Cómo descubrir a Dios
A Dios nadie lo ha visto jamás. Pero nos ha dejado pistas suficientes como para que podamos estar seguros de su presencia, de su providencia y de su benevolencia con nosotros.
Es vocación inevitable del hombre hacerse cargo de la realidad que le rodea y vivir en relación con ella. Esta realidad son los demás, somos nosotros mismos, es el mundo y todo lo que el mundo supone antes o después, delante o detrás de El. Por eso la pregunta sobre Dios es parte de nuestra vida consciente. Esa pregunta tan simple es la que nos hace hombres y nos separa radicalmente del mundo animal.
Por eso puede ser interesante dedicar unas líneas a esta cuestión. ¿Podemos saber con certeza si existe un Ser infinito, anterior al mundo, creador y providente? Y si existe ¿podemos saber algo de El? Una respuesta esquemática puede servirnos para repasar los caminos de nuestra fe y si hace falta fortalecerla. Puede servirle a quien esté pasando un tiempo de dudas y de inseguridad. Y nos puede servir si es que alguna vez podemos y queremos hablar de esta cuestión con algún amigo o familiar no creyente.
Una advertencia preliminar es indispensable. Para hablar de Dios, como para hablar íntimamente con otra persona, hace falta un clima. Un clima de sinceridad, de autenticidad, de querer conocer la verdad, sin prevenciones, sin posturitas, un clima de confidencialidad, de respeto, de hablar, como se dice, con el corazón en la mano. Y hace falta tener un deseo sincero de querer encontrar la verdad y acomodarse a ella. Conocer la verdad es cuestión de inteligencia, pero más profundamente es cuestión del corazón. Hay actitudes profundas del corazón que nos hacen no querer ver lo que no nos conviene. Jesús se lo decía a algunos de sus oyentes que no le creían. No me creéis porque buscáis vuestra gloria por encima de la verdad. Por eso para hablar de Dios hay que comenzar por crear la disposición interior de querer escuchar, de querer saber, de querer acertar en la propia vida.
En nuestros tiempos es también indispensable comenzar por reconocerse responsable de la propia vida. Ser persona, ser libre, es ser responsable de la propia existencia, ante nosotros mismos, ante los demás, ante todo y todos los existentes. También ante Dios si es que existe. Por eso la pregunta sobre Dios va pegada ineludiblemente a la experiencia de nuestra propia libertad. Por eso, por nuestro bien, nos interesa buscar la verdad, atenernos a la verdad, construir nuestra vida con materiales de verdad para que no se nos disipe como el humo. Aquí nos vamos a encontrar con la necesidad de aclarar el concepto de libertad. Hoy la libertad se entiende como la capacidad de disponer del mundo como mejor me parezca para conseguir mi bien. Pero el bien solo lo conseguimos si nuestros deseos coinciden con la realidad, con la verdad de las cosas y de nuestro propio ser que no depende de nosotros mismos. Quien llega a esta disposición interior de buscar la verdad, de querer vivir de acuerdo con la verdad general de la realidad, está muy cerca de Dios y puede llegar a conocerlo y a vivir amorosamente en su presencia apoyándose en el testimonio de Jesucristo y adorando, amando y obedeciendo a Dios tal como se nos aparece en la palabra y en la vida de Jesucristo, en su muerte y en su resurrección. Ser cristiano consiste precisamente en relacionarse con Dios tal como nos lo ha mostrado Jesucristo en su vida, en su muerte y en su resurrección.
Para responder a la pregunta sobre Dios, que no vemos, tenemos que comenzar a discurrir desde lo que vemos. Preguntarse sobre Dios equivale a preguntarse sobre el origen de lo que existe. Desde la limitación de nuestra vida y de todas las cosas que vemos, podemos preguntarnos cómo se da el primer paso desde la nada a la existencia de esta maravilla que es el mundo y que es nuestra vida. No preguntamos sobre cómo ha sido el proceso, si de repente o por derivación de unas cosas a otras (evolución). La cuestión radical es cómo y por qué ha comenzado a ser lo primero que existió. Hay una afirmación evidente, de la nada no sale nada. Si admitimos que en un momento no hubo nada, nunca hubiera habido nada. Si decimos que siempre ha existido algo o alguien, eso que ha existido siempre no es por influencia de ningún ser anterior, sino por intrínseca afirmación de si mismo, por su propia infinitud. Este ser no creado por nadie, este ser absolutamente presente, es el Misterio original. Y este Misterio original tiene que ser un Ser inteligente, libre, personal, pues en su obra se manifiesta la inteligencia, el orden, la previsión, y se manifiesta la bondad. Ese Ser primordial, no creado por nadie, que se afirma por si mismo como ser necesario, es nuestro Dios, para los cristianos un Dios Trinidad y Padre misericordioso.
Todo esto que puede quedar un poco borroso, nos lo aclara Jesús. Jesús es un ser histórico, un hombre como nosotros (para empezar), del cual tenemos testimonios cercanos y abundantes. Su vida, sus enseñanzas, los testimonios de sus coetáneos son accesibles a cualquiera. Forma parte del patrimonio común de la humanidad. Su doctrina interpela de tal forma que nadie que quiera vivir consciente y honestamente puede dejar de plantearse qué actitud debe tomar ante este hombre que nos habla de Dios y de nuestras verdades mas hondas. El nos habla de Dios como un Padre misericordioso que tiene providencia amorosa sobre todos nosotros, que valora nuestra vida, que nos perdona y nos ayuda, para que alcancemos sus promesas de vida eterna. Examinando la vida de Cristo se puede comprobar que El es digno de fe, por su bondad, por los efectos que tienen sus palabras en sus contemporáneos, porque da la vida por defender la verdad de su testimonio, porque el Dios de quien nos habla le resucitó después de haber muerto injustamente, ofreciendo su vida por nosotros, según consta por abundantes testimonios.
Como estas afirmaciones no dejan indiferentes a nadie, sino que si se aceptan requieren un cambio en la visión de la realidad y del mundo, en la visión de la propia vida, antes de llegar a la discusión teórica hay que intentar crear en nosotros, o en nuestros interlocutores, un deseo sincero de abrirse a la verdad, de no cerrarse obstinadamente en nuestras posiciones, por el deseo conocido o encubierto de no cambiar de vida, de no admitir ninguna realidad por encima de nosotros. San Agustín, un hombre inteligente donde los haya, dijo que la presencia de Dios ante nosotros es suficientemente clara como para ser percibida por quien quiere verla, y tan oscura como para no ser vista por quien no quiere verla. Ver la verdad es cuestión del corazón más que de la inteligencia y es fruto de un deseo sincero que se expresa en oración: Dios mío, dame la gracia de descubrir tu presencia y de alegrarme por el hecho de tenerte a mi lado.
¿Os parece que estas ideas pueden ayudar a una persona de buena voluntad a recuperar su fe, o a clarificarla, o a descubrirla por primera vez? No hay que enredarse en cuestiones sobre la Iglesia, sobre los curas, sobre la Inquisición o mil otras cosas. El tema de la fe se tiene que plantear estrictamente en el marco de la responsabilidad de uno mismo respecto de su vida y de sus actitudes de fondo en relación con su verdad y con la verdad del mundo. Es una cuestión de autenticidad consigo mismo. A este nivel, todo lo demás es muy secundario, ¿no os parece?
+ Fernando Sebastián Aguilar
48 comentarios
Orden, no caos, leyes físicas, que poco a poco conocemos más y mejor. Y cosas hermosas, criaturas hermosas que nos hablan de Dios.
Y, efectivamente, es desde la libertad y responsabilidad personal desde donde hay que dar la respuesta; no "echar balones fuera" con lo de siempre: que si La iglesia esto, que si los curas, que si los fieles, que si... yo que sé.
Yo, desde luego, creo en Dios, y creo en el Dios de Abraham, de Moises, EN EL DIOS DE JESUS," SU ABBA", su padre, su papaíto.
Gracias.
La segunda cuestión es que es dificilísimo, si no imposible, presentar a Jesucristo como Salvador si los mismos cristianos no tenemos suficientemente claro a qué vino Jesús a salvarnos. La cruz no tiene sentido sin la Resurrección, y esta Resurrección no se da en el plano terrenal, como la resurrección de Lázaro, sino en la Vida Eterna, la cual tiene su contrapunto: La condenación.
Desde que era pequeña vengo leyendo con gusto los Evangelios asiduamente, y lo que de ellos me quedó muy claro es la importancia de tener la perspectiva de la existencia puesta en el destino más allá de la muerte. Cristo insiste sobremanera en este punto. Pero yo sobre esto sólo oigo en la Iglesia un gran silencio. ¿Cómo vamos a hablar de la salvación a gente que no sabe de qué necesita ser salvada? La vida en la tierra es importante, la conducta moral determinante en el amor que nos profesamos unos a otros, pero ¿es que el destino eterno del alma importa menos?
¿Cómo hacer para que a una amiga se le meta en la cabeza que tener relaciones sexuales con alguien que no es tu marido es poner en riesgo tu alma?
Más preguntas ¿Somos cristianos por hobby o por necesidad? Y ya la última ¿Estoy equivocada o es que me han enseñado mal?
Quizá sea preferible que releas este último párrafo de monseñor.
""No hay que enredarse en cuestiones sobre la Iglesia, sobre los curas, sobre la Inquisición o mil otras cosas. El tema de la fe se tiene que plantear estrictamente en el marco de la responsabilidad de uno mismo respecto de su vida y de sus actitudes de fondo en relación con su verdad y con la verdad del mundo""
Y , cuando quieras atraer a alguien a la fe, no empieces por sugerirle que frecuente la iglesia, ni la amenaces con el riesgo de su alma si peca.
No estás equivocada en tus creencias, pero me da la impresión de que lo estás en tu modo de proceder cuando quieres llevar a alguien hacia el evangelio. No voy a discutirte el binomio salvación/condenación. Pero si quieres ayudar a salvarse a los demás no empieces por afearles sus pecados.
El evangelio es una buena noticia, no se anuncia con amenazas. La teología, después, cuando hayan recibido la buena nueva de que Dios les aama.
El tema que nos plantea hoy es el más bello que cabe considerar: cómo descubrir a Dios. A la pregunta de un periodista "¿Cuántos caminos existen para conocer a Dios?", Benedicto XVI respondió: "Tantos como hombres." Dios es un misterio allá por donde lo miremos: misterio es la creación, misterio la Santísima Trinidad, misterio la concepción de María, misterio la resurrección, misterio la redención por la cruz, misterio, en fin, el amor infinito que Dios nos tiene. Y misterio cómo Dios se aparece en el corazón de cada hombre. Yo conocí a Dios un poquito a través del encuentro con una persona que me habló de Él. Por medio de su amor y de mi amor hacia esta persona, "apareció" el Señor. Jamás podré explicar cómo fue, por mucha ciencia y sabiduría humana que yo pudiera acumular. La apertura de nuestro corazón a Él es el enésimo misterio de Su acción en nosotros. Las ideas que propone pueden valer tanto como no valer. El Espíritu del Señor sopla como quiere y donde quiere, lleno de misericordia por todos nosotros. Habrá hermanos que con menos de lo que usted propone consagrarían sus vidas a la contemplación y adoración del Señor; en cambio, otros, aunque fueran testigos de mil y un milagros, no saldrían de su soberbia ignorancia. Quedémonos con la respuesta del Santo Padre: "Tantos caminos como hombres." Y todos a cual más misterioso, misterio siempre de amor.
-Eduardo, conozco esas hermosas palabras de Benedicto XVI, pero tambien es verdad que el Card. Ratzinger hizo una espléndida y famosa conferencia sobre la catequesis en la Iglesia marcando los contenidos o los jalones que debe contener toda verdadera catequesis. Aunque es cierto que esos jalones cada uno los vive de manera distinta, según sus experiencias, sus facultades, según el calendario que cada uno tiene en el corazón de Dios.
-Añado una cosa, para facilitar nuestro camino hacia Dios no hay ,mejor preparación que el amor generoso y gratuito, el que recibimos y el que damos. Hace poco una madre joven me decía, "desde que soy madre entiendo mejor a Dios y estoy más segura de su presencia y de su amor". Es que Dios ha hecho la vida a su imagen y semejanza, por eso vivir la vida en verdad y en profundidad acerca a Dios. Y también es verdad lo contrario. Acercarnos a Dios nos prepara para descubrir la belleza del mundo y amar todo lo que Dios ha puesto en El. Para nosotros!
(A juicio de algunos lectores, tal vez me salga del tema. Espero y creo que no.)
Un cordial saludo
Creo que resulta muy benéfico conocer el camino que han llevado otras personas, hombres y mujeres de Dios, si bien, como Vd. dice, el camino de cada uno es distinto y está en el corazón de Dios. Las vidas de los santos, las historias de los conversos, los testimonios de quienes tenemos cerca nos dan pistas y pueden ayudarnos, aunque sea para no desesperar de nuestras limitaciones y pecados, sino al contrario, esperar siempre en Dios, en Jesucristo y en el amor infinito que nos busca y nos quiere junto a Él. Esa frase liturgica de "nos estimulan con su ejemplo y nos ayudan con su intercesión", aplicable a Jesucristo y a los santos -y, creo, a los que nos preceden y acompañan en la fe-.
1. Disposiciones afectivas preparatorias y favorables, humildad, deseo de ser honesto con uno mismo, con la realidad, deseo de situarse en la verdad y de vivir en conformidad con ella, algo que se parece y se acerca a un estado no solo de búsqueda sino de invocación. "Señor, si estás ahí, ..." ·"Señor que vea" "Ilumíname con la luz de tu rostro"
2. Percepción del mundo, de nuestra vida como realidad finita, insuficiente, inexplicable, cuestionante. En esto se alude a las experiencias del sin sentido de la vida, del deseo de verdad, de bien, de felicidad sin amenazas que todos tenemos para vivir en paz, la cuestión de la inmortalidad, esas experiencias pre-religiosas de la belleza, de la grandeza del mundo, que se pueden dar de muchas maneras diferentes, creación material, música, creatividad del hombre, amor, experiencias de vida y de muerte, etc.
3. Añado otro punto, testimonio verdadero de algún creyente sincero. Recuerdo una frase del Card. Ratzinger: "Aprendemos a creer viviendo con otros creyentes, como aprendemos a vivir humanamente viviendo con otras personas, aprendemos a hablar, a pensar, a amar, a ser generosos, viendo cómo lo hacen otras personas, sobre todo las más cercanas y queridas. Con los niños como con los adultos, la mejor pedagogía es invitarlos a practicar la fe con nosotros, vamos a rezar, a visitar un enfermo, a hacer cualquier ejercicio de piedad o de caridad, mostranso sencillamente lo que es vivir cristianamente, en casa, en el trabajo, en lo que sea.
4. La reflexión sobre la necesidad de un Ser absoluto, no creado, que sostenga la existencia de todos los demás, un Ser que tiene que ser inteligente, generoso, providente, libre, aunque solo podamos percibirlo confusamente, por referencia (analogías) con lo que podemos conocer en este mundo. (No hemos visto a Goya o a Velázquez, o al Greco, pero algo de ellos podemos saber por sus obras...). Es verdad que ahora hay quien dice que no podemos conocer nada de Dios, ni tienen ningun sentido las cosas que decimos de El. Esa manera de pensar entra en la corriente de quienes dicen que no podemos conocer la verdad de las cosas. El relativismo y el agnosticismo radical son posturas que se niegan a sí mismas. Es como aquel que decía "Todas las afirmaciones absolutas son falsas, menos ésta que digo yo". Vuelvo a la invocación, todo lo anterior es suficiente para hacer que nazca la oración, "Señor, ayudame a conocerte, a vivir en la verdad, a poder contar contigo"
5. Y con esta sensibilidad hay que acercarse (o hay que presentar) a la persona de Jesús, El es la Palabra, el Rostro, la Presencia de Dios para nosotros. El es Dios haciéndose hombre para que nosotros podamos escucharle y verle y tocarle con nuestras manos. Sus palabras, sus sentimientos, los hechos de su vida, todo ello es lo que más directamente nos permite conocer a Dios, amarlo, contar con El, confiar en El. Aemás Jesús nos muestra cómo hay que portarse con Dios, adorar, obedecer, amar, convivir, descansar en su presencia. "Cuando queráis rezar no andéis con mucha palabrería, decid así: Padre nuestro"... Todo el Padre nuestro es una descricpión de la verdadera fe. Esta fe en Dios, la relación filial con El es lo que da claridad, amabilidad, firmeza a nuestra vida y paz a nuestro corazón.
Desi, bienvenido a casa, te insisto en lo que decía anteriormente, la fe se la damos al Señor, ciertamente por mediación de la Iglesia, pero es el Señor quien se gana nuestra fe, creer en El es convivir adorándolo, dejando que El nos guíe en la vida, desde esa amistad, adoración, convivencia creciente con El, se nos hace más clara y más fácil de creer y de valorar la función de la Iglesia. No sé que pasajes del Catecismo te pudieron resultar tan difíciles. Te digo, primero, el Catecismo no es para leérselo de una pechada, es para leerlo a sorbos, tratando de entender y de encajar cada número, cada tema. Segundo, ve con calma, la fe nos hace entrar en un mundo nuevo, una manera nueva de ver y de vivir todas las cosas, como cuando se entra en un espacio nuevo hay que ir viendo las cosas y los detalles poco a poco, relacionando uno con otro, sabiendo de dónde viene y por qué está cada cosa, en fin, ve con calma, y si te hace falta búscate alguien que te acompañe en esos descubrimientos.
Bueno, amigos, Dios os bendiga.
Menudas preguntas, Pedro. Aunque, desde luego, son LAS preguntas que todo ser humano tiene que hacerse. En mi opinión, Él sí que se nos abre a nuestra inteligencia y a nuestro corazón. Ocurre que Él, como hacemos nosotros con nuestra mujer, hijos o amigos, nos pide amor. Y el amor, en último término, equivale a tener fe el otro. Sólo me ama quien tiene fe en mí, digan lo que digan los demás. Con Dios ocurre algo parecido: se muestra y nos da noticias suyas, pero no se manifiesta de forma que su presencia despeje toda duda; si así lo hiciera, obedeceríamos a Dios más por interés que por otra cosa. O sea, no aprenderíamos a amarle, nuestra inclinación hacia Él sería fruto de una adhesión interesada.
Por así decir, Dios quiere ser amado de la misma forma que nosotros, no con un enamoramiento inmaduro y adolescente, sino con el amor que se tiene por la propia mujer cuando hace años que ha perdido la belleza física y, aun así, nos sigue pareciendo la mujer más hermosa y noble del mundo.
En nuestra vida actual, Dios prefiere iluminarnos, no cegarnos con Su luz. Es un Dios escondido que se va mostrando poco a poco a los humildes de corazón. No pretendo responderle con esto que digo, Pedro, sólo quería compartir con usted esta reflexión a propósito de lo que ha escrito.
Adondequiera que su luz aplican
hallan, Señor, mis ojos tu grandeza;
si miran de los cielos la belleza,
con voz eterna tu deidad publican.
Si a la tierra se bajan y se implican
en tanta variedad, naturaleza
les muestra tu poder con la destreza
que sus diversidades significan.
Si el mar, Señor, o el aire meditando,
aves y peces, todo está diciendo
que es Dios su autor, a quien está adorando.
No hay tan bárbaro antípoda que, viendo
tanta belleza, no te esté alabando;
yo sólo, conociéndola, te ofendo.
1) si no creo en Dios y existe, pierdo.
2) si no creo en Dios y no existe, tal vez no pierda pero no gano nada; y, teniendo en cuenta el horizonte de sinsentido que tiene un mundo sin Dios, termino perdiendo también
3) si creo en Dios y no existe, no pierdo nada e incluso gano algo: mi vida ha sido guiada por la idea, todo lo platónica que se quiera, del sumo bien
4) si creo en Dios y existe, gano
A mí, pese a su cuestionable pragmatismo, la apuesta pascaliana me sigue pareciendo interesante: en caso de dudas, lo mejor es apostar por Dios.
"Lope no duda que todo proclama la grandeza del autor de la Creación. La duda sobre su existencia se ha reservado a nuestro tiempo. Los ojos abiertos descubren si miran a lo alto, la belleza, si bajan a la tierra, en la diversidad, su poder, como el mar, los peces y las aves señalan y adoran a su Dios... Bárbaro se llama, peor que cualquier bárbaro de las antípodas de la tierra, porque ellos aun en medio de su ignorancia alaban a Dios, y él, que lo conoce, que sabe que es verdad y no por fe o por doctrina pues conoce lo que ve con sus propios ojos"
Le haré caso, y trataré de domeñar mi impaciente naturaleza, pero es que con mi renovada fe me siento como un niño con botas nuevas ¡y no me quiero dejar un charco!
Me atrevo a contestar, con toda humildad, las preguntas de nuestro hermano Pedro, poniendo a prueba mi propia fe, y siendo consciente de la enorme probabilidad, cuando no de la seguridad, de equivocarme en algunas o en todas ellas, pues son las mismas que yo me he hecho durante mucho tiempo. Y, por supuesto, si alguna fuera correcta, no tendría por qué ser la única posible. Hay tantos caminos hacia Dios como hombres. Me atrevería a pedir que fueran misericordiosos con mis errores.
1.¿Por qué Dios debe representar un descubrimiento y no se nos abre Él a nuestra inteligencia y a nuestro corazón?
Dios es un secreto a la luz del día. No tiene que abrirse, está en todas partes. En la belleza de una mitocondria y en el suave mecerse de una hoja al compás de la brisa. Pero sobretodo lo vemos en el "gracias" sincero que le damos a un amigo y en la profunda gratitud que sentimos hacia Él por estar vivos.
2.¿Por qué está dramáticamente cerrada desde siempre la puerta de la muerte hacia la vida?
Esa puerta no parece estar dramáticamente cerrada. Jesús nos enseñó que estaba abierta.
3.¿Por qué hemos de pedir al Señor que nos ilumine si es lo único que necesitamos y Él lo sabe?
Por la conciencia de nuestra debilidad. Igual que sabemos que somos capaces de descubrir la estructura de la doble hélice del ADN, de la reacción en cadena de la fisión nuclear o de cómo aumentar el rendimiento agropecuario o curar una grave enfermedad, también sabemos de nuestra debilidad. Todos podemos caer.
4.La entrega a los demás nos conforta y enriquece, pero ¿por qué sabemos que ahí se manifiesta Dios? ¿Porque queremos creerlo?
Deus charitas est. Dios es caridad. Ninguna otra realidad puede hacerlo más claro. No es una cuestión de capricho. Es así.
5.¿Por qué hay tantas tinieblas en el misterio de Dios si Él es Luz?
¿Cómo va a haber tinieblas en la Luz? Las tinieblas están en la inteligencia y en el corazón del hombre que no vive en la Verdad.
6.Todo lo bueno que hay en nosotros viene de Dios, pero ¿por qué muchos no lo sabemos si desea que Lo conozcamos?
Todos sentimos el profundo deseo de encontrar al Padre. Pero no todo depende de nosotros. La fe es una cuestión también de "fe en el hombre", de confianza en el hermano. Los hombres, a su vez, tenemos la obligación de ayudar a nuestros hermanos en la fe. Esa obligación, la podemos cumplir mejor o peor, pues somos libres y podemos caer.
7.En vez de decirle:"Señor, ayúdame a conocerte, a vivir en la verdad, a poder contar contigo", yo le diría con todo el respeto del mundo, “Señor, que te conozca, que viva en la verdad; tenme siempre contigo”
¿Qué diferencia hay?
8.¿Por qué viven y mueren siglo tras siglo miles de millones de hijos de Dios y hermanos nuestros sin conocerlo?
¿Y qué pasó con las generaciones de hombres que no pudieron conocer a Jesús? Sólo Dios, nuestro Padre, lo sabe. En cualquier caso, el misterio de cómo unos hombres con ningún arma más que su fe y su amor por el prójimo han prendido la llama en muchos de nosotros sigue estando ahí, bien expuesto a la luz del día, para escándalo de los escépticos.
9.¿Por qué no se portan bien con una niña, con su mujer o su marido, con los otros, con Dios, y no lo llegan a adorar, obedecer, amar, convivir, descansar en su presencia?
Como en las demás cuestiones, no sé la respuesta completa, ni creo que nadie la tenga. Pero creo que tiene que ver con otro precioso don de Dios, el milagro diario y continuo de nuestra libertad.
Un cordial saludo
Estoy seguro que tambíen recitaría este verso de su Madre Teresa de Jesús.
NADA TE TURBE
Nada te turbe;
nada espante;
todo se pasa;
Dios no se muda, la paciencia todo lo
alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta.
Que Dios te bendiga hermana.
Permite que me entrometa a las preguntas que le haces con tanta agudeza a Monseñor.
Medita un poco en la oración que he colgado en mi anterior post en respuesta a Cuca, puede que te ayude algo a tus preguntas; aparte de la contestación que tan sabiamente te dará D. Fernando.
Pido a Dios que tus dudas te sean aclaradas.
Pedro, tus preguntas son hondas y sinceras, son también comunes, arrancan del corazón, y le pueden surgir a cualquiera que quiera vivir su fe intensamente. Las respuestas de Desi son muy acertadas y muestran que no es tan aprendiz como dice. Dios te ayuda mucho.
Antes de intentar responder te digo que las respuestas posibles, para que nos resulten válidas, requieren de nosotros que nos pongamos delante de Dios en la situación correcta, de pobres criaturas, conscientes de nuestra pequeñez, que no podemos pedirle cuentas a Dios. Quien tiene alguna experiencia de Dios, de adoración verdadera, sabe que Dios es un abismo que nosotros no podemos abarcar ni controlar de ninguna manera. Su presencia nos envuelve pero también nos desborda, creer en El es dejarnos llevar por El sin intentar discutir con El, Esa es la "obediencia de la fe". Esa es la verdadera adoración.
Otra idea fundamental. Dios que nos ha creado libres, respeta absolutamente nuestra libertad, quiere que seamos nosotros los sujetos de nuestra vida. El nos ayuda a andar, pero quiere que seamos nosotros quienes caminemos. De otro manera nunca podríamos crecer. Esta es la mejor respuesta a ese falso argumento de los modernos ateos sartrianos, "si Dios existe yo no puedo ser libre; si yo soy libre no puede haber un dios delante de mí". La solución está en caer en la cuenta que el Dios de Jesús es un Dios que es todo amor, no imposición, y por eso mismo nos da su gracia sin imponer nada, esperando que nosotros, libremente, amorosamente, pongamos nuestra vida en sus manos. Es verdad lo que dice Apolinar, creer en Dios es darle nuestra confianza a fondo perdido, con un amor definitivo, que no se discute por nada "Yo sé que Tu eres mi Padre pase lo que pase". Piensa en la oración de Jesús en la angustia de la cruz "En tus manos pongo mi vida" Es la cumbre de la adhesión a Dios desde nuestro mundo de hombres. Por eso nos salva, rescata la humanidad para Dios. Ser cristiano es entrar espiritualmente en esa oración de Jesús, con todo el corazón.
Y con eso se pueden situar tus preguntas y podemos buscar una respuesta.
1. Dios nos ilumina de muchas maneras, nuestra capacidad de entender, de sentir la belleza y el valor de las cosas, de las personas, de los gestos, es un reflejo de su Sabiduría. Su presencia se está expresando ante nosotros en cualquier momento de la vida como se expresa el amor de un hijo, de un esposo, de un amigo, en un regalo, en un ramo de flores. Todo lo que existe es regalo de Dios, su rostro, su amor está detrás de toda la belleza y bondad del mundo, de la vida, de las infinitas posibilidades que nosotros desconocemos o menospreciamos.
2. La gran respuesta de Dios a nuestras posibles preguntas es Jesús. El es la luz de Dios en este mundo y en la vida de cada uno, si quiere, si cree en El. En El nos ilumina, nos habla al corazón y nos descubre lo que hay detrás de la muerte. Las apariciones de Jesús a los Apóstoles son básicas para el fundamento de nuestra fe y nuestra relación con Dios. Para los cristianos el Dios verdadero, siempre es el "Dios que resucitó a Jesús".
3. Pedimos a Dios que nos ilumine, pero lo que deberíamos pedir es que nosotros seamos capaces de sentirnos iluminados por El. Podemos distraernos, ofuscarnos, volvemos al misterio de la libertad. Piensa que Dios dejó actuar a los vedugos de su Hijo para que pudiera manifestarse hasta el final la fidelidad y el amor de Jesús que es el amor de Dios entregado y manifestado en su Hijo hasta el extremo.
4. Lo mismo, porque Dios que se nos manifiesta en su Hijo Jesús, se nos manifestó como amor misericordioso en la entrega de Jesús por nosotros. Esa es la revelación más elocuente de la verdad de Dios para nosotros. Jesús, en su máxima debilidad de la Cruz, es Sabiduría y fuerza de Dios (del amor de Dios) para nosotros. Imitar esa entrega es nuestra forma de vivir como hijos de Dios, de acercarnos más realmente a Dios, y de poder disfrutar de su presencia. Piensa que las respuestas más profundas no las podemos buscar con nuestra cabecita, sino que es Jesús, en el fondo, Dios mismo, quien nos las da. Así están más al alcance de todos. No hace falta ser un filósofo, basta con acercarse a Jesús con humildad.
La 5 y la 6, estamos en lo mismo, es nuestra pequeñez, nuestra debilidad, nuestros pecados (adoración del mundo) lo que nos hace no ver la luz de Dios ni disfrutar de su presencia. Hay que desandar con paciencia el camino de nuestros alejamientos...
La 8 y la 9, tienen una respuesta parecida. Dios no quiere hacer las cosas por su cuenta, porque entonces no nos dejaría sitio a nosotros, no creceríamos como seres libres, por eso Dios ha querido asociar al hombre a su propia salvación, no de manera individualista, sino con toda la realidad de nuestro ser, que es comunitario, fraternal. No hay un plan de Dios para cada uno, sino un solo plan de salvación para la humanidad entera, querida y salvada en globalidad, dentro del cual están nuestros caminos personales. Por eso hay un salvador, único y común, que es el fundamento y el camino de la salvación de todos. Eso requiere un tiempo de preparación (antes de Cristo) y un tiempo de consumación (hasta el final de los tiempos). Juan Pablo II dijo que estamos "en los inicios de la redención", falta mucho para que todos los hombres puedan conocer a Dios y creer en El apoyándose explícitamente en nuestro salvador común que es Jesucristo. Mientras tanto, Dios que quiere la salvación de todos los hombres, salva a todos en la medida en que cada uno es dócil y fiel al misterio de la verdad y de la vida tal como cada uno ha podido llegar a conocerlo. Todo está por Dios orientado y vinculado a Jesucristo, pero esa vinculación no puede ser igualmente conocida por todos, porque somos históricos, porque somos limitados, porque con nuestros pecados ponemos muchas trabas a la realización de los planes de Dios, porque necesitamos la mediación de otros muchos que no siempre llega, sin culpa nuestra. Pero Dios tiene paciencia. Su paciencia es nuestra salvación, dice San Pablo.
NO pretendo poner demasiadas claridades. Dios es deslumbrante y cuanto más nos acercamos a El, más. Pero este deslumbramiento nos permite ver mejor nuestra realidad y la realidad de todas las cosas. La tiniebla de Dios es más luminosa que la luz de este mundo. Podemos terminar comentando la oración del salmista. Dice: "Ilumina Señor tu rostro sobre nosotros". El rostro de Dios que ilumina nuestra vida es Jesús, su vida, su palabra, su memoria en la Iglesia, su presencia invisible en el fondo de nuestro corazón. El es la luz de nuestra vida.
Menudas respuestas me habéis dado. No esperaba tanto. ¡Vaya lujo! Un abrazo a todos los blogueros. Hasta pronto.
Asimismo cuando se manifiesta el máximo abajamiento, la entrega mayor, la Cruz, es cuando, para los hombres que creen, se muestra más patente su amor infinito. Decía Pascal que “la Cruz vela y revela la divinidad de Jesús”. La vela, la oscurece, para los que no tienen fe, es un escándalo para judíos y gentiles, como decía San Pablo, pero nos acerca mucho a Dios, que se nos revela como el amor más grande, para los hombres de fe.
El “abajamiento” de Cristo, con fe o sin fe, es asombroso. Debe de ser incluso incomprensible hasta para los que tienen una gran fe. El Grande se hace pequeño y muere crucificado como un delincuente. Es un ejemplo de la maldad humana y por eso nos estremece al leerlo y al recordarlo. Ya sé que es muchas más cosas, entre ellas la voluntad del Padre. ¿Cómo será el sufrimiento de Dios Padre? Otro Misterio. Pero sucede que mientras escribís estas hermosas alabanzas a Dios, que no dudo que se merezca y aun mucho mejores si supieseis expresarlas, en este momento viene un tirano, un tsunami, un terremoto, una hambruna, un coche bomba, una enfermedad y se llevan por delante la vida de decenas, centenares, millares o millones de personas. Dios les dio la vida y un criminal o la naturaleza se la quita cumpliéndose la voluntad de nuestro Padre. Dios reprueba las malas acciones, pero el mal está presente aunque le pedimos continuamente que nos libre de él. El siglo XX es la prueba del poder del mal. Como todos los anteriores pero en mayor escala.
Benedicto XVI se preguntaba en un campo de exterminio nazi por qué el Señor había tolerado aquello. Me habláis de la libertad del hombre. Acabo de leer que un hombre retiene a su hija durante 24 años en un sótano en Austria y que la mantuvo prisionera y dio a luz a siete niños. Libertad del hombre para entregarse a Él pero también para, haciendo honor a su naturaleza dañina, llenarnos de horror. El mundo está lleno de sufrimiento, no sólo de belleza, ¿no os parece?
Totalmente de acuerdo con usted. Especialmente en la invitación a ir a lo esencial, y a descubrir a Dios desde Jesús.
Creo que era Camus el que escribía que las cosas bellas de la vida eran las que terminaban de hacerla absurda, en un contexto general de sufrimiento y sinsentido atroz.
Jesús, aun sabiendo que acabaría padeciendo la tortura más cruel y humillante de Roma, debió tener una actitud vital muy positiva, tuvo que ser un individuo con excelente sentido del humor. En los evangelios nunca se dice textualmente que Jesús haya sonreído, pero sabemos que a los niños les gustaba acercarse a Él. Como es sabido, los niños no se acercan a terribles y solemnes profetas con gesto sombrío. Se acercan a las personas que trasmiten vitalidad, diversión, confianza, alegría de vivir. Creo que eso sí que debe ser universal y válido para todas las culturas.
A mí me gusta pensar en este detalle cada vez que me detengo a pensar en lo dura que es la vida: Él lo sabía mejor que nadie y el primer milagro que hizo fue... ¡transformar el agua en vino!
Sí, la clave de casi todas las objeciones que se ponen contra el cristianismo están en el hecho de no tener en cuenta la verdad de la encarnación y de todas sus consecuencias. Dios se somete a los ritmos de la historia, a la mediación de los hombres, con todos sus pecados, con todos nuestros fallos. La santidad es, entre otras cosas, tomar en serio esa expectativa de nuestra colaboración que Dios tiene, a la que ha querido sujetarse. Nosotros, cuando nos apartamos de la voluntad de Dios, retrasamos la eficacia de la redención, el verdadero progreso del mundo, la manifestación de la Sabiduría y del Amor de Dios, del esplendor de Cristo. La debilidad de la Cruz es la culminación del amor y de la fidelidad de Jesús, la manifestación suprema del amor de Dios, su verdadera fuerza ¿Quién puede argumentar contra un Dios que se deja matar por nosotros, para librarnos del poder del mal que se ceba en El? Es verdad que la libertad del hombre ha sembrado el mundo de crueldades injustas y de mucho dolor. Dios ha querido sufrir ese dolor, Dios está con las víctimas de todas las injusticias, y con la resurrección de Jesús ha demostrado que sabe ser misericordioso y justo resucitando a los muertos. Un filósofo moderno y ateo, creo que fue Bloch, dijo que sólo una hipotética resurrección de los muertos podría hacer justicia al sufrimientos de los hombres, de muchos hombres. Pero Dios ya lo había visto antes que él. ... Pedro y VK, para poder responder a esa tremenda cuestión de la existencia del mal en el mundo y de tantas aparentes victorias del mal en la historia, hay que contar con la resurrección, con el cielo, y hasta con el infierno, no en plan de castigo justiciero, sino como consecuencia de la seriedad de la libertad y de la verdad de Dios. Dios respeta nuestra libertad hasta el final, ha hecho y hace todo lo que puede en su omnipotencia por atraernos hacia El, pero quien se eempeñe lo puede negar, lo que pasa es que él solito se condena a vivir en la contra-vida. San Pablo dice que Dios resucitó a Jesús para demostrar que es justo. (justicia en San Pablo significa generalmente providencia misericordiosa y salvadora de Dios hacia nosotros). Buenas noches, amigos, y Dios con todos.
En la actualidad, la gente, especialmente los jóvenes, por su mayor vulnerabilidad intelectual, se van tras cualquiera de los numerosos falsos mesías que se van agolpando según transcurre la historia y no piensan las cosas sometiéndolas a un análisis lógico y en consecuencia, aún animados de buena voluntad, acaban teniendo en la cabeza ideas contrapuestas que conviven en total armonía por no ser enfrentadas nunca unas con otras.
Entre mis amistades y algún pariente, tengo ejemplos de ésto y desgraciadamente he comprobado su total impermeabilidad al razonamiento; la vía del Ser Necesario, del Primer Motor, etc., no les dice nada. Ni siquiera la predicación de “fray ejemplo” les permite conocer los árboles por sus frutos a la hora de discernir dónde está la verdad. Se hacen, en el mejor de los casos, una religión sincretista a la carta y de ahí no hay quién les mueva. Para intentar acercarles a la Fe, no veo mas forma que pedirle al Señor que se la de, sin mas, porque tratar de convencerlos es un desesperante dar cabezazos contra la pared.
Se dice que Camus perdió la fe al ver a un niño atropellado y muerto, en brazos de su madre. El comentó: “y el cielo calla”. Quisiera apostillar que el gran escritor francés, en la última etapa de su vida, ante la imposibilidad de vivir el absurdo y sin sentido de una vida sin Dios, se convirtió y quiso incluso ser bautizado. Lo cuenta el pastor Howard Mumma que le acompañó en su itinerario hacia la luz. El libro se titula “El existencialista hastiado. Conversaciones con Albert Camus”, Vozdepapel.
Y ahora viene el misterio.
Dice Ud, TAJANTEMENTE como en Juan 1-18."A Dios nadie le ha visto jamás", El Hijo Único, que está en el seno del Padre, El lo ha contado "(Biblia de Jerusalen.Desclee de Brouwer.Bilbao)).
Pero para mi, es un profundo misterio, y siempre me llama mucho la atención, el que en el mismo Juan 14-8, se dice claramente: "El que me ha visto a mi ha visto al Padre".De lo que se deduce, que el que tuvo la inmensa fortuna de ver y conocer a Jesucristo (Dios y Hombre verdadero)en carne mortal HA VISTO A DIOS.Y a lo largo de su corta vida ( 33 años) fueron muchos los que devieron verle.Y también en respuesta a los fariseos, en Juan 8-19 dice:"Si me conocieraís a mi conoceriais tambíen a mi padre.Luego Dios es totalmente visible en Jesucristo e igual a El.No le quiero molestar más. Podría decirnos algo sobre esta cuestión ?.Como a Dios nadie lo ha visto jamás, y como se ha manifestado y visto como el mismisimo Dios en Jesucristo, con una absoluta e igual presencia e identidad ?.Debe ser el Misterio de la Santisima Trinidad (Padre,Hijo y Espíritu Santo.Tres personas en una misma naturaleza).Profundo y oculto misterio.
Yo se poco de esto.Nos puede desvelar algo más?.Que nos dice ?
Muchas gracias y cordiales saludos.
POSDATA:Felicidades por su precioso artículo.Lo voy a guardar como lo que es, un tesoro.
Me está metiendo de nuevo en el camino.
Autenticidad y coherencia de vida(ante tantos idolos como tenemos delante) e aquí la grave cuestión; ha dado en el epicentro de la diana de la dificil solución, ( y que hago con los idolos a los que estoy mal acostumbrado ?)
Por lo menos para mi.
Cuca, en mis tiempos jóvenes leí a Camus con mucho interés y con mucho respeto. El en sus ensayos no tenía en cuenta a Jesucristo. No es verdad que el cielo calle. Dios habló bien fuerte en Jesucrsito, en su muerte de una manera y en su resurrección de otra. No podemos decir que Dios es indiferente al dolor de los hombres, El se hizo hombre para participar en este destino del dolor y de la injusticia, hasta la muerte, para vencer la fuerza del mal desde dentro del mundo. Cuando encontramos a Dios vemos que todos nuestros malos están humanizados de antemano por el paso de Jesús, en todas partes ha quedado el buen olor de Cristo, hasta en la muerte, hasta en las injusticiias, El pasó primero por allí, El nos acompaña en las peores situaciones imaginables. Así lo experiementan los mártires. Esa es la justicia y la respuesta de Dios. Pero claro, hay mucha gente que o lo ha podido conocer todavía, o se ha olvidado de lo que un día creyó y vivió. Pasa como en una buena novela, si quitamos el último capítulo no se entiende nada.
Fernando María, tocayo, que no, que no hago tantas cosas. Aunque sí es verdad que el Señor me sostiene y me guía y ojalá me hubiera dejado guiar siempre por El sin mirar ni a derecha ni a izquierda. Esa contradicción aparente que encuentras en san Juan tiene una respuesta, o varias respuestas. Un primer sentido puede ser contraponiendo Antiguo y Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento nadie pudo ver a Dios. Se decía que el que viera Dios tenía que morir. En cambio en el Nuevo Testamento sí lo podemos ver en su Hijo Jesucristo. A mi me gusta ir más al fondo. Jesús sabe que es el Hijo de Dios, y sabe que el Hijo es la Imagen, la Palabra exhaustiva de Dios. Su doctrina no es suya sino del Padre, su vida responde a la voluntad del Padre, porque El hace siempre lo que el Padre quiere y lo que aprende del Padre, de modo que quien le ve a El, con fe, (porque no todos le veían de la misma manera), quien le ve a El con fe ve realmente al Padre en la "versión humana" de su Hijo unigénito que es su imagen perfecta. El punto capital es detenerse en pensar lo que es ese misterio central de la encarnación del Hijo de Dios, en virtud de la cual las obras de Jesús son personalmente y realmente obras del Hijo de Dios, del Verbo, hechas a través de la humanidad que ha asumido, de la que se ha revestido sin dejar de ser Dios, para poder convivir visiblemente y fraternalmente con nosotros. La Iglesia hace la función admirable de traer hasta nosotros la presencia histórica y física de Jesús, su palabra, sus acciones salvadoras en los sacramentos. Todos los hombres podemos ser de alguna manera contemporáneos de Jesús. O El, por medio de la Iglesia, se hace contemporáneo y vecino de todos nosotros, en todos los tiempos, y en todos los rincones del mundo. Otro día podemos seguir con estas maravillas.
Es usted genial.No he visto, desde que he nacido a nadie humano igual que ud, en formación("y todo sobre la marcha")y capacidad y competencia religiosa.Estoy abrumado.Debo pensar, que está espiritualmente ayudado por Dios (un hombre solo no puede-soy médico y sé lo que es trabajar y poder llegar hasta el limite-.Imposible sea Ud,solo. Y por sus ángeles; que es un tema muy bonito).Luego Dios existe.
Yo tengo (Colegio Sagrados Corazones.P.Damian) un concepto de Cristo tan excelente, que para mi, aún siendo claramente Hijo de Dios (Dios y Hombre verdadero) se lo sabe todo desde que nació en la carne-hijo de la Gloriosa María siempre virgen- y por la fuerza del verbo y Espíritu Santo de Dios.Desde que era bebe,(lo pienso) se lo sabía todo, según mi criterio.Todo lo tenia heredado,aprendido y grabado en su disco duro.Perfección humana suprema nunca por nadie igualada en toda la historia del universo.Hombre Perfecto, criatura NUEVA y redentora del humano género.(tiene razón la Iglesia, y no Galileo.En nuestro enorme universo-y puede haber trillones iguales-quién gira alrededor de quién ?.Quién es el Centro del giro?El eje central de la creación,del universo conocido?. Cristo, es el alfa y el omega de todolo existente y todo gira inevitablemente alrededor de EL.Cristo ama al Padre con perfecciónde amor absoluta y está en perfecta comunión con el, y mezclan sus saberes, que son los mismos.Y Cristo ora al Padre permanentemente para que confirme su más débil (pobrecito en que lio se metió por salvarnos al hacerse hombre-"una cosa tan vil como es el hombre" que diría Don Jorge Manrique) y más que dificultosa humanidad.
Muchas veces he pensado, si San José no sería el mismo Dios, disfrazado de San José."El mejor hombre NACIDO DE MUJER es San Juan Bautista "dice el Maestro.Y lo dice claramente.Acaso el precursor era mejor que el padre humano de Jesús?.Siempre el hijo toma como modelo al padre humano propio.Para nosotros nuestro padre en la carne, es el mejor.Que pensaba Jesús de su padre José?.Serái maravilloso saberlo¡¡¡Yo creo que José superaba notablemente a San Juan;San Juan es, un gigantesco Profeta y el último del Antiguo Testamento.Pero San José (es mi humilde opinion)le supera en mucho.Además de sabio carpintero, Es Rey de Israel, por herencia Davídica y le pasa el trono a JESUCRISTO que es ya el último y glorioso REY DE ISRAEL("YO SOY REY").Es el padre de Dios en la tierra y le cuida con infinita ternura y le enseña a ser humano(este es el dificil cometido de José) y un humano competente y sabio,manso como la paloma y astuto como la serpiente .
Amo a San José profundamente y le confundo en mis sueños, con el mismo Dios Padre.El misterio de San José es inenarrable y muy desconocido.Y a lo que ibamos la divinidad de Cristo es tan exelente como la del mismo Dios de Israel.La misma exactamente.De aquí la tragedia de este pueblo querido y elegido, hermano mayor en la Fe, que ha desechado "la piedra angular"y todavía (llegará)no ha reconocido a CRISTO que es, el Dios eterno de Israel.Muchas gracias por su paciencia en leernos a todos.En atendernos a todos. En amarnos a todos.Y enseñarnos a todos.Y en rezar por todos.Gracias otra vez.No sabemos la suerte que tenemos¡¡¡.
Y muchas gracias también Monseñor por sus homilías los domingos en Málaga, son un lujo.
A mi me alejó de Dios y de nuestra Iglesia el asunto del sexo cuando no era más que un tierno infante que empezaba a hacerse preguntas.
Hoy, otras cosas me han devuelto a ella.
Quiero creer que soy sincero cuando digo que no conozco doctrina más bella sobre el sexo
que la católica cuando habla de la unión de las funciones unitiva y procreativa, pero también soy sincero cuando le digo que pocas cosas me parecen más impracticables.
Creo que cuando el Catecismo de la Iglesia declara pecaminoso (no recuerdo en qué grado), el sexo prematrimonial, el sexo en parejas de matrimonios civiles o el sexo que usa anticonceptivos (por no hablar de las múltiples formas de disfrute sexual que ofrece el "mercado" últimamente), levanta unas barreras muy altas para que tratemos de descubrir a Dios.
Si el pecado es un alejamiento de Dios, considerar pecaminoso estas prácticas sexuales, hace creernos a muchos que tal vez no podamos nunca acercanos a Dios, no tanto porque neguemos la verdad del Catecismo, sino porque admitimos nuestra enorme debilidad para reconocer lo pecaminoso que en él se dice.
Estas son, entre otras, algunas de las dificultades que me encuentro en el Catecismo.
Un afectuoso saludo
Creo en el matrimonio católico y monógamo. No apruebo ninguna práctica sexual fuera de la pareja.
Pero no entiendo lo pecaminoso del sexo prematrimonial, como el que pudiera darse en una pareja de novios o en un matrimonio civil. Tampoco entiendo lo pecaminoso del sexo que no pretende ser siempre "procreativo".
Yo nunca me negué al sexo procreativo. Pero no siempre he practicado sexo procreativo. Yo estoy casado por lo civil, tengo 3 preciosos hijos, regalo de Dios, pero, al parecer, son "hijos de pecado".
Sinceramente, me cuesta mucho entenderlo.
Estas dudas, sinceramente, me hacen sufrir mucho, incluso me hacen dudar sobre si yo verdaderamente he descubierto a Dios cuando no soy capaz de ver esto con claridad.
Un afectuoso saludo
Espero leer muchos mas de estos ensayos.
un cordial saludo
Voy a leer con toda mi atención todo lo que me propone. Poco a poco, espero. Son tantas las dudas que se me agolpan que me siento como encerrado dentro de un pozo. Sin embargo, no sé muy bien explicar ni cómo ni por qué, no puedo dejar de querer ser cristiano, de buscar esta luz, de tratar de entender a Cristo con todas mis fuerzas y de seguir su camino, pues algo me dice que es la única salida del pozo.
Muchas gracias, Monseñor.
La primera resolución que tomé cuando resolví en mi corazón seguir el camino de Cristo con todas mis fuerzas fue "regularizar", por así decir, mi situación, y ya tengo fecha de boda (y de bautizo para nuestros tres hijos) para este mismo mes de mayo, decisión que mi esposa no sólo ha aceptado sino en la que ha colaborado con mucho amor y paciencia, como en todo lo que hacemos juntos. Su corazón y su capacidad de amar es inmensa y ya me gustaría a mi tenerla. Pero no es creyente.
Hoy escribe Ud. palabras verdaderamente hermosas sobre el matrimonio entre "dos cristianos". Pero, ¿qué pasa si un miembro no es cristiano? Sinceramente, me parece que es más difícil llevar a cabo ese ideal en toda su plenitud.
Y si uno mismo no entiende tantas cosas, ¿cómo hablarle al otro? ¿con qué autoridad?
Espero me disculpen por sacar a relucir algunas cuestiones personales, pero creo que esta situación podría ser una situación común a muchas parejas.
Dice Juan que « Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16).
Sólo de leerlo me bulle el corazón. Nada conozco más bello. Quisiera uno beberse hasta la última gota de todo el néctar contenido en esas palabras, que su falible memoria junto con su débil corazón lo gritaran a cada segundo de su vida. ¡Quisiera uno ser esas mismas palabras, que sus letras fueran las letras de su ADN!
Gracias, don Fernando. Saludos a todos, hermanos.
De momento, ruego a Dios poder ser útil en esa tarea de acercar a mi mujer-novia a la fe. También voy a encomendarme a Santa Mónica, ejemplo de paciencia y abnegación en la conversión de su querido hijo Agustín.
Si hay algo que creo que sirva para llevar a la gente a Cristo es ese camino de respeto, de libertad, de esperanza, que nos ofrece. ¿Quién en este mundo puede presumir de llevar la paz al corazón con tales ayudas? Muchas cosas me admiran y enorgullecen en el cristianismo: esa no es precisamente la que menos. Como se ha dicho tantas veces, la Historia del Cristianismo es la Historia del Amor de Dios a los hombres y escándalo para los escépticos, pues esta Historia es real, no es ningún cuento.
San Juan es maravilloso. Aunque como tengo entendido que fue escrito bastante tardíamente, lo que a veces me hace dudar de la fiabilidad de algunas palabras. A pesar de todo, yo, personalmente, encuentro una unidad de mensaje y una coherencia (¡qué palabras tan pobres para decir lo que quiero!) en este evangelio que "me llega" más, por así decir. Trato de ir, empero, despacito, sabiendo como sé lo amigo que soy de las prisas...
El libro del Papa está sobre mi mesilla. Ya le he echado un vistazo. Me han gustado mucho sus observaciones sobre la visión de un judío sobre la figura de Jesús. Pero tengo que dejarlo, de momento, para más tarde. Aún no he terminado las tareas que me han encomendado :D!
Con respecto a mi formación, oficialmente, soy de letras, pero más bien me considero un "maestro liendres" (aquel que de todo sabe, y de nada entiende).
Un afectuoso saludo para todos
Buen ánimo. Que el Señor te acompañe. El Espíritu Santo nos ayuda a conocer la Verdad que es el Señor.
y dios dijo:hagase la luz.
y la luz se hizo
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