¿Qué haría si sus hijos quisieran abandonar la fe católica?
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La semana pasada, uno de mis hermanos, que me estaba llevando a casa en su coche, me preguntó: “¿Qué harías si tus hijos quisieran abandonar la fe católica? ¿Pondrías tus principios sobre tus hijos o les aceptarías?” Esas preguntas resultaron en una conversación que duró el resto del largo viaje (que se hizo así muy corto), pero no era la primera vez que me planteaba esa cuestión. Mi esposo y yo hemos hablado muchas veces sobre esa posibilidad.
Los dos mártires ingleses celebrados el 22 de junio, S. Juan Fisher (1469-1535`) y Sto. Tomás Moro(1478-1535), veían a muchos de sus compatriotas aceptando a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Pero, ellos dieron sus vidas, mostrándose fieles al Papa y a la Iglesia Católica hasta el final. Dijo sobre los que prestaban juramento como quería Enrique VIII: “A ellos debe salvarles su conciencia; a mí, la mía”.
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S. Juan Fisher era un graduado brillante de la Universidad de Cambridge que a los 35 años fue nombrado canciller de la universidad y obispo de Rochester. El Papa le nombraría Cardenal poco antes de morir. Reflexionando sobre las pruebas del amor de Dios (sobre todo en la Pasión y la Muerte de Jesucristo) y la ingratitud humana, dijo:
“Ciertamente, es digno todo ello de que sea escrito para las generaciones futuras, para memoria perpetua, a fin de que todos los que en el futuro han de llamarse cristianos reconozcan la inmensa benignidad de Dios para con nosotros y no dejen nunca de cantar sus alabanzas.” (Comentario sobre el Salmo 101).
Como Padre pensaba en el bien espiritual de otros y por eso tenía presente la importancia de dar buen ejemplo. El que dijo cuando le ofrecieron una parroquia más grande y rica que no dejaría a su “pobre y vieja esposa por la viuda más rica de Inglaterra”, no dudó tampoco en decir: “Voy a morir por Jesucristo y por la Iglesia Católica. Con mi muerte quiero dar testimonio del Papa como jefe único de la Iglesia. Hasta el cielo…hijos…”
Esto es lo que estaba a juego: “Si los otros han perdido el sabor, pueden recuperarlo por vuestro ministerio; pero si sois vosotros los que os tornáis insípidos, arrastraréis también a los demás por vuestra perdición”. (S. Juan Crisóstomo, Hom. Evang. S. Mateo, 15)
Por lo tanto, no se acobardaba el santo tampoco cuando la corrección fraterna era necesaria, como cuando denunció en un sínodo cosas que el clero debía mejorar. Tendría presente estas palabras de Jesús en la Última Cena: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.[…](Juan 17, 3-5)”. De camino a su martirio leyó esas palabras y cerró la Biblia diciendo: “Aquí hay instrucción suficiente para el resto de mi vida”.
S. Juan Fisher murió diciendo: “En tí Señor, he puesto mi confianza” (Salmo 31) y cantando un Te Deum.
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La misma confianza mostró su amigo Sto. Tomás Moro, (canciller de Inglaterra desde 1529) en su carta de despedida a su hija Margarita, escrita en la cárcel poco antes de ser ejecutado:
“Aunque estoy convencido, mi querida Margarita, de que la maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me abandonase del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta ahora, su gracia santísima me ha dado fuerzas para postergarlo todo: las riquezas, las ganancias y la misma vida, antes de prestar juramento en contra de mi conciencia[…]
Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor.“ (www.corazones.org)
Como padres, “No debemos perdonar esfuerzo alguno para que los niños, desde su más tierna infancia, sean educados en la verdad de la fe cristiana y en una conducta conforme a la misma.[…]” (S. Juan Leonardi, Cartas a Pablo V para la reforma de la Iglesia)
“Resulta más cómodo -pero es un descamino- evitar a toda costa el sufrimiento, con la excusa de no disgustar al prójimo: frecuentemente, en esa inhibición se esconde una vergonzosa huida del propio dolor, ya que de ordinario no es agradable hacer una advertencia seria. Hijos míos, acordaos de que el infierno está lleno de bocas cerradas.” (S. Josemaría escrivá, Amigos de Dios,161).
¿Seríamos capaces de defender así nuestra fe aunque nuestros propios hijos fueran los que cuestionaran nuestra fe o nos diría el Señor como hizo en el Evangelio del XII Domingo de Tiempo Ordinario a los apóstoles: “¿Por qué sois tan cobardes?” (Mc. 4, 40)
Si nos sentimos cobardes, hagamos lo mismo que Sto. Tomás Moro:
“Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para desempeñar mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco Su consejo y luz.“
“No quiero, mi querida Margarita, desconfiar de la bondad de Dios, por más débil y frágil que me sienta. Más aún, si a causa del terror y el espanto viera que estoy ya a punto de ceder, me acordaré de san Pedro, cuando, por su poca fe, empezaba a hundirse por un solo golpe viento, y haré lo que él hizo. Gritaré a Cristo: ‘Señor, sálvame’. Espero que entonces él, tendiéndome la mano, me sujetará y no dejará que me hunda […]de lo que estoy cierto es de que Dios no me abandonará sin culpa mía. Por esto, me pongo totalmente en manos de Dios con absoluta esperanza y confianza.”
Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Que diría si alguien le preguntara: “¿Qué haría si sus hijos quisieran abandonar la fe católica? ¿Pondría sus principios sobre sus hijos o les aceptaría?”
Mañana – El silencio – “¡Silencio, cállate!” (Mc. 4, 39)
33 comentarios
El caso es que Roper perseveró en la fe catolica hasta su muerte, mucho después de Santo Tomas y de Meg, y escribió la primera biografía de Moro
Era su madre,Sta. Mónica,y consiguió la conversión de su hijo,el golfo de Agustín,"con oración y lágrimas".
ML
Es difícil la respuesta a lo que planteas porque,partiendo de que el primer mandamiento es la caridad,y,por tanto no molestar con frases,quejas y lamentos es la primera de las observaciones.Sin embargo,no ocultar,ni simular,ni modificar nuestra práctica cristiana,como dice odet imitar y encomendar a Sta.Mónica su vuelta al Señor.Antes les convertirá nuestro servico desinteresado que nuestras cuitas y reprimendas.
Me ha emocionado encontrarme con estos dos espléndidos personajes cuyas virtudes y santidad has sabido debidamente resaltar. Y especialmente con uno de ellos, Tomás Moro, que fue mi santo patrón por largo tiempo. ¿Sabes? Yo fui uno de los firmantes que propusimos al Papa JP II que fuese designado patrón de políticos y gobernantes y me encontraba allí, en San Pedro, aquel 26 de octubre del año 2000 en que el Papa nos lo dió de santo patrón. Yo formaba parte de la Delegación española formada por 20 personas y encabezada por el entonces Ministro de Justicia, Angel Acebes. Fueron días maravillosos donde, en diversos encuentros y almuerzos en la Embajada de España cerca de la Santa Sede, tuvimos la ocasión de cruzar opiniones con diversos personajes de la curia romana y conocer mejor las tripas vaticanas. La proclamación del Papa, quiso recordarnos la prioridad absoluta de Dios en medio de los asuntos públicos. En un tiempo de eclipse de la conciencia, el Papa nos propuso a todos nosotros un hombre que ha preferido la muerte a la vida por fidelidad a su conciencia, una conciencia que no ha cesado de iluminar a la luz de Dios, lejos de todo fanatismo y subjetivismo.
Porque amo a mis hijos, porque me preocupo de su eterna salvación y tengo una responsabilidad como madre, por todo eso y sobre todo porque amo al Señor, no podría "aceptar" que profesaran otra religión y no podría callarme que el pecado fuera pecado. Al menos, espero que el Señor me conceda esa gracia. Si amo a alguien y va a tomar una decisión que sé es mala y les va a causar mucho mal, no puedo quedarme tan tranquila. Pero, eso no quita amor.
Espero no llegar a esa situación, pero si llega, espero que mis hijos sepan de sobra que su madre les ama, pero por eso no asistirá a ceremonias en la religión a la que se conviertan, por ejemplo.
Pero, otra cosa que admiro de Sta. Mónica es que también era muy práctica. Seguía a su hijo y le buscaba aún cuando le dejó plantada al embarcarse para Italia sin ella. Si su hijo era inteligente, algo le vino de ella. Cuando le contó a S. Agustín un sueño en que le veía acercarse a ella, él replicó que era porque ella se alejaría también de la fe también que los dos se verían juntos de nuevo. Pero, ella insistió que era S. Agustín el que se acercó y no ella la que se movía. ¡Admirable mujer!
Pero, creo que ayuda a hablar sobre esa situación para que si alguna vez me encuentre con un caso semejante (y ya tengo seres queridos que se han apartado de la Iglesia) no lo haga del todo desprevenida... como los niños y los maestros en la escuela practicando su "fire drill", saliendo de la escuela en fila al toque de un alarma por si hay un incendio o amenaza verdadera alguna vez.
Bienvenido a casa...
Los hijos pueden marchar y dejar la fe, pero también pueden volver con el ejemplo y los rezos de sus padres y de toda la Iglesia, como nos dice el dogma de la Comunión de los Santos, que es tan bonito.
Nuestra vida es como un gigantesco rompecabezas, y sólo al final de ella veremos cómo iban encajando las piezas para mayor gloria de Dios.
¿Habéis oído hablar de una campaña que hay el USA para recuperar a los católicos que quieren volver a practicar? Es muy interesante.
Tal vez M Lurdes nos pueda hablar de ella. Es algo como catholics come home...
¿Cuándo se firmó la petición? ¿Cómo surgió la idea? ¿Tardaron mucho tiempo en recibir respuesta?
Una cita muy famosa de Sto. Tomás Moro es lo que dijo sobre sí poco antes de su martirio: "Fiel servidor del Rey, pero Dios primero". Es tan actual ahora como en el s. XV. Que el Señor nos conceda más gobernantes políticos como ese santo y pastores eclesiales como su amigo S. Juan Fisher.
Respecto a www.catholicscomehome.org (sitio en inglés), lo mencioné hace muchísimo tiempo en algún comentario, pero me alegro que lo recordó. Mandan a los que viven en los EE.UU. el libro "Rediscovering Catholicism" pidiendo sólo gastos de envío. Se puede pedir por medio de ese sitio. Tiene información muy buena y actual, además de unos anuncios de televisión que animan a los que se encuentran alejados de la Iglesia a volver. Es una iniciativa maravillosa y muchos de los artículos son de Patrick Madrid, un conocido conferenciante católico. Gracias de nuevo por todo, Susi.
Surgió como una propuesta de círculos democristianos italianos en torno al senador Andreotti y a otros como Francesco Cossiga y el príncipe Rainiero de Mónaco para hacer presentes a los políticos, gobernantes y gestores públicos en el Jubileo del 2000. En España fue la Fundación Tomás Moro quien lo alentó junto a grupos como Profesionales por la Ética, el entonces Secretario de Estado Jorge Fernández, Benigno Blanco, por entonces también Secretario de Estado, y algunos diputados democristianos del Partido Popular.
El motu proprio del Papa es de 30 de octubre del 2000. Esto comenzó aproximadamente un par de años antes.
Sin duda,ninguna,tus padres están llenos de gozo,en el cielo,contemplando tu vida cristiana,y,ten por seguro,que cuidan de tí como lo hicieron en la tierra;desde luego,por lo que dices,se nota que eres,y fuiste, un buen hijo,y eso la Madre no lo puede dejar sin recompensa.Gracias por tu testimonio,me ha edificado.Un abrazo.
Estoy consagrada en el ordo virginum ( canon 604 del Código de Derecho Canónico ) y por tanto no puedo responder directamente a la pregunta, pero sí tengo claro que mis hijos nunca dejarían de ser mis hijos, al igual que Dios nunca nos rechaza y siempre espera nuestra conversión, como el padre del hijo pródigo. Rezaría por ellos con toda el alama, como hizo santa Mónica con su hijo y ya conocemos el resultado: san Agustín.
"Sea el Señor tu delicia y el te dará lo que pide tu corazón".Salmo 36
ML
No somos propietarios de nuestros hijos,Dios nos cedió el mundo y la facultad de procrear,por eso nuestra paternidad es en su "nombre".Enfadarnos es reaccionar como cuando perdemos una propiedad y ese no es el caso:nuestros hijos son hijos de Dios,que Él nos ha encomendado y puesto en nuestras manos.¡Bendito sea Abbá!
odet
De nada.
Ese documento es un buen sumario de las virtudes del santo y allí encontré esta descripción de su vida familiar:
"Fue durante toda su vida un marido y un padre cariñoso y fiel, profundamente comprometido en la educación religiosa, moral e intelectual de sus hijos. Su casa acogía yernos, nueras y nietos y estaba abierta a muchos jóvenes amigos en busca de la verdad o de la propia vocación. La vida de familia permitía, además, largo tiempo para la oración común y la lectio divina, así como para sanas formas de recreo hogareño. Tomás asistía diariamente a Misa en la iglesia parroquial, y las austeras penitencias que se imponía eran conocidas solamente por sus parientes más íntimos."Muchas gracias de nuevo. Un saludo.
Siguiendo el ejemplo de Sta. Mónica, me acuerdo de una asociación de mujeres que se comprometen a rezar por la conversión de sus hijos y por los que están apartados de la fe, al igual que por los sacerdotes, aunque no me acuerdo ahora de su nombre oficial. Le pido que no se olvide en sus oraciones de los que pasamos por aquí.
Igual que no felicitaríamos a nadie por perder la vista corporal, menos lo haríamos si perdieran la vista espiritual del Señor si no estuvieran en gracia con Dios y menos aún si eso resultara en la pérdida de la visión eterna de Dios.
Si llegamos al Cielo se deberá completamente a la Gracia de Dios, con la cual esperamos cooperar (y debemos cooperar) los padres católicos. Un saludo.
Claro, que yo tengo el punto de vista de este lado del Atlantico, desde USA se que las cosas se ven de otra manera. Somos distintos.
A un hijo nunca se le deja de querer, por muy equivocado que esté, pero se le ha de dejar bien claro que somos fieles a nuestra fe católica. No se trata de imponer, sino de dar ejemplo, con ello persistimos en nuestro trabajo de padres, porque deseamos lo mejor para ellos. Si hemos sido su referencia durante su infancia, adolescencia, debemos seguir siéndolo en su etapa adulta y estoy segura que algo queda, pese a las decisiones erróneas que puedan tomar.
No obstante, a pesar de lo contundente de la teoría, pienso que en tal supuesto deberíamos también reflexionar sobre los motivos que le puedan llevar a abandonar la fe católica. Analizando éstos, podemos resolverlos y encontrar la solución.
El "aceptar" o "comprender" a los hijos por amor no es lo mismo que "aceptar" el pecado y estar de acuerdo con que pequen. Porque amo a mis hijos no les dejaría (en cuanto estuviera de mi parte) que se hicieran daño. Hasta tenemos los seres humanos leyes de negligencia para padres, o sea que es algo bien comprensible que tengamos los padres católicos la responsabilidad de buscar el bien espiritual de nuestros hijos.
Que acepte su comentario en el blog y que me alegre sinceramente de verle pasar por aquí [hace mucho tiempo que no lo hacía y me preguntaba si estaba bien - no dejo de rezar por usted como dije] no significa que esté de acuerdo con todo lo que diga y que no borre comentarios en el futuro si se pasa de raya, por ejemplo. Un saludo.
Además, me parece muy importante que resalte que el ejemplo que damos debe de ser hasta nuestra muerte. Por muy mayores que sean nuestros hijos, siempre vamos a tener la responsabilidad de velar por ellos y de no lavarnos las manos una vez que lleguen a los 18 años, por ejemplo. Que el Espíritu Santo nos guíe en todo momento. Un saludo.
Norberto, fíjate si el Señor es mi delicia que, al consagrarme, el Arzobispo me preguntó públicamente según el Ritual de consagración de vírgenes: " ¿ quieres ser solemnemente desposada con Jesucristo, el Hijo del Dios Altísimo ? "
Imagínate...¡ El Amor de mi vida !
Pido mucho por la vocación de mis hijos, que se consagren al Señor si Él les llama como sólo Él puede, pero sobre todo para que sean santos, para que cumplan la voluntad del Señor en sus vidas a pesar de los malos ejemplos que vean en su madre. Saludos al Amor de su vida.
La dignidad se la debemos sólo a nuestro Esposo. El Esposo del alma de usted, del alma de todo bautizado, y mi Esposo por especial consagración. Estoy segurísima de que sus hijos ven en usted excelentes ejemplos, que veo yo también en este blog tan espiritual y tan necesario. Que Jesús nos ayude siempre a todos.
Que el Señor disponga, pues, de nosotras como quiera para que lleguemos a ser tan santas como Él desea, que seguro es más de lo que podemos desear como criaturas. Le tengo mucho respeto por su "Sí" al Señor y le agradezco mucho sus oraciones y su participación en el blog.
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