Una santa convertida por el ejemplo cristiano de otras mujeres
Sta. Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) (1891-1942) fue formada en la fe judía de su familia, pero dejó de practicar su fe en su juventud. Fue una intelectual brillante que no pudo obtener la habilitación para la libre docencia primero por ser mujer y después por ser judía.
Escribe de su juventud: “como bachiller y joven estudiante, fui una feminista radical. Perdí después el interés por este asunto. Ahora voy en busca de soluciones puramente objetivas”.
Fueron mujeres las que le atrajeron a la fe católica. Le llamó la atención en 1916 ver a una aldeana entrar con su cesta de la compra en la Catedral de Frankfurt para rezar: “Esto fue para mí algo completamente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes que he frecuentado los creyentes acuden a las funciones. Aquí, sin embargo, una persona entró en la iglesia desierta, como si fuera a conversar en la intimidad. No he podido olvidar lo ocurrido”.
Además, era muy amiga de Adolf Rinach y su mujer. Cuando se quedó viuda la mujer, ella se sorprendió al visitarle en 1917 al ver que ellos se habían convertido al catolicismo y que la viuda se mantenía fuerte por su fe: “Este ha sido mi primer encuentro con la cruz y con la fuerza divina que transmite a sus portadores… Fue el momento en que se desmoronó mi irreligiosidad y brilló Cristo”. Además escribiría: “lo que no estaba en mis planes estaba en los planes de Dios. Arraiga en mí la convicción profunda de que- visto desde el lado de Dios – no existe la casualidad; toda mi vida, hasta los más mínimos detalles, está ya trazada en los planes de la Providencia divina y, ante los ojos absolutamente clarividentes de Dios, presenta una coherencia perfectamente ensamblada.”
Otra mujer que le ayudó a encontrar la fe católica fue la Sra. Hedwig Conrad-Martius que también se había convertido con su esposo. Viviendo con ella, se encontró la santa con la autobiografía de Sta. Teresa de Ávila, que leyó: “Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad”.
Fue bautizada en la fiesta de la Circuncisión del Señor en 1922 y la Sra. Hedwig Conrad-Martius fue su madrina. En la fiesta de la Candelaria fue confirmada. Volvió a su madre y le dijo que era católica, lo cual le causó un gran dolor a su madre. Aunque ella le escribiría a su madre cada semana, no recibiría respuesta.
Aunque quiso hacerse carmelita enseguida, sus directores espirituales no le dieron la vista buena todavía y se dedicó a dar conferencias sobre temas femeninos, por encargo del Archiabad Raphael Walzer. Escribiría:
“Durante el período inmediatamente precedente y también bastante después de mi conversión… creía que llevar una vida religiosa significaba renunciar a todas las cosas terrenes y vivir solamente con el pensamiento puesto en Dios. Gradualmente, sin embargo, me he dado cuenta de que este mundo exige de nosotros otras muchas cosas …, creo, incluso, que cuanto más se tiene uno atraído por Dios, más debe ‘salir de sí mismo’, en el sentido de dirigirse al mundo para llevar allí una razón divina para vivir”.
Pero, en 1933, con la persecución de los judíos en Alemania y sin poder dedicarse a su trabajo, por fin accedieron sus directores espirituales a que entrara en un Monasterio de Carmelitas de Colonia: “Solamente la pasión de Cristo nos puede ayudar, no la actividad humana. Mi deseo es participar en ella”. No entraba en el Carmelo para huir: “Quien entra en el Carmelo no se pierde para los suyos, sino que le tienen aún más cercano; y esto porque nuestra profesión es la de dar cuenta de todos a Dios”. Murió en Auschwitz, cuidando de todos los que podía por el camino y ofreciéndose por la salvación de su pueblo judío.
¿Qué pensaba esta gran mujer sobre la labor profesional de las mujeres?
“¿Es la actividad profesional extradoméstica (fuera de la casa) de la mujer contrario al orden de la naturaleza y de la gracia? Creo que no. Todos los poderes del hombre están también presentes en la naturaleza de la mujer, aunque sea en diferente medida y en diferente proporción. Esto es prueba de que ella también puede usarlos en actividades que la corresponden. Pero, estos poderes están limitados cuando la actividad profesional fuera del hogar comienza a dificultar su vida doméstica, principalmente el bien de su familia, compuesta de ella, de su esposo y de sus hijos, la familia en que uno recibe vida y educación.” (Traducida del inglés / Fuente: Wade Menezes, CPM, “Los 10 mandamientos de una esposa y madre”, EWTN)
El ejemplo de mujeres que hicieron de Dios la mayor prioridad en sus vidas convirtió a esta santa a la fe católica. Jesucristo había dicho, según el Evangelio del XIX Domingo de Tiempo Ordinario: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.” (Jn. 6, 41). Dios Padre actuó por medio de mujeres que se habían dejado ser instrumentos de Dios, para atraer a Sta. Teresa Benedicta de la Cruz, que también se vería como instrumento de Dios tras su conversión.
La mujer debe hacer de Dios y de su familia prioridades sobre el trabajo profesional (especialmente cuando Dios la hace esposa y madre) porque haciendo la Voluntad de Dios se encuentra la santidad propia y la de otros.
“La vida oculta y la Epifanía” por Sta. Teresa Benedicta de la Cruz: Parte I, Parte II
[Fuente de citas excepto la de EWTN: www.vatican.va]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué piensa sobre la actividad profesional de la mujer fuera del hogar? ¿Está de acuerdo con Sta. Teresa Benedicta de la Cruz? ¿Cómo ejemplificó esta santa en su vida el hacer la Voluntad de Dios?
Mañana: S. Lorenzo – “Jesús tomó la palabra” (Jn. 6, 43)
8 comentarios
La labor de la mujer en la casa también es trabajo. Sé que se ha tratado este tema antes en el blog , pero me parecía muy interesante la opinión de una santa muy respetada en su profesión como intelectual que supo dedicarse en pleno al trabajo por Dios en el mundo académico pero que también era capaz de entregarse a la vida contemplativa en el momento oportuno, según lo que le pedía el Señor.
Me parece que muchas mujeres establecen el trabajo profesional como lo más importante para su desarrollo como mujer, lo cual no me parece correcto. El Plan de Dios es mayor y mejor que el que nos hagamos por orgullo propio (y esto va para los hombres tanto como para las mujeres). La felicidad no se encuentra consiguiendo cierto puesto (que la santa hizo todo lo que pudo para avanzar profesionalmente también) sino en cumplir con lo que Dios espera de nosotros en cada estado de vida. Sta. Teresa Benedicta de la Cruz supo mantener ese equilibrio centrado en Dios. Un saludo.
No es mi intención criticar otros cultos, o minusvalorarlos, pero esta diferencia que Mª Lourdes nos señala como unos de lo motivos de conversión de Edith Stein es algo de lo que no se suele dar cuenta normalmente un católico.
Es una diferencia importante, no la única, quizás también el perdón de los pecados.
Hay aquí en madrid una iglesia bastante nueva dedicada a ella y que funciona muy bien. que siga intercediendo y por Europa
He oído muchas veces al P. Benedict Groeschel comentar en su programa de EWTN que cuando confiesa en la Catedral de S. Patricio en Nueva York entran en el confesionario judíos y personas de otras religiones que buscan no la absolución de sus pecados, que no es posible sacramentalmente para ellos, sino una bendición tras "confesarse". ¡Cuántos habrá que atraído por el Sacramento acaben abrazando la fe!
Creo que se debe a que Cristo actúa por medio de los sacramentos de la Iglesia, que continúa a atraer hacia sí a los que se abren a esa realidad de Dios con nosotros. Me alegro de verle pasar por aquí de nuevo.
Entre los judíos conversos al cristianismo durante el siglo XX, entre muchos otros, hay otra mujer, francesa, Simone Weil sobre la que hay controversia (¿llegó a hacerse católica o no?), sus escritos están llenos de dolor por los oprimidos y comenta que lo que le acercó a la Iglesia Católica fué precisamente la fe de los humildes (para ella el catolicismo era la fe de los esclavos de los humildes); y un hombre rumano Nicolae Steinhardt autor del libro "el diario de la felicidad", un hombre con grandes búsquedas espirituales que le llevaron a convertirse al cristianismo ortodoxo en un campo de concentración, su libro es un análisis de su conversión, al mismo tiempo que de la sociedad y la política que le tocó vivir. El identifica la felicidad con la conversión al cristianismo en medio de aquel horror del comunismo; también el obispo de parís Jean Marie Lustiger, ya fallecido era judio converso.
Como detalle anecdótico hay un movimiento judío "el judaismo mesiánico" con aproximadamente 15.000 miembros en Israel (más de 400.000 en todo el mundo)que se consideran a si mismos como una corriente legítima dentro del judaismo, pero como creen en Cristo como el Mesías prometido son considerados como cristianos por el resto de los judíos (incluido el estado de Israel) y por muchos cristianos, esto les lleva a ser atacados por judíos ortodoxos e incluso por musulmanes ortodoxos (a los dos les une su rechazo al cristianismo)
Todo esto dicho con el máximo respeto a los judíos y al judaismo.
Se dice que Simone Weil fue bautizada poco antes de morir, aunque había escrito anteriormente sobre su rechazo del Bautismo a pesar de su atracción por el catolicismo. Tanto se preocupaba por los más indefensos que limitó mucho su comida, diciendo no querer comer más que los oprimidos en zonas de ocupación nazi. Ella se unió a la resistencia francesa.
Hoy en día los judíos son bastante respetados en Francia, por lo que me dijo un amigo que vivió en Francia muchos años, por los altos cargos que ocupan en diferentes profesiones. No sé si son más observantes de su religión que los católicos en Francia, donde hay un porcentaje muy bajo de los que practican su fe. Gracias por su interesante comentario.
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