Qué hacer para que su casa sea más atractiva al comprador

Mi familia acaba de poner de venta nuestra casa y algunos agentes inmobiliarios nos han dado consejos sobre qué hacer para que la casa fuera más atractiva al comprador tanto en el exterior como en el interior.

Para mejorar el exterior
Recoger y barrer todo, incluyendo la acera, cortar el césped con frecuencia, lavar o pintar las paredes exteriores, quitar la cizaña y embellecer la propiedad añadiendo mantillo alrededor de las flores y los árboles, añadir macetas de flores cerca de la entrada principal, pintar la puerta y limpiar el timbre, el felpudo y el pomo.

En el interior
Recoger todo y quitar todas las cosas innecesarias de la casa (donar, reciclar, basura), impiar todas las superficies (incluyendo las ventanas y las puertas), organizar los roperos/armarios de la casa dejándolos lo más vacío posible, poner las cosas sueltas en el sótano en cubos opacos del mismo color, pintar los cuartos de colores vivos de un color neutro, ajustar y arreglar todas las puertas en la casa para que funcionen bien, arreglar otras cosas que haga falta (grifos que no funcionen, ventanas que no se abran bien…), limpiar la nevera y dejarla lo más vacía posible, tener siempre limpio el microondas.

Otros detalles
Hacer tartas o galletas para dejar un buen olor en la casa, deshumidificar el sótano, dejar flores en varios cuartos de la casa, omprar toallas decorativas nuevas para dejar en el baño sólo cuando hay visitas. abrir las cortinas y dejar las luces encendidas justo antes de que visite alguien (aunque sea durante el día). Tampoco se debe estar en la casa mientras están allí los compradores.

Como se podrán imaginar, todo eso no es nada simple cuando hay dos niños activos de 2 y 3 años en la casa. Por eso me habrá llamado la atención el consejo del Señor en el Evangelio del XVIII Domingo de Tiempo Ordinario: “Trabajad, no por el alimento que perece” (Jn. 6, 27), o en el caso de mi familia, no poner el corazón en lo que se puede desordenar en segundos. Me recuerda lo que dijo en otra ocasión el Señor sobre no acumular cosas que tendremos que dejar para otros cuando muramos (o cuando nos mudemos de residencia).

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Sto. Domingo de Guzmán (1171-1221) fundó la Orden de los Predicadores para educar en la fe y evangelizar a los herejes de su tiempo, viviendo en gran pobreza como ejemplo para sus seguidores. Se cree que fue por su gran devoción mariana que recibió el Rosario de la Ssma. Virgen María como ayuda en su predicación. A este santo le gustaba leer sobre todo el Evangelio según S. Mateo y las Epístolas de S. Pablo. Dejó poco escrito, pero lo siguiente se lee de él en “El diálogo” de Sta. Catalina de Siena (terciaria dominica) [traducción de una copia en inglés].

[Habla Dios]: “Y mira la nave de tu padre Domingo, mi amado hijo. Lo gobernó con una regla perfecta, pidiendo [a sus discípulos] que fueran atentos sólo a mi honor y la salvación de las almas con la luz del conocimiento. Deseó edificar sus cimientos sobre esta luz, sin dejar por eso la verdadera pobreza voluntaria. Esto lo tenía también, y como una señal de que lo poseía y que lo contrario le desagradaba, dejó como un legado a sus hijos su maldición y la mía si tuvieran o guardaran cualquier propiedad individualmente o colectivamente. Era una señal de que había elegido a la Reina Pobreza como su novia.

“Pero como su más propio objeto tomó la luz del conocimiento para erraducar los errores que se levantaban en esos tiempos. Tomó la tarea de la Palabra, mi Hijo único. Claramente apareció como un apóstol en el mundo, con tal verdad y luz sembró mi palabra, disipando la oscuridad y dando luz. Era una luz que ofrecí al mundo por [la Ssma. Virgen] María y envié al cuerpo místico de la santa Iglesia como un desarraigador de herejías. ¿Por qué dije ‘por María’? Porque María le dió el hábito – una tarea que mi bondad le confió.

“¿Dónde tendría a sus hijos comiendo por la luz del conocimiento? En la mesa de la cruz. Sobre esa cruz está puesta la mesa del santo deseo donde uno come almas por amor a mí. Quería que sus hijos no hicieran nada más que estar de pie a esta mesa por la luz del conocimiento para buscar sólo la gloria y la alabanza de mi nombre y la salvación de las almas. Y para que pudieran atender a nada más que eso, les alivió de la preocupación de las cosas temporales y quiso que fueran pobres. ¿Carecía de fe o temía que no se cuidaría de ellos? Claro que no, porque estaba vestido en fe y confiaba con firmeza en mi providencia.

“Quería que fueran obedientes haciendo lo que se les encargara que hicieran. Y porque la vida indecente nubla el ojo de la mente (y no sólo el de la mente: Este miserable vicio hace que la visión corporal falle también), estableció el tercer voto, la continencia, y quiso que lo observaran completamente en verdadera y perfecta obediencia. Porque no quería que fuera impedida esa luz por la que adquirirían mejor y con mayor perfección la luz del conocimiento. Pero hoy en día este voto es mal observado. Y la gente pervierte la luz del conocimiento en oscuridad con la oscuridad del orgullo. No que esta luz en sí se oscurece, sino que el orgullo emite oscuridad sobre sus almas. La obediencia no puede coexistir con el orgullo. Ya os he dicho que la gente es tan humilde como son obedientes y tan obedientes como son humildes. Es raro que una persona que peca contra el voto de obediencia no peque también contra la continencia y la verdadera pobreza.

“O sea que Domingo ordenó su nave aparejándola con tres cuerdas fuertes: la obediencia, la continencia, y la verdadera pobreza. Lo lleno por completo de realeza no atándolo a la culpa del pecado mortal. Iluminiado por mí, la verdadera luz, estaba manteniendo a los que fueran menos perfectos. Porque, aunque todos los que observan la regla son perfectos, de todas formas hasta en [esta forma de] vida uno es más perfecto que otro, y tanto los perfectos como los no tan perfectos prosperaban en esta nave. Domingo se alió con mi Verdad mostrando que no quería que muriera el pecador sino que se convirtiera y viviera. Hizo esta nave muy espaciosa, alegre y fragante, un jardín de lo más agradable.

“[…] Te podría contar sobre muchos otros [de la orden] que, aunque nunca sufrieron un verdadero martirio, lo hicieron en espíritu, como Domingo. ¡Qué obreros mandó este padre en su viña para desarraigar las espinas del vicio y plantar virtudes!” (158)

Sto. Domingo abrazó la pobreza e hizo atractivas las virtudes que perduran en la vida eterna, como se ve en la extensión por todo el mundo de la Orden de Predicadores. Que su ejemplo continúe a hacer arder el mundo con el amor de Dios.

[Primera imagen: “The truth about” en Wikimedia Commons]

Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Admira alguna labor en particular de la Orden de los Predicadores? ¿Qué recomienda para adquirir el conocimiento necesario de la Buena Nueva antes de poder predicarla?

Mañana: Sta. Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) – “los judíos criticaban a Jesús” (Jn. 6, 41)