"Parece que Dios no escucha mis oraciones"
Como el leproso en el Evangelio del 6o. domingo de tiempo ordinario acudimos al Señor en la oración diciéndole: “Si quieres, puedes limpiarme” (Mc. 1, 40), o puedes concederme esta u otra gracia. Le agrada al Señor que pidamos aunque ya sabe bien lo que necesitamos y tiene presente además las necesidades de todos sus otros hijos. Por eso nos recomienda Sta. Teresa de Jesús que seamos pacientes: “Basta poner los ojos en Dios, no en lo que se lleva, ya que no da Dios más de lo que se puede sufrir, y da su Majestad primero la paciencia”.
A pesar de eso, porque somos muy humanos, no es de extrañar que cuando no conseguimos enseguida lo que pedimos al Señor pensemos que Dios no escucha nuestras oraciones. ¿Por qué pasa eso? ¿Qué se puede hacer cuando nos sentimos así? ¿Por qué seguir rezando? Esto nos dicen los santos, los expertos en conseguir gracias de Dios:

Hace un par de días mi familia vió una representación teatral de un libro infantil, “The Runaway Bunny” (“El conejito andarín”), por Margaret Wise Brown, sobre un conejito que quiere irse de casa y alejarse de su madre y para hacerlo dice que se convertirá en diferentes cosas. Su madre le asegura que si se convierte en trucha ella será una pescadora que le pescará, por ejemplo, o si se convierte en un barco, ella será el viento que sople para hacerle regresar a ella. Al final reconoce el conejito: “- ¡Vaya! – dijo el conejito -, mejor me quedo donde estoy y sigo siendo tu conejito. Y así lo hizo. - ¿Quieres una zanahoria? – le preguntó su mamá.”
“Los tres mosqueteros”(1844) por Alejandro Dumas es el primer libro en una saga de tres (Las novelas de D’Artagnan), que tiene lugar en el s.XVII y está basada en un libro por Gatien de Courtilz de Sandras (1700) sobre el capitán de los mosqueteros de Luis XIV que murió en combate en 1673. El joven D’Artagnan conoce a los tres mosqueteros Porthos, Athos y Aramis con quienes correrá muchas aventuras.
Este sábado, 21 de febrero, se celebrará un consistorio ordinario público para la canonización del





