Récord mundial y efecto dominó

El 14 de noviembre de 2008, en el décimo Día del Dominó, el grupo Weijers Domino Productions batió 10 récords mundiales, incluyendo uno en caída de fichas de dominó en la ciudad de Leeuwarden en los Países Bajos. Para hacerlo, diseñaron un plan creativo que incorporara 4.500.000 fichas de tamaños diferentes (de las cuales cayeron con éxito 4.345.027), hechos de poliesterina, plomo o madera según la función y la velocidad de la caída que necesitaban de cada una.

Hay otras técnicas que ese grupo comparte en su portal (en inglés). Para evitar tirar a todas por accidente, algunas fichas no se pusieron hasta el final o se pusieron láminas de madera para separar las diferentes secciones. Además, para mostrar ilustraciones al ser tiradas, ciertas fichas fueron colocadas una al lado de otra y cubiertas por el envés con una pegatina gigante de la imagen deseada que fue cortada para separar las fichas antes de colocarlas con sumo cuidado.

Este vídeo muestra el Día del Dominó en acción:

Nosotros somos como esas fichas y formamos parte de un Plan maravilloso preparado desde la Eternidad, siendo cada uno creado por un motivo especial, para influir de forma única a los que nos rodean y a los que están más allá de nuestras expectativas. Formamos la imagen de Dios en este mundo, aunque cada ficha parezca débil y se vea caer. Pero, al contrario de las fichas de poliesterina que fueron recicladas al terminar el Día del Dominó, nosotros somos tan valiosos al Señor que nos dió almas eternas.

S. Marco nos dice sobre el Señor en el Evangelio del 4o. domingo de Tiempo Ordinario que: “su fama se extendió” (Mc. 1, 28). El alcalde de Leeuwarden colocó la primera ficha del Día del Dominó, pero Jesucristo, haciéndose hombre como nosotros, se hizo la primera ficha colocada en el Plan de Dios y la primera por Su muerte en “tirarse” por nosotros. Su Voluntad fue la fuerza que puso en marcha la revelación de su presencia en el mundo por medio de sus seguidores, uno de los cuales fue el santo de hoy, S. Blas (mediados s.III - 316).

La fama del santo también se extendió tanto en Oriente como en Occidente, como indica el artículo “San Blas” por el P. Guillermo Juan Morado en el blog “La puerta de Damasco”. Nació en Sebaste, Armenia, y fue médico antes de ser consagrado obispo. Durante una fuerte persección vivió una vida eremítica en las montañas. Una vez descubierto, fue torturado y decapitado. Se cuenta que de camino al prefecto una madre le pidió por su hijo, que se estaba muriendo porque tenía una espina en la garganta. La bendición del santo le hizo recobrar la salud y por eso se suelen bendecir las gargantas con dos velas en su fiesta.

Que la intercesión de S. Blas nos ayude a extender la fama del Señor por el mundo según nuestros medios y capacidades, donde sea que estemos colocados en el Gran Plan de Dios.

Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué efectos han tenido en el mundo y en su vida los cristianos que ha conocido?

Mañana: La autoridad del Señor - “enseñar con autoridad” (Mc. 1, 22)