¿Dónde están nuestros socialistas?
El Partido Socialista ha celebrado su Congreso. Parece que lo más novedoso ha sido la decisión de fomentar en España el aborto libre, la eutanasia y el laicismo. Ante semejantes previsiones, uno no tiene más remedio que preguntarse ¿qué tienen que ver estos objetivos con el verdadero socialismo? Históricamente el socialismo tenía el atractivo de mantener una dura lucha contra la injusticia. ¿Dónde quedan ahora el carácter público de los medios de producción, la distribución de los bienes de la tierra, la sociedad sin clases? La conclusión es inevitable. Nuestros socialistas no son ya socialistas. Utilizan lo que queda de mayo del 68 para ofrecernos una sociedad nueva. Pocos argumentos. Estamos en el mundo de los sentimientos y de los resentimientos.
El socialismo se ha convertido en progresismo y el progresismo consiste en ampliar las libertades y los derechos de los ciudadanos. La justificación teórica de sus mesianismos transformadores se apoya en las ideologías más radicales surgidas en Europa en la segunda mitad del siglo pasado. Hasta ahí llega su progresismo. Para ellos, como para los adolescentes del 68, libertad es la capacidad de afirmar y de hacer cada uno lo que en cada momento le venga mejor, sin ninguna referencia a la verdad de las cosas, que no podemos conocer, ni a la verdad de nuestra condición humana, que es absolutamente mudable, ni a ninguna valoración de bien o de mal, que depende en cada momento de las conveniencias de cada uno. Estamos en pleno relativismo subjetivista.
Este concepto de libertad individual, sin referencias a la verdad objetiva, sin sometimiento a ninguna realidad anterior y superior a nosotros, sin ninguna consideración a norma alguna moral fundada en la naturaleza de las cosas, es un mito seductor que nos saca de la realidad. La libertad así entendida es como un gran depósito vacío que el gobierno nos va llenando con los pretendidos derechos que nos concede. Según este modo de ver las cosas, los ciudadanos somos criaturas del poder. Tenemos libertad para hacer lo que ellos nos dejen hacer, y tenemos los derechos que ellos nos quieran conceder. No hay otro criterio para discernir el bien o el mal que la mayoría parlamentaria.
Y si hablamos en directo, sin comparaciones, la libertad viene a ser una completa indeterminación de nuestro ser que cada uno iría determinando del mejor modo posible para alcanzar su felicidad dentro del marco de existencia que nuestros gobernantes nos concedan. Porque la existencia y la consistencia de los ciudadanos se programa y se dirige desde el poder.
Lo que se nos presenta como una sociedad super libertaria, termina siendo una verdadera dictadura espiritual. Somos libres con una libertad puramente subjetiva, que no se siente normada por nada ni por nadie, pero que tampoco está sostenida ni garantizada por ninguna realidad exterior y objetiva, independiente de los poderes políticos. Ellos solos, desde el Olimpo de su poder, son los únicos que pueden definir en qué consisten nuestros derechos y hasta dónde llegan nuestras libertades, lo que podemos y lo que no podemos hacer. Una visión de las cosas bastante sencilla. Pero terrorífica. Los ciudadanos –porque no somos más que ciudadanos- vamos desplegando y configurando nuestra existencia en el molde de la sociedad que ellos nos preparan desde el poder. Por eso pueden decir que “el cambio” va mucho más allá de lo que podría ser una alternancia política normal. Pretenden hacer un cambio substancial de la sociedad, y con el cambio de la sociedad un cambio substancial de nuestra vida personal.
Aquí no hay ya un verdadero concepto de persona como sujeto libre y responsable. Somos ciudadanos. Nuestro ser es sólo ciudadanía. Por eso “educación para la ciudadanía”, en esta mentalidad, significa educación para vivir en la verdad de la propia existencia. Estas son las últimas consecuencias prácticas de una visión de la vida sin referencias a un Dios eterno, creador y providente. En virtud de un inicio que nadie explica y de un proceso más imaginativo que científico, surge el hombre indeterminado y polivalente que tiene que ir dándose forma a sí mismo en una sociedad en la que unos hombres poderosos le van abriendo los espacios de su existencia. Todo muy lógico, muy bien imaginado, pero terriblemente inhumano. Una ideología que comienza pretendiendo divinizar al hombre y termina convirtiéndolo en un muñeco hinchable. No se dedica mucho tiempo a justificaciones teóricas. Manda el sentimiento revanchista que ha ido recogiendo lo más radical que apareció hace treinta años en una Europa que busca ya otros rumbos.
El camino es relativamente sencillo. Basta con quebrar las normas y los usos tradicionales, apoyándose en los grupos más antisistema, respondiendo a los grupos de presión y dando satisfacción a los deseos de algunos ciudadanos mentalizados previamente, sin tener en cuenta la esencial referencia de nuestra inteligencia a la verdad objetiva de las cosas, ni ponderar el valor moral de nuestras apetencias. Semejante propósito es iniciar un camino que no lleva a ninguna parte. Renunciar a la vigencia de una norma moral objetiva, fundada en la misma naturaleza humana y vinculada al bien del ser humano, es dejarnos llevar por un torbellino de intereses y ambiciones que nadie sabe hasta dónde nos pueden arrastrar.
Tienen razón los socialistas cuando dicen que ellos no tienen conflicto con la Iglesia. Es más grave todavía. Su conflicto es con la razón, con la historia y la realidad de España, con el patrimonio cultural y moral de la mayoría de los españoles. Su conflicto es con la responsabilidad moral del futuro de los españoles. Da la impresión de que dentro del mismo Partido Socialista hay personas que se dan cuenta de la gravedad de la situación y tratan de poner alguna moderación en esta exultante euforia nihilista.
Ante esta exaltación del radicalismo, la primera necesidad es comprender lo que ocurre. No podemos caer en la ingenuidad de pensar que estas orientaciones se quedan en el terreno de una explicable rectificación de viejas costumbres clericales o confesionales, o que se justifican por una razonable modernización de nuestra sociedad, tal como nos explican con sus persuasivas referencias a la laicidad. Se trata más bien de una quiebra cultural que niega las bases espirituales y morales de nuestra sociedad. La dura verdad es que estamos en manos de una ideología radical, extremadamente peligrosa, capaz de destruir la conciencia y la consistencia moral de nuestra sociedad. Aunque nadie lo haya formulado explícitamente, estamos asistiendo a la entronización de una concepción relativista del bien y del mal, una concepción narcisista y hedonista de la vida que, por no sustentarse en la verdad objetiva de las cosas, termina siendo destructora y nihilista.
Lo mucho o lo poco que haya de verdad en estas consideraciones, nos obliga a preguntarnos qué podemos y debemos hacer ante semejante situación. No quiero entrar en análisis ni sugerencias de orden político. Me parece más importante atender a las ideas y los comportamientos. Pienso que para los cristianos está llegando un momento de prueba, en el que tenemos que intensificar la fidelidad y la coherencia. Llevamos demasiado tiempo jugueteando con progresismos de salón y cómodas ambigüedades. Es la hora del ser o no ser, de la claridad y de la unidad, con todas las consecuencias. La fe ardiente en Jesucristo y la adoración sincera del Dios verdadero son la mejor levadura para purificar y vitalizar la cultura de una sociedad. Siendo buenos cristianos seremos también buenos ciudadanos.
Pero el problema no es sólo de católicos. La alternativa no es entre católicos y no católicos. Ni es tampoco cuestión de derechas y de izquierdas. Está en juego no sólo nuestra identidad cultural, sino la salud espiritual y moral de nuestra sociedad. Estamos ante una cuestión de sensatez y de responsabilidad antropológica. Por eso los españoles en general, la mayoría del sentido común, tienen que ser capaces de ir al fondo de la cuestión, no dejándose paralizar por las etiquetas, los chantajes o los circunloquios. Quienes quieran defender nuestra pervivencia como sociedad libre y justa, tienen que reaccionar ante esta ideología relativista y nihilista, capaz de destruir el alma y la consistencia moral de nuestra sociedad. Luego ya habrá tiempo para discutir de otras cosas.
+ Fernando Sebastián Aguilar
34 comentarios
El análisis es bastante acertado, pero yo creo que todas esas "propuestas" que se han realizado en el 37 congreso del PSOE, son las mismas propuestas que sacan cuando las cosas no les van bien y prefieren esa clase de debates que afrontar y hablar de la realidad de una crisis económica, de un problema energético, o de un debate "maduro" que pase de si los ministros deben llevar corbata o de si el aire acondicionado del Congreso está demasiado alto. Vamos yo no encuentro ideología en un gobierno que gobierna (valga la redundancia) a golpe de encuesta y lanzando globos sonda. Es la forma de gobernar a un país aborregado como este.
¿Que podemos hacer los cristianos ante esta descomposición?, pues rezar muchos a Dios, confiar en el Señor pues nada escapa a su providencia, y aunque ahora no lo sepamos ver, todo esto es lo mejor para el pueblo de Dios, pues nunca nos abandonará, y por supuesto no callar ante los abusos de aquellos que gobiernan, no cometamos el mismo error que otros en el pasado.
Yo tengo confianza, pues la JMJ en 2011 será algo muy bueno y muy importante para España, ya que arrojará la luz del Espíritu Santo sobre España, tan necesaria en este momento.
No podemos esperar al 2011.-José Ramón
Sólo haría una salvedad a su escrito. Cuando dice: Por eso “educación para la ciudadanía”, en esta mentalidad, significa educación para vivir en la verdad de la propia existencia. Yo añadiría en la verdad que ellos deciden, aunque se explica perfectamente en el contexto. Vivir de acuerdo con la propia verdad es la meta de todo hombre racional.
"Para ellos, como para los adolescentes del 68, libertad es la capacidad de afirmar y de hacer cada uno lo que en cada momento le venga mejor, sin ninguna referencia a la verdad de las cosas, que no podemos conocer, ni a la verdad de nuestra condición humana, que es absolutamente mudable, ni a ninguna valoración de bien o de mal, que depende en cada momento de las conveniencias de cada uno"
Lo demás que diga, sea cierto o no, es por casualidad. Mal empieza, y lo demás ya no se puede sostener. Son las muletillas de siempre: relitivismo, nihilismo, bla, bla, bla.
Catalogando a un adversario con cuatro burdas pincelada no se va a ninguna parte. Más que a radicalizar la "contienda" y a perderla.
"Quienes quieran defender nuestra pervivencia como sociedad libre y justa, tienen que reaccionar ante esta ideología relativista y nihilista, capaz de destruir el alma y la consistencia moral de nuestra sociedad"
Y lo de que el asunto es tan grave que no es cuestión de derechas o izquierdas, de católicos o no católicos. Todas las personas que aún no hemos pasado a la categoría de ciudadanos según la ideología reinante o estamos y reaccionamos o miramos para otro lado y seguimos estirando la eurocopa, la foto de la playa o el euribor. ¡Gracias D.Fernando, a ver si aparecen líderes sociales y políticos a quienes queremos reaccionar mejor hoy que mañana!
"capaz de destruir el alma y la consistencia moral de nuestra sociedad"
ufffff
Esta pregunta pienso que también debiera dar pie a otro artículo, pues la inacción en muchos casos, cuando no la connivencia con los "progresos" socialistas es la tónica común del actual PP.
Del artículo destaco la llamada a intensificar la fidelidad y coherencia. En mi caso, socialistas y populares no me merecen ninguna confianza, por lo que no veo que exista otra opción de ámbito nacional en la que vislumbrar un cambio en esta caída moral de la sociedad.
Por lo que no viendo cambio desde la política, el cambio debiera partir de la sociedad. Basta de echar la culpa afuera, asumamos cada uno nuestra parte de culpa y pongamos el remedio yendo de lo particular y concreto a lo más general.
No pierdo la esperanza en esa reacción a la que alude al final del artículo, pero el daño en las conciencias de cada uno de nosotros es tal que no se atisba siquiera cómo podrá ser esa reacción.
Lo que percibo entre aquellos que no se identifican con este horror que nos están construyendo entre sosnrisas es parálisis. Los mejores están como paralizados, aunque por dentro llevan la procesión que les bulle cada día más. Es un momento de prueba, y la purificación exigirá dolor, mucho más dolor aún. Esto, me temo, no ha hecho más que empezar.
Pero si las hijas de Zapatero iban a un colegio católico antes de ser Secretario General del PSOE, si está casado por la Iglesia y al menos una de sus hijas ha hecho la comunión... Zapatero es sólo un tipo que le gusta mucho el sillón al que de manera inesperada (sobre todo para el) consiguió un día, ni veo proyectos sociales (al menos mas allá que EdC, pero es muy burdo para calificarlo como "ingeniería social"), ni esfuerzo dirigido a nada en concreto, solamente a sobrevivir un día más.
Obviamente existe esa descomposición social, pero al no existir reacción ante un desgobierno comparable a la época de la Guerra de la Independencia y ante la falta de principios de los "ciudadanos", que no reaccionan ante un montón de despropósitos.
Perfecto.
La pena es que no se acaba de comprender que todo esto es un proyecto pensado. La gente piensa, y se ve en los comentarios, que estas son maneras de que se olvide la crisis económica. Pero no es así, hay un proyecto de fondo que usted describe muy bien.
Creo que nos encontramos en una nueva Edad Media en la que la Iglesia tiene la obligación de conservar la Verdad. Pero en cambio, mientras en la Edad Media no había poderes que, activamente, quisieran hacer desaparecer la herencia cultural, hoy asistimos a un intento de cambio social perfectamente estructurado. Creo que un hito casi humorístico de este cambio es la aprovación de los derechos de los grandes simios, en la que subyace la antropología de la "Nueva sociedad". Y hay que decir, alto y claro, como usted, que esto no es casualidad, sino el triunfo del nihilismo del 68.
¿Y nuestros cristianos comprometidos dando testimonio de amor a Cristo y al hermano,ubi sunt? Y no me refiero a la meritísima presencia de los varios carismas de caridad, sino al españolito corriente viviendo 365 días en cristiano con "los hijos que Dios le dé".
(Aquí echo yo de menos a Mounier y su personalismo,respuesta plenamente válida para esta circunstancia,tan semejante a la Europa de entonces.
Para RNA:
"Boutade","cierto o no por casualidad","muletillas de siempre".......
Como Usted dice: "Catalogando a un adversario con cuatro burdas pincelada no se va a ninguna parte. Más que a radicalizar la "contienda" y a perderla".
Pues eso.
Ante los comportamientos a los que alude Monseñor, uno no tiene más remedio que preguntarse si la radical falta de ética que está tomando la causa del “progreso” y la –presunta- lucha contra la injusticia de estos socialistas se deberá a las miserias propias de la condición humana o si no ha sido y es sino un engaño, una coartada, un pretexto para poder utilizar, instrumentalizar, nobles ideales y legítimas aspiraciones en ocultar las verdaderas, sórdidas y ridículas pretensiones de llevar a cabo unos planes totalitarios de ingeniería social, amparados en esa impunidad –desgraciadamente aceptada- de que cuando un progre miente por la causa no es una mentira sino un acto de progreso social.
Trate de exponer lo que quiere decir o intenta rebatir, exponiendo ordenadamente sus ideas, sin decir palabras poco agradables. Asi sera mas persuasivo.
Por otra parte, yo tambien opino que existe un proyecto, tal vez el nivel de sus protagonistas o de sus acciones, en ocasiones no sea muy elevado, pero por ahora, esta teniéndo exito, por la "ceguera", pasividad o la inacción de muchos cristianos.
Para saber lo que hemos de hacer cada uno de nosotros, a mi me ha iluminado mucho la lectura del documento de los obispos sobre la realidad social de España.
En todo caso, creo que ante este estado de cosas, cada uno ha de hacer lo que pueda, sin engañarse.
Algo segun las aptitudes y talentos, de cada cual, a ser posible dentro de algun grupo, para que podamos apoyarnos mutuamente y que haya sinergias.
Y nuestra acción, hay que actuar sin perder una visión sobrenatural, lo que nos dara el optimismo de la Esperanza. Para ello lo de toda vida, nos entendemos.
yo hace unos años que no me colgaba un crucifijo del pecho, pues daba por hecho que soy cristiano y no me tengo que convencer de ello,pero mira por donde cuando oigo campanas de que se van a retirar de los lugares públicos pues nada a las 48 horas de decidirme a llevarla por fuera de la ropa PARA QUE SE VEA BIEN me encuentro en casa de un amigo que está deshaciendo nudos de las cuerdas de muchos crucifijos que se han liado para niños de comunion y le pido comprarle una y me la regala y hala en 48 horas Dios me ha conseguido mi crucifijo. (providencia divina no confundir con varita mágica) Hoy se me olvidó dentro de la taquilla de mi empleo pero mañana la recojo y hala sin miedo y siempre con la fe por delante para que vean que hay cristianos que; trabajan ,rien, lloran, se alegran etc.
el shock para mí es :
hablar de cosas que ha dicho éste o aquel político.
comentar si ésta ley es buena o mala o no me gusta.
y un sin fin de más cosas sin sustancia que a lo único que nos lleva es a aquella conversación inútil de conejos; son galgos nó son podencos...
soy creyente de un Dios que me dice que no tenga miedo porque ese miedo me puede paralizar.
de un Dios que me dice que con el E.S. tendré una alegría tan grande que nadie me la podrá arrebatar y que podré contagiar.
y de un Dios que me dice que no tenga miedo sobre lo que tendré que decir cuándo sea llevado delante de los hombres porque "el Señor tu DIOS irá delante de ti a donde quiera que tu vayas" (Josué 1,6-9)
la misión que se necesita para evitar el genocidio espiritual no es el de todos a una como en fuenteovejuna aquí o allá.
la misión es la de anunciar la verdad y denunciar la mentira y la injusticia delante de los hombres.
cómo decía juan bautista cada uno en la condición que se encuentre sirva al Señor.
no hay que preguntarse nada no hay que opinar nada hay que ser testimonios enviados y mensajeros.
el amor es más fuerte que la muerte.
que prohiben comer huevos fritos pues nada hermano Dios te ama aunque no puedas comer eso.
que quitan derechos pues Dios te ama pero nos veremos en Estrasburgo.
que cada uno se las apañe donde esté y con quién esté pero ojo una sola fe un sólo bautismo un solo Señor y Padre de todos.
menos comentarios y más mover las posaderas que hay que salir del estado permanente de mansedumbre bovina en que estamos desde el 11-m.
ah pero es que las monjas se quedan encerradas...
olvidate de ellas Dios las necesita donde están.
ah pero mi vecino que es cristiano....
no cumple con Dios ó ...
olvídalo pero cuando te lo encuentres háblale de su amor para con él tambien haber si no se ha enterado todavía porque no le has hablado tú.
Dios sabe lo que hace SIEMPRE y si ahora hay que dejar la playstation y demás infantilidades y coger algúna actividad como un libro con más sustancia pues nada nunca es tarde si la dicha es buena.
la formula?
ORA ET LABORA Y EN LO QUE BUENAMENTE PUEDAS COLABORA
me ha recordado otro :
“Primero se llevaron a los negros, como no lo era, no me importó; luego a los judíos, tampoco me tocaba; detuvieron a los judas pero yo no era religioso; apresaron a los comunistas; y ahora me toca a mi, y ya es demasiado tarde”.
Hermosas palabras, erroneamente atribuidas a Brecht.
El verdadero autor, Martin Niemöller, nació en 1892 en Lippstadt, fue condecorado en la Primera Guerra Mundial como oficial de submarinos, tuvo simpatías por el primer nazismo pero terminó en prisión cuando puntualizó que él, como pastor luterano, tenía un solo Führer y ese era Dios. Desde 1937 a 1945 estuvo en los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau.
Estoy muy de acuerdo con lo que dice Jaime, también hay que preguntarse dónde están los "populares", y a lo mejor es todavía más escurridiza la antropología que está de verdad detrás de sus posiciones y de sus objetivos reales.
Seguro que a más de uno le parecerá otra "boutade" lo que voy a decir. Yo no creo que la verdadera regeneración etica de nuestra sociedad pueda venir de la política. Por supuesto, no de las izquierdas, que están en un porogresismo de salón, más reactivo que realista. Y tampoco de las derechas, que se avergúenzan de mencionar sus raíces. Y estoy convencido de que sin etica no hay democracia verdadera. Y de que sin fe religiosa muy profunda y muy verdadera, la ética es muy problemática y muy difícil, no digo que sea imposible. La regeneracion tendrá que venir de hombres y mujeres que tengan convicciones eticas claras y firmes, entre ellos, en un lugar destacado, los cristianos que se decidan a serlo de verdad. No bastan las etiquetas. Hace falta la verdad y la coherencia de la vida. Fuera de una fe cristiana convencida, veo pocas posibilidades. Seguro que las hay, espero quiero verlas, oirlas, leerlas, comprobarlas.
¿Quién defiende de manera libre y coherente la primacía y la dignidad de la persona, de las personas amenazadas, de los niños no nacidos, de los v
ancianos, de las mujeres, ante la degradación moral y el atropello de la vida en los abortos, en la permisividad sexual, en el fomento de los divorcios, en la violencia doméstica, en la trata de blancas y negras, en la difusión de la ideología de género, en las corrupciones económicas de la vida municipal, ante las influencias, la falta de libertad judicial, el menosprecio de la religión católica, el sectarismo de la información, la falta de solidaridad territorial, autonómica y separatista, las amenazas y las presiones del terrorismo, etc.etc. ¿O es que es todo igual, y basta con decir Ufff!? Si no somos capaces de decir NO a nada, porque todo es igual, tampoco seremos capaces de decir SI a nada, por la misma razón. En fin, tranquilidad y esperanza, pero a Dios rogando y ... El nos ilumine y nos ayude.
Pues los socialistas estan donde siempre estuvieron: traicionaldo al obrero a cambio de ir dominando cada vez más la sociedad.
Y derribando imagenes del Sagrado Corazon de Jesus, como han hecho un grupo de desalmados e impios en Madrid
Que El nos ayude para que, de la mano de la Virgen del Pilar España sea fiel a Cristo.
1) Divorciada, madre soltera tras su divorcio, que concibió a su hijo a través de la fecundación artificial (selección de embriones que supone, eufemismos aparte, la masacre de seres humanos en estado embrionario, en la que sólo uno sobrevive y los demás son asesinados fríamente), contenta con algunas leyes socialistas como el “divorcio express”, que se ufana de ser católica, ¿quién es? Respuesta: Dolores de Cospedal, secretaria general del PP.
2) Se jacta de estar casada por lo civil, de no ir a misa, de estar encantada con las uniones homosexuales aunque no se les llame “matrimonio”, y de desear que la Ley de despenalización del aborto se cumpla en sus justos términos. ¿Quién es? Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz parlamentaria del PP.
3) Dicen que el PP necesita de un desplazamiento hacia la izquierda que les lleve a ocupar el tan ansiado espacio centrista. ¿Quién opina así? Ruiz Gallardón y Rajoy. Mi opinión. El centro no es más que la constatación de un relativismo intelectual. Todos buscan el centro, no escorarse ni definirse política y éticamente, porque ven en el igualitarismo intelectual y cultural su validación ante los electores.
4) Pide a la Iglesia que apoye al PP. Y, para mayor escarnio, se lo pide con tono amenazante, avisando de que esta legislatura va a ser dura para la Iglesia, y que más le vale aliarse con el PP para frenar la “ofensiva laicista”. ¿Quién es? González Pons, portavoz del PP.
En resumidas cuentas, cuando los cristianos de una sociedad son capaces de seguir llamándose con ese nombre mientras defienden el asesinato y la ruptura del vínculo sagrado del matrimonio, la enfermedad está en la raíz. Europa, como dicen los obispos, ha dejado de ser cristiana.
Todo no es igual y por eso digo NO a los socialistas y digo NO a los populares. La actual crisis no es sólo económica, sino más bien moral.
Una guía útil en estos tiempos puede ser la encíclica "Sobre la cuestión social" de Juan Pablo II, pues, aunque escrita en 1987, no deja de meter el dedo en la llaga sobre los problemas mundiales y cómo el cristiano debe comportarse. En dicha Carta se propone un modelo que, partiendo de la liberación interior de las personas, mediante la libre acogida de Jesucristo, es posible crear una sociedad capaz de casar la justicia con la libertad, mediante un liberalismo ilusionante pero jamás absoluto, moderado siempre por las exigencias de la justicia social.
Y para no alargar más este post, decir que, en mi opinión, los males que aquejan a la sociedad no son fruto de los sistemas ni de las estructuras, sino que nacen de las actitudes individuales, del fondo de valores de cada ciudadano y cada gobernante. Las “maldades sociales” nacen de las “maldades individuales”. Las injusticias arrancan del corazón egoísta del ser humano.
Como cristiano y persona de izquierdas que me considero (de aquel socialismo de los que daban la vida, que nació con claras raices cristianas) y como hijo que quiere ser fiel a la iglesia, me duele doblemente la traición de éstos vividores.
Si la izquierda se ha caracterizado por algo es por la defensa del más débil, y el niño en el vientre de la madre es el más débil... y tb la madre empujada a abortar por presiones laborales...
Estos del PSOE tienen que agarrarse al "progresismo" porque en lo demás se han entregado totalmente al capitalismo neoliberal.. y si no, no hay más que ver los beneficios de la banca los últimos años...
También me pregunto donde están nuestros populares. Me explico o lo intento brevemente. ¿Existe una alternativa representada en el PP, que se oponga al relativismo, hedonismo, nihilismo, neomarxismo, insulto y descalificación a nuestra historia y nuestra cultura, etc? No. Y usted lo sabe. Leí su conferencia en la que se le acusó de pedir el voto para formaciones pequeñas (algo falso). Me gustó mucho porque veo como un arzobispo vislumbra los problemas que afectan a España.
El PP no representa nada de lo que creemos y defendemos, es más, se acomoda al cambio de régimen.
(...)
Gracias y un cordial saludo en Cristo estimado don Fernando
El fragmento que los define es justamente éste: "Hasta ahí llega su progresismo. Para ellos, como para los adolescentes del 68, libertad es la capacidad de afirmar y de hacer cada uno lo que en cada momento le venga mejor, sin ninguna referencia a la verdad de las cosas, que no podemos conocer, ni a la verdad de nuestra condición humana, que es absolutamente mudable, ni a ninguna valoración de bien o de mal, que depende en cada momento de las conveniencias de cada uno. Estamos en pleno relativismo subjetivista". Lejos de ser un tópico o un insulto es una descripción tal cual son. O sea la nada capaz de reducirlo todo a igual.
Como la "francesa" aquella revolución del 68 francés está superidealizada. Aquellos "niños burgueses" del 68, hijos de papá, hedonistas, con ideas de izquierdas, contemporizadores con el totalitarismo de los países del este y el maoísmo. Ellos corrían las calles para defender no sé que causa de los pobres o luchar por no se sabe qué sutiles injusticias imaginarias, se levantaron contra un estado democrático y pegaban a los polocías que hacían su trabajo defendiendo el orden, o sea pegaban a los de la clase social más baja y trabajadora, al obrero que no pudo quizá ir a la Sorbona a estudiar.
Y qué va a peedir una rebelión burguesa autoprotegida? Pues nada, más flojera aún: marihuana, psicodelia, ausencia de normas, promiscuidad a tope y sin freno, nada de autodisciplina, ni superación, causas narcisistas,...nada.
Prefiero no hacer comentarios, porque el demostrativo es suficientemente elocuente.
Las preguntas de "unocualquiera" son muy dignas de consideración, pero es imposible responder a todo eso en pocas líneas. La respuesta requeriría un tratado de Historia moderna. Poco a poco el análisis va saliendo en nuestros comentarios.
-Hay razones filosóficas (subjetivismo, empirismo, racionalismo, Ilustración, marxismo, existencialismo). El rechazo de la razón y de la filosofía contra la fe ha ido llevando a la humanidad a formas de cultura cada vez más cerradas, más cautivas de nosotros mismos, más empobrecidas y degradadas. Hay razones políticas, las ideologías han sido favorecidas y utilizadas como instrumentos para destruir lo existente y alcanzar el poder.
-Hay razones digamos que religiosas, los católicos no hemos sabido evolucionar con flexibilidad en las formas históricas de organizar la vida de la Iglesia, no hemos dado testimonio de la verdad y la bondad de Dios con suficiente claridad, tanto en la vida personal como en algunos comportamientos colectivos.
-Hay también razones de tipo económico, la abundancia, el consumismo, el comodismo, en el fondo distintas versiones del creciente materialismo.
-Y luego está la fuerza del pecado original, que como una ley de gravedad inevitable, a todo el que no reacciona contra ella, lo va llevando a la adoración de lo visible y al olvido de lo invisible.
Si juntas todo eso, pues ya ves lo que puede salir. Todo eso requiere una fuerte reacción de reflexión, de adoración, de obediencia a Dios y reconstrucción de la vida desde la verdad de la fe y con la fuerza del amor cristiano puesto de verdad en práctica.
Las ambigüedades de la historia han sido utilizadas contra la Iglesia, contra el cristianismo precisamente para afirmarse en el poder. Algo de eso, mucho de eso es lo que estamos viendo y viviendo y permitiendo en España. El peso político de la Iglesia, las características de la historia de cada país modifican la situación y proporcionan razones o apariencias de razones para atacar la fe y la cultura critiana. En ese contexto enrarecido mucha gente, poco arraigada, con una fe poco personal, se siente desconcertada, se pasa fácilmente a lo que más se lleva, a lo que más suena, y en esas estamos.
Remedios? El primero y principal la reacción de los católicos, la seriedad de nuestras convicciones y de nuestra vida, la unidad entre todos, las ganas sinceras de estar cada uno en su sitio y cumplir lo que de nosotros dependa. Y por supuesto la presencia y el testimonio y la acción de los católicos en el todos los sectores de la vida social y pública, educación (pero con claridad), opinión, organizaciones sociales, política con verdadera inspiración y coherencia cristiana, (voto, participación, responsabilidades), en plan seglar, sin querer vivir al amparo de los obispos en lo que tiene que ser decisión y responsabilidad seglar de cada uno. La verdad es que los españoles en general, y los católicos españoles en particular, tenemos poca experiencia de vivir y hacernos valer en una sociedad democrática, con la presión tan fuerte de los laicistas que quieren sacarnos del juego. En otro contexto, a la medida de nuestras situaciones, tenemos que recuperar la claridad, la firmeza y la valentía de nuestros mártires. Los tenemos demasiado olvidados. Saludos amigos. Dios nos mueva y nos despabile a todos.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.