es un juego, señores, es una amenazante realidad. Por nuestras manos pasan todos los dias, sin que nos demos cuenta, billetes impregnados de cocaína, la estamos "esnifando", prácticamente, TODOS, hasta los niños más pequeños.

Me pregunto si esos contaminantes son los que están haciendo desaparecer a las abejas y a otras especies animales, así como, grandes extensiones de tierra, a nivel mundial, para el cultivo de drogas, que están impidiendo, el cultivo de alimento que es, el único bien que requiere el ser humano para vivir, junto con el agua.

El hecho de que, España, sea el primer país consumidor de cocaína, a nivel mundial, significa que el español es un ser débil, que, puede ser manipulado con mucha facilidad por un simple polvo blanco.

Saludos.
26/08/08 12:22 AM
  
Serenidad
El movimiento que se está gestando en contra de la Iglesia Católica, está promovido, indudablemente, por gente sin escrúpulos. ¿A quién puede interesar la desaparición de una religión que imparte moral y rectitud, en todos los ámbitos de la vida?

¿Quién le estorba, al narcotráfico? Quizás los políticos sean frágiles y fácil de convencer, cuando hay mucho dinero de por medio, pero dudo mucho que, a la Iglesia Católica le haga falta dinero proveniente del narcotráfico, porque, entre otras cosas y, a pesar de los pesares, mantiene la DIGNIDAD y no creo que fuese tan fácil de convecer, aunque algunos de sus miembros, pudieren serlo, porque, unas veces, por apremiante necesidad y otras, por ambición y avaricia, pudieren verse "obligados" a involucrarse en estos "trapicheos".

Pues yo creo que, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana nos regala a Dios, nos ofrece una esperanza de salvación eterna y YO CREO EN EL MENSAJE, pero el narcotraficante vende otro "dios", por el que se enriquece, pero, lejos de ofrecer una esperanza, ofrece los medios idóneos para la destrucción de la vida humana.

Asi que, ¿quién puede estar más interesado en la destrucción de la Iglesia, más que, el destructor de la vida?

Por ahí vienen los tiros y, por desgracia, los "disparan", desde todos los sectores de la población mundial, sean políticos, sean científicos, sean escritores, sean artistas, sean presentadores de TV, sean periodistas, sean policías, jueces, funcionarios, etc., etc.

¿Quién NO es consumidor de cocaína y alcohol?

¡¡¡CONTROL ANTIDOPING URGENTE!!! a todos los niveles.

O ¿es que acaso vamos a seguir siendo permisivos con todo?
26/08/08 1:22 AM
  
Serenidad
Mi nombre de pila es, Luz y por medio de mi fe en Dios, pongo mi esperanza en manos de la Iglesia Católica, a quien considero, la única capaz, de acabar con esta corrupción que amenaza a España y al mundo entero.

Desde este blog, de Monseñor Sebastián, con el respeto que me merece y, a quien agradezco, profundamente, permitirme expresar mis inquietudes, hago un llamamiento a todos los católicos del mundo, para trabajar, unidos y poner en práctica las enseñanzas de nuestra Santa Madre Iglesia.

Hago un llamamiento, también, a todas las personas que, no son creyentes en una religión, ni en Dios, pero que, son creyentes en sí mismas y en la bondad hacia otras personas y hacia sí mismas.

A los políticos, tanto católicos, como de otras religiones, creencias y convicciones, les pido su apoyo, para salvar a España.

A los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Español, les pido que, dejen a un lado, sus creencias religiosas y que, cumplan con su deber, como ciudadanos responsables de la salud pública y que denuncien, sin escrúpulos de ninguna especie, a quienes dentro de esas Instituciones, sean consumidores y/o traficantes de "armas de destrucción masiva" (sustancias químicas, nocivas para la salud), es un DEBER con el Estado Español para el que trabajan y del que cobran su salario.

Todos los ciudadanos españoles, tenemos la OBLIGACIÓN, de DEFENDER, a nuestro país.

Monseñor Sebastián, desde su "micrófono", por favor, llame usted a todos los españoles a unirse, en DEFENSA de nuestra Tierra, tanto la española, como la planetaria, no son tiempos de división, no son tiempos de desunión, son tiempos de salvar a nuestra Tierra entera, las ideologías políticas, tendrán que pasar a segundo término, la prioridad es, la salud.
27/08/08 2:49 AM
  
Mons. Sebastián
Serenidad, muy bien tus comentarios, pero tendrás que medirte un poco porque no hay manera de responder a tantas cosas, ni de seguir tantas pistas. Me quedo con ese deseo de clarificación, de coherencia, de unidad y clarificacion de los católicos. Y con esa llamada contra las drogas, la inhibición, el permisivismo y la cobardía del "todo vale" o del "qué más da" Necesitamos una Iglesia y unos católicos más claros, más fuertes, más decididos y más confesantes, en la vida familiar, profesional, cultural, política. Una sociedad más clarificada en su conjunto.
La prioridad es la salud? tengo que pensarlo. Y donde dejamos la honradez? Saludos.
28/08/08 12:10 AM
  
Serenidad
Uy! Mons. Sebastián, ya me pilló usted. (jajaja) Bueno, pues tiene usted toda la razón del mundo, es que cojo carrerilla y no hay quien me detenga, por eso decía yo que, me iba a pegar un "hocicazo" en to'l morro, por "saltarme las trancas", porque, en algún foro, sí que se quejan de que escribo mucho y de que "monopolizo" los temas, así que ya se dará cuenta usted, por qué de algunos sites virtuales me echan a "patadas". (jajaja)

En cuanto al comentario sobre la prioridad en la salud, lo he hecho pensando en el más amplio sentido de la palabra, aunque no lo expresé, pero, me refiero, tanto a la salud física, como mental, moral y espiritual del ser humano que, al ritmo que se vive en estos tiempos, pareciera que nos olvidamos del concepto, salud y del significado que debe tener, en su conjunto.

Una persona sana, no requiere de ningún estimulante externo, porque la alegría y el bienestar le proviene de dentro de sí misma y, además, es una fuente inagotable, porque, la energía que proporciona la fe en Dios y el sentirse parte de Él, por medio del mensaje vivo de Jesús y transmitido por la Iglesia Católica, es, infinito.

(por eso no callo, porque como soy una de las secretarias de Dios, pues Él me dicta y yo escribo y no puedo decirle a Dios que se calle, porque igual me manda al paro) jajaja (bromas aparte, Mons. Sebastián, es que yo me llevo muy bien con el JEFE de JEFES).

Bendiciones.
28/08/08 2:49 AM
  
Conchi
Serenidad poca,nos estás describiendo el fin del mundo.Bueno,el mundo está formado por millones y millones de seres humanos.No hay que alarmarse tanto.Los Católicos somos una pequeña parte de este mundo y aquí estamos unidos a toda la Cristiandad de la tierra y A TODOS los hombres de buena voluntad.Solo la " bomba atómica ",
podría hoy, acabar con todo ser vivo. Tengamos la gran esperanza y recemos para que esto no ocurra otra vez."NO TEMAIS YO HE VENCIDO AL MUNDO".¿Te suena... ?.Menos ja ja ja y más seriedad.PAZ
01/09/08 4:35 PM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.