Cuando parece que se nos hunde el barco
Según el Evangelio del XII Domingo de Tiempo Ordinario :“las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua” (Mc. 4, 37), la barca en la que estaban los apóstoles con Jesús. Todos pasamos por temporadas en que parece que se nos hunde el barco y S. Luis Gonzaga (1568-1591), Patrón de la juventud cristiana que murió a los 23 años, no era diferente en eso, aunque sí en la pureza con que conservó su “barca” intacta, en gracia con Dios.
El ejemplo del santo y una oración particularmente conmovedora del Papa Juan Pablo II dan aliento en momentos de desánimo.
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San Luis Gonzaga pasó tormentas para conservar su vocación y el voto de virginidad que hizo a los nueve años. A los 13 años recibió su Primera Comunión de S. Carlos Borromeo, que se asombró de ver a un joven tan devoto y penitente en medio de la corte en que vivía por ser de familia noble.
Su padre intentó alejarle de su vocación jesuita porque quería que su primogénito, a quien más amaba, tuviera una carrera militar. Al fin cedió, convencido por su primo, ministro general de los franciscanos, que tampoco pudo disuadir al joven. Con gusto, S. Luis renunció al marquesado para entrar en la Compañía de Jesús.
Tuvo como director espiritual a S. Roberto Belarmino, que le aconsejó la Confesión y Comunión frecuentes, gran devoción a la Ssma. Virgen María y leer vidas de santos para alcanzar la santidad. En su tiempo no sólo mantuvo su paz interior a pesar de escrúpulos y noches oscuras del alma, sino que ayudó también a que otros hicieran las paces con sus enemigos.
Seis años después, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús (en la octava del Corpus Christi) el santo moría en Roma de tifo (enfermedad que contrajo tras atender a enfermos), lleno de alegría por anticipar el Cielo. Su madre, mujer piadosa que había apoyado la vocación de su hijo, estuvo presente en la beatificación de su hijo.
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Como S. Luis Gonzaga, el Papa Juan Pablo II encontraba fuerza en las dificultades de la vida, no solo por su gran devoción a la Ssma. Virgen María, sino especialmente por sus visitas al Santísimo Sacramento. Un amigo me consoló en una ocasión dándome una copia de la siguiente oración del Papa que también le había animado en momentos difíciles:
Oración para una visita a Jesús Sacramentado por el Papa Juan Pablo II
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco.
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes…; te busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía… Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin, vendrás… Sí…, vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo… Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor…, amor, porque si te amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo… Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.
Amén.
Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué imagen de Jesús le inspira más confianza en el Señor? ¿Qué importancia ha tenido el Santísimo Sacramento en su vida?
Mañana – Sto. Tomás Moro - “¿Por qué sois tan cobardes?” (Mc. 4, 40)
26 comentarios
Creo que mi vida cristiana sería imposible sin recibir casi a diario a Jesús Sacramentado...
Cuando me despierto por la noche, trato de ir con la mente pasando por los Sagrarios que rodean mi casa, haciendo visitas a Jesús, que está tan solo a esas horas de la noche. También intento ir a rezar cuando hay Exposición al Santísimo Sacramento en mi parroquia o el alguna cercana: me atrae como un imán y no querría salir de allí.
susi: me encanta tu idea, a mi cuando me despierto soy un disco rayado:la cadena de oración por la vida, la cadena de oración por las vocaciones, la cadena de los sacerdotes,debo dormir a los santos.A la pregunta sobre el Sacramento de la Eucaristía:es lo primero y se lo debo a mis padres ella por la tarde a la vuelta del colegio repasaba la catequesis conmigo y él muy tarde, cuando él llegaba ya nos estaban metiendo en la cama y algo decía siempre sobre el teme del día, brevísimo, claro,. si yo no hubiéra visto las misas a las que nos llevaban y luego que todo continuaba a lo largo del día, creo que no hubiera creido mucho porque soy de ver para creer y soy de lo que yo pueda ver, oir, tocar...etc.
¡Qué bueno es el Señor que entrega al desprecio de los hombres en el Santísimo Sacramento para acompañar nuestra soledad! Muchas gracias por su testimonio.
Ante el Ssmo.Sacramento forjé,Él forjó, mi vida cristiana.
Además, lo que sugiere (la cita de orar para no caer en tentación) es un excelente sumario de lo que me hubiera gustado expresar en el artículo.
Como santa Teresita, su verdadera estatura emerge de entre un ejército de enanos, sus hagiógrafos.
Quizás por eso, el episodio de la vida de Jesús que más me impacta, es su última cena, cuando anticipa su sacrificio de horas más tarde, y se entrega en el pan y en el vino a sus discípulos presentes y futuros. Es el único episodio de la vida de Jesus que no sólo podemos "recordar" sino -qué bondad y sabiduría la suya- "hacerle presente en su cuerpo, su alma, su vida y su divinidad".
Respecto a la Eucaristía, entre los frutos de la Comunión que enumera el Catecismo de la Iglesia Católica, se lee que "acrecienta nuestra unión con Cristo" (1391), "nos separa del pecado" (1393) y "borra los pecados veniales" (1394), "nos preserva de futuros pecados mortales" (1395). Así es cómo el Señor en la Eucaristía forja nuestra vida cristiana, como tan bien señala.
Tengo la impresión de que hay muchos colegios jesuitas bajo el patronazgo de S. Luis Gonzaga (St. Aloysius Gonzaga en inglés), pero no sé si a eso se refería en su pregunta. Un saludo.
¿No hay ninguna biografía de su santo que podría recomendar? La verdad es que de "tímido y pudibundo jovencito" no veo mucho en un santo que se mantuvo firme en su vocación a pesar de todo lo que hacía su padre el marqués para disuadirle. Desde pequeño mostraba la actividad normal de todo niño, hasta disparando un cañón cuando fue a visitar un campamento militar con su padre y aprendiendo cosas con los soldados que su madre se encargaba de corregirle, cosas que por su niñez eran de poca importancia (sus confesores mantenían que no cometió pecado mortal en vida) pero que a él le remordían la conciencia.
Si pensamos en las penitencias que se le ocurría y que sus confesores frenaron, vemos más aún a un joven fuerte y nada acobardado. Bueno, que aún con imágenes sulpicianas ilustrando sus biografías [que de ese "ejército de enanos" se puede sacar mucho provecho también - quizás lo digo por formar ahora parte de ellos :)], me da la sensación de que pocos tendrían la valentía de imitarle en todo.
Muchas gracias tanto por su testimonio de fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía como por recordarnos que en el Santísimo no sólo tenemos una imagen sino al mismo Cristo, que se acordó de nosotros en esa Última Cena y en Su Pasión también. Más aún, es Cristo Resucitado el que nos da vida por ese Sacramento.
Ah, disculpad mi tardanza pero es que soy muy poco ceremonioso: felicitaciones a Luis y demás luises gonzagas del Blog.
Hagiografías influidas por el puritanismo catolico llamado "jansenismo" que tanto daño le han hecho a las vidas de San Luis, de Santo Domingo Savio y tantos otros. Sobre todo en el siglo XIX.
Me refería al poco aprecio y difusión que,constato,existe hoy en la Iglesia paraa difundir las vidas de los santos.Parece como si estorbaran,como si "al ser de otra época",su testomonio tuviera más que ver con algo artístico-estético y no espiritual.
Suelo publicar los artículos con vidas de santos en la fecha de la fiesta del santo (aunque salgan un poco retrasados, como en este caso) para que sea más fácil encontrarlos en el futuro y haya menos confusión sobre cuándo es la fiesta del santo para los que lo lean.
Quizá parezca un poco raro a algunos, pero así me organizo mejor y me mantengo fiel al propósito de este blog. Un saludo.
Lo que es incuestionable es la pureza y castidad de este santo en particular, especialmente por el testimonio de sus confesores (habiendo santos canonizados entre ellos).
Algo diferente es que se fije en algún detalle excluyendo todo lo demás, que creo es lo que critica, lo cual resultaría en una especie de caricatura en vez de un retrato. Pero, reconozco que suelo destacar alguna característica del santo del día y fijarme en ella, como ya sabe.
Intentando elegir un colegio católico para mi hijo [lo mejor entre las opciones que tenemos, que no siempre es lo ideal en todo], una de las cosas que preguntaba era si les enseñaban algo sobre los santos a los niños. Al que creo irá mi hijo me dijeron que tienen dos santos al mes que resaltan para los niños, leyéndoles sus vidas y con un lugar de la clase en la que se dejan esos libros e imágenes de los santos.
Claro que es muy importante que lo que se diga sobre los santos sea lo más fiel a la verdad que sea posible, como creo señala Luis en su comentario.
La santidad es otra cosa: es precisamente lo no humano, lo más allá de la moral en el santo, el esplendor de la gracia y la divinidad asomando en un instrumento imperfecto.
El Cardenal Newman (futuro beato, Deo mediante)decía que no le gustaban las hagiografías, porque no hacían lo que había que hacer: mostrar la influencia de la gracia a lo largo de las distintas etapas de desarrollo de la persona, en la infancia, en la juventud, en la madurez. Y ver cómo la gracia se desenvuelve, es como seguir un organismo que se va desplegando hasta su esplendor.
Me gusta la observación que comparte del que pronto será Beato Cardenal Newman (habiéndose aprobado ya el necesario milagro para la beatificación). Menos mal que en el Cielo habrá toda una eternidad para contemplar en Dios Su Amor por nosotros en los detalles de nuestras vidas.
Mientras tanto, podemos leer las autobiografías de los santos, por ejemplo S. Juan Bosco, Sta. Teresa de Jesús (de Ávila), Sta. Teresa de Lisieux, etc.
Hagiografía se refiere a la comprensión, en cuanto es posible, del impacto de la gracia en la vida entera de un hombre. A esto me refería cuando decía que es muy difícil. Por ejemplo, el intento de Von Balthasar de comprender la vida de santa Teresita, intento monumental y supongo que fallido.
Y buena idea lo de las autobiografías, pero me temo que no son hagiografías. Falta perspectiva. Igual, como dice Aristoteles, la menor brizna del conocimiento de lo más noble es superior al mayor conocimiento que podamos tener de objetos inferiores.
No hay que resignarse.
Nuevamente perdón si entendiste que me refería a ti, lo haces muy bien y es muy útil para nosotros.
Aunque las autobiografías no sean hagiografías, son documentos de primera persona muy valiosas para penetrar en ese "impacto de la gracia" que tantas veces se ve más en el interior que en el exterior y que son muy necesarias para comprender el progreso espiritual de los santos.
Para equilibrar la falta de perspectiva y hasta corregir errores en la memoria de los santos, podrían ser muy útiles las autobiografías anotadas, como esta (en inglés) de S. Juan Bosco: http://www.donboscokhmer.org/MEMOIRS/HOMEPAGE.htm
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