Visita Virtual a la Patrona de Cataluña y su Escolanía
La devoción a Nuestra Señora de Montserrat (“Monte aserrada”), Patrona de Cataluña, se remonta a 880, cuando se piensa que la imagen de madera fue encontrada en una cueva por unos pastores cerca de Montserrat. Cuando intentaron llevar la estatua a la Catedral, se hizo muy pesada y no la pudieron mover hasta que se construyó el monasterio donde se conserva.
Allí han venerado a la Virgen María santos como S. Ignacio de Loyola, S. Antonio María Claret, S. Francisco de Borja, S. Luis Gonzaga y S. Vicente Ferrer.
El color negro de la Virgen (“La Morenita”) y el Niño se debe a la velas y lámparas que la han iluminado a través de los siglos por la devoción de los peregrinos que, tras conocerla de camino a Santiago, difundían su fama en países como Italia, México, Chile y Perú por los muchos milagros concedidos por la Ssma. Virgen María bajo esta advocación. [Fuente: www.corazones.org]
¿Sabía que la Escolanía de Montserrat ha viajado no sólo por Europa sino también a Canadá, Puerto Rico, Japón e Israel?
Estos niños entre 9 y 14 años provienen principalmente de Cataluña, pero también de Aragón, de las Islas Baleares y de la Comunidad Valenciana. Viven en Montserrat [Ver “Visita Virtual a Montserrat”], volviendo a casa durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y dos meses durante el verano. Pero, también pueden volver a casa los viernes hasta el domingo por la mañana y si viven cerca pueden dormir en casa siempre que quieran.
Según “FAQ” en la página de la Escolanía, “cada familia paga una cuota de 350 euros a 470 euros al mes, que incluye todos los servicios”. No son niños que se vuelven monjes a los 14 anõs, ya que para la vocación religiosa hace falta una decisión adulta.
En este vídeo, se ve la imagen de Ntra. Sra. De Montserrat en el monasterio benedictino, además de la Escolanía cantando “El Virolai”, Himno a Ntra. Sra. De Montserrat galardonada en 1880 para el milenario de Montserrat (Letra: P. Jacint Verdaguer y música: Josep Rodoreda):
Letra de “El Virolai”cantada en el vídeo
Coro: Rosa d’abril, Morena de la serra,
de Montserrat estel:
il·lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al Cel.Mística Font de l’aigua de la vida,
rageu del Cel al cor de mon país;
dons i virtuts deixeu-li per florida;
feu-ne, si us plau, el vostre paradís.Coro
La letra completa se puede descargar de la página de la Escolanía de Montserrat
En el evangelio del III Domingo de Pascua, los apóstoles: “le ofrecieron un trozo de pez asado” (Lc. 24, 42) al Señor cuando les preguntó si tenían algo de comer al aparecerse a ellos. En su tercera aparición a ellos al lado del Lago de Tiberíades les volvería a pedir comida, pescado. Al no tener ellos, obró una pesca milagrosa por la obediencia de los apóstoles y un segundo milagro cuando llegaron los apóstoles a la playa, donde encontraron brasas encendidas, pescado y pan.
Los niños de la Escolanía ofrecen también lo que tienen al Señor, imitando la perfecta correspondencia a la gracia divina de la Ssma. Virgen María durante toda su vida. Por medio de ella, el Señor pide a los peregrinos de Montserrat que se abandonen con confianza a Dios. También por medio de ella obra milagros para animar a los fieles en su peregrinar terreno. Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María, ha resucitado de verdad y acompaña a su Iglesia hasta que llegue a puerto seguro.
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Vía Lucis IX – Cristo Resucitado se aparece a sus apóstoles junto al lago de Tiberíades
P Te adoramos, oh Cristo resucitado, y te bendecimos.
T Porque con tu Pascua has dado la vida al mundo.
Del Evangelio según San Juan (Jn 21, 1-9.13)
Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al algo de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: “Me voy a pescar". Ellos contestan: “Vamos también nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: “¿Muchachos, tienen pescado?". Ellos contestaron: “No". El les dice: “Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis". La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: “Es el Señor". Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red llena de peces. Al saltar a tierra ve unas brasas con un pescado puesto encima y pan (…). Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Meditaciones sacadas del Catena Aurea de Sto. Tomás de Aquino
1) “¿Y por qué no encontró, habiéndoselo prometido el Señor cuando dijo “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás os será ofrecido” ( Mt 6,33)? Sin duda que el Señor cumplió lo que ofreció, pues ¿quién fue el que aprontó los peces para que fuesen cogidos? Y es de creer que les puso en la necesidad de tomarse el trabajo de ir a pescar, porque tenía dispuesto hacer un milagro. “(S. Agustín)
2) “Con el mismo ardor con que hacía otras muchas cosas, fue a Jesús. Y sigue: “Y se entró en el mar", los demás discípulos llegaron en el barco. Pero no se ha de entender que Pedro fue andando sobre las aguas, sino nadando o por su propio pie, porque estaban cerca de tierra…”(S. Beda)
3) “… la mar significa el siglo presente, que se combate a sí mismo por el choque de las tumultuosas olas de esta vida corruptible, al paso que la tierra firme de la playa significa la estabilidad del eterno descanso. Y como los discípulos luchaban todavía con las olas de esta vida mortal, se fatigaban en el mar, mientras nuestro Redentor, después de su resurrección, habiendo sacudido la corrupción de la carne, permanecía firme en la playa.” (S. Gregorio)
4) “Aquellos, pues, que pertenecen a la resurrección de la vida (esto es, a la derecha), y que están prendidos en las redes del nombre cristiano, éstos aparecerán en la playa cuando resucitaren al fin del mundo. Esta es la razón por qué no pudieron sacar las redes para descargar en la nave los peces que habían cogido, como en otras ocasiones lo hicieron. La Iglesia guarda estos peces de la derecha (como en profundo sueño de paz) ocultos para después del fin de esta vida, hasta que de la red descansen en la playa.” (S. Agustín)
5) “O los doscientos codos representan los dos preceptos de la caridad, pues por el amor a Dios y al prójimo nos acercamos a Cristo. El pez asado, es Cristo crucificado. Este se dignó ocultarse en las aguas del humano linaje; quiso ser prendido en el lazo de nuestra muerte; y el que se hizo por nosotros pez por la humanidad, ha sido nuestro pan restaurador por su divinidad.” (S. Beda)
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Ha hecho alguna vez una peregrinación? ¿Ha tenido experiencia con alguna escolanía?
Mañana –Vía Lucis X – El Resucitado confiere el primado a Pedro – “Paz a vosotros” (Lc. 24, 36)
8 comentarios
¿Qué significa que Marcos no recoja las apariciones? Pues principalmente significa, dentro de la maravillosa y honda teología de Marcos, que las apariciones no son el asunto más importante; lo nuclear y fundamental es la Resurrección [que sí relata Marcos]. Y lo que Marcos subraya es que la experiencia del resucitado se hace en el seguimiento de Cristo, en el camino, y de ahí que el joven vestido de blanco mandase a las mujeres volver a Galilea, donde comienza el camino que pasa inexorable, necesariamente por la Cruz [el miedo y el silencio de ellas que se relatan en el versículo 8 era porque sabían que volver a Galilea significaba terminar en la Cruz, como lo habían podido comprobar unos días antes]
Es decir, y esto es lo importante, la experiencia de Cristo resucitado se realiza en el camino, en nuestra misma vida, [que en el evangelio de Marcos comienza en Galilea] y pasa necesariamente por la Cruz. Sin Cruz no hay Resurrección. Esta es la clave.
Estoy de acuerdo en que "Sin Cruz no hay Resurrección", pero no entiendo muy bien por qué "volver a Galilea significaba terminar en la Cruz". ¿No se estarían apartando de Jerusalén, donde fue crucificado el Señor? Me gustaría poder comprenderlo mejor, y por eso le pido que lo explique un poco más, si no le importa.
La teología de Marcos descansa sobre un esquema consistente en un progresivo descubrimiento de la identidad de Jesús. Aunque el comienzo del Evangelio de San Marcos empieza diciendo Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, éste es un dato que sólo conoce el lector, no los personajes del Evangelio, que lo ignoran.
Este esquema le permite al evangelista ir desarrollando progresivamente el relato que nos permitirá saber quién es Jesús. Pues no lo conocían y eso explica que en Mc 1, 27 leamos: "Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! ¡Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen!" y poco después, en Mc 2, 7, las gentes se preguntaban: "¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?".
Era claro que no le conocían aunque sí lo conocían los demonios como se atestigua en Mc 1, 34: "Y no dejaba [Jesús] hablar a los demonios, pues le conocían". Asunto éste relacionado con un precioso tema marquiano, el secreto mesiánico, que es una estrategia narrativa de la que se sirve el autor para ordenar silencio a aquellos que, o le conocían, o podían deducir quién era a la vista de sus acciones milagrosas.
Bien, el proceso de saber quién es Jesús tiene en San Marcos un orden y unas secuencias determinadas: Da comienzo con la predicación en Galilea [onde se le reconoce como Maestro] y culmina con la confesión de Pedro en Mc 8, 29: "Y él les preguntaba: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Pedro le contesta: "Tú eres el Cristo". Marcos 8, 29 es un punto culminante del evangelio de Marcos: se nos dice que Jesús es el Cristo, el Ungido, el Mesías. Pero no es el punto definitivo que sólo ocurre al pie de la Cruz, en Mc 15, 39, cuando acontece la confesión del centurión: "Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios."
Aquí aparece el punto definitivo del desvelamiento de la identidad de Jesús: ése, que ya era aceptado desde el principio como Maestro [rabbí -en hebreo-o rabbuní -en arameo-], al que ya Pedro en Mc 8, 29 había reconocido como el Cristo, es reconocido ahora por un pagano (el centurión) como el Hijo de Dios.
¿Qué significa todo esto? Que el descubrimiento de la identidad de Cristo para nosotros, hombres modernos del siglo XXI, es exactamente igual que para quienes le acompañaban hace veinte siglos. Se trata de empezar un camino que arranca en Galilea, donde Jesús predica y hace visigles sus signos, curaciones y enseñanzas, que prosigue por lo que se conoce como "El camino a Jerusalén" y que concluye en la misma Jerusalén con su Pasión y Resurrección. Por eso, el joven vestido de blanco que está junto a la tumba vacía les dice a las mujeres en Mc 16, 6: "No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron.
Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo".
Volver a Galilea es saber y recordar la vida de Jesús, que empezó allí pero que terminó en la Cruz. Volver a Galilea significa que, nosotros también, tenemos que ir recorriendo en nuestra vida el camino que recorrió Jesús y que pasa por la Cruz. Volver a Galilea significa que ser cristiano nos compromete la vida entera y que no hay fórmulas mágicas ni atajos, que Cristo quiere que hagamos lo que él hizo, abrazando su Palabra enteramente, sin restricción alguna.
Por eso el joven de blancas vestiduras les da a las mujeres un recado expreso: "Decid a Pedro y a los discípulos que vayan a Galilea, que Él está allí esperándoles". Esos discípulos son precisamente los que le habían traicionado (Judas), negado tres veces (Pedro) y habián salido huyendo como ratas dejándole sólo en su suplicio. Pero Jesús Resucitado sigue contando con ellos, pese a su deserción, pese a su penoso proceder, pese a todo; lo que es tanto como decir, que sigue contando con todos nosotros que tantas veces le hemos fallado y traicionado.
Por eso yo os digo: ¡Venga, vamos, amigos, vayamos a Galilea, nos está esperando!
La verdad es que el Señor nos ha dejado un maravilloso itinerario para nuesto peregrinar terreno, permitiendo que nos encontremos con Él una y otra vez por los Evangelios mientras hagamos nuestra parte.
Los santos consideraban un privilegio poder sufrir algo por el Señor en esta vida porque en el Cielo ya no se podrá demostrar a Dios de la misma forma el amor con el que los discípulos volvieron a Galilea, el mismo amor con el que deberíamos buscarle al Señor en todo lo que hacemos. Y no lo hacemos solos, gracias a Dios.
Y mientras los discípulos van dando el "cante" de mala manera con su penosa actitud, brillan a su lado unos cuantos personajes secundarios y maravillosos que sí entienden el mensaje de Jesús y responden con el sí de la fe: Bartimeo, la viuda pobre, la mujer que unge a Jesús, Simón de Cirene o José de Arimatea.
¿Por qué San Marcos retrata tan pobremente a los discípulos más allegados? Porque trata que nosotros, lectores actuales del Evangelio, nos identifiquemos con ellos. Nosotros, que también estamos llenos de pecados, faltas y traiciones. Por eso también Marcos abre la vía de esos otros deliciosos personajes secundarios, para decirnos que siempre hay alguien que le sigue, que es posible seguirle desde nuestra pobreza extrema y desde nuestra nada. En el fondo Marcos nos dice: Jesús cuenta con todos, con los que le siguen y con los que le fallan, con todos. Siempre hay un buen momento para recomenzar.
{Por cierto, Maria Lourdes, dices que Judas Iscariote ya se había ahorcado...pero ¿sabías que hay dos versiones de la muerte de Judas Iscariote en el Nuevo Testamento? Por un lado San Mateo, en Mt 27, 5 dice que se ahorcó pero, por otro lado, San Lucas en Hechos 1, 16-20 refiere que Judas se reventó las entrañas despeñándose. Lo que parece es que no había una constancia clara de cómo había muerto pero sí era patente que, perdiendo la esperanza, se quitó la vida}
Respecto a Judas, siempre había imaginado el pasaje como se suele representar, con Judas ahorcándose y después cayéndose su cuerpo. Es curioso que S. Lucas, que se piensa fue médico de profesión, hiciera mención de las entrañas reventándose.
También me parece curioso que S. Agustín ponía en duda además el día y la hora de la muerte de Judas (aunque no que se hubiera quitado la vida):
Pero ocupados los príncipes de los sacerdotes en la muerte del Señor desde el amanecer hasta la hora de nona, ¿cómo se prueba que Judas les entregó el precio de la sangre que había recibido, antes de la crucifixión del Señor, y les dijo en el templo: "He pecado, entregando sangre inocente"? Aunque todos los príncipes y los ancianos del pueblo no estuvieron en el templo antes de la pasión del Señor, y en la cruz lo estuvieron insultando, no puede probarse con ello que lo de Judas fue antes de la pasión del Señor, cuando hay muchas cosas que ciertamente ocurren antes de los hechos y son narradas después. Pero quizás Judas se arrepintió después de la hora de nona, preso del miedo al ver que había muerto el Salvador, y que debido a ello se había desgarrado el velo del templo, que la tierra tembló, que se rompieron las piedras y que chocaron los elementos. Sin embargo, después de la hora de nona también estaban ocupados los ancianos y los príncipes de los sacerdotes en la celebración de la pascua; y en el sábado estaba prohibido por la ley aun llevar dinero encima. Por esto yo creo que no es posible saber en qué día -ni en qué tiempo-, puso Judas fin a su vida. (Catena Aurea de Sto. Tomás de Aquino)Es un placer adentrarme con sus comentarios en los textos evangélicos. Un saludo.
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