Jesucristo, Salvador universal (y 2)
Unidad y pluralidad
La tendencia a reconocer el pluralismo religioso como un valor por sí mismo, tiene su raíz en el relativismo y en el subjetivismo. Se piensa que Jesús no pudo decir ni hacer todo lo que la humanidad necesita oír y recibir, por eso hay que conceder a las demás religiones el valor y la categoría de realidades complementarias, que aportan algo nuevo sobre el cristianismo, y que pueden incluso resultar más aptas que el cristianismo para llevar la salvación a determinadas personas o en determinadas culturas, según los lugares y los momentos.
Esta afirmación, que parece tan respetuosa y tan comedida, no puede ser aceptada porque no es compatible con la afirmación fundamental de la encarnación del Verbo de Dios y el carácter divino de Jesucristo. En nuestra visión de las cosas, el valor universal del ser humano de Jesucristo no atenta contra la valoración real y justa de las demás realidades humanas (religiones, filosofía, técnica), sino que es de Cristo y por influencia real de Cristo de quien reciben el valor salvífico que puedan tener. Sólo la obra de Jesucristo introduce en nuestra historia una verdad absoluta, universal y última, que ilumina y santifica todo el ser de la humanidad, llegando a ser causa de verdad y de vida para todos los que vivan en comunión con El.
Por la fe, el cristiano se adhiere a Jesucristo, lo adora como Dios, y en comunión viva con El alcanza la posibilidad de conocer y adorar desde este mundo a la Trinidad de Dios, recibiendo con El el don del Espíritu, que perdona los pecados, nos hace ser hijos en el Hijo y vivir como hijos en la verdad y en el amor, creando en torno nuestro un mundo nuevo, diferente, que es ya inicio y signo del Reino de Dios.
La renovación, el “aggiornamento” del evangelio no consiste en añadir consideraciones, ni en retocar lo que parece excesivamente fuerte para la mentalidad contemporánea. La verdadera renovación consiste en buscar dentro de la propia tradición, en los orígenes apostólicos y cristianos de nuestra tradición, las verdaderas respuestas a las nuevas cuestiones aparecidas en nuestro mundo. No tenemos que salir fuera del mundo cristiano para encontrar la respuesta verdadera a las nuevas demandas que surgen continuamente en el corazón del hombre ante las nuevas situaciones creadas por él mismo, ante las nuevas posibilidades de existencia que él ha ido descubriendo y haciendo posibles. Los avances científicos y tecnológicos, la globalización, las
nuevas situaciones y los nuevos problemas de nuestro mundo nos remiten al tesoro inagotable de la humanidad de Jesús, prendida a nosotros por el testimonio de los Apóstoles y la memoria fiel de la Iglesia, para encontrar la manera cristiana de vivir en la verdad y en el amor estos nuevos repliegues de humanidad que se manifiestan ante nosotros.
Después de esta inmersión en el tesoro permanente de la Iglesia que es presencia de Cristo en su tradición viva y en su memorial fiel, podremos fácilmente encontrar las palabras más adecuadas para decir de la manera más simple y directa posible la permanente verdad del evangelio en su sencillez original. La fuerza de nuestro anuncio viene siempre de la raíz original que es la mente de Cristo, no de lo que nosotros podamos añadirle.
Las religiones y otras ofertas posibles
¿Qué ocurre con los muchos cristianos que han desertado de la Iglesia y del cristianismo, con los que nunca han sido miembros de la Iglesia católica ni han oído hablar de Cristo?
La solución está ya formulada con suficiente claridad en el Concilio Vaticano II. Toda persona que sigue fielmente su conciencia recta es ayudada por la gracia de Dios para llegar al conocimiento de la verdad, o por lo menos para que esté en condiciones de aceptarla cuando se le manifieste. Ateos, musulmanes, teósofos, si siguen fielmente los mandatos de su conciencia expresados en una doctrina que ellos consideran verdadera, o manifestados en su conciencia mientras buscan sinceramente el conocimiento de la verdad y el cumplimiento del bien, están en el camino de Cristo y de su Iglesia. La verdad conocida y el bien que ellos practican vienen de Cristo y no sólo del Verbo eterno, y están en relación con la palabra anunciada y los sacramentos celebrados por la Iglesia. Toda la acción salvadora de Dios sobre la humanidad está centrada en Cristo y está referida a su humanidad santísima, de El nos viene toda gracia y en El encuentran su plenitud todos los bienes de salvación que recibimos de Dios. Quien busca la verdad encuentra a Cristo. Esto que es cierto en todas las situaciones posibles, es más cierto y más fácil de entender en nuestros mundos, en los que la palabra de Cristo es mucho más accesible para quien la quiere buscar son sencillez y humildad.
Más difícil es, aunque no imposible, reconocer estos elementos de salvación en quienes apostataron de la fe cristiana, suficientemente conocida y vivida, y en quienes desertaron de la Iglesia después de haber pertenecido a ella, a no ser que hayan recibido escándalos tan fuertes que les hayan hecho perder de buena fe su confianza en el testimonio de la Iglesia y en la mediación de Jesucristo. Con razón, hay muchos autores que afirman que un cristiano no puede perder la fe inculpablemente. Nuestra fe se funda en el testimonio de Jesucristo y Jesucristo no defrauda a quien pone su confianza en El. Con frecuencia los argumentos de quienes se apartan de la fe, se quedan en anécdotas externas, verdaderas o falsas, de la vida de los cristianos, de los sacerdotes, de los Obispos, repetidas y adornadas por los medios de comunicación que militan a favor del laicismo. Tanto es así, que yo me atrevo a pensar que, más que el escándalo de los cristianos, cuya influencia no se puede negar, es la influencia de algunos medios de comunicación y especialmente la influencia de la cultura envolvente, cargada de subjetivismo y de relativismo lo que está en el origen de la multiplicación de las deserciones y apostasías y de la extensión de la increencia en nuestra sociedad.
No podemos entrar a juzgar la conciencia de nadie, que es únicamente patente ante Dios. Pero si podemos enunciar unos cuantos principios objetivos.
- Los que creen en Jesús y viven de acuerdo con su doctrina reciben la salvación de Dios.
- Los que siguen fielmente su recta conciencia sin conocer a Cristo ni a su Iglesia, están en el camino de Cristo y se salvan por el poder de su Nombre.
- Quienes en contra de una conciencia recta, no aceptan a Cristo, una vez conocido, o se apartan de culpablemente de El y de su Iglesia, si no se arrepienten de su pecado, no alcanzarán los bienes de la salvación.
- Toda la verdad acumulada por el hombre a lo largo de la historia y todo el patrimonio moral enunciado y vivido por los hombres justos, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, están en Cristo, son sustentados por El y alcanzarán su plenitud en El y por El en el momento previsto por Dios.
Jesucristo salvador del mundo
Viviendo en un mundo tan variado y fragmentado como el nuestro, es inevitable que los cristianos nos preguntemos ¿cómo podemos y debemos situarnos en nuestro mundo de acuerdo con estos principios?
Podemos pensar que el Espíritu Santo guía los esfuerzos de los hombres de buena voluntad que buscan salvación por el camino de la verdad y del bien. Todas estas adquisiciones de los hombres, asistidos por la gracia de Dios, a lo largo de la historia de los pueblos, así como en las diferentes culturas y religiones, tienen un valor de preparación evangélica, análogo al Antiguo Testamento y muchas veces relacionado con él. Por lo tanto podemos decir que el Espíritu Santo actúa y promueve ya los bienes de la salvación cristiana en los no cristianos , también mediante aquellos elementos de verdad y bondad presentes en las distintas religiones, o en determinadas adquisiciones culturales, aunque no se las pueda considerar como verdaderos caminos de salvación, pues hay en ellas lagunas, deficiencias y errores acerca de verdades fundamentales sobre Dios y la verdad del hombre.
En el discernimiento cristiano de las realidades culturales, no podemos buscar demasiadas claridades. No hay más que un mundo, el mundo de Dios centrado en Cristo, redimido por El, encabezado por El, iluminado y santificado por el Espíritu Santo que mana de su corazón abierto con el que nos ama a todos. En estos momentos es imposible saber cómo sería un hipotético mundo sin Cristo. Quienes creen en El y quienes le rechazan, todos están influidos por El aunque no sea más que negativamente. Quien cierra los ojos para poder decir que no hay sol, no deja de estar bajo su influencia inevitable. Fuera de la pertenencia visible y plena a la Iglesia de Jesús, hay muchas riquezas cristianas, fragmentadas, heridas, deficientes, pero portadoras de muchos bienes que proceden de la santa humanidad de Jesucristo, de su muerte y de su resurrección. ¿Quién puede decir que valores tan importantes como el valor supremo de la persona, la igualdad entre varón y mujer y la igualdad de todos los hombres, la esperanza de un final positivo de la historia, aunque sea con la mezcla de inconsecuencias y de errores, quién puede decir que todas estas adquisiciones de la humanidad, que son el fundamento de nuestra civilización, no son, incluso históricamente, consecuencias beneficiosas del cristianismo?
Es obligación nuestra saludar con alegría todo lo bueno, aunque se esgrima contra nosotros, acogerlo, favorecerlo, iluminarlo y llevarlo a su plenitud con la verdad y el Espíritu de Cristo. Debemos cuidarnos de no caer en los defectos de una minoría sectarizada. Seamos pocos o mechos, los cristianos sabemos que nuestra fe nos descubre la verdad del mundo y de la vida humana que es válida para todos los hombres, que salva y recupera el verdadero ser del hombre, tal como Dios lo quiere y como todos los hombres y mujeres lo añoran en su corazón. Por eso no podemos encerrarnos en pequeños círculos de adeptos, por eso no podemos dejar de comunicarnos con todos, por eso estamos en condiciones de hablar con todos, intentando mostrarles en la persona y en la doctrina de Jesucristo, lo que ellos mismos necesitan para entender su vida y avanzar en el camino de la verdad y del bien.
En medio de las dificultades que padecemos ahora los católicos españoles, no podemos dudar del valor universal y perenne de los bienes de la redención de Jesucristo. Por eso no podemos aceptar quedar relegados en el muestrario del pluralismo, como una de las posibilidades existentes, equiparable y equivalente a todas las demás. Es decir, tan inútiles como todas las demás. Los cambios culturales y sociales no alteran la realidad profunda del hombre en la que se albergan sus enemigos y a la que llegan la palabra y la gracia de Cristo con su gran poder sanador y santificador. Es verdad que la experiencia de poder, la sobrecarga de estímulos y entretenimientos, pueden cerrar el camino de la Palabra hasta el corazón del hombre durante algún tiempo, pero si Dios quiere que todos los hombres se salven, todos tienen que tener momentos de sinceridad y de autenticidad en los que estén dispuestos para escuchar el anuncio de la salvación. Es obligación nuestra saber esperar esos momentos de gracia y tener a punto los instrumentos adecuados para que no pasen en balde.
En consecuencia, a nosotros nos toca ofrecer con humildad y claridad a nuestros hermanos la palabra y los medios de salvación, sin caer en esa falsa humildad que ha llevado a algunos a decir que evangelizar es humillar, que el anuncio del evangelio a los no cristianos es agresivo y perjudicial, pues supone que en su situación rectamente mantenida no tienen elementos de salvación y por otra parte podemos alterar irreparablemente su buena conciencia. Esta manera de pensar y de sentir, vuelve a ser un síntoma de relativismo y de subjetivismo, y tiene que ser rechazada pues niega el valor objetivo y la necesidad del evangelio y de la mediación de Jesucristo, abandona en su error a los hombres de buena voluntad y retrasa el anuncio del evangelio y el advenimiento del Reino de Dios.
En la plenitud y en el valor universal de Cristo Jesús, tiene la Iglesia el tesoro permanente que debe ofrecer a todos los hombres. De El le viene su capacidad de entablar relaciones de diálogo y de salvación con todos los hombres, con todos los pueblos y todas las culturas de la tierra. De El recibe su condición de signo y sacramento de unidad entre todos los hombres, unidad con Dios y entre todos los pueblos de la tierra, para caminar hay una humanidad pacificada y unida, acogida a la paternidad de Dios recreada por Cristo en la unidad del Espíritu Santo, en la verdad y en el amor que nos vienen de Dios.
Algo semejante a lo que llevamos dicho sobre Cristo se puede afirmar de la Iglesia, mediadora indispensable de su presencia y de su actuación salvadora en el mundo. La Iglesia, mediadora de Jesucristo, que subsiste en la Iglesia católica, es necesaria para la salvación de los hombres, del mismo modo que lo es la relación de fe y de amor con la santa humanidad del Verbo encarnado. Con ella están relacionados todos los elementos de salvación que actúan en el mundo y solo en ella y por ella, en el nombre de Cristo, encuentran su plenitud.
Comenzamos diciendo que no hay más que un mundo, el mundo habitado por la gracia de Dios e iluminado con la palabra de Cristo. Ahora podemos decir que en este mundo no hay más que un camino de salvación para todos los hombres que es Cristo, quien por mediación de su Iglesia, está presente en todos los tiempos de la historia y en todos los lugares de la tierra. Es hermoso pensar que el Espíritu de Dios, por medio de la santa humanidad de Cristo y gracias a la mediación de la Iglesia, llega a todos los rincones de la tierra. Nadie vive ni muere en el mundo sin recibir la visita del amor del Dios de la gracia y de la salvación. Como es también hermoso que en esta gran obra de salvación y consumación universal que Dios persigue incansablemente en su providencia de salvación, por medio de su Hijo, en el que ha querido reencabezar todas las cosas, encuentran su lugar y su complimiento las mejores aspiraciones de los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos, los pequeños o grandes atisbos de verdad que la humanidad va descubriendo en su larga peregrinación terrena, todas las obras buenas que en mil circunstancias diferentes nacen en los corazones de los hombres, hechos a semejanza del corazón grande y bondadoso de nuestro Dios.
+ Mons. Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela
Conferencia en el Curso “Jesús de Nazaret: entre la crítica histórica y la confesión cristiana”, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Santander, 1 de julio de 2008.
43 comentarios
Monseñor, saludos del de Japón, que le haré una confidencia el 23 de Julio de hace ya un año iniciamos esta misión de Dios, con la fuerza de una Eucaristía compartida con dos hermanos suyos(Antonio Bolivar y Federico Gutierrez) y el tio de mi mujer Antonio Tuvo el gesto misionero de encomendarnos la custodia de la preciosa reliquia ex-corde del gran misionero S. Antonio Maria Claret.
Sin duda El nos ayuda en esta Misión.
LA PAZ desde una familia misionera que se acoge al amor de tantos corazones amantes (Sagrado de Jesús, Dulce de María y Sánto de Clarét)
Saludos desde Madrid.
El laicismo está promovido por un grupo pequeño de gente "comodina", que lo único que le interesa es el capitalismo y le "estorba" la Iglesia Católica, que se caracteriza por sus enseñanzas de moral y rectitud, desde que el mundo es mundo, con sus "altas" y sus "bajas".
La imágen que debe prevalecer de Jesucristo, en mi opinión, es la imágen de Cristo resucitado. Creo que, a través de la historia del cristianismo, se ha permitido que se "comercie" con la crucifixión y muerte de Jesucristo y el emblema más utilizado ha sido la cruz, sin embargo, la imágen de la Resurrección, ha sido menos utilizada, no se por qué, si esa es la verdadera imágen que debemos de tener de Jesucristo. Jesús vivo y no representado en la cruz.
En cierto modo, ese símbolo, representa la muerte y no la vida, pero no se, por qué motivo la Iglesia Católica, desde tiempo inmemorial, ha permitido esa representación, que nos hace recordar Su sufrimiento, pasión y muerte, en lugar de "ofrecernos" la imágen viva del Ser que, resucitó.
Aunque, en realidad, no debería existir ninguna imágen, puesto que, a Jesús/Dios, no le conocemos y, aunque estamos hechos a Su imágen y semejanza, no deberíamos recordarlo en la cruz, sino en la gloria de Su resurrección.
Grácias a los que alaban a Dios a través de siervos tan inutiles como yo, incluso inpedimento a su obra, pero sin duda regenerado y fortalecido por la fuerza del resucitado, desde luego alguien muerto no tendría potencia para que 8 personas que formamos esta familia lo dejaramos todo, por predicar a Cristo Crucificado, y así nos lo mandó el propio Papa,...Predicad la Cruz de Cristo".
Arból de vida etérna.
Sin la resurreción de Cristo to esto es de tontos, pero no olvides que para resucitar primero hay que morir.
Y sin cruz no hay salvación, este es el misterio que salva al mundo.
Peligroso caer en "buenismos" y noñeces que tal vez sin mala intencion alejan de la realidad del combate diario de la FE.
Bueno solo es Dios, y el enemigo es más inteligete que cualquiera de nosotros y con laicismo y sin el, anda como león rugiente viendo a quie poder devorar.
Perdón por el tono pero la vida no es un un juego, y como tal es un combate a vida o muerte, pero animo dice Jesús que El ha vencido(RESUCITADO) y está con osotros hasta el fin del mundo.
Por este amor vale la pena dejar casa, madre,bienes...Rezad por la Iglésia en Japón.GRACIAS
¿El hombre, que profesa una falsa religión (toda aquella distinta de la católica), se salva por ésta o a pesar de ésta?
In Domino.
fernando, ese testimonio de San Pedro Miki es terminante. Desde siempre los mártires son los mejores testigos de la fe. La muerte aceptada da plena verdad a nuestros actos. En Jesús y en sus discípulos. El martirio consuma la verdad del bautismo, morir con Cristo y en Cristo, para vivir con Dios, para ser de Dios. Vivir en la fe de Cristo es preparar una muerte vivida como martirio, como entrega, como deseo de encontrarnos con El en la vida plena y verdadera, con Cristo resucitado, por los siglos de los siglos. Estas consideraciones dan realismo y verdad a la vida cristiana de cada día. Vivir en Cristo es vivir en esta preparacion constante del encuentro con el Padre, en la fidelidad, en la obediencia, en el amor dia a dia.
Unocualquiera, Sí, los católicos españoles damos muestras de mucha inseguridad, de mucha debilidad ante las críticas, de poca confianza en nosotros mismos, de poca valoración del tesoro de la fe y de la vida recibida, de la fe en Cristo, del Espíritu Santo, de la Iglesia, de la esperanza, de la vida santa en este mundo, de los sacramentos, etc.etc. Dices que no es facil ser cristiano. Teníamos que vivirlo al revés. Ante el deterioro general tendríamos que vivir felices y contentos, agradecidos, por poder vivir con Cristo, en la verdad, en la esperanza, en la familia de los hijos de Dios. A poco quer lo pensemos, y a poco que recemos cada día, y cultivemos nuestra fe. ¿No es para estar contentos y agradecidos y sentirnos hombres y mujeres con suerte?
Serenidad, de acuerdo en no dar tanta importancia al laicismo, lo que pasa es que ahora los laicistas "mandan" y tienen la colaboración (interesada) de los medios, de los que buscan y esperan subvenciones, etc.etc.
No puedo estar tan de acuerdo en el tema de la resurrección/cruz. De acuerdo que la imagen definitiva es la de Cristo resucitado. Así fue en la era patrística, sobre todo en Oriente. Luego, a partir del románico tardío, se desarrolla la imagen del crucificado y no digamos en el renacimiento. Lo peor es que se difunde en un contexto teológico empobrecido. Pero en la grandiosa síntesis teológica de San Pablo, y en los mismos evangelios, la muerte de Jesús en la Cruz, vista y vivida desde dentro, es el acto supremo de Jesús como Redentor, la suprema adoración de Dios desde el mundo que vence definitvamente el poder del mal y del demonio, que nos libera del poder del mal y nos abre el camino del encuentro con Dios. La resurreción es toda don de Dios Padre por el Espiritu de vida, la muerte en la cruz es acto supremo de amor y de obediencia del hombre Jesús que es en persona el mismo Hijo de Dios. Sto. Tomas dice que la oracion de Jesus en la cruz es el acto supremo de la piedad humana, de la que participamos todos los hijos de Dios. No se pueden separar, ni contraponer una a la otra. La cruz de Jesús significa vida, confianza en el Dios de la vida por encima y a pesar de la muerte. En fin, muchas cosas.
Billot, no entiendo muy bien lo que me dices. Me temo que me has leido con clichés de desconfianza. Yo no me retraigo de nada, ni busco ninguna sintesis ecumenica. Esa es la doctrina limpia de Lumen Gentium, repetida muchas veces por el Papa. En tu pregunta sobra ese "sin rodeos", lleno de desconfianza. Digo y sostengo que todo el que se salva, en el cristianismo y fuera del cristianismo, se salva por Jesucristo, único y universal salvador de todo el género humano. Está dicho con suficiente claridad o necesito repetirlo más para tener tu aprobación? Precisamente porque es salvador universal, hay que decir que lo que haya de verdadero en las religiones no cristianas está sostenido por Cristo, y que por tanto quien se salva desde religiones no cristianas se salva por Cristo, tambien por aquello de Cristo, mucho o poco, que haya en ellas. a pesar de sus errores y deficiencias. Hay que decir que más que por las religiones nos salvamos por la gracia y la misericordia de Dios, acogida con fe y humildad y obediencia a su voluntad. Todo ello perfectmente expresado en la religion cristiana (doctrina, sacramentos, moral) y muy defectuosa y deficientemente en las demás religiones, Lo dejo ahí, no entremos en los rodeos...
Ana, en la historia reciente de la Iglesia de España tenemos miles de mártires, con testimonios admirables, son nuestros modelos, nuestros intercesores, necesitamos sentirlos mas cerca de nosotros. Y vale, saludos para todos.
Mi concepto, respecto a la imágen de Jesús resucitado y vivo, parte del punto de vista de que, Jesús vino, como Sus propias palabras lo dicen: "He venido a daros vida y para que la tengáis eternamente"
Jesús ya vino y dió su sangre y su vida por el ser humano, le perdonó sus pecados con el derramamiento de Su Preciosa Sangre, Él nos ha limpiado del mal, a eso vino a esta Tierra, hace más de dos mil años y si nosotros no comprendemos su mensaje, es que no apreciamos la realidad de todo Su sacrificio, si no le creemos que murió por nosotros y que nos dejó limpios del pecado, estaríamos cayendo en una aberración.
Él ya resucitó y nos dejó dicho: "Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos" y si seguimos aferrados en esperarlo, nos estamos "perdiendo" su permanencia, viva, entre nosotros.
La gente, suele ver a Dios, muy lejos de sí, porque no se da cuenta de que, Dios está en su interior. Ven a Dios, como a un Ser lejano y ajeno al mundo, cuando Dios, es, el Mejor Amigo del hombre, pero el hombre le teme, en vez de amarle. Esta es, mi visión espiritual del Ser Supremo, por eso, la imágen que tengo de Él es "actual", es viva, no puedo (debo), vivir en el pasado, no deseo vivir y revivir el sufrimiento de Jesús, porque sería como negar todo el sacrificio que Él hizo por el ser humano, sería, como, no darle valor al derramamiento de Su Preciosa Sangre, por el perdón de los pecados. "Lo hecho, hecho está".
Nos empeñamos en complicar las cosas que Jesús dijo muy claramente, lo único que debemos hacer, es CREERLAS, no nos hace falta reinventarlas, Él ya lo hizo todo por nosotros, solamente hay que CREERLE. También nos dijo: "Yo he hecho milagros, pero vosotros los haréis más grandes que Yo". En esta frase, no nos está diciendo que, "probablemente", los haremos, sino que, es una sentencia firme, porque Él lo ha dicho y Su palabra se cumple por sí misma, porque la palabra, como todo en el Universo está a Su servicio, menos el hombre, que tiene la libertad de elegir, pero Él, nos está dando Su propio poder, por medio de Su palabra, nuestro único trabajo consiste en CREERLO.
(N. de M. Por favor, reconsidere la extensión de sus comentarios)
Pues eso, pedidle que os acreciente la fe y Él os lo concederá. Cuando le damos gracias de Dios, recibimos gracias de Dios. Bendiciones de Dios.
Por otra parte, ¿cómo puede buscar la verdad un ser humano que ha sido educado en una tribu caníbal o en el fanatismo asesino y suicida para gozar de las huríes vírgenes? Valgan estos ejemplos extremos para referirme a los miles de millones de personas que aceptan una cultura que apoya la sistemática violación de muchos derechos humnnos. Saludos.
¿"Por muchos" o "por todos"?, ya me entiende.*
* Directriz de Benedicto XVI olvidada.(¿?)
(N. de M. significa Nota de "la moderación": undécima advertencia. Además, no nos da su email verdadero lo cual es injusto)
Pedro, Así en corto y en directo, no se puede ser buen cristiano sin renunciar a muchas cosas, a todo lo que es contrario al amor de Dios y del prójimo. En vez de ver las cosas desde lo negativo es mejor mirarlo desde lo positivo, no se puede ser buen cristiano sin amar a Dios y seguir a Jesucristo. Evidente que si somos discípulos suyos elegiremos siempre con amor y alegría lo que más nos acerque a El y automaticamente iremos dejando lo que nos aleja de su manera de pensar y actuar. La vida cómoda, la vida sin renunciar a nada ni cumplir con los mandamientos, evidente que no es la vida de Jesús ni de sus verdaderos discípulos. En esos casos que Vd. menciona y en los casos normales, todo ser humano es libre y con la gracia de Dios puede acercarse a lo que entiende que es bueno y alejarse de lo que vea que es malo. No puedo meterme en la piel de un caníbal, no sé qué posibilidades tendrá de ver, de juzgar la malicia de esas prácticas, pero seguro que en cualquier circunstancia un ser humano tiene sentimientos y oportunidades para hacer el bien. Y por supuesto, en nuestra sociedad, todos tienen posibilidades de conocer el bien de Jesucristo, independientemente de lo que digan y de lo que pueda ver a su alrededor. La verdadera perspectiva para ver las verdaderas dimensiones del problema no son tanto las circunstancias humanas cuanto la misericordia de Dios que está cerca de todos y quiere que todos se salven. Dices "apoyan una cultura que defiende la violación de derechos humanos" Y digo lo mismo, viviendo en una determinada cultura se puede disentir, puede uno abstenerse de unas cosas determinadas, etc. Las culturas no son tan uniformes, ni los hombres somos tan programables. Aunque la verdad es que lo somos bastante, pero la luz de Dios llega más adentro que todas las propagandas. Basta querer. Con su ayuda, que no falta. Aqui hablan mucho del aborto, por ejemplo, pero quien quiera enterarse de la verdadera y grave malicia del aboroto lo puede hacer, no? Y asi de tantas cosas. Ahora, querer ser bien visto de todos, querer tener fama de esto o aquello, puede ser una forma encubierta de renunciar a ser cristiano.
Billot, ninguna finta, amigo, no se trata de meter goles a nadie. Yo trato de actuar con seriedad y sinceridad. Si Vd. cree otra cosa es asunto suyo. No sé por qué ese afán de pillar a los demás en algún renuncio. "¿Por muchos o por todos?" Evidentemente, por TODOS. En fin, no sé que tendria que decir para recibir su aprobación y que quedara Vd. tranquilo. San Pablo nos recomienda que tengamos entre nosotros rivalidad y competencia en el amor, no en la vigilancia ni en la desconfianza hacia los demás.
"Ahora, querer ser bien visto de todos, querer tener fama de esto o aquello, puede ser una forma encubierta de renunciar a ser cristiano."
Eso es, exactamente, lo que cruzó estos días por mi pensamiento. La gente suele "presumir" de lo que sabe, pero nunca presume de lo que ignora. Es decir que, es mejor admitir, de entrada, que no sabe uno, ni la mínima parte de lo que saben otra personas. Por eso yo digo que, me lanzo al "ruedo" sin capote y sin espada, porque, no es lo mismo leer algunos capítulos de la Biblia, los Evangelios y poco más, que, estudiar la Biblia y conocer, a "fondo", todas sus enseñanzas.
Debo reconocer, humildemente, que, en este sentido, como en casi todo, "presumo" de ser "virgen" y en cierto modo, no estoy "viciada" con la interpretación de tantísimos escritores, evangelistas, santos, sacerdotes y demás instruidos en la materia, quiero decir que, no estoy "influenciada" por ninguno, aunque me gusta mucho la forma que tiene San Pablo de hablar sobre el amor, por ejemplo, cuando comenta ese punto en el bello capítulo trece de su Primera Epístola a los Corintios: "Aunque hable con las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, me he convertido en un latón resonador o un tintineante címbalo. Y aunque tenga todos los conocimientos si no tengo amor, no soy nada. El amor es bueno. El amor no se quiere a sí mismo, no es engreído. Al amor no se le provoca fácilmente, no piensa mal. Lo más grande es...el amor".
El amor es la más potente fuerza curativa que hay en el universo. Cura al que lo da y al que lo recibe. (N. de M. Puede comentar lo que desee pero el tema del post es Jesucristo, Salvador Universal... y por favor, no tan largo que despiste al resto de los lectores)
Bendiciones para todos.
(N. de M. No se preocupe, Serenidad, puede seguir dialogando sobre el tema del post)
Saludos.
"Bienaventurados los que entienden el inglés, aunque sea a tirón de traductor, porque podrán saber de qué estoy hablando." Ay! no, no, no, por favor, no me líe usted más, que si de por sí, apenas, medio entiendo el "cristiano", si manda usted a leer en inglés, la acabamos de liar. Los anglosajones tienen otros tantos millones de interpretaciones, como cabezas hay en su "mundo"
(N. de M. por favor dialoguen sobre el tema del post)
"604 Al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor benevolente que precede a todo mérito por nuestra parte: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10; cf. 4, 19). "La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros" (Rm 5, 8).
605 Jesús ha recordado al final de la parábola de la oveja perdida que este amor es sin excepción: "De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños" (Mt 18, 14). Afirma "dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28); este último término no es restrictivo: opone el conjunto de la humanidad a la única persona del Redentor que se entrega para salvarla (cf. Rm 5, 18-19). La Iglesia, siguiendo a los Apóstoles (cf. 2 Co 5, 15; 1 Jn 2, 2), enseña que Cristo ha muerto por todos los hombres sin excepción: "no hay, ni hubo ni habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo" (Cc Quiercy en el año 853: DS 624)"
Pues eso.
Es cierto que las ideas "pluralistas" son también un signo de los tiempos, aunque resulta curioso que se manifieste con decisión entre cristianos, y no tanto (presumo) entre otras religiones de la tierra. Lo que no tengo claro es que responda al "relativismo", porque aún los "pluralistas" (si se les puede llamar así) creen en la Verdad, a la que todos los habitantes de este planeta aspiramos.
La principal aporía que se plantea a una religión con vocación universal, como es el cristianismo, es que la pretensión de posesión exclusiva de la Verdad la ostentan todas las religiones. Si el cristiano dice: "mi religión es la única verdadera", otro tanto podrá decir un judío, un musulmán, un zoroastrista, un confuciano o un taoísta.
Quizá la vocación de universalidad conduzca inevitablemente a plantearse cosas como el ecumenismo, o el pluralismo religioso. Si el cristianismo fuese una "religión étnica", exclusiva de un pueblo, el problema parecería solucionado.
El tema no es fácil. ¿Qué ha de hacer el cristiano que comienza a albergar en su interior ideas como las del "pluralismo"?
Cordiales saludos.
Ji, ji, no se lo tome a mal. Es que soy como un niño.
(N.de M. Bueno, pues habrá que hacer algo así con este "niño" al que le gusta poner enlaces a webs no siempre tan recomendables como lifesitenews.com)
No se calle por favor que nos ayuda mucho a todos.
¡Muchísimas gracias!
Que "qué ha de hacer"? Como siempre rezar y aclararse intelectualmente, estudiando o preguntando. Tenemos que vivir con la seguridad de que a partir de la fe siempre hay respuestas. Aunque nuestros amigos agnósticos piensen otra cosa. El problema no es que haya formas diferentes de ver las cosas, o grados diferentes de comprension, o angulos distintos de acercamiento y valoracion de una misma realidad. Es logico que cada "pensante" vea las cosas un poco a su manera, desde su circunstncia y con sus medios, que siempre son diferentes. El problema es que nos conformemos con esa variedead, y ensalcemos el pluralismo como un valor definitivo, que lleguemos a pensar que esas formas diferentes de llegar a conocer y valorar la realidad valen todas igual, son igualmente verdaderas, y renunciemos a indagar más y a completar nuestra visión de las cosas, asumiendo lo que otros nos pueden ofrecer y tratando sobre todo de acercarnos a la realidad en si misma, QUE NO ES MAS QUE UNA.
¿Da igual ser católico que ser protestante? ¿Da igual ser católico que musulmán? Da igual creer en la existencia de Dios que no creer? Si da igual es que nada vale nada. ¿Es mejor una sociedad porque en ella hay de todo, que otra sociedad en la que la mayoría libremente viven en una fe verdadera porque realmente la consideran así y la profesan con libertad y conviccion? En el fondo los que canonizan el pluralismo como valor definitivo, pasan automaticamente al relativismo de TODO ES IGUAL. Pero si todo es igual es porque en el fondo reconocemos que nada es válido porque nadie puede conocer la realidad de verdad. Quien descansa en el pluralismo como valor definitivo es que renuncia a conocer de verdad la realidad. Es un poco fuerte y desde luego muy incorrecto politicamente, pero pensadlo un poquito con libertad:
Jesucristo es lo que es, solo una cosa, y lo que interesa es llegar a conocer SU verdad, no conformarme con lo que a mi me apetezca. No es todo igualmente verdadero. Subjetivamente puedo tenerlo como "mi verdad", pero lo que a mi se me ocurra, lo que a mi me guste; no puedo considerarlo como la verdad real, la verdad original. La verdad de Jesús, que yo quiero conocer, es la suya, lo que El es, porque eso es lo que me situa en la realidad y me hace verdadero en mis pensamientos; lo contrario no deja de ser un modo de pensarse a sí mismo, hasta el aburrimiento. Lo que nos interesa conocer es la verdad del otro, del Otro, porque eso es lo que nos sitúa en el mundo real, ante aquello, o aquel, a lo que hay que atenerse, lo que nos hace crecer, lo que nos salva.
Antonio, a mi no me asusta leer cosas ingratas. Cuando uno escribe algo realmente censurable, el que hace mal es el que escribe, antes que el que censura. Sí, somos libres, pero hay que procurar no decir dignas de no ser leidas. Todos somos ya mayorcitos. No presuma de impío. No querría que por contradecirme a mi fuera nadie al infierno. Si quiere ir hágalo por su cuenta. De todos modos, si dice que es como un niño... los niños son inocentes y graciosos.
Nieves, me acuerdo de aquella entrevista. Me hizo mas de una. Hace ya tiempo. ¡Las vueltas que da la vida!
Don Fernando ¿y la polémica esta por los funerales "de estado"? Yo creo que más que protesta de los evangélicos o los musulmanes, es un aprovechamiento de ellos por parte del "gremio laicista" de procedencia católica ¿no le parece?
puede ser, pero es pena que desde instituciones cristianas se favorezca a lkos que nos niegan a todos. Y niegan lo que todos debemos profesar y defender. Sin "Memorias historicas" del resentimiento y del revanchismo.
Por otra parte se ha instalado en muchos católicos un desprecio hacia la contemplación católica como algo esteril o egoista, quizás porque si el conocimiento de la Verdad no es posible para nuestras conciencias deterioradas (por el pecado original dirían los calvinistas) dedicar la vida a la contemplación es esteril y egoista, esto ha tenido muchas consecuencias, una de ella es la búsqueda de la espiritualidad oriental y otra la valoración del activismo como la única actitud válida en la iglesia, lo que nos ha llevado al Cristo obrero, o al Cristo ecologista, o al Cristo feminista, al Cristo revolucionario, etc... reinterpretando el evangelio. Vuelvo a estar de acuerdo con usted Mons. Sebastian en su reflexión "Jesucristo es lo que es, solo una cosa, y lo que interesa es llegar a conocer SU verdad", tema complicado e importante donde los haya. Quizás un acercamiento a la oración, a la contemplación, nos ayude a limpiar el grano de la paja. Saludos a todos
Y, a raíz de la polémica estos días con protestantes y evangélicos por los funerales a los difuntos del accidente aéreo de Barajas, ¿cómo es posible el ecumenismo con ellos cuando ni siquiera somos capaces de ponernos de acuerdo en la figura de Jesús? Si flaquea este punto central, el resto de similititudes son migajas. ¿Cómo construir un único Cristianismo con ellos?
Un saludo.
La Verdad no la creamos nosotros, la realidad es anterior y exterior a nosotros. Para vivir en la verdad hay que acercarse a la realidad exterior, la realidad de los otros, de la historia, del mundo, de Dios. Acercarse para aprender, para recibir la verdad, no para imponer nuestras preferencias. Pretender que la verdad nazca de nosotros es pretender que la realidad sea lo que nosotros queramos. En el mundo físico sería locura, en el mundo del espiritu lo estamos haciendo continuamente. Es el colmo de la soberbia y... de la estupidez.
Aqui aparece la importancia, la necesidad de la humildad, del atenerse humildemente a lo que realmente es, respondiendo lealmente a lo que esa realidad exterior pide de nosotros. Esa es la manera de vivir en la verdad. Si seguimos el camino de Jesús, al final uno descubre que la verdad de Jesús es el Amor, el amor de Dios a nosotros y de nosotros a El, el amor de Cristo, el amor fraterno, con el espiritu de Jesús. Cuesta llegar a esta experiencia tan sencilla, pero quien lo intenta y lo consigue, con la ayuda de Dios, conoce la verdadera hermosura de Dios y del mundo.
Lo del funeral de estado protestado por algunos protestantes me parece una protesta estrategica, interesada, poco cristiana. Los catolicos podemos hacer un funeral catolico por todos, y ellos pueden también hacer tambien su funeral por todos, si quieren. Aunque no podamos rezar juntos, no podemos siquiera rezar todos por todos? Incluso podríamos rezar algo juntos, todos por todos, sin oponerse a que luego cada uno haga su funeral con respeto de los demás. En teoría todo es muy sencillo, las dificultades no vienen de la cabeza sino del corazón, del orgullo. Buenas noches amigos, Dios os bendiga.
Les he dicho que se dejen ya de tonterías y de argumentos insostenibles, cuando ponen de pretexto, los ancestrales problemas ocurridos en la IC, en los que, los actuales católicos, ni intervenimos, ni tienen porqué reclamarnos, porque eso es ¡patético! y sin sentido; y a todos aquellos que argumentan esos sucesos acontecidos hace siglos en la IC para apostatar, les digo, si todos los españoles tuviésemos que renunciar a nuestra nacionalidad española, por causa de la Conquista, pues, apaga y vámonos.
Bueno, pues a ver si calman un poco y dejan de atacarnos, porque dan vergüenza ajena y ya me tienen aburrida con su laicismo y demás bobadas porque como sigan tontos, ya les dije también, que se cuiden, porque con esto de la crisis, igual les toca hacer cola en la puerta de las iglesias y en los albergues y comedores de indigentes que mantiene la IC, gracias a las generosa colaboración de personas que tienden su mano para ayudar a los más necesitados, así que no digan que "de este agua no beberé", porque la vida da muchas vueltas y nunca se sabe si tengan que acudir, precisamente, a quien están atacando con tanta rabia.
Pues eso, que, ya está bien, y hay que poner el remedio, de una buena vez.
Bendiciones Mons. Sebastián y saludos para usted y para todos.
Doy gracias a Dios por haber encontrado "Religión en Libertad" que lo recomiendo a "derecha e izquierda"
Rezo tambien por usted D. Fernando y por los que entran en su bloc.
Seguir pretendiendo que la religion catolica es la unica verdadera es como seguir en la epoca en que se creia que la Tierra era plana, y que Dios habia creado el mundo en siete dias. La epoca en que la Iglesia condenaba a la hoguera a cualquiera que pretendiese entender a Dios de otra manera a la que ella enseñaba. La iglesia catolica ha causado tal cantidad de dolor y muerte en este planeta, que toda pretension de ser santa cae por su propio peso. En nombre de Dios se han cometido mas asesinatos que en ningun otro nombre. Con tales antecedentes, no es de extrañar que la Iglesia se encuentre con el rechazo por parte de cada vez mas personas, muchas de las cuales todavía se dicen cristianos.
No tengo nada en contra de los seguidores de Cristo, al contrario, me congratulo con ellos. Yo soy uno de los que dejó la Iglesia por pura necesidad de supervivencia, alarmado ante el fanatismo y la insensatez de los que se supone, vivian desde el evangelio. (Estoy hablando aqui de los sacerdotes del colegio religioso en el que fui educado).
Pero sobre todo, siento verguenza ajena de aquellos que se erigen en ser los unicos representantes de Dios en la Tierra, algo completamente absurdo y grotesco. Mientras la institucion catolica no acepte su lugar en un mundo de iguales, todo intento de dialogo con ellos carece de fundamente. Lo cual queda partente leyendo los articulos de Monseñor. Una verdader pena.
Un saludo fraternal a todos.
Calma, Serenidad. Qué le vamos a hacer. Ahora está de modo ser anticristiano, y culpar a la Iglesia católica de todos los males de nuestra Historia. Es una manera fácil de ponerse interesante. Ahora resulta que los católicos que murieron fusilados tuvieron más culpa de la guerra civil que los revolucionarios que amenazaban ya con la guerra desde 1934. VAle mas no hablar.
Miguel, veo que has pasado por todos los post como una apisonadora. Hombre, algo sí sé, hice mi bachillerato con buenas notas y luego he leido alguna cosilla.
No sé que malos ejemplos te darían los sacerdotes de tu colegio. Yo guardo buenos recuerdos de los Hnos. Maristas. Y de mis profesores del Instituto. De todos modos la verdad o no verdad de la fe cristiana no depende del comportamiento de un cura ni de muchos curas. Si Cristo merece nuestra fe o no, es una cuestión que depende en primer lugar de Cristo mismo, no de las deficiencias de algunos de sus discípulos. Frente a los malos ejemplos de un cura o de un seglar, puede encontrar los ejemplos admirables de otros muchos curas y otros muchos cristianos, a lo mejor vecinos suyos. Sin contar con los misioneros, los mártires, los santos de todos los tiempos.
Pero bueno, siempre el sí o el no, depende de la actitud de cada uno ante la realidad y el testimonio histórico de Jesucristo. Eso es lo correcto, lo justo. Otras reacciones son frecuentes, pero no son lógicas. Y lo mismo digo de si es la única verdadera o no. La cuestión no está en que unos señores se presenten como representantes únicos. Si me apura el único representante verdadero de Dios en la Tierra es Jesucristo, por lo menos para quienes lo reconocemos como Hijo de Dios eterno hecho hombre por nuestra salvación. Y hablamos de lo que hay en nuestro pequeño planeta. Lo que pueda haber por el universo mundo, ahora nadie lo sabe. En fin, de nuevo, mucho para hablar. Dios le guarde.
No difiero enteramente con usted cuando dice que "para acercarnos a la verdad tenemos la inteligencia, la razón". Pero una cosa es acercarse y otra es ser uno con la verdad. Otra cuestion es lo que sea la verdad, y si esa verdad es una. Seguramente ahí vamos a diferir mas, porque en eso ustedes los catolicos tienen la idea de la unica verdad es la de ustedes. Se basan probablemente en que Cristo dijo "Yo soy la verdad". No entraré a discutirlo, no es discusion lo que busco.
Despues usted añade "la iluminación innata que nos permite percibir lo que es verdad y lo que no a partir de nuestros conocimientos sensibles" ¿Cree que nuestro conocimientos sensibles pueden llevarnos a la verdad por si mismos? A mi me parece dificil, porque siempre está el pensamiento discriminador por enmedio.
Sobre los curas de mi colegio: No voy a decir de que orden eran, porque sería desprestigiar al orden. Cuando pienso en cuantos de aquellos curas eran buenos curas, puedo encontrar ... uno. Los demas no daban la talla. Verá, ninguno de ellos supo responderme a esta pregunta: Si Dios lo conoce todo, pasado, presente y futuro, ¿como podemos ser libres?. Si alguien hubiese sabido decirme algo, no hubiese dejado de ser catolico. La libertad es el bien mas preciado, ¿no cree?
Un saludo, Monseñor, he aparcado la apisionadora:)
Yo sé y creo y afirmo que Jesucristo es la Verdad, pero sé también que Jesucristo es mucho más de lo que yo puedo saber de El, trato de crecer en su conocimiento, ante todo, conociendo mejor la memoria y la doctrina de la Iglesia, las Escrituras, en concreto, los Evangelios, pero también sabiendo lo que piensan los demás, lo que aparece en otras religiones, lo que me dicen los esfuerzos de los hombres más respetables por conocer la verdad de Dios y del mundo. Estoy convencido de que la verdad de Cristo ilumina todas las demás verdades que los hombres han conseguido descubrir a lo largo de la historia, que todo lo que es verdadero tiene su encaje y su perfeccionamiento en Jesucristo "Primogénito de todas las criaturas". El, como Hijo de Dios hecho hombre, es el centro de la humanidad y del mundo. Así lo creemos los cristianos.
En relación con el conocimiento lo que pienso es que a partir de nuestras experiencias materiales y espirituales en el mundo podemos conocer muchas verdades, mejor dicho, "mucha verdad" de la creación, de nuestro propio ser, de la historia, de Jesucristo y del mismo Dios. Y que cada uno tiene que intentar situarse honestamente en relación con la verdad del mundo, de sí mismo y de Dios que conoce como verdadero. Nadie puede inventar la realidad, sino que tenemos que situarnos en ella y tratar de desplegar nuestro ser y acabar nuestra existencia en relación correcta con el conjunto de la realidad en la que estamos.
Dices algo muy serio, "si alguien me hubiera sabido responder..." Insisto, ser católico o no católico no puede depender de la conducta o del valor de quienes nos rodean. La verdad de nuestra vida no puede depender de circunstancias tan ocasionales. El fondo de nuestra orientación personal ante la vida, nuestra actitud religiosa, tiene que apoyarse en la verdad real y objetiva de Jesús, es la respuesta a la realidad histórica de Jesús, a la realidad de Dios tal como Jesús nos la presenta. Yo te hubiera dicho que la pregunta se debe formular de otra manera. No "Si Dios lo sabe cómo podemos ser libres?" Sino al revés, si somos libres (porque esa es la experiencia inmediata, el punto de partida) ¿cómo es que Dios puede saber lo que yo haré mañana?. La respuesta no es fácil, pero el planteamiento me parece más correcto. Para responder hay que hacer el esfuerzo de ver qué idea podemos hacernos de la vida de Dios. Cuestión nada fácil que debemos abordar con mucha sobriedad y mucha humildad. "A Dios nadie lo ha visto jamás. Sólo el Hijo..." Aquí, como en todo, la curiosidad tiene un precio, el estudio, la imparcialidad, el método, etc.
Bueno, hombre, sí queremos dialogar, sin ofensas, sin mal humor, sin desprecios del interlocutor, sin eternizarnos tampoco en las cuestiones.
Por hoy ya será suficiente. Un saludo cordial.
Un solo segundo de eternidad puede dar mas sabiduria que una vida de estudio. ¿Esta de acuerdo con eso? Un segundo de no tiempo puede responder todas as preguntas, incluida la que escribí: Si Dios lo sabe todo, ¿como podemos ser libres?. Cuando me hacia esa pregunta no encontré ninguna respuesta. La pregunta me hizo mella, no cabe duda.
Hoy creo que puedo responder a eso de un modo muy simple. Dios lo sabe todo, si, pero al mismo tiempo no sabe nada. Dios no es mas que una palabra de la que hemos abusado tanto que ya no significa nada. Quizas si hiciesemos lo que dice ese mandamiento de ustedes, no tomar el nombre de Dios en vano, podriamos arreglar el asunto. No tomar ese nombre en vano es no tomarlo, porque cada vez que lo hacemos, lo hacemos en vano. No lo nombremos y no faltaremos mas a ese mandamiento. Y si no lo nombramos, usted y yo estaremos hablando de lo mismo. E incluso puede que estemos hablando desde lo mismo. Porque usted y yo tenemos el mismo origen, ¿no es cierto? No importa si somos catolicos o somos budistas o no somos nada. Lo importante no es lo que somos. Mas bien lo que NO somos.
"Si somos libres (porque esa es la experiencia inmediata, el punto de partida) ¿cómo es que Dios puede saber lo que yo haré mañana?", pregunta usted. Mmm... Sí, la experiencia inmediata es esa: soy libre. Muy cierto, muy cierto. Si se quien soy ealmente, experimento la libertad. ¿No es fabuloso? Incluso en medio del dolor la experimente, en medio del absurdo, en medio del sin sentido de este mundo.
La segunda parte entonces no es necesaria. Sabiendo la primera, todo lo demas son cuestiones filosoficas sin snetido. Realmente no hay nadie ahi fuera que sabe lo que haré mañana. No hay nadie ahi afuera porque no hay afuera. No hay pasado, presente ni futuro. Todo eso es una convencion de la mente, util, pero irreal.
Un saludo, Monseñor, no le robo mas tiempo.
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