Receta china para la Cuaresma: Tortas fritas con cebollita
La Operación Plato de Arroz ofrece en sus calendarios de Cuaresma recetas simples sin carne de países muy necesitados. No he visto entre ellas la receta china en este artículo, que requiere muy pocos ingredientes y se sirve como aperitivo en muchos restaurantes chinos en los EE.UU.: tortas fritas con cebollita. En chino se llaman “tson-iu-ping” - literalmente: “cebollita-aceite-torta” (en inglés: “scallion pancakes”).
La receta también ayuda a reflexionar sobre el camino que nos queda de Cuaresma, representado en el evangelio del 2o. domingo de Cuaresma por Jesús y sus apóstoles: “cuando bajaban de la montaña” (Mc. 9, 3). El Señor les preparaba para la Semana Santa, como nos pide la Iglesia que hagamos durante la Cuaresma. [Citas del Bto. Guerrico de Igny, abad cisterciense. Fuente: http://evangeliodeldia.org ]
[Fotos de http://basilandginger.com ]
4 tazas de harina
1 1/2 tazas de agua fría
4 cebollitas, cortadas muy finas
aceite
sal
Preparación
“Incluso aunque estéis muy adelantados en este camino [del Señor] os queda siempre algo que preparar, a fin de que en el punto en que habéis llegado, tendáis siempre a ir más adelante.”
1) Mezclar la harina y el agua hasta formar una masa. Amasarlo unos minutos en una superficie con harina. Poner en un tazón y cubrir con plástico. Dejarlo reposar 30 minutos en un lugar caliente y sin corriente.
“He aquí que, a cada paso que hacéis, el Señor para quien preparáis el camino, viene a vuestro encuentro, un encuentro siempre nuevo, siempre más grande. Es, pues, con razón que el justo ora así: «Enséñame, Señor, el camino de tus preceptos, yo lo quiero seguir puntualmente» (Sl 118, 33).”
2) Dividir en 4 pedazos y mantener cubierto los pedazos que no se estén usando. Sobre una superficie con harina, estirar la masa lo más posible. Rociar con aceite y espolvorear sal, frotando para cubrir toda la superficie con aceite y sal. Esparcer un cuarto de la cebollita sobre la masa, apretándola bien.
“Es posible que se le llame «camino eterno» porque la Providencia ha previsto el camino para cada uno y le ha fijado un término, pero la bondad de aquél hacia el cual avanzáis no tiene límite. Por eso el viajero prudente y decidido, al llegar siempre dirá que no ha hecho más que comenzar; olvidará lo que queda detrás de él para poder decirse cada día: «Ahora comienzo» (Flp 3,13; Sl 76,11 Vulg)…”
3) Enrollar la masa desde el lado más corto y apretar los extremos para sellarlos. Aplastar un poco con la mano y enroscar la masa, manteniendo la juntura en el interior. Pellizcar el final para sellarlo. Dejar reposar sobre una superficie con harina, cubierto con plástico, mientras se preparan los otros pedazos.
“Pero nosotros que estamos hablando de progreso en este camino, ¡quiera el cielo que, por lo menos, hayamos comenzado! Me parece que, cualquiera que se pone en ruta está ya en el buen camino: tan sólo es necesario que lo haya comenzado verdaderamente, que haya «encontrado el camino de la ciudad habitada», tal como dice el salmo (106,4). Porque «son muy pocos los que lo encuentran» dice la misma Verdad (Mt 7,14). Son numerosos los que «vagan por las soledades»…”
4) Estirar cada pedazo con un rodillo hasta formar una torta plana.
“Y tú, Señor, nos has preparado un camino, y sólo tenemos que consentir y comprometernos en él. Nos has enseñado el camino de tu voluntad diciéndonos: «Este es el camino, seguidlo sin extraviaros ni a derecha ni a izquierda» (Is 30,21).”
5) Calentar y añadir aceite en la sarten para freir las tortas. Freir cada torta y dejar enfriar sobre toallitas de papel. Cortar en 6-8 porciones y servir enseguida.
“Es el camino que el profeta había prometido: «Habrá allí una senda y un camino, no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán» (Is 35,8). Yo era joven, ahora ya soy viejo (Sl 36, 25) y, y si tengo buena memoria nunca he visto a un insensato extraviarse en tu camino; he visto apenas a algunos prudentes que lo han podido seguir hasta el final.”
Opcional: Se puede servir con esta salsa para mojar: Mezclar una cucharada de salsa de soja, una cucharada de vinagre y unas gotas de aceite de sésamo.
“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” (S. Juan de la Cruz)
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué platos comen en su familia los viernes de Cuaresma?
Mañana: Santa Matilde – “discutían qué quería decir” (Mc. 9, 10)
6 comentarios
Gracias por la receta. Me he propuesto hacerla antes de que termine la Cuaresma.
Y me han encantado las frases de santos y de la Escritura entre paso y paso. Tienes que darnos más recetas así.
Parece ya muy simple la receta, pero en tiempos de guerra en China (y hoy en día en lugares muy pobres), apenas tenían un poco de harina y agua para hacer las tortas. Se hace la masa con un poco más agua y se aprieta la masa sobre una plancha caliente despegándola rápidamente para cubrirla con una capa muy fina y se espera hasta que se despeque para comerla. La cebollita, el aceite y la sal, (muy comunes ahora en España y en los EE.UU.) se consideraban "lujos" y todavía lo son en zonas muy, muy pobres, según lo que he oído.
En una escuela que conozco, en el mes en que los alumnos de ciertos grados estudian la guerra, se les dan cupones para usar a lo largo de una semana, que usan para ciertos "privilegios" como ir a su armario durante el día o para que les den papel o para usar ciertas cosas en sus aulas. Si se les acaban tienen que aguantarse el resto de la semana.
Me parece una buena forma de enseñar a los niños que tienen demasiado a no desperdiciar las cosas y a comprender lo que es sentir necesidad, aunque sea de forma muy limitada. Un saludo.
En Japon, tengo mas ocasion de disfrutar de un simple arroz blanco (hervido sin nada), pues como en China, es la comida mas basica, quizas. Aunque aqui tambien pueda chocar la sobriedad junto con la abundancia que se observa.
Estoy de acuerdo contigo en la importancia de no desperdiciar y de saber el valor de las cosas, ya sea en Japon, en Estados Unidos, en China o en Espania. Un recuerdo.
Me parece maravilloso que aprecie las semejanzas entre las culturas chinas y japonesas porque las guerras entre los dos países ha dejado a muchas personas con prejuicios por ambos lados, aunque me parece que va mejorando mucho esa situación con el paso del tiempo y con nuevas generaciones que no han conocido de primera mano esa guerra. Un saludo.
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