¿Puede hacer daño espiritual el sufrimiento? (Mc. 2, 10)
En el Evangelio del 7o. domingo de tiempo ordinario el Señor curó a un paralítico indicando a los fariseos que lo hizo: “Para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (Mc. 2,10). El Señor tiene un punto de vista del sufrimiento diferente del nuestro. Esta tercera parte de “¡Confiad en Dios!” por S. Claudio de Colombiere (1641-1682) [que mandó el lector Joserra a “sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com”)] aborda el tema de las razones por las que el Señor puede permitir el sufrimiento cuando parece que sólo nos lleva a desesperar.
“¡Confiad en Dios!” (III)
[Los subtítulos han sido añadidos al original]
¿Qué bien puede proporcionarme esta enfermedad que me obliga a interrumpir todos mis ejercicios de piedad?, tal vez dirá alguien. ¿Qué ventaja puedo obtener de la pérdida de todos mis bienes que me sitúan en el desespero, de esta confusión que abate mi valor y que lleva la turbación a mi espíritu? Es cierto que estos golpes imprevistos, en el momento en que hieren acaban algunas veces con aquéllos sobre quienes caen y los sitúan fuera del estado de aprovecharse inmediatamente de su desgracia.