Diario de un misionero en Tanzania
Si tuviera que hacer un recuento de los hechos que me llevan a estar este día comenzando con éste blog, me tendría que remontar muchos años atrás. Hoy estoy misionando en un desconocido lugar de Tanzania, nuestra misión se encuentra en el ignoto Ushetu. Soy misionero de la Iglesia Católica, y pertenezco al Instituto del Verbo Encarnado. Soy misionero en África como los hay por miles en este continente, por gracia de Dios. No hay ninguna novedad en todo esto, pero tal vez lo que me ha traído hasta este medio de predicación, es el hecho de que me gusta escribir, y de que siempre me agradaron las crónicas de los misioneros.
Cuando era seminarista, y nos preparábamos para algún día cumplir el sueño de dejar todo por Cristo y salir por esos mundos de Dios a predicar el Evangelio, los relatos misioneros nos encendían en deseos, nos animaban, nos hacían poner los pies en la realidad. Jamás podría olvidar, aunque hayan pasado más de quince años, aquellas crónicas de los primeros de los nuestros que llegaban a la fría Rusia, después de la caída del comunismo, a predicar en pueblitos ignorados, ante el frío incubado en los corazones después de 70 años de ateísmo forzado. Y siempre estará en mi recuerdo aquella misa celebrada por el P. Eugenio, un jueves santo, con un solo feligrés, que ni siquiera era católico. Jamás podré olvidar los relatos de los primeros misioneros nuestros, que llegaron al lejano Oriente, y los primeros pasos dados para aprender una de las lenguas más difíciles… y poder celebrar la misa en chino después de más de un año o dos de estudio. Y los diarios de los misioneros en Sudán, ante culturas tan primitivas que había que elevarlas a lo humano primero, y luego a lo divino. Y en Medio Oriente, ante los peligros de guerras, misiles y balas, en medio de una cultura musulmana, dando el testimonio de Cristo… y así podría seguir poniendo ejemplos. Entre tantas historias, historias reales, y tan reales como que las escribían los que habían vivido con nosotros años anteriores, y por eso se hacían tan cercanas. Entre esas historias, Dios fue moldeando nuestro deseo de ser misioneros. Y ese fuego se acrecentaba, y se guardaba para el momento determinado y conocido sólo por Él.
Es así, entonces, que hoy me encuentro en éste lugar, no sólo en Ushetu, sino también en éste blog, y ante tantas personas, un publico tan variado. No tengo grandes méritos como misionero, sino el simple gusto por escribir y comunicar lo que vive, sufre y goza un misionero. Y por eso me han pedido que publique estas historias. Hay muchos misioneros que lo podrían hacer mucho mejor que yo, y tendrían mucho mas para contar. Pero como dice el dicho: “es lo que hay”, y aquí estamos, aprovechando la oportunidad.
Cuando un sacerdote amigo me propuso comenzar con esta idea… de entrada pude experimentar un sentimiento de alegría por un lado, pero por otro algo de temor, y un poco de vergüenza, digamos. Porque no quería que todo el mundo vea lo que se hace en la misión, pensando en que la vanidad sería el motivo de esos escritos. No quiero creerme un gran misionero, cuando en realidad estoy recién llegado. Pienso ahora en los sacerdotes de las misiones anteriores del IVE en Sudán y Kenia. Tuve que hacer mucho hincapié sobre los motivos que me llevaron a aceptar escribir para un blog.
Me animé pensando en que voy a tratar de escribir con la sinceridad y franqueza de siempre. No voy a escribir como un misionero experimentado, sino como un novicio, inseguro de sí mismo, apoyándose en los demás, cometiendo errores, recibiendo las correcciones.
Uno de “los motivos de mayor peso”, es que se puede hacer algo de bien… y entonces, ahí estamos, aunque sea un gota mas de agua en el océano. Sobre todo pienso en que habrá mucha gente que quiera rezar por la misión y por nuestra perseverancia y santificación. Pienso que es un apostolado, y por eso abrazo las cruces de las dificultades que me traiga.
Me anima pensar que mis superiores lo creyeron conveniente, y por eso pienso que es lo quiere Dios. Pienso en que se aumenten aquellos “misioneros de deseo”… esos que valen tanto, que son los que se sacrifican cada día, y ofrecen sus oraciones por el progreso de las misiones. Los que están en la retaguardia, que se encargan de la logística, y preparan las “municiones” que nosotros usaremos en el frente. Ellos también tienen derecho a recibir nuestros “partes de guerra”.
Me animó el ejemplo del P. Llorente, sj., misionero 40 años en Alaska, que escribía para una revista que le pedía artículos misioneros: “El siglo de las misiones”. ¡Y tanto bien que hicieron y nos siguen haciendo a nosotros sus escritos! Pensé en que ha habido muchos que decidieron su vocación misionera gracias a las crónicas de ese misionero en el Polo Norte. No creo llegarle ni a los tobillos a esos misioneros… nosotros no pasamos ni el 10% de las dificultades que ellos pasaban… pero teniendo en cuenta eso, si en algo sirve nuestra experiencia para edificar a otros, bendito sea Dios.
Recuerdo ahora aquellas palabras de San Francisco Javier en una de sus cartas: “Muchas veces me mueven pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París, diciendo en la Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: «¡Cuántas almas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!” . No pude dudar de que si el gran misionero de Oriente, hubiera tenido la oportunidad de usar un medio como éste para dar a conocer la necesidad de misioneros, lo hubiera utilizado… no para vanagloriarse, sino para llevar a tantas almas a Dios, para la salvación de los cristianos y de los paganos.
¡Qué bien se aplican ahora estas palabras que el poeta pone en boca de San Ignacio!:
“Escríbeme por menudo
tus andanzas y sucesos,
ni las agrandes por vano,
ni las calles por modesto,
pues de Dios serán las glorias,
y tuyos, sólo los yerros”.
Pienso en las palabras de San Pablo, cuando saluda a los Colosenses, que con gran humildad dice: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús, por la voluntad de Dios”. Tiene la gloria de ser apóstol… pero no por voluntad propia, sino por la voluntad de Dios.
Y hasta llegué a pensar si no sería perder los méritos de tantos trabajos por falta de “reserva”. Pero si esto sirviera para aumentar las oraciones por la misión… y el reclutar misioneros de deseo, y reclutar más brazos que trabajen, manos que ayuden, corazones que amen a estas almas, y bocas que proclamen el evangelio en África… ¡bendito sea Dios! Me ayudó el meditar en la palabras del Apóstol: “porque desearía yo mismo ser anatema de Cristo por mis hermanos” (Rom, 9,3). Es decir que lo que mas importa es el poder hacerle el bien alguien con esto… y por eso, que venga lo que venga. Con la gracia de Dios, todo se puede.
Muchas gracias a todos. Gracias por sus oraciones.
Mil disculpas por las limitaciones que encontrarán en mis escritos.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE.
PD: Adelanto que no podré responder a todos los comentarios, por encontrarme donde me encuentro, en una misión en medio de la sabana africana. La conexión es difícil y muy limitada. Para poder cargar los posts en el blog, he recurrido a la ayuda de un amigo en otro continente que hace ese trabajo. Muchas gracias, y nuevamente disculpas.
38 comentarios
Estamos seguros de que va a ser un testimonio fantástico de lo que es la labor de tantos y tantos misioneros que tiene la Iglesia por todo el mundo.
Agradecemos a sus superiores del Instituto del Verbo Encarnado que le hayan dado permiso para instalarse entre nosotros.
Cuente con nuestras oraciones para que el Señor haga fructificar abundantemente su labor apostólica en Tanzania.
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Muchas gracias por la bienvenida, y por las oraciones. Dios lo bendiga. P. Diego.
a InfoCatólica. ¿Quizá nos conocimos en alguna pasadita mía por San Rafael? Me voy a celebrar Misa, que la tengo en un cuarto de hora. La ofreceré por tu blog, y sobre todo por tu persona y tu trabajo misionero.
Abrazo en Cristo + JMI
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Estimado Padre José María:
Dios lo bendiga. muchas gracias por sus palabras, pero especialmente por la misa que ha rezado por los frutos de esta "nueva aventura", como me decía Luis Fernando. Para mí es un honor estar trabajando junto a ustedes.
Creo que no he tenido la dicha de verlo cuando usted ha ido a San Rafael, no sé en qué época habrá sido su visita por esas tierras. A la vez que el tiempo que estuve como rector del Seminario Menor, fue un tiempo dedicado completamente a los jóvenes... "el ojo del amo engorda al ganado".
Admiro sus escritos, sus artículos, y su trabajo.
Rezamos unos por otros. P. Diego.
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Jorge: muchas gracias por tus palabras y las oraciones. Me alegro estar entre ustedes. Es verdad que para nosotros el deber primordial es llevar a Cristo a las almas, llevar su gracia. Eso es lo que espera la gente del misionero. Eso es lo que agradecen, porque no se lo puede dar ningún otro. El Papa Francisco en una de sus primeras intervenciones públicas recordó que "la Iglesia Católica no es una ONG". Y procuramos ocuparnos del bien de las personas, también del bien material... pero con la jerarquía que nos enseña Cristo en la obras de misericordia.
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¡Cómo no estar felices, cuando es Dios el premio! Muchas gracias. P. Diego.
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Muchas gracias. Un honor estar entre ustedes, Miguel. Un nuevo miembro del SOM.
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Muchas gracias. Y la verdad que el mayor beneficio que he recibido con este blog es la cantidad de oraciones que se están haciendo por esta misión. No quedará mas remedio que santificarnos.
Felicidades a InfoCatólica. Adelante con esas crónicas desde África y ojalá nos haga a todos más generosos y abiertos a la misión. Seguro que sí.
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José: gracias por tus palabras y oraciones. Es verdad que la vida sencilla de esta gente nos enseña tanto a todos... yo cada día me sorprendo. eso sí, trato de sorprenderlos a ellos yo también, con las novedades que trae el Evangelio, y que muchos nunca han escuchado.
Esperaré sus comentarios o "quejas"... (con cariño). P. Diego.
Rezaremos, yo y toda mi familia (que es muy grande) por usted y por la Misión.
José Manuel Genovés
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José Manuel:
Me siento beneficiado por las oraciones de una gran familia católica. Y espero que aunque sea una familia tan grande, puedan entrar todos en una foto, y me la manda, así también devuelvo oraciones.
Me agradece por el blog, la misión... pero rece para que respondamos con fidelidad a la llamada de Dios. Eso es una lucha de cada día para el misionero. P. Diego.
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Oscar: Muchas gracias. me alegró mucho leer que estos escritos son también misioneros. Así espero, y deseo que se multipliquen los misioneros de deseo. Veo que mi misión ahora ha adquirido unas extensiones fenomenales, mucho más allá de los 500 km cuadrados de la parroquia. Pido oraciones. P. Diego.
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Juan: muchas gracias por sus palabras. Todos los misioneros estaremos siempre agradecidos por tantas oraciones. P. Diego.
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Germán: Muchas gracias. Un honor estar entre ustedes. ¡Gracias por ese rosario diario! Un valor inestimable. P. Diego.
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Daniel: Muchas gracias, y me siento honrado de estar entre ustedes. Gracias por sus oraciones y deseos por nuestras misiones. es verdad que a mí me ha tocado estar escribiendo, pero son tantos los misioneros del IVE que podrían dar mejores testimonios... trabajando en los cinco continentes. P. Diego.
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Chabe: Muchas gracias. Dios la bendiga a usted. Entonces, ¿está rezando por nuestra misión? P. Diego.
Su aporte a la causa de Cristo será mas de lo que usted imagina.
Me encanta su humildad y su trabajo, todo sea por el bien de la Iglesia.
Cuente con mis oraciones.
Gracias a Infocatólica!! por hacerse eco de las misiones.
Bendiciones!
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Muchas gracias. Espero que Dios haga crecer mucho mas de lo que nosotros imaginamos nuestras pequeñas obras. Me alegro de saber que cuento con sus oraciones, que son las que "riegan" las semillas. P. Diego.
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Gracias, y me alegraré sólo de saber que lo lee y le hace bien. Si no comenta nada, no se preocupe, eleve una oración por nosotros, y estamos pagados de sobra. Dios lo bendiga. P. Diego.
Me encanta este nuevo blog.
Gracias.
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Gracias. Dios la bendiga. P. Diego.
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Gracias, y el honor es mío al estar trabajando junto a ustedes. Mi agradecimiento por las oraciones, y rezaré también por su familia. P. Diego.
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La admiradora numero uno de este blog... mi madre. Gracias a quien hace tanto sacrificio como los misioneros... las madres que renuncian a sus hijos por el Reino de los Cielos. Dios les dará el ciento por uno en esta vida, y después, la Eterna. Un abrazo grande. P. Diego.
Ahora que menciona que ha leído crónicas de misioneros me pregunto en qué mundo he vivido. Siempre quise poder leer sobre lo que viven y de joven pensaba que, de enterarme, quizá ese hubiese sido un camino para mi.
Así que ánimo ya que en mi, así como en tantos otros, hay campo fértil en el que cualquier cosa que viva usted será de gran provecho para nuestras almas y para mayor gloria de Dios.
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Estimada: tal vez hemos vivido en mundos distintos. En ése mundo en el que vivía yo, siempre pensé que Dios me daba demasiado, al conocer personalmente misioneros en Taiwán, Rusia, Tajikistán, Papúa, Siria, Egipto, Bolivia, Groenlandia, Islandia... en fin. Muchos de ellos, compañeros míos de seminario, y al poco tiempo dispersos por todo el mundo.
Si a ud. le interesa, puede ingresar al sitio web del Instituto del Verbo Encarnado, y podrá disfrutar de tantas crónicas misioneras en lugares tan diversos. Y trasladarse al mundo de las misiones de la Iglesia Católica, que no pierde el fervor, y que crece día a día.
Dios la bendiga. P. Diego.
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Querida María de los Ángeles: Gracias por tus palabras. Gracias por las oraciones de tu familia, de tus angelitos, que sus oraciones llegan mas rápido al Corazón de Cristo. me dices que eres de San Rafael, ¿Nos conocemos personalmente? Dios te bendiga. P. Diego.
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Trataré de no cansarlos con mis relatos. Gracias por las oraciones. Pídele a Dios que siempre tenga algo que contar. P. Diego.
Me gustaria recibir su blog , que ehe e hacer paraestar en vciontacto ?
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Guillermo: puedes suscribirte al blog http://tanzania.verboencarnado.net y cada vez que se actualice con un nuevo artículo recibirás un aviso.
Como tu dices... como muchos en la Congregación. Yo he tenido la gracia de poder hacer conocer la misión por éste medio, pero son tantos y tantos los misioneros, y en tierras lejanas... hay que rezar por todas las misiones. P. Diego.
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Muchas gracias Ariel por su comentario y sus oraciones por sobre todo. Claro que esas palabras se aplican a mi en primer lugar, que hay que dar el testimonio primero con las obras... luego con los escritos en el blog. ¡Muchas gracias! P. Diego.
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María Virginia: Gracias por recibirme entre ustedes. Esa experiencia de la comunión es algo que he podido experimentar desde el primer momento que nos hemos contactado con InfoCatólica. Vemos y vivimos las cosas de la misma manera, gracias a la fe. En unión de oraciones. P. Diego.
O sea, tenemos la sana costumbre de rezar los unos por los otros.
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Gracias Luis Fernando, hacía falta la aclaración. En sociedad de oraciones. P. Diego
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Querida Rita: Dios la bendiga. Muchas gracias por sus oraciones y de toda la familia. me emociono de sólo recordar la despedida que tuvimos junto a otras familias amigas, antes de que viajara para esta misión. rece para que podamos trabajar aquí, junto con los otros padres, ara lograr cristiandades sólidas, fundadas en familias cristianas. Tenemos el ejemplo de nuestro querido P. Carlos Lojoya, que no ilumina. ¡Quién diría que una de las semillas que P. Carlos plantó sería llevada por el Viento mas allá del océano para fructificar en Tanzania! Pido su intercesión desde el cielo.
Un abrazo a toda la familia. ¡Firmes en la brecha! P. Diego.
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Querida Laura: Gracias por tus saludos y recuerdos familiares tan cercanos. Te pido que reces para que seamos un orgullo puntano... pero San Luis tiene motivo de enorgullecerse de muchos misioneros en tantos lugares del mundo, como en el Perú, Rusia, EEUU, Bolivia, Filipinas, Groenlandia, Ecuador, Siria, Papúa. Yo me sumo a semejante grupo.
Mil gracias por tus oraciones... para que perseveremos hasta el final. ¡Firmes en la brecha! P. Diego.
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María: Muchas gracias. Pero no le encienda tantas velas al santo que se queme!! . Y como le escribía el P. Llorente a su hermano sacerdote: “Ahora veo que puede uno ser Misionero y vivir hecho una criba de faltas. Ya lo dijo San Jerónimo: "No el vivir en Jerusalén, sino el vivir bien en Jerusalén, es de alabar". Aquí, como en todas partes, se impone el alerta”.
Por eso, pido oraciones, para que nosotros seamos fieles a lo que Dios nos pide por estas tierras. Yo comprometo las mías para la lucha cotidiana de ustedes. P. Diego.
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Amén. Estoy totalmente de acurdo con sus palabras. Muchas gracias por las oraciones, que tanto las necesitamos. P. Diego.
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P. Henry: Muchas gracias por tu comentario. Me encomiendo a tus oraciones y estaremos muy unidos en la celebración diaria del Santo Sacrificio. Rezaré para que se cumpla tu deseo de estar algún día en una misión Ad Gentes. Mientras tanto, estarás participando de la nuestra. P. Diego.
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Querido Marco: muchas gracias a ti y a todos los que trabajan contigo en la Pastoral de la Comunicación en tu parroquia. Me alegra que desde México lleguen las oraciones para la misión. El haber comenzado este blog me ha dado un ejercito de personas que rezan por nosotros. Dios los bendiga, y espero que me cuente entonces del fruto de la lectura de estos escritos... así me animo a seguir adelante. En Cristo y su Madre. P. Diego.
¡Adelante Padre! Dios lo quiere.
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Querido Ricardo: mi deseo será entonces que al tener noticias de nuestra misión, te acuerdes de rezar y ofrecer sacrificios por los misioneros, mucho mas si tienes relación personal con ellos, siendo tus amigos. Me alegro de sumarme a la lista de tus sacerdotes amigos. En Cristo y su Madre. P. Diego.
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Muchas gracias por sus palabras. Nos encomendamos a sus oraciones para seguir con esta labor. P. Diego.
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Excelente. Eso es grandioso, la unión que se da por la comunión eucarística de cada día y en la Santa Misa. Y eso nos sostiene a los misioneros. No dejen de hacerlo por todos y cada uno de los misioneros de la Iglesia Católica. P. Diego.
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