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15.01.15

Santo Tomás de Aquino y su papel decisivo en la cultura occidental

Apoteosis de Santo TomásQueridos hermanos y hermanas:

(…) Hoy quiero hablar de aquel a quien la Iglesia llama el Doctor communis: se trata de santo Tomás de Aquino. Mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II en su encíclica Fides et ratio recordó que «la Iglesia ha propuesto siempre a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo del modo correcto de hacer teología» (n. 43). No sorprende que, después de san Agustín, entre los escritores eclesiásticos mencionados en el Catecismo de la Iglesia católica, se cite a santo Tomás más que a ningún otro, hasta sesenta y una veces. También se le ha llamado el Doctor Angelicus, quizá por sus virtudes, en particular la sublimidad del pensamiento y la pureza de la vida.

Tomás nació entre 1224 y 1225 en el castillo que su familia, noble y rica, poseía en Roccasecca, en los alrededores de Aquino, cerca de la célebre abadía de Montecassino, donde sus padres lo enviaron para que recibiera los primeros elementos de su instrucción. Algunos años más tarde se trasladó a la capital del reino de Sicilia, Nápoles, donde Federico II había fundado una prestigiosa universidad. En ella se enseñaba, sin las limitaciones vigentes en otras partes, el pensamiento del filósofo griego Aristóteles, en quien el joven Tomás fue introducido y cuyo gran valor intuyó inmediatamente. Pero, sobre todo, en aquellos años trascurridos en Nápoles nació su vocación dominica. En efecto, Tomás quedó cautivado por el ideal de la Orden que santo Domingo había fundado pocos años antes. Sin embargo, cuando vistió el hábito dominico, su familia se opuso a esa elección, y se vio obligado a dejar el convento y a pasar algún tiempo con su familia.

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4.12.14

San Juan Damasceno, 4 de diciembre

San Juan DamascenoSan Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, nació en Damasco, Siria, hacia el 675, en el seno de una familia cristiana. Gran conocedor de la filosofía ingresó en el monasterio de San Sabas, próximo a Jerusalén. Ordenado sacerdote, fue gran predicador y escritor. Murió a mediados del siglo VIII.

Nace Juan en una «tierra santa», de muy antigua cristiandad, en la ciudad donde se convirtió San Pablo. Nace en la Siria de San Ignacio de Antioquía (+107), de San Policarpo (+155 ), de San Efrén (+373), también doctor de la Iglesia, de San Simón el Estilita (+459), en la tierra que por obra del Espíritu Santo engendró el monacato sirio, que, con el de Egipto, fue uno de los modelos más importantes del monacato antiguo. Nace en la Siria de los venerables templos antiquísimos, en la Siria que actualmente está dando a la Iglesia tantos miles de mártires cristianos.

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23.11.14

El cumplimiento de las promesas mesiánicas en el Reinado social de Jesucristo

«Cristo es imagen de Dios invisible, Primogénito de toda creatura. Todo fue creado por Él y para Él» (Col 1)

  Celebramos hoy con la Iglesia la solemnidad de Cristo Rey. La muerte en la cruz del Señor sigue siendo hoy para millones de personas motivo de escándalo. Ellos y también nosotros nos preguntamos si ha cambiado algo en la historia desde que Jesús ha redimido al mundo muriendo de esta manera. Nos preguntamos cómo poder dar un anhelo de esperanza al atemorizado mundo actual cuando nuestro Salvador ha muerto crucificado… Cuál es el sentido de esta realeza de Cristo…

  A lo largo de la historia, el problema del «fracaso» del cristianismo como solución redentora y liberadora del hombre, ha sido motivo de constante debate. Una polémica secular entre cristianos y judíos, ha sido precisamente el del cumplimiento de las promesas mesiánicas: ¿Se han cumplido verdaderamente en Cristo las promesas mesiánicas? Si la respuesta es negativa, la conclusión se impone: Cristo no es el Mesías. En el siglo II San Justino el Filósofo, samaritano convertido al cristianismo, trata precisamente esta temática en su diálogo con el judío Trifón. Éste le dice: «¿reconocéis vosotros que Jerusalén será restaurada, que vuestro pueblo se congregará, esperáis triunfar juntamente con los Patriarcas y Profetas, los que fueron de nuestro linaje, los que se juntaron con nosotros antes de que viniese vuestro Cristo?». Estamos ante el problema central. El judío le dice al cristiano: ¿esperáis vosotros lo que los Profetas anunciaron o no lo esperáis? Estos habían prometido la reunión del Israel disperso, la liberación de Israel y del mundo entero de las guerras, de la opresión, de la tiranía, la justicia para los pobres y para los mansos; que todas las naciones buscarían en Israel la Ley salvadora de Dios; la paz mesiánica. ¿Lo ha traído Cristo?

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24.10.14

¿Porqué hay tan pocos místicos?

  «Si son tan pocos los que alcanzan la inapreciable gracia de la contemplación y de la vida mística, es porque los más no quieren resolverse a entrar por la angosta puerta de la abnegación cristiana ni abrazar con amor cada cual su propia cruz para poder seguir a Cristo por su estrecho camino. Y nosotros podríamos muy bien ser del número de esos pocos haciendo lo que ellos hacen, que es perseverar en negarse a sí mismos, llevar su cruz de cada día y seguir con ella al Salvador. Pues cuantos le siguen, no andan en tinieblas sino que tienen luz de vida (Jn 8,12). Acercándose a Él son iluminados y no quedan confundidos (Sal 33,6); antes acaban por hacerse una misma cosa con Él, hasta ser consumados en uno y llegar a ver su divina claridad, según nos está prometido (Jn 14,21), pues las palabras del Señor no pueden fallar.

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25.08.14

«Dios será tu poderoso auxilio», consejo de San Pío X al beato Columba Marmion

Dom Columba MarmionEn una ocasión en que Dom Columba Marmion, Abad de Maredsous, Bélgica, tuvo una audiencia privada extensa con San Pío X (en la que ambos se entendieron con gran connaturalidad espiritual, como ocurre con los santos), al terminar, Dom Columba pidió al Santo Padre que por favor le diera unas palabras para su vida espiritual. Dom Columba, ya en los últimos años de su vida, vivía tiempos de dura prueba en lo interior y en lo exterior. El Papa sacó un papel y le escribió esto:

In cunctis rerum angustiis, hoc cogita : “Dominus est". Et Deus erit tibi adjutor fortis.

Que se traduce: En todos los asuntos angustiosos, piensa ésto: “Es el Señor". Y Dios será tu poderoso auxilio.

Estas palabras fueron para don Columba, desde entonces y hasta el fin de su vida, una fuente permanente de paz y fortaleza espiritual. En ellas vio un llamado a ver al Señor en todo, como la verdadera Causa operante detrás del complejo entramado de causas segundad que tejen nuestra vida. Y esto es ver la verdad, con la certeza que nos da la fe.