Permanezco pasmada de la grandeza de las ceremonias de la Iglesia (Sta. Teresa)
“Tres milagros florecen sin cesar en el jardín de la Esposa de Cristo: la sabiduría de los doctores, el heroísmo de sus santos y de sus mártires, el esplendor de su Liturgia. Et hi tres unum sunt! (Y estos tres son uno).
Estas tres cosas hacen solo una, puesto que la Liturgia es ella misma un canto de sabiduría y de amor: resume los dos órdenes de la inteligencia y de la caridad y los hace subir en oración.
Por eso no es sorprendente que cuando la acción litúrgica golpea nuestros ojos y nuestros oídos, percibamos allí el secreto de nuestro destino y que un estremecimiento sagrado se apodere de todo nuestro ser como ocurrió con Juan Bautista a la voz de María.