Jesús, la soledad y el Sagrado Corazón

Cristo de Rublev (+1430)

A modo de brevísimo post, compartimos con nuestros lectores ´dos bellas oraciones antiguas a Jesucristo, Esposo de la Iglesia y de las almas. La primera oración es de un autor anónimo, y la segunda es atribuida a San Agustín:

Jesús,
mi soledad,
mi deseo y mi sed,
mi sólo silencio,
la aurora de mi canto. 

Tú me vuelves a mi mismo,
y me alimentas de tu Faz.

Y tiernamente, por la apertura de tu Corazón,
las olas de tu voz se expanden
tejiendo el pan de mi morada. 

Y otra oración:

“Tú eres, Cristo, mi Padre santo, mi Dios piadoso, mi Rey grande, mi pastor bueno, mi maestro único, mi ayuda óptima, mi hermosísimo amado, mi pan vivo, mi sacerdote para la eternidad, mi guía para la patria, mi luz verdadera, mi dulzura santa, mi camino recto, mi sabiduría preclara, mi simplicidad pura, mi concordia pacífica, mi custodia completa, mi porción preciosa, mi salvación eterna. Amén". 

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